REGLA
DOCE/1
La
trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del
punto medio a fin de liberar a esos "prisioneros del planeta",
cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que
debe ser hecho.
LOS
INTERVALOS Y LOS CICLOS
Llegamos
ahora a las cuatro reglas que conciernen al plano físico. De muchas
maneras la comprensión de esta regla es más difícil que las otras,
así como la aplicación práctica lo es mucho más que la teórica.
Con
frecuencia pensamos con claridad y deseamos correctamente, pero
nunca es fácil elaborar las ideas subjetivas y realizarlas en
el plano físico de acuerdo a la ley y constructivamente.
Sin
embargo, el mago blanco inicia su verdadero trabajo precisamente
en este punto, y es allí justamente donde fracasa y descubre que
la captación interna de la realidad tiene corno resultado necesariamente
una actividad creadora correcta.
En
Tratado sobre Fuego Cósmico, hay ciertos puntos que sería
de interés considerar y quisiera citar en pocas palabras algunos
de ellos:
"Sería
útil recordar aquí, que en el trabajo de creación, el mago blanco
aprovecha la influencia del rayo en vigencia.
Cuando
el tercero, quinto y séptimo rayos se hallan en el poder, ya sea
entrando en pleno cenit o saliendo de él, el trabajo es mucho
más sencillo que cuando dominan el segundo, sexto o cuarto rayos.
En la actualidad, como sabemos, el séptimo rayo está empezando
a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas con las cuales
puede trabajar el hombre más fácilmente. Bajo la influencia de
este rayo podrá erigirse una nueva estructura para la actual decadente
civilización y construirse el nuevo templo para el impulso religioso.
Mediante
su influencia se facilitará grandemente el trabajo de los numerosos
magos inconscientes". (Pág. 803.)
Es
evidente, por lo tanto, que el día de la oportunidad está con
nosotros y que la venidera generación puede, si lo desea, efectuar
el trabajo mágico con la mayoría de los actuales factores que
traerán resultados satisfactorios.
El
quinto rayo está pasando, pero su influencia todavía se hace sentir;
el tercer rayo está en pleno meridiano, y el séptimo rayo está
entrando rápidamente en la correcta actividad. En consecuencia,
muchas cosas ocurrirán hasta que el hombre triunfe, siempre que
pueda mantener constantemente una correcta orientación, pureza
de móvil y de vida, un cuerpo emocional estabilizado y receptivo,
y ese alineamiento interno que haga de una personalidad un verdadero
vehículo para su alma o ego.
Una
analogía muy interesante se presenta cuando estudiamos las palabras:
"La trama palpita. Se contrae y dilata". La idea subyacente
es la del latido, diástole y sístole, flujo y reflujo de la actividad
cíclica, el día de la oportunidad y la noche de la inactividad,
la absorción y la expulsión, y esas numerosas apariciones y desapariciones
que marcan la corriente de la vida en todos los reinos y dimensiones.
Este
ciclo del día y la noche, que es la inevitable señal de la existencia
manifestada, tiene que ser reconocido. Todo discípulo debe adquirir
(poniendo la verdad en términos sencillos) esa sabiduría basada
en el conocimiento de cuándo corresponde trabajar o no, y en la
comprensión de esos períodos e intervalos que se caracterizan
por la palabra y el silencio. Es aquí donde se cometen muchos
errores y fracasan la mayoría de los trabajadores.
Esta
regla podría darse en la siguiente paráfrasis que merece cuidadosa
reflexión y que elucidaré en parte.
Dios
respira y Su vida palpitante emana de Su corazón divino, manifestándose
como energía vital en todas las formas. Fluye, palpitando en sus
ciclos, a través de toda la naturaleza. Constituye la divina inhalación
y exhalación. Entre esta exhalación e inhalación viene un período
de silencio y un momento de trabajo efectivo. Si los discípulos
pueden aprender a utilizar estos intervalos, podrán liberar a
los "prisioneros del planeta", objetivo de todo trabajo
mágico efectuado durante este período mundial.
Respecto
a la manera en que trabaja la Vida Una del sistema solar, en estos
grandes intervalos de silencio meditativo, denominados técnicamente
pralaya, no es necesario ocuparse. La actividad de la Mente Universal
y su propósito comprensivo, sólo pueden ser percibidos cuando
cada hijo de Dios entra conscientemente en posesión de su herencia
divina.
El modo de trabajar, mediante el cual nuestra Vida planetaria
utiliza los ciclos de silencio, concierne a Él únicamente, y hay
que recordar que cada Logos planetario tiene una pulsación diferente,
un intervalo periódico variable y Su propio y único método de
proceder.
A
quien estudia estas instrucciones le interesa poder lograr una
actividad definidamente constructiva, en sus intervalos. Estos
intervalos para los propósitos de nuestra consideración, caen
bajo tres categorías:
1.
Los intervalos de la vida, o esos períodos en que el hombre espiritual
está fuera de encarnación y se ha retirado dentro de la conciencia
egoica. Prácticamente no existen para el que está poco evolucionado;
pasan cíclicamente y con asombrosa rapidez dentro y fuera de encarnación.
La
analogía en el plano físico de esta rápida actividad se encuentra
en el intenso ir y venir del hombre común a medida que enfrenta
las exigencias de la existencia, y también la dificultad para
obtener el equilibrio meditativo, evidenciada por la impaciencia
y expectativa.
Durante
el progreso, se alargan constantemente los períodos fuera de la
encarnación, hasta el punto en que son mucho más extensos que
los pasados en expresión externa. Entonces el intervalo
domina.
Los
períodos de salida (exhalación) y entrada (inhalación) son relativamente
breves y el punto que debe recalcarse ambos períodos están matizados
y controlados por los propósitos del alma, formulados y registrados
en la mente durante el intervalo entre dos etapas más activas
de experiencia.
La vida interna, lentamente desarrollada durante los intervalos
cíclicos, llega a ser el factor dominante. El hombre se hace gradualmente
subjetivo en su actitud, y la expresión en el plano físico es
principalmente el resultado de la vida mental interna, y no tanto
el resultado de la reacción a los acontecimientos en el plano
físico y a la inquieta naturaleza del deseo.
2.
El flujo y el reflujo de la vida diaria en una encarnación dada,
también demostrarán sus intervalos, y el estudiante debe aprender
a reconocerlos y utilizarlos. Además, ha de registrar la diferencia
entre la intensa actividad saliente, períodos de retiro e intervalos,
en que la vida externa parece estática y sin interés activo. Esto
debe hacerlo si quiere aprovechar plenamente la oportunidad que
la experiencia de la vida le ofrece.
La
totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento
y continuo período de trabajo, ni tampoco comprendérsela como
una eterna siesta.
Tiene
normalmente su propio latido rítmico y vibración y su propia y
especial pulsación. Algunas vidas cambian su ritmo y modo de actividad
cada siete años, otras cada nueve u once. Aún otras actúan en
ciclos más cortos con meses de enérgicos esfuerzos, seguidos de
meses de aparente inactividad. Algunas personas están tan sensiblemente
organizadas que, en medio del trabajo, acontecimientos y circunstancias,
se ven forzadas a un retiro temporal en el que asimilan las lecciones
aprendidas durante el precedente período de trabajo.
Dos
grupos de seres humanos trabajan aparentemente sin ningún flujo
y reflujo en el plano físico, pero manifiestan un constante impulso
para trabajar.
Éstas son personas tan poco evolucionadas, tan por debajo de la
escala de la evolución (si puedo expresarlo así) y tan predominantemente
animales, que no hay ninguna reacción mental a los acontecimientos
o circunstancias, sino simplemente una respuesta al llamado de
las necesidades físicas y la utilización del tiempo para la satisfacción
de los deseos.
Esto
nunca cesa; por lo tanto poco existe de lo que puede denominarse
cíclico. Entre ellos están incluidos el trabajador inculto y el
hombre sin civilización.
También
existen esos hombres y mujeres que se hallan en la escala opuesta,
habiendo ascendido relativamente más alto en la escala del progreso.
Se
han emancipado completamente de lo puramente físico y perciben
íntimamente la naturaleza de deseo, por lo cual han aprendido
a mantener una actividad continua basada en disciplina y servicio.
Trabajan conscientemente con los cielos y comprenden algo de su
naturaleza. Conocen el divino arte de abstraer su conciencia en
el alma en contemplación, y pueden controlar y guiar sabiamente
su trabajo en el mundo de los hombres. Ésta es la lección que
todos los discípulos están aprendiendo y la elevada realización
de los iniciados y trabajadores entrenados de la raza.
3.
El tercer tipo de intervalo, que nos interesa primordialmente
al considerar el trabajo mágico en el plano físico, es el logrado
y utilizado mediante el proceso de meditación, y con el que el
estudiante debe familiarizarse, porque de otra manera será incapaz
de trabajar con poder. Este intervalo o período de intenso silencio
se divide en dos partes:
Existe
ante todo el intervalo denominado contemplación. Quisiera recordarles
la definición dada en un libro de Evelyn Underhill que describe
la contemplación como un "intervalo entre dos actividades".
Este
período de silencio sigue a la actividad (tan difícil para el
principiante) de conseguir el alineamiento entre alma, mente y
cerebro, aquietar el cuerpo emocional y lograr esa concentración
y meditación que servirá para enfocar y reorientar la mente sobre
un nuevo mundo, y ubicarlo dentro de la esfera de influencia del
alma. Es análogo al período de inhalación. En este cielo, la conciencia
saliente se recoge y eleva. Cuando este esfuerzo es coronado por
el éxito, la conciencia entonces se desliza fuera de la llamada
personalidad, el aspecto mecanismo, y se produce un cambio en
la conciencia.
El
alma llega a ser activa en su propio plano y de esta actividad
son conscientes la mente y el cerebro. Desde el punto de vista
de la actividad de la personalidad, se produce un intervalo. Hay
un punto de inspirada espera. El mecanismo está completamente
pasivo, la mente firme en la luz, y mientras tanto el alma piensa,
como habitualmente lo hace, al unísono con todas las almas, extrayendo
de los recursos de la Mente Universal y formulando su propósito
de acuerdo al plan universal. Este ciclo de actividad registrada
del alma es seguido por lo que podría llamarse el proceso de exhalación.
El
intervalo llega a su fin; la mente expectante vuelve a la actividad
y en la medida que ha sido correctamente orientada y mantenida
en una actitud puramente receptiva, se convierte en intérprete
e instrumento del alma, que ahora ha vuelto la "luz de su
rostro sobre la personalidad atenta" Por ese medio puede
ahora desarrollar los planes formulados en el intervalo de la
contemplación. La naturaleza emocional es arrastrada por el deseo
de hacer objetivos los planes, con lo cual la mente reorientada
trata de colorar sus experiencias, y luego el cerebro recibe la
impresión transmitida, y la vida del plano físico es entonces
reajustada para materializar debidamente esos planes.
Esto
por supuesto implica un mecanismo entrenado, ajustado y correctamente
responsivo, algo que raras veces se encuentra.
La
segunda parte del intervalo sólo llega a ser posible cuando se
ha alcanzado el primero o intervalo contemplativo. El discípulo
que trata de cooperar con la Jerarquía de Maestros y lo manifiesta
mediante activa participación en Su trabajo en el plano físico,
debe aprender a trabajar no sólo a través de la realización contemplativa,
sino también mediante la utilización científica de los intervalos,
desarrollados por medio de la respiración, entre los puntos de
inhalación y exhalación, en el sentido puramente físico del término.
Ésta
es la verdadera ciencia del pranayama y su objetivo. La conciencia
cerebral se halla necesariamente implicada. El intervalo entre
respiraciones sólo puede usarse correctamente cuando el hombre
ha alcanzado el poder de seguir el intervalo de contemplación
que afecta al alma, la mente y el cerebro. Así como la mente se
ha mantenido en la luz y receptiva a las impresiones del alma,
del mismo modo el cerebro debe ser receptivo a las impresiones
de la mente.
Por
lo tanto, tiene lugar un intervalo (desde el punto de vista del
alma unificada con la personalidad) después del período de inhalación
del alma, cuando la conciencia que va hacia fuera se vuelve dentro;
el otro se efectúa al final, cuando el alma va de nuevo conscientemente
hacia fuera, al mundo objetivo; la exhalación es reemplazada por
la inhalación y esto también tiene su intervalo. El discípulo
debe aprender a utilizar con facilidad estos dos intervalos del
alma uno de los cuales provoca efectos sobre la mente y el otro
sobre el cerebro.
Hay
una analogía en el plano físico de este proceso de inhalación
y exhalación divina, con sus dos intervalos de silencio y pensamiento.
Permítanme repetir los efectos de estos intervalos. En el intervalo
más elevado, el pensamiento abstracto o divino, impresiona al
alma y es transmitido a la expectante mente; en el otro, por el
pensamiento concreto y el intento de incorporar el pensamiento
divino en la forma, la mente impresiona al cerebro y produce la
actividad mediante el cuerpo físico.
Los
estudiantes de ocultismo que han demostrado su devoción y equilibrio
mental, y que (usando una fórmula antigua de las escuelas de meditación)
han cumplido los cinco mandamientos y las cinco reglas y adquirido
el correcto equilibrio, pueden comenzar a utilizar los intervalos
entre los dos aspectos de la respiración física, con el objeto
de desarrollar una actividad intensa y utilizar el poder de la
voluntad para producir efectos mágicos. Enfocada la conciencia
en el cerebro y habiendo participado en el trabajo de contemplación,
puede ahora continuar con el trabajo de materialización del plan,
en el plano físico, mediante la energía enfocada de la voluntad,
empleada en silencio por el hombre consciente. Como puede verse,
estos intervalos de respiración son igualmente dos, después de
la inhalación y de la exhalación, y cuanta más experiencia tenga
el discípulo, tanto más largo será el intervalo y, en consecuencia,
mayor la oportunidad para el trabajo mágico centralizado y la
pronunciación de esas palabras de poder que permitirán cumplirse
el propósito divino.
No
sería correcto ni apropiado extenderme sobre la forma de utilizar
estos "puntos medios", según se los denomina en esta
regla, de los cuales se apropia el mago y los emplea en el trabajo
constructivo. En ellos utiliza conscientemente la energía, di-rigiéndola
de la manera que le parece más apropiada; entra conscientemente
en contacto con esas fuerzas y vidas que puede utilizar, y les
ordena aportar lo esencial para activar los propósitos espirituales
y construir las formas y organismos necesarios; con ellos lleva
adelante el trabajo de liberar a los "prisioneros del planeta",
y se hace consciente de sus colaboradores, el grupo de místicos
mundiales de la jerarquía de almas.
En
instrucciones de esta índole, que leerá todo el público, sería
imprudente dar direcciones más explícitas. Mucho no se ha dicho,
a fin de que sólo el estudiante que posee un profundo conocimiento,
logre las necesarias correlaciones que le permitirá llevar adelante
el "trabajo de los intervalos", donde únicamente puede
realizarse el trabajo mágico. Se preguntarán: ¿Por qué? y ¿Por
qué los secretos de la respiración están tan celosamente guardados?
Porque la eficacia de la magia negra se encuentra justamente ahí.
Hay un punto en que ambas, la magia negra y la blanca, emplean
necesariamente una etapa similar en el trabajo. Ciertos hombres,
con fuertes voluntades y mentes claras y entrenadas, pero animados
por propósitos estrictamente egoístas, han aprendido a emplear
el más bajo de los dos intervalos del alma el que concierne a
la relación entre la mente y el cerebro. Mediante la intensa aplicación
y un conocimiento de la ciencia de los centros pueden desarrollar
sus planes egoístas e imponer su voluntad y autoridad mental sobre
los "prisioneros del planeta". De esa manera han causado
mucho daño. No desean participar en el intervalo superior, en
el cual el alma está activa y la mente responde. La actividad
intelectual y la respuesta del cerebro a las impresiones de la
mente es todo lo que les concierne. Como puede verse, tanto los
magos blancos como los negros emplean el intervalo inferior, y
los dos conocen el significado de los intervalos de la respiración
física. Pero el mago blanco trabaja desde el nivel del alma hacia
fuera, en el mundo manifestado, y procura efectuar el plan divino,
mientras que el mago negro trabaja desde el nivel del intelecto,
procurando obtener sus propios fines separatistas. La diferencia
no sólo reside en el móvil, sino también en el alineamiento y
su radio de conciencia y campo de expansión. Por lo tanto, verán
por qué todos los verdaderos instructores evidencian tan extremas
precauciones, mientras se esfuerzan por enseñar la naturaleza
del trabajo mágico. Sólo quienes han sido puestos a prueba y son
leales, desinteresados y puros, pueden recibir las instrucciones
completas. A todos puede dárseles información concerniente al
intervalo mayor de alma mente y mente cerebro. Únicamente a unos
pocos puede confiárseles la información más importante concerniente
a los intervalos menores, efectuados en el cuerpo físico entre
una respiración y otra y en la conciencia del cerebro.
Otro
punto podría ser de interés antes de hablar sobre, los “prisioneros
del planeta" y el trabajo que debe realizarse con ellos.
La
humanidad está pasando actualmente a través de un ciclo de excesiva
actividad. Por primera vez en la historia humana esta actividad
abarca a la humanidad en gran escala, en los tres aspectos de
la conciencia de la personalidad. El cuerpo físico y los estados
de conciencia emocional y mental están grandemente trastornados.
Esta triple actividad unificada es acrecentada por un cielo de
intensa actividad planetaria, debido a la entrada en una nueva
era, al desplazamiento del sol a un nuevo signo del Zodíaco y
a la consiguiente preparación que capacitará al hombre para trabajar
fácilmente con las nuevas fuerzas y energías que actúan sobre
él. En el centro de la vida humana, el grupo integrador de los
nuevos servidores del mundo debe enfrentar, por lo tanto, una
verdadera necesidad. Su trabajo primordial consiste en mantenerse
en estrecha unión con el alma de la humanidad constituida por
todas las almas en su propio nivel del ser, mediante la propia
actividad del alma organizada, para que siempre haya quien "trabaje
en los intervalos" y así permitir que progrese el plan y
la visión, ante los ojos de quienes aún no pueden penetrar en
el lugar elevado y secreto. Como muchas veces he dicho, ellos
deben aprender a trabajar subjetivamente, a fin, de mantener en
este ciclo de actividad y expresión exotérica el poder, latente
en todos, de retirarse al centro. Hablando simbólicamente, ellos
constituyen la puerta. Las facultades y los poderes se pueden
perder por no emplearlos; el poder de divina abstracción y la
facultad de hallar lo que ha sido lla-mado "el sendero dorado
que conduce al claro estanque y de allí al Templo de Retiro",
no deben perderse. Éste es el primer trabajo del Grupo de Místicos
Mundiales, y deben conservar abierto el sendero y el camino libre
de obstáculos. De otro modo la magia blanca podría dejar de existir
temporalmente, y asumir indebido control los propósitos egoístas
de la naturaleza forma. Este lamentable acontecimiento ocurrió
en los días de la Atlántida, y los que entonces formaban el grupo
de trabajadores tuvieron que retirarse de toda actividad externa
y "abstraer los divinos misterios, ocultándolos de los curiosos
y de los indignos".
Ahora
se está haciendo un nuevo intento para liberar a "los prisioneros
del planeta". La Jerarquía, mediante el grupo de servidores
del mundo, en proceso de formación, procura restaurar los misterios
a la humanidad, a la cual realmente pertenecen. Para el triunfo
de este intento es fundamentalmente necesario, a quienes han percibido
la visión y visto una parte del plan, dedicarse nuevamente al
servicio de la humanidad, consagrarse al trabajo de ayudar hasta
el máximo de su capacidad (reflexionen sobre estas palabras y
extraigan su significado), a todos los servidores del mundo y
sacrificar su tiempo y dinero en acrecentar el esfuerzo de los
Grandes Seres. Ante todo no dejen de practicar la meditación;
mantengan la unión interna; piensen en la verdad en todo momento.
La necesidad y la oportunidad son grandes, y todos los que pueden
ayudar son llamados al frente de batalla. Por lo tanto, todos
pueden ser útiles de alguna manera si cada uno y todos comprenden
la verdadera naturaleza del sacrificio, desarrollan habilidad
en la acción y trabajan sin apegos.
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