REGLA
ONCE 2/3
Aquel
que trabaja con la ley tiene ahora que llevar a cabo Tres
cosas: Primeramente, descubrir la fórmula que confine las
vidas dentro de la muralla esferoidal; luego, pronunciarlas
palabras que le expresen a esas vidas qué deben hacer y dónde
llevar lo que ha sido hecho; finalmente, pronunciar la frase
mística que lo salvaguardará de su trabajo.
I.
Pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas qué deben
hacer y dónde llevar lo que ha sido hecho.
Recordemos
que esta regla sólo es poderosa de acuerdo a cómo "el que
trabaja con la Ley" está en armonía con la realidad interna
dentro de sí mismo, el alma. Es esencial que su conciencia esté
plenamente despierta para que el alma actúe a través de él. El
alma es quien pronuncia las palabras. El alma es quien expresa
la frase mística, pero es el alma controladora o regente del mecanismo,
el de la forma. Este control sólo es posible donde hay alineamiento
del cerebro, la mente y el alma. Nuevamente es necesario recordar,
que esta regla, siendo una expresión del trabajo creador, se aplica
a todo proceso creador, macro o microcósmico, o al tratar de Dios
como creador del sistema solar, del alma como creador del mecanismo
humano, o del hombre cuando intenta dominar la técnica del trabajo
mágico y así llegar a ser un creador de formas en su propia esfera.
Todos deben elaborar la verdadera significación de esta regla,
porque Dios actúa bajo la Ley de Su Ser, y esta Ley nos demuestra
las leyes de la naturaleza.
En
la frase que estamos considerando, están incluidas las ideas de
actividad ordenada y de una meta consciente e intencionada. El
constructor de cualquier forma es ante todo un controlador de
vidas y el árbitro de los destinos de ciertas entidades. Este
pensamiento ilumina el tema del libre albedrío y de la Ley de
Causa y Efecto. No debe olvidarse sin embargo, que el misterio
de las causas está oculto en universos pasados –todos, en su día,
fueron "formas habitadas por Dios". Para nosotros no
puede haber tal cosa como la causa pura, sino únicamente el desarrollo
de efectos mayores. Así como una realidad tal como la razón pura
es totalmente incomprensible e inasequible para nosotros, así
también sucede con la causa pura. Estos factores son anteriores
a nuestro sistema solar, y por lo tanto será inútil especular
sobre ellos, excepto en lo que tiende al desarrollo del mecanismo
mental. Nuestro sistema solar es un sistema de efectos, que a
su vez genera causas. Únicamente la familia humana y entre aquellos
que utilizan conscientemente el poder mental, se generan causas
de cualquier clase. Todas las causas iniciadas por alguna mente
que actúa conscientemente y piensa con claridad, presupone un
Pensador, y en realidad ésta es profundamente la posición de las
ciencias ocultas. Nuestro sistema solar es una forma mental que
tiene existencia real mientras persiste el pensamiento. Todo lo
que existe forma parte de la corriente de ideas que emana del
divino Pensador. Todos los pensamientos son parte de la corriente
divina. Las multitudes no piensan y así no generan causas que
a su debido tiempo producen efectos.
Se
preguntarán, ¿dónde está entonces la verdad afirmada en muchos
libros esotéricos modernos, de que la tendencia de la vida o los
ciclos de la vida, indican necesariamente el futuro y que las
causas iniciadas en una vida se desarrollan como efectos en otra?
Donde las vidas son predominantemente emocionales y están físicamente
orientadas, no es determinada vida la que marca el paso, sino
un grupo de vidas que interactúan simultáneamente, predisponiendo
el futuro en ciertas líneas. Esto es eternamente verdad respecto
a todos los seres humanos en cierto nivel de desarrollo consciente,
donde son dominados por un conjunto de ideas, moldeados irreflexivamente
por la tradición y la opinión pública; están decididamente sumergidos
en intereses egoístas, y no comprenden las condiciones, pues son
llevados adelante en la marea de la evolución. Es una forma de
actividad grupal (grupos regidos por la vibración de formas físicas
y astrales) que produce las características y tendencias causantes
de la situación y circunstancias ambientales. En la comprensión
de esto se halla oculto el secreto del karma y de las condiciones
raciales y nacionales. En estos grupos se encuentra sumergido
el hombre común activo y sensible, y para salir de esta sumersión
debe encontrar su camino, descubriendo y utilizando su mente.
El instinto tiene que ceder el lugar al intelecto. Durante ciclos
de vidas, grupos de almas encarnan por la atracción de las formas
materiales. Estas energías atractivas han sido anteriormente utilizadas
por el alma –finalmente eliminadas y desintegradas. En el primer
caso la potencia de la forma atrae al alma a la encarnación, porque
en la primera mitad del proceso evolutivo la materia – altamente
organizada en un sistema solar anterior— es el factor dominante.
Más tarde, como es bien sabido, el espíritu se eleva sobre la
materia. La interacción conjunta de espíritu y materia es ahora
tan potente que una de las experiencias más importantes que puede
sobrellevar un alma, es lograr la etapa donde la atracción de
la materia empieza a disminuir y el alma aprende a desprenderse
de ella. La humanidad está pasando ahora por esta experiencia
–también es una actividad grupal en una vuelta más alta de la
espiral.
Las
amplias generalizaciones son más seguras que la información detallada
y frecuentemente errónea de las reglas que rigen la apropiación
y el abandono de formas, que tanto abunda en nuestra literatura
pueril, y aún estas generalizaciones deberían ser consideradas
con mucho recelo. Lo único que se puede afirmar es que, bajo la
Ley de Causa y Efecto, la materia y el espíritu se fusionaron
y los mundos fueron hechos. Regidas por la misma ley, las formas
fueron creadas y llegaron a ser expresiones materiales del impulso
de vida. Fueron arrastradas dentro y fuera de la manifestación
de acuerdo a una pulsación cíclica rítmica, iniciada en sistemas
solares que precedieron al sistema inmediato al nuestro. Grupos
de formas aparecían y desaparecían y estaban regidas casi completamente
por su vibración y coherencia grupal. Así progresó la vida a través
del reino elemental e involutivo, y de los tres reinos inferiores
de la naturaleza hasta el reino humano.
La
misma actividad grupal reina en las etapas humanas inferiores
y en la etapa del hombre animal, sólo que (como en los reinos
involutivos) los grupos son cada vez más pequeños a medida que
las unidades individuales logran, una por una, el estado de verdaderos
individuos autoconscientes y comienzan a actuar como almas. Entonces
no sólo llegan a ser creadores por el poder de permanecer solos,
por la facultad de pensar con claridad y por la correcta visualización,
sino que demuestran ser poseedores del arte creador o facultad
de imaginación creadora. Pasan a través de una vida tras otra
de autosuficiencia, donde desarrollan y utilizan la personalidad;
luego empiezan a descubrir su grupo subjetivo, que oportunamente
ocupará en sus conciencias el lugar de los grupos materiales externos.
De ese modo vuelven a adquirir existencia grupal, pero esta vez
con pleno conocimiento y control.

En
el grupo, con el cual están subjetivamente afiliados, encontrarán
a muchos de los que trabajaron con ellos en la etapa masiva anterior,
es decir, trabajarán en íntima asociación con quienes han estado
más cerca y unidos a ellos en el gran ciclo de la vida.
A
estas etapas se les da ciertos nombres en los archivos ocultos,
que son sugestivos e iluminadores y por supuesto simbólicos. Podría
ser de interés si expusiera algunas de estas antiguas expresiones
crípticas, las cuales proporcionarán los tres datos siguientes:
el nombre de la etapa, su color esotérico y su símbolo. Quisiera
señalar, sin embargo, que estos intrigantes fragmentos de informaciones
que a veces imparto y que algunos estudiantes parecen considerar
como de importancia vital, son de mucha menor trascendencia que
el mandato de vivir benévolamente, expresar palabras gentiles
y sabias y practicar el autoolvido. Los datos ocultos son leídos
y observados; las instrucciones familiares son descuidadas y pasadas
por alto. Nosotros, que trabajamos con aspirantes, frecuentemente
sonreímos por la simplicidad y la falta de discernimiento que
evidencian aquellos a quienes enseñamos. Dígasele a un estudiante
que practique con constancia la ley de benevolencia amorosa, y
dirá que tratará de hacerlo, pero en su fuero interno lo desvirtúa,
debido a la familiaridad del requerimiento, considerándolo a lo
sumo como una trivialidad necesaria.

Dígasele
al estudiante que se le darán algunas frases ocultas o alguna
información sobre los Grandes Seres, y con ansiedad, excitación,
satisfacción propia y complacida curiosidad, se preparará para
recibir la importante revelación. Sin embargo, el primer requerimiento
es portador de información oculta y le indica una ley que –si
es seguida correctamente— lo conducirá a la libertad y liberación.
El segundo concierne a los fenómenos, y este conocimiento no conduce
al cansado peregrino a los portales del cielo. Es necesario que
recuerden esto.
Las
etapas que preceden a la humana, son omitidas, porque ninguno
de los que leen estas palabras posee el equipo necesario para
comprender su significado interno. Comenzaremos por lo tanto con
las etapas del reino humano.
1er.
Etapa.
La
vida ha ascendido muchos peldaños al utilizar diariamente la forma.
A través de los tres inferiores, con lento progreso, fue hollado
el largo sendero. Ahora otra puerta está abierta. Y son emitidas
las palabras: "Penetra en el camino del verdadero deseo".
La
vida, que se conoce a sí misma sólo como forma, se reviste de
rojo vívido, el rojo del conocido deseo, y por medio del rojo
todas las formas deseadas se acercan, son captadas y retenidas,
utilizadas y desechadas, hasta que el color rojo cambia al rosa,
del rosa a un rosado pálido y luego al blanco. Entonces florece
la rosa blanca y pura de la vida.
La
diminuta rosa de viviente vida se ve en capullo; mas no la flor
abierta.
2ª
Etapa.
El
cuadro cambia de forma. Otra voz, que viene de muy cerca, pronuncia
otra frase. La vida sigue su camino. "Entra en el campo donde
juegan los niños y participa de sus juegos". Cuando ha despertado
al juego de la vida, el alma atraviesa el portal.
El
campo es verde y sobre su ancha extensión las muchas formas movientes
de la Vida una se divierten; forjan la danza de la vida las muchas
formas modeladas que Dios adopta. El alma entra "en el campo
de recreo del Señor" y juega en él hasta que ve la estrella
de cinco brillantes puntas y exclama: "Mi Estrella".
La
estrella es sólo un punto de luz, aún no es un sol radiante.
3ª
Etapa.
El
camino del rojo deseo fracasa. Pierde su seducción. El campo de
recreo de los hijos de Dios ya no ejerce atracción. La voz emitida
dos veces desde el mundo de la forma, se enuncia ahora dentro
del corazón. Llega el desafío: "Prueba tu propio valor. Posesiónate
de la esfera anaranjada de tu propósito centralizado". Respondiendo
a la palabra emitida, el alma viviente, sumergida en la forma,
emerge de las muchas formas y abre su camino hacia adelante. Viene
el camino del destructor, del constructor y nuevamente del destructor
de las formas. Las formas destruidas no tienen el poder de complacer.
La propia forma del alma es ahora el gran deseo, y así entra al
campo de recreo de la mente.
Pero
en estos sueños y fantasías llega a veces una visión –la visión
de un capullo de flor de loto, sus pétalos cerrados, apretadamente
sellados; sin aroma todavía, pero bañado en una fría luz azul.
El
color naranja y el azul, en lejana época serán fusionados. Su
fusión baña en luz el capullo y trae su futura apertura. Que la
luz brille.
4ª
Etapa.
Dentro
de la oscuridad prosigue la vida. Una voz diferente parece surgir:
"Penetra en la caverna y encuentra tu propia caverna; camina
en la oscuridad y sobre tu cabeza lleva una lámpara encendida".
La caverna es oscura y solitaria; es fría y un lugar de numerosos
sonidos y voces. Las voces de los muchos hijos de Dios, que quedaron
jugando en el campo de recreo del Señor, y claman pidiendo luz.
La caverna es larga y estrecha. El aire está cargado de nieblas.
El ruido del agua que corre se encuentra con el del viento impetuoso
y el frecuente retumbar del trueno.
A
lo lejos, nebulosa y muy vagamente percibida, aparece una abertura
ovalada de color azul. Extendida a través de este espacio azul,
se ve una cruz rosada, y en el centro de la cruz, donde se unen
los cuatro brazos, una rosa. En el brazo superior, un vibrante
diamante brilla en el centro de una estrella de cinco puntas.
El
alma viviente se arroja con ímpetu hacia la cruz que impide su
camino hacia la vida, revelada y conocida.
La
cruz aún no ha sido cargada y, por lo tanto, quedó atrás. Pero
adelante va el alma viviente, los ojos fijos sobre la cruz, los
oídos atentos a los lamentos de todas sus almas hermanas.
5ª
Etapa.
¡Afuera
hacia la radiante vida y luz! La caverna es dejada atrás; la cruz
es echada abajo; el camino queda expedito. Las palabras suenen
claras dentro de la cabeza y no dentro del corazón. "Entra
de nuevo en el campo de juego del Señor y esta vez dirige los
juegos". El camino hacia el segundo rellano está cerrado,
pero por obra del alma misma. El rojo deseo ya no rige la vida,
pero ahora la clara llama azul arde con fuerza. En el último peldaño
del Camino cerrado él vuelve atrás y pasa abajo hasta el campo
de juego, donde encuentra envolturas muertas construidas en una
etapa anterior y pisando sobre las formas descartadas y destruidas
tiende las manos serviciales. Sobre su hombro está el ave de la
paz; en sus pies las sandalias del mensajero.
¡Aún
no ha llegado la completa gloria de radiante vida! ¡Aún no ha
penetrado en la paz eterna! Aún queda el trabajo y la elevación
de los pequeños.
Aquí
tenemos en forma simbólica cuadros de la vida y del progreso humanos,
de la vida en la forma y en el crecimiento mediante el proceso
constructivo que caracteriza el trabajo creador. Es sólo una escueta
traducción de algunas frases mántricas y algunos símbolos básicos,
y de ninguna manera deben considerarse como algo que únicamente
indica un proceso, velado y expresado de manera tal, que sólo
quienes saben pueden comprenderlo. Los esotéricos observarán que
estas cinco etapas abarcan el período de vida de toda forma, no
importa que el creador sea cósmico, planetario o humano.
Toda
forma es construida por una chispa impulsora de vida, emanada
de un creador, y crece etapa tras etapa bajo la ley de crecimiento
–un aspecto de la ley de atracción, que es la ley de la vida.
Esta ley colabora con la Ley de Causa y Efecto que, como sabemos,
es la que rige la materia. Causa, atracción o deseo, crecimiento
y efecto –estas cuatros palabras rigen la construcción de cualquier
forma mental. Cuando esta última es una entidad completa, constituye
un efecto producido por el crecimiento, bajo el poder de una causa
organizada.
La
raza ha evolucionado hasta un punto en que pensamos en los efectos
en términos de cualidad mas bien que de materia. Para nosotros
existe una forma mental cuyo fin es producir un efecto. Hemos
llegado a sentir que la razón de ser de todas las formas es expresar
alguna cualidad subjetiva, que nos dará la clave del propósito
de su creador. Reflexionen sobre estas palabras. Por lo tanto
en esta regla encontramos que el propósito de la palabra pronunciada
es decirle a las vidas que constituyen la forma "qué deben
hacer y dónde han de llevar lo que ha sido hecho". Así nos
encontramos con la idea de propósito, actividad y meta.
No
es necesario acentuar o agregar a la enorme cantidad de literatura
publicada, la significación del propósito en conexión con una
forma mental tal como un sistema solar, un planeta, un reino de
la naturaleza o un ser humano. En cierto sentido esta subjetiva
triplicidad de propósito, actividad y meta, es bien conocida,
y en otro sentido es de naturaleza demasiado elevada e inescrutable
para ser tratada en estas instrucciones e internarnos en los reinos
de la especulación. Desde largo tiempo la religión se ha preocupado
por la meta; actualmente el científico intenta tratar con el aspecto
actividad; los pensadores y filósofos más avanzados constantemente
especulan con la voluntad de Dios. Sólo cuando el hombre se someta
a la disciplina de su propia voluntad espiritual, controle la
actividad de las vidas dentro de su naturaleza forma y se oriente
hacia la meta, a medida que progresivamente hace un llamado a
su visión, llegará a una verdadera comprensión del plan, el cual
constituye la voluntad de Dios, en la medida en que pueden captarla
los seres humanos.
Ahora
nos ocuparemos de las formas mentales que el hombre comienza a
crear mientras diariamente aprende a pensar, pues es la primera
lección que debe aprender en el trabajo mágico. El creador en
materia mental debe:
a.
Aprender a construir inteligentemente.
b.
Dar el impulso, mediante palabras correctas, que animará lo que
ha construido y permitirá a la forma mental trasmitir la intención
de la idea.
c.
Exteriorizar su forma mental, orientándola correctamente hacia
su meta, dirigiéndola con tal exactitud que alcance el transmisor
su objetivo y cumpla su propósito.

La
necesidad de pensar claramente y eliminar pensamientos ociosos,
destructores y negativos, aumenta cuando el aspirante progresa
en su camino. Cuando se va acrecentando el poder de la mente y
el ser humano distingue su pensamiento del pensamiento de la masa,
inevitablemente construye formas de sustancia mental. Al principio
lo hace automática e inconscientemente. No puede evitarlo y, afortunadamente,
para bien de la raza, las formas construidas, por ser tan débiles,
la mayor parte son inocuas o están muy de acuerdo con los pensamientos
de las masas que sus efectos son insignificantes. Pero a medida
que el hombre desarrolla su poder, se acrecienta su capacidad
de dañar o de ayudar, y a menos que aprenda a construir adecuadamente
y a darle un móvil correcto a lo construido, se convertirá en
un agente destructor y en un centro de fuerza maligna –destruyendo
y dañándose no solamente a sí mismo, como pronto veremos, sino
también a quienes vibran en su nota.
Al
admitir todo esto, cabe preguntarse: ¿Hay alguna regla simple
que el neófito sensato y sincero pudiera aplicar a esta ciencia
de construcción, y tan clara y concisa que produzca el efecto
necesario? Las hay, y las estableceré tan sencillamente que el
principiante podrá, si las sigue, eludir los peligros de la magia
negra y aprender a construir de acuerdo con el plan. Si sigue
las reglas que doy, evitará el intrincado problema que él mismo
ha construido ciegamente y que en verdad impide la entrada de
la luz del día, oscurece su mundo y lo aprisiona dentro de un
muro de formas que son para él su propia gran ilusión.
Estas
reglas quizás le parezcan demasiado sencillas al aspirante entrenado,
pero para quienes están dispuestos a volver a ser niños, encontrarán
que son una guía segura hacia la verdad y oportunamente les permitirá
pasar las pruebas para el adeptado. Algunas están expresadas en
términos simbólicos, otras necesariamente veladas, y aún otras
expresan la verdad tal como es:
1.
Observa el mundo del pensamiento y separa lo falso de lo verdadero.
2.
Aprende el significado de la ilusión, y en su centro localiza
el cordón dorado de la verdad.
3.
Controla el cuerpo emocional, porque las olas que surgen en los
mares tempestuosos de la vida engolfa al nadador, impiden la luz
del sol e inutilizan todos los planes.
4.
Descubre que posees una mente y aprende su uso dual.
5.
Concentra el principio pensante y sé el maestro de tu mundo mental.
6.
Aprende que el pensador y su pensamiento y lo que constituye el
medio del pensamiento, son diversos en su naturaleza, y sin embargo
uno en la realidad última.
7.
Actúa como el pensador y aprende que no es correcto prostituir
tus pensamientos en el vil deseo separatista.
8.
La energía del pensamiento es para bien de todos y para la ayuda
del Plan de Dios. Por lo tanto no la utilices para fines egoístas.
9.
Antes que una forma mental sea construida por ti, visualiza su
propósito, asegura su meta y verifica su móvil.
10.
Para ti, aspirante en el camino de la vida, el camino de construcción
consciente no es aún la meta. El trabajo de limpiar la atmósfera
del pensamiento, cerrar para siempre las puertas al odio, al dolor,
al temor, a los celos y a los bajos deseos, debe preceder al trabajo
consciente de construcción. Cuida tu aura, oh caminante en el
sendero.
11.
Vigila atento los portales del pensamiento. Guárdate del deseo.
Elimina todo temor, todo odio, toda codicia. Mira afuera y arriba.
12.
Porque tu vida está principalmente centralizada en el plano de
la vida concreta, tus palabras y tu lenguaje indican tu pensamiento.
Presta a éstos cuidadosa atención.
13.
Las palabras son de tres tipos. Las palabras vanas producirán
su efecto cada una. Si son buenas y amables, nada necesita hacerse.
De lo contrario el pago del precio no demorará mucho.
Las palabras egoístas, emitidas con gran intención, construyen
un muro de separación. Largo tiempo requiere la destrucción de
ese muro para liberar el propósito egoísta acumulado. Reflexiona
sobre tu móvil y trata de emplear esas palabras que fusionen tu
pequeña vida con el gran propósito de la voluntad de Dios.

La palabra de odio, la expresión cruel que arruina a quienes sienten
su conjuro, la habladuría ponzoñosa que va de boca en boca porque
causa una emoción, matan los impulsos vacilantes del alma, cortan
las raíces de la vida y traen la muerte.
Si son pronunciadas a la luz del día, traerán justa retribución;
dichas y registradas como mentiras, refuerzan ese mundo ilusorio
en que vive quien habla, y detienen su liberación.
Si se pronuncian con la intención de herir, dañar y matar, vuelven
al que las ha emitido y lo hieren y matan.
14.
El pensamiento vano, egoísta, cruel y de odio, expresado en palabras,
produce una prisión, envenena todas las fuentes de vida, provoca
enfermedad y causa desastres y demora. En consecuencia, sé amable,
bondadoso y bueno, dentro de tus posibilidades. Guarda silencio
y la luz entrará en ti.
15.
No hables de ti mismo. No te compadezcas de tu suerte. Los pensamientos
del ego y de tu destino inferior impiden que la voz interna de
tu propia alma suene en tu oído. Habla del alma; trata de explayarte
sobre el plan; olvídate de ti mismo construyendo para el mundo.
Así se neutraliza la ley de la forma. Así la ley del amor puede
entrar en ese mundo.
Estas
simples reglas son las bases correctas para llevar adelante el
trabajo mágico, y harán al cuerpo mental tan claro y poderoso
que el correcto móvil controlará, y el verdadero trabajo de construcción
será posible.
La
mayor parte de la significación de esta regla debe quedar en teoría
y será considerada un desafío hasta el momento en que el verdadero
trabajo mágico de construir formas mentales llegue a ser universalmente
posible. Como se ha visto, la fórmula permanecerá desconocida
por todos durante largas épocas futuras, excepto por los miembros
de la Jerarquía de Adeptos. Pueden ser descubiertas las palabras
directrices, pero sólo por aquellos que trabajan conscientemente
bajo la guía de sus propias almas y, mediante el control mental
y absorbidos en profunda meditación, podrán manipular la materia
mental y convertirse en "creadores conocedores". Éstos
pueden pronunciar y pronuncian las palabras impulsoras que traen
a la existencia esas nuevas formas y organismos, esas expresiones
de ideas y esas organizaciones, que viven su ciclo de vidas y
sirven su propósito, y así llegan oportunamente a su fin designado.
Estos creadores son los conductores y organizadores, los instructores
y los guías en todos los aspectos del vivir humano. Su sonido
es emitido hacia todas las tierras y su nota es reconocida internacionalmente.
Centenares de nombres son fácilmente recordados y surgen en forma
imprevista a la mente. Viven en la memoria de las multitudes,
pero sólo vive el sonido de sus éxitos, sea bueno o malo.
Pero
en la frase a considerar tenemos descrita una función universal,
aún cuando sólo se efectúe en su mayor parte en forma inconsciente.
Estas palabras son:
|