REGLA
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El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su
trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra.
Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro
se convierten en siete.
LOS
CUATERNARIOS QUE DEBEN SER RECONOCIDOS
Esta
regla es para mí una de las más difíciles de explicar, por tres
razones:
Una:
El número de personas, que en la actualidad están encarnadas físicamente
y pueden trabajar en forma creadora y benéfica con las instrucciones
dadas en estas regla, es excesivamente reducido. Sólo el mago
blanco, si tiene experiencia en su trabajo, puede darle la verdadera
interpretación. Es peligroso impartir la significación de estas
reglas a quienes no poseen cualidades para trabajar correctamente.
Por lo tanto, consideraremos las cualidades de quienes tienen
derecho de recibir este conocimiento, a fin de que el estudiante
pueda empezar a desarrollarlas en sí mismo.
Dos:
El peligro que implica dar ahora al mundo las instrucciones, minuciosas
y detalladas, consiste en que el mundo se ahogaría en las formas
mentales creadas para expresar deseos puramente egoístas, y la
materia mental sería impelida a la actividad según las fantasías
y los caprichos de quienes no están desarrollados espiritualmente.
Debe recordarse que todo pensamiento humano, sea un potente pensamiento
colectivo o ideas dinámicas individuales, surgen en su oportunidad
objetivamente en el plano físico. Esta regla es ineludible e inalterable,
y al considerar debidamente la Ley que gobierna la sustancia mental,
se demostrará el peligro del pensamiento incorrecto y el poder
del correcto. El poder del pensamiento humano, en la actualidad,
puede describirse primordialmente como pensamiento colectivo,
pues pocos pueden pensar en forma creadora. La opinión pública,
las ideas masivas, las tendencias del deseo y el pensamiento humanos,
no son hoy de un orden muy elevados, y puede verse en forma muy
interesante la precipitación física de estos pensamientos vagos
e incipientes, caracterizados por su gran similitud, están matizados
por la intención egoísta y la demanda personal y basados en simpatías
y antipatías, prejuicios y anhelos. La enorme multitud de insectos
que pueblan actualmente nuestro planeta, objeto de creciente preocupación
para los hombres de ciencia, los agricultores y todos los que
trabajan por el bienestar del animal humano, son resultado directo
de la pre-cipitación del pensamiento.
No
puedo detenerme a ampliar este hecho, pero sí asegurarles que
a medida que los hombres aprendan a pensar con mayor altruismo
y pureza, y a medida que la malicia, el odio y la rivalidad den
paso a la hermandad, bondad y cooperación, la plaga de insectos,
como comúnmente se dice, desaparecerá con toda seguridad.
Tres:
Otra dificultad que experimento al dilucidar estas reglas, reside
en que hoy es más fácil probar la existencia del reino de la mente
que el reino del éter, aunque los científicos utilicen ampliamente
esta palabra. Esta regla concierne a los cuatro grados de sustancia
etérica que constituyen la envoltura etérica de todas las formas
en la naturaleza, desde una montaña hasta una hormiga, y desde
una planta hasta un átomo. Algunos hombres de ciencia reconocen
la realidad del cuerpo etérico y otros no, y desde el punto de
vista de las masas no es reconocido. Lo que está más cerca nuestro
y en el primer plano inmediato, a menudo lo pasamos por alto;
para quienes enseñamos y guiamos ha sido muy interesante observar
el énfasis puesto sobre los fenómenos psíquicos y astrales, y
la poca atención prestada a las formas y fuerzas etéricas más
evidentes y fácilmente discernibles. Con un pequeño cambio en
la forma actual del enfoque visual se descubrirá que el ojo humano
es capaz de incluir un campo completamente nuevo de percepción
y conocimiento. Los hombres introvierten ciegamente su conciencia,
y llegan a percibir los objetos astrales y ese ilusorio mundo
de formas siempre cambiantes, en que vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser; sin embargo, no ven lo que está frente a ellos.

Tres
dificultades:
1.
la carencia de cualidades,
2. los peligros inherentes a la inconsciente construcción de formas
y
3. la ceguera etérica,
me imposibilitan tratar con toda equidad esta regla y dilucidar
el trabajo en los niveles etéricos, de allí su breve elucidación.
Al tratar el tema de las cualidades y respondiendo a la pregunta:
¿Cuál es el equipo que necesita el mago blanco?, diría que todos
los estudiantes comprenden que deben llenarse ciertos requisitos,
si se quiere confiar a un hombre algún conocimiento de la técnica
del Gran Trabajo. Sin embargo, supongo que las cualidades del
carácter no son las que se refieren a la pregunta. Todos los aspirantes
saben, y durante épocas se ha enseñado, que la mente limpia y
el corazón puro, el amor a la verdad y una vida de servicio y
altruismo, son los principales requisitos, y cuando no existen
estas condiciones nada tiene valor y ninguno de los grandes secretos
puede ser impartido. Podrán decir aquí: También se nos ha enseñado
que existen quienes trabajan en los cuatro éteres y que indudablemente
ejecutan actos mágicos; sin embargo, no poseen esa esencial pureza
y bondad amorosa a que se ha hecho referencia. Sin lugar a dudas
esto es verdad; pertenecen al grupo de los que trabajan con materia,
llamados Magos Negros; están intelectualmente muy desarrollados
y pueden activar sustancia o materia mental, de tal modo que adquieren
objetividad en el plano físico para llevar a cabo sus recónditos
intentos. Respecto a este grupo hay mucha incomprensión y profunda
ignorancia. Quizá sea mejor así, porque su destino está ligado
a la raza futura, la sexta, y el fin y cese de sus actividades
se producirá en esa época distante, llamada técnicamente Sexta
Ronda. La final rotura o división, entre las fuerzas llamadas
negras y blancas, para este ciclo mundial, tendrá lugar durante
el período de la sexta raza raíz en la presente ronda. Hacia el
final de la sexta raza raíz, antes de la emergencia de la séptima,
tendremos el verdadero Armagedón, sobre el cual tanto se ha enseñado.
Un pequeño ciclo de separatividad y trastorno, no constituye el
verdadero Armagedón. La guerra relatada en el Mahabharata y la
actual última guerra, tuvieron las raíces de sus dificultades
y las simientes de los desastres que produjeron, una, en el mundo
astral inferior y la otra, en el superior. Egoísmo y deseos de
orden inferior fueron los impulsos detrás de ambas. La próxima
gran división tendrá sus raíces en el mundo mental y será consumada
en la sexta subraza. La sexta raza raíz contendrá la simiente
de enormes desastres, en la coordinada triplicidad de la mente,
en el astralismo y en la naturaleza física, que causarán un momento
culminante en la dualidad planetaria.
No
es necesario ir mas allá, porque la humanidad de la sexta ronda
será de una naturaleza muy distinta de la nuestra, y quienes se
caracterizan como fuerzas negras y blancas, serán tan diferentes
de lo que ahora entendemos por esas palabras, que no es necesario
ocuparse de ese problema tan lejano.
Debe
recordarse que el verdadero mago negro (no me refiero aquí a la
persona con tendencia a la magia negra) es una entidad sin alma.
Es un ser en el cual el ego o alma, según comprendemos el término
actualmente, no existe. A menudo esto es pasado por alto y raras
veces se capta o dice que no tiene cuerpo físico. Su mundo es
siempre el mundo de la ilusión. Trabajan desde el plano mental
inferior, con la materia de deseo y el cuerpo de deseos de aquellos
que en el plano físico son arras-trados por la ilusión, están
esclavizados por el extremo egoísmo y la autocentralización. Lo
que el ignorante denomina mago negro en el plano físico, es sólo
un hombre o mujer sensible o que está en armonía o es sensible
al verdadero mago negro, en el plano astral. Tal relación sólo
es posible después de muchas vidas de egoísmo, bajos deseos, pervertidas
aspiraciones inteIectuales y amor al psiquismo inferior, pero
únicamente cuando el hombre ha estado voluntariamente esclavizado
por ellos. Tales hombres y mujeres son pocos, porque el puro y
genuino egoísmo es realmente muy raro. Donde existe, es excesivamente
poderoso, como son todas las tendencias que se concentran en un
solo punto.
La
clave para los requisitos más esotéricos es dada en esta regla:
"El mago debe reconocer a los cuatro". Se supone que
ha construido un excelente carácter. Se ha educado a sí mismo
para el servicio. Su aspiración es verdadera y constante, Vive
con pureza y altruismo. Ha aprendido algo del significado de la
meditación. Ahora debe comenzar a entrenarse en lo que se llama
"reconocimiento oculto".
Esta
regla es un ejemplo muy interesante de las numerosas relaciones
y equivalencias que pueden transmitirse en pocas palabras. Hemos
dicho que debe "reconocer a los cuatro". En Tratado
sobre Fuego Cósmico, pág. 805, se dice:
"Esto
literalmente significa que el mago debe saber discriminar entre
los diferentes éteres y observar el matiz especial de los distintos
niveles, asegurando así una construcción equilibrada de la <sombra>.
Lo <reconoce>, en sentido oculto, es decir, conoce su nota
y clave y es consciente del tipo especial de energía que personifica.
No se ha puesto suficiente énfasis en el hecho de que los tres
niveles superiores del plano etérico están en comunicación vibratoria
con los tres planos superiores del plano físico cósmico, y estos
(con su cuarto nivel esferoidal) han sido denominados en los libros
ocultistas <las Tétradas invertidas>. Este conocimiento
pone al mago en posesión de tres tipos de fuerza planetaria y
su combinación o cuarto tipo, liberando para sí esa energía vital
que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que los diferentes
tipos de fuerza se reúnen y coaligan, una tenue y umbría forma
se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y la idea
del Ángel solar logra una definida concreción".
El
significado más evidente es, por lo tanto, el reconocimiento de
los cuatro éteres, pero depende a su vez de otros significados,
basados en el reconocimiento de otros cuaternarios. Resumiré brevemente
algunas de las cualidades necesarias para el mago blanco y los
reconocimientos que gradualmente emergerán de su conciencia.
Primero,
debe reconocer a "los cuatro que constituyen el Uno".
En otras palabras, el primer cuaternario que debe conocer, y conocerlo
bien, es lo que él es esencialmente:
1.
Cuerpo físico, naturaleza emocional sensoria, mente y alma.
2. Alma, mente, cerebro y el mundo externo de fuerzas.
3. Espíritu, alma y cuerpo, dentro del gran Todo.
Esto
supone una realización verdaderamente espiritual y la capacidad,
en consecuencia, de actuar como alma. Hasta no haberla alcanzado
se puede ser un aspirante que practica magia blanca, pero no todavía
un mago blanco.
Segundo,
debe reconocer a “la ciudad qué tiene cuatro lados". También
debe comprender el significado de "el hombre, el cubo",
de tres maneras:
1.
De sí mismo como ser humano,
2. de sus semejantes en relación a sí mismo y al Todo,
3. del cuarto reino de la naturaleza, el reino humano, o viendo
todo el reino como una entidad, una vida organizada funcionando
en el plano físico, habitada por el alma, animada por el espíritu.
Esto
significa, por consiguiente, que como hombre responde a su especie
y es consciente del propósito del reino al que pertenece. Esto
puede ser expresado mejor en las maravillosas palabras tomadas
de un antiguo escrito de los archivos de los Maestros. Se dice
que datan de los primeros tiempos atlantes. El material con que
está hecho es tan viejo y frágil, que lo único que los mismos
Maestros pueden tocar y ver es una precipitación del mismo, estando
el original guardado en Shamballa. Dice así, con algunas omisiones
que no es conveniente insertar:
"En
las cuatro esquinas del cuadrado, los cuatro angélicos... son
vistos. Son de color anaranjado, pero velados en luz rosada. Dentro
de cada forma, rodeada de llama azul, se ve la llama amarilla...
"Ellos expresan, cuatro palabras, una para cada raza humana,
pero no el sonido sagrado que trae la séptima. Dos palabras se
han desvanecido, cuatro son hoy pronunciadas. Una se pronuncia
en reinos tan elevados que el hombre no puede penetrar como hombre.
Así las siete palabras del hombre resuenan alrededor del cuadrado,
pasando de boca en boca.
"Cada día del hombre las palabras toman forma y parecen diferentes.
En... las palabras serán las siguientes:
"Desde el norte es cantada una palabra que significa... sé
puro.
“Desde el sur, la palabra surge. Yo dedico y...
"Desde el este, trayendo una luz divina, la palabra viene
vibrando alrededor del cuadrado: Amad a todos.
"Desde el oeste, la respuesta es devuelta: Yo sirvo".
Este
es un débil esfuerzo para expresar en lenguaje moderno las antiguas
frases atlantes, más antiguas que el sánscrito o el senzar, y
conocidas sólo por unos pocos miembros de la actual Jerarquía.
Pero en los pensamientos de pureza, dedicación, amor y servicio,
están resumidos la naturaleza y el destino del hombre y debe recordarse
que no representan las llamadas cualidades espirituales, sino
fuerzas potentes ocultas, dinámicas en su incentivo y creadoras
en su resultado. Esto debe ser considerado cuidadosamente por
todos los aspirantes. Tenemos, por lo tanto, con estas cuatro
realizaciones espirituales agregadas a la primera, cinco cualidades
del mago blanco.
Tercero,
el mago blanco debe reconocer la cruz que se alza en los Cielos,
donde el Cristo cósmico es crucificado, y en la que el mago blanco,
siendo una célula en el cuerpo del Cristo cósmico, es también
crucificado. Técnica y astrológicamente ha-blando, en esta época
actual debe comprender el significado interno de Tauro, Leo, Escorpio
y Acuario, porque son poderosos en nuestro ciclo mundial. También
debe ser capaz, si puedo decirlo al mismo tiempo simbólica y correctamente,
de expresar la realización que es la meta de su esfuerzo en cada
uno de estos cuatro signos y bajo cada uno de estos cuatro poderes.
En Tauro tiene que ser capaz de decir: "Busco la iluminación
y yo mismo soy la luz". En Leo dirá: "Reconozco ser
el Uno. Rijo por medio de la Ley". La palabra que expresará
en Escorpio será: "La ilusión no puede atraparme. Soy el
ave que vuela con entera libertad". En Acuario las palabras
serán: "Soy el servidor y el dispensador del agua viviente".
Las
cualidades ocultas que he mencionado superficialmente deben ser
estudiadas con cuidado por el estudiante, y a medida que las analiza
y vive de acuerdo a estas reglas, emergerán diversas cualidades
que lo caracterizarán. Debe recordarse que todo lo dicho aquí,
tiene un significado distinto en cada plano y en las siete etapas
de conciencia, a medida que se expresan en los siete campos del
conocimiento.

Finalmente,
en lo que respecta al aspirante lector de estas instrucciones,
debe haber trascendido las cuatro nobles verdades, aprendido el
significado de los cuatro evangelios, comprendido el significado
y el propósito de los cuatro elementos tierra, agua, fuego, aire
y, esotéricamente hablando, haber pasado como un Salvador a través
de los cuatro reinos. Esta última frase será comprendida verdaderamente
en la cuarta iniciación. Cuando lo haya hecho podrá decir: "El
deseo no me esclaviza, per-manezco libre. Deseo todo y nada. Vivo
y muero, soy inmolado y me levanto de nuevo; vengo y voy por propia
voluntad. Bajo mis pies está la tierra y el agua lava mi forma.
El fuego destruye lo qué impide mi camino, soy amo del aire. A
través de todo el mundo de las formas han pasado mis pies. Todo
existe ahora para mí, y yo, el servidor del todo, persisto".
Estudien
estas palabras y observen cómo el concepto de los requisitos ideales
que constituyen las facultades del mago blanco han progresado
constantemente.
Podría
hablar más detalladamente sobre muchos otros cuaternarios, pero
los pocos citados son suficientes para demostrar algunos de los
reconocimientos hacia los cuales tiende el aspirante. Únicamente
voy a referirme al cuaternario de color violeta, o los cuatro
tipos de energía que constituyen el cuerpo vital o etérico de
todas las formas del mundo natural. Nuevamente tenemos aquí tres
superiores y uno inferior, que indican siempre los tres aspectos
o principios de la divinidad, y la forma mediante la cual los
tres deben manifestarse. Espíritu, alma y cuerpo, expresan la
misma idea desde otro ángulo, más lo que es producido por su interacción.
Debe siempre recordarse que desde el punto de vista de la Realidad,
lo que llamamos cuerpo físico denso, tangible y objetivo, es tan
sólo una ilusión. Se nos ha dicho una y otra vez en las antiguas
escrituras que no es un principio. ¿Por qué no lo es? Por ser
sólo una apariencia producida por la fusión de los tres superiores
y el cuarto, y esta apariencia es una ficción e imaginación de
la mente humana. No hablo en parábolas; sólo expreso hechos de
la naturaleza, que serán considerados progresiva y plenamente
por los filósofos de ambos hemisferios. Tanto en el sistema solar,
el macrocosmos del microcosmos, como en el microcosmos, hay siempre
tres planos superiores que incorporan los principios, producen
el propósito dinámico y constituyen los cuatro niveles del cuerpo
etérico, tanto de Dios cómo del Hombre, considerándolos desde
el punto de vista físico o de la energía. Estos cuatro se reflejan
en la división de los cuatro niveles etéricos del plano físico,
en lo que se refiere al cuerpo físico de todas las formas. Estos
cuatro niveles etéricos o grados de sustancia vital, constituyen
lo que se le llama "forma verdadera" de todos los objetos
o fenómenos materiales, y responden a los cuatro tipos superiores
de energía espiritual que generalmente llamamos divina. Esta relación
entre la trinidad prototípica, su plano de fusión y el reflejo
etérico, se encuentra en todas las formas, según el tipo de energía
que predomine. En cada uno de los cuatro reinos de la naturaleza
se hallan los cuatro tipos, pero el cuarto etérico se encuentra
en mayor grado en el reino mineral que en el humano, mientras
que el más elevado de los cuatro éteres se encuentra en mayor
proporción en el humano que en los otros reinos. Esto que les
digo puede confundir al neófito, porque las palabras energía,
propósito dinámico, vitalidad y sustancia etérica, significan
poco para el principiante, pero sirven para indicar algunos de
los conocimientos que debe captar el trabajador en magia blanca
Esto podría ser ilustrado por ejemplo, diciendo que al trabajar
en el reino mineral, el cuarto reino de la naturaleza desde el
punto de vista de Dios, y el primero desde el punto de vista de
tiempo y espacio, se trabajará con el cuarto éter cósmico (energía
búdica), utilizando éter del cuarto grado en su propio cuerpo
como agente transmisor, y así sucesivamente en conexión con los
otros tres reinos de la naturaleza. Uno de los secretos aún no
revelados, afortunadamente, y que no lo será por algún tiempo,
se refiere a la cuestión de si el violeta claro es el color del
superior o el inferior de los cuatro.
La
consideración de estos diferentes cuaternarios, que es necesario
que el mago blanco comprenda, y las cualidades que debe poseer
antes de efectuar el trabajo mágico, conduce a la siguiente pregunta:
¿Existe alguna fórmula o proposición básica que debe regir la
actividad mágica?

Por
supuesto esta pregunta es demasiado general y vaga, pero hasta
que la inclusividad de la mente humana no sea mayor que la actual,
inevitablemente se formularán tales preguntas. Sin embargo, puedo
darles una respuesta breve, que contiene la clave de todo el proceso.
Cuando sea correctamente comprendida, gobernará el método de trabajo
y la vida mental del trabajador en magia blanca. Mi respuesta
es la siguiente: Las Potestades producen precipitación. Estas
palabras encierran todo el asunto. Resumen la historia del Creador
y la historia de la vida y el medio ambiente que condiciona a
cada ser humano. Dan cuenta de todo lo que es y subyace detrás
de la ley de renacimiento. Estas potencias son impulsadas a la
actividad por el poder del pensamiento, y al entrenarlas para
que sean creadoras y al enseñarles a gobernar y controlar sus
propios destinos, los Instructores de la raza comienzan con el
aspecto mental de los aspirantes. Acentúan lo que regirá los poderes
y tratan con lo que producirá la forma objetiva, la califican
y energetizan y cumplen el propósito del pensador.

El
pensador es entonces el factor esencial, por lo tanto llegará
a ser evidente, a medida que estudian estas palabras, lo que está
sucediendo hoy en el mundo. La tendencia de nuestra civilización
moderna, a pesar de todos sus errores, es producir pensadores.
Educación, libros, viajes, en sus muchas y variadas formas, enunciaciones
de la ciencia y de la filosofía, y ese anhelo interno que llamamos
impulso religioso, pero que en realidad constituye un impulso
hacia la verdad y su verificación mental todos estos factores
tienen un solo objetivo, producir pensadores. Un verdadero pensador,
es un creador incipiente que (inconsciente al principio, pero
consciente después) manejará el poder a fin de "precipitar"
u obligar a emerger las formas objetivas. Estas formas estarán
de acuerdo al propósito y plan divino y, en consecuencia, harán
progresar la causa de la evolución, o bien serán animadas por
la intención personal, caracterizadas por propósitos egoístas
separatistas, por lo tanto constituyen parte del trabajo de las
fuerzas retroactivas y de los elementos materialistas, perteneciendo
por naturaleza a la magia negra.
Nuevamente
aparecen los cuatro:
1.
El pensador.
2. El poder.
3. La cualidad del poder.
4. La precipitación.
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