TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 861-886, editorial Kier. Apuntes sobre los cuerpos mental y causal
1. El Movimiento en el Cuerpo Mental. En la primera parte de este tratado nos ocupamos algo de los diversos aspectos de la actividad, al considerar el "fuego por fricción" y el movimiento ígneo de la propia sustancia.
Tocaremos brevemente algunos aspectos del tema, pues es necesario que el estudiante tenga presente ciertas cosas.
Debe esforzarse por determinar la relación existente entre la mente universal (la mente del sistema) y la mente cósmica y tratar de comprender el propósito del cuerpo o envoltura mental, el más interesante de los distintos cuerpos a causa de su constitución ígneo gaseosa.
También debiera tratar de lograr, por medio de la meditación, ese control mental y alineamiento que traerá estabilización y respuesta a la impresión causal, lo cual hará que le sean transmitidas instrucciones egoicas al hombre en el plano físico.
Ciertos puntos, en conexión con el cuerpo mental, requieren ser puestos de relieve, aunque nuestro propósito consiste en llamar la atención sobre su naturaleza.
De acuerdo a la Ley de Analogía, el estudiante debe estar capacitado para llegar a ciertas conclusiones y juzgar inteligentemente la asignación del propósito y lugar que le corresponde en el conjunto particular de pitris lunares que forman dicho vehículo.
El cuerpo mental está compuesto sólo de cuatro tipos de esencia, mientras que el cuerpo astral y el físico están formados de siete tipos.
Los devas que componen este cuerpo están agrupados y forman "la hueste de cuarto orden", teniendo íntima conexión con ese grupo de Vidas cósmicas que (por la impresión de su influencia sobre la materia solar) son responsables de que nuestro sistema solar sea de cuarto orden.
Este grupo de Vidas es manejado y controlado, en sentido macrocósmico, desde niveles mentales cósmicos, vía el sol espiritual central, y a través de aquello que, en el lenguaje esotérico, se denomina "la cuarta cavidad solar".
Si el estudiante meditara sobre la naturaleza del corazón humano, sus distintas divisiones, especialmente sobre una de las válvulas, obtendrá luz sobre este complejo problema.
Afluye constantemente energía de estas grandes Entidades en los niveles mentales cósmicos; esta afluencia es la vida misma de las unidades solares, suma total de los cuatro subplanos inferiores del plano mental, y en consecuencia la vida de las unidades individuales que forman los cuerpos mentales de todos los seres humanos.
Será evidente para el estudiante cuidadoso, que en todos los planos el cuarto subplano tiene una íntima y peculiar relación con la cuarta Jerarquía creadora, las mónadas humanas, y esto es peculiarmente así en relación con el cuerpo mental.
Por medio del número del plano (cinco) y el número del subplano (cuatro), la posibilidad de que el ser humano reciba la iniciación se convierte en una realidad, realizándose esa particular forma de actividad que caracteriza su progreso. Por lo tanto, dos corrientes principales de energía son responsables de la forma que tienen los cuerpos mentales, y ellas emanan: a. Del cuarto subplano del plano mental cósmico, incluyendo los tres subplanos mentales. b. Del conglomerado de vidas que forman la cuarta Jerarquía creadora. Como sabemos el número esotérico de esta Jerarquía es el nueve, siendo el cuatro el número exotérico.
La fusión de estas dos corrientes de fuerza (dentro de los confines de los tres mundos) da como resultado la progresiva actividad del hombre. Cuando esto va acompañado por la actividad autoengendrada de los átomos individuales de cualquier envoltura tenemos el movimiento progresivo-espiral.
Esto es verdad macro y microcósmicamente, porque la actividad del plano físico cósmico (nuestros siete planos del sistema), depende en gran medida de la actividad de ciertas manifestaciones de fuerza que pueden ser enumeradas de la manera siguiente:
a. La que desarrolla la cuarta Jerarquía creadora, que en conjunto forman los centros de fuerza. b. Las influencias emanantes del cuarto éter cósmico, el plano búdico, de las cuales depende la manifestación tangible y objetiva de todo el sistema. c. La revelación, tanto macro como microcósmica, del cuarto aspecto del loto egoico solar y humano; ésta es la revelación de la "Joya en el Loto", y macrocósmicamente es la perfecta coordinación de los tres aspectos por medio de la sustancia, siendo la culminación del propósito logoico, el cuarto grupo. También podría expresarse de otra manera:
"Cuando se conozca todo el significado de la existencia cuadridimensional, entonces el cuarto y el quinto orden completarán el sagrado nueve."
d. El alineamiento especifico, la simultánea interacción o libre circulación de la fuerza a través de las siguientes manifestaciones de la vida una: 1.
El Cuaternario logoico e igualmente el humano. Cuando esto haya sido completado, la meta universal habrá sido alcanzada y el Logos habrá asumido el control deseado sobre Su cuerpo físico; entonces las unidades humanas actuarán en el plano búdico, y los grupos de vidas que forman los cuerpos mentales de los seres humanos (numéricamente ligados a la progresión anterior) también lo habrán logrado.
Ciertas influencias y fuerzas actúan sobre la envoltura mental de cualquier ser humano, y producen en él esa actividad que se denomina "espiral-progresiva". Puede considerarse en forma breve que estas fuerzas contienen: 1. Las energías de los átomos de sustancia que componen el cuerpo mental. 2. Las energías del padre lunar, vida coherente del cuerpo mental grupal. Ambos grupos conciernen al no-yo, el tercer aspecto de la manifestación monádica. 3. Las energías del Angel solar o Padre, principio coordinador que se halla detrás de la manifestación en los tres mundos. 4. Las energías de las vidas inteligentes que forman el cuerpo egoico.
Dichas vidas tienen su fuente de emanación en otros niveles que no son del sistema. Ambos grupos se relacionan con el principio egoico, principio medio que vincula lo de arriba con lo de abajo, siendo el segundo aspecto de la manifestación monádica.
5. La energía que emana de la "Joya en el Loto", el punto focal de energía en la Tríada superior. Ello concierne al Yo, el aspecto más elevado de la manifestación monádica. El efecto producido por la acción mutua de estos cinco tipos de energía, produce (por medio de la unidad mental) aquello que llamamos el cuerpo mental. Después de todo, esta envoltura es sólo la acumulación dé esos átomos de una zona específica con la cual tiene que ver el Pensador, manteniéndola magnéticamente dentro de su "círculo no se pasa", sirviéndole de medio para su expresión mental, de acuerdo a su grado de evolución.
Esta misma definición es aplicable a todas las envolturas atómicas, y una de las cosas que el estudiante de las ciencias ocultas debe hacer oportunamente es investigar la naturaleza de las vidas que conforman los cuerpos, las cualidades de las energías que influencian tales vidas y el carácter y la fuerza de los principios subyacentes. Entonces arribará a hechos de inestimable valor, concernientes a las energías del reino humano.
A fin de mantener la idea fundamental correlacionada con las distintas secciones de este tratado, les llamo la atención sobre los cuatro puntos que hemos considerado referentes al movimiento de los cuerpos físico y astral. Vemos que los efectos de ese movimiento pueden considerarse cuatro en total: Separación.
Separación. Se efectúa por medio de la actividad inicial del Ego, produciendo la primera de esas formas que intenta usar durante el ciclo de encarnación mediante el agrupamiento de dichas energías por medio del impulso autoengendrado.
A fin de evolucionar, el Ego se identifica con esa forma, separándose temporariamente de su propio Yo verdadero. A través del velo de materia mental conoce ante todo la separación, sufriendo la primera experiencia en los tres mundos. Esto significa separarse del aspecto más elevado.
Desde el punto de vista de la personalidad también se observa la separación, porque la actividad de la envoltura monádica, su propia volición interna, produce la formación de una esfera de actividad de naturaleza distinta, regida por leyes propias y -hasta que se halla logrado cierto alineamiento durante la evolución- viviendo su propia existencia separada, alejada de las dos envolturas inferiores astral y física.
De esta manera puede afirmarse que "la mente mata lo Real" y oficia de "gran Engañadora" del Yo en un caso, y de "gran Separadora" en otro; se ubica entre la vida egoica centralizada y la existencia de la personalidad.
Esta vida separada va fortaleciéndose a medida que la acción giratoria-espiral del cuerpo mental se intensifica durante los ciclos de manifestación y la Idea "individualizada" predomina diariamente cada vez más.
El principio "Ahamkara", como se lo denomina en La Doctrina Secreta, realiza su trabajo, y el hombre se centraliza más fuertemente, haciéndose autoconsciente en el significado más inferior del término. Más tarde, a medida que entran en acción energías superiores y se realiza el esfuerzo para equilibrar, en los tres mundos, los tres tipos de manifestación de fuerza a través de los tres vehículos, el Ego se hace consciente del engaño, liberándose finalmente.
Cuando esto está en proceso de consumación, durante las etapas finales de la evolución, el cuerpo mental se convierte en un transmisor de las corrientes de fuerza que provienen de la mente egoica, se construye el antakarana entre la mente superior y la envoltura mental, y el "cuerpo mental transmisor" se fusiona con el "cuerpo astral reflector". Así se elimina la separación. El estudiante observará, por lo tanto, que la meta para el cuerpo mental es simplemente llegar a ser un transmisor de los pensamientos y deseos del Ángel solar y actuar como agente de la Tríada. La meta para el cuerpo astral es poder llegar a ser en forma similar el reflector de los impulsos búdicos que llegan al cuerpo emocional por conducto de ciertos pétalos del loto egoico y del átomo astral permanente. El proceso de equilibrar las fuerzas de la personalidad (produciendo estabilidad y alineamiento) es llevado a cabo mediante la científica manifestación de las reacciones eléctricas de los tres cuerpos o envolturas. Se considera que la fuerza de la envoltura mental es positiva. El cuerpo físico es considerado negativo para el mental. El vehículo astral es el punto de unificación de las energías, el campo de batalla donde las dualidades se ajustan entre sí, obteniéndose el equilibrio. Tal es la idea subyacente en las palabras cuerpo "kama-manásico", pues éste durante dos tercios de la jornada del peregrino tiene dos propósitos. Técnicamente en la última etapa el hombre establece la diferencia entre voluntad y deseo y entre su cuerpo mental y de deseos. Impulso. La actividad desplegada por el cuerpo mental y el grado de vibración en progresivo crecimiento se efectúa por la afluencia de energías de distintos tipos. A medida que estos diversos factores presionan sobre la envoltura mental producen acrecentada actividad y velocidad del movimiento giratorio en los átomos individuales, acelerando también el progreso de todo el vehículo. Esto significa transferir, con mayor rapidez, los átomos de baja vibración de la envoltura, por átomos de calidad superior.
Implica también la transición más rápida de las diversas energías o la acción en espiral acrecentada. Este factor permite reencarnar con mayor rapidez y asimilar más rápidamente las experiencias aprendidas. En forma curiosa, desde el punto de vista del pensador común, dicho factor produce períodos devachánicos más extensos, porque estos ciclos de reflexión mental interna aumentan siempre su actividad. Constituyen ciclos de intenso ajuste mental, y de generación de fuerza, hasta que (al finalizar el ciclo de encarnación) la actividad que ha sido generada es tan fuerte que la continuidad de conciencia llega a ser un hecho consumado. Entonces el hombre con frecuencia supera el devachán, pues no lo necesita. Otros resultados obtenidos son la actividad cuadridimensional de las diversas "ruedas", las que comienzan no sólo a rotar sino a "girar sobre sí mismas", y la vivificación de las cuatro espirillas de la unidad mental. Podrían enumerarse algunas de las energías que producen acrecentado impulso en la envoltura mental, y cuando sean consideradas por el estudiante, volverá a ponerse de manifiesto lo complicado que es realmente el desarrollo humano. Estas energías son:
1. La directa y acrecentada influencia del Ángel solar. Esta influencia se siente: Cuando las tres hileras de pétalos se abren. Cuando la "joya interna" irradia más poderosamente.
2. La acción refleja proveniente de la personalidad física o las corrientes de pensamiento enviadas en el transcurso del tiempo, desde el cerebro físico.
3. Las actividades del cuerpo astral.
4. Las corrientes de pensamiento o unidades de energía, iniciadas por la identificación con los grupos, nacional, familiar, racial y egoico.
5. Las corrientes que hacen impacto sobre el cuerpo mental de todos los seres humanos a medida que los diferentes Rayos entran y salen de la encarnación.
6. Las fuerzas y energías que entran en actividad o están latentes en diferentes ciclos.
7. La interacción entre planetas, sistemas y constelaciones, para lo cual sirve de ilustración el efecto que produce la energía venusiana sobre nuestra Tierra, y muchos otros factores demasiado numerosos para ser mencionados. Dichas energías tienen su efecto y sirven para apresurar o retardar el proceso evolutivo.
Los estudiantes deben tener en cuenta que todos los grupos egoicos están regidos por la Ley del Karma, pero sólo en lo que puede afectarlo al Hombre celestial, no cuando la ley se manifiesta en los tres mundos. Esta ley kármica, impulso que rige a Sus centros, se manifestará de modo peculiar cuando las mónadas humanas formen parte de dichos centros, entonces cada grupo tendrá sus propios problemas relacionados con la "actividad" y recorrerán en espiral la ronda del Ser en su propia y peculiar modalidad, manifestando cualidades y movimientos diferentes a los de sus hermanos.
Por ejemplo, por el retiro de la energía, no por la inercia básica, las mónadas, la suma total de los centros de fuerza creadora del Hombre celestial, reaccionan violentamente, en el plano físico, en contra de ciertas "leyes de la naturaleza", y en el período de su transición desde el centro más inferior al centro laríngeo del Hombre celestial, revelan cualidades revolucionarias que las convierte en un enigma para sus hermanos. Debemos considerar ahora la "fricción activa" del cuerpo mental, y la actividad del mismo cuando se manifiesta como absorción. Recordemos que ambas conciernen al movimiento de la envoltura mental como un todo. El resultado de esta actividad es acción giratoria-espiral-progresiva.
Fricción activa. Como se deduce, estas palabras tratan del aspecto "fuego por fricción" de la sustancia y, por lo tanto, del aspecto inferior de la energía del cuerpo mental. La fuerza de la Vida dentro de la envoltura se manifiesta en la acción atractiva y repulsiva de los átomos individuales, y esta constante e incesante interacción produce el "calor oculto" del cuerpo y su creciente irradiación.
También constituye uno de los factores que trae la gradual formación de nuevos átomos de sustancia (los cuales son cada vez de mejor y más adecuada cualidad) y la exclusión de aquello que no es satisfactorio como medio de expresión inteligente.
La unidad mental es la síntesis de los cuatro tipos de fuerza y sus cuatro expresiones que estamos considerando. Cada uno de los grupos de vidas, esencia viviente de cuatro subplanos, se enfoca a través de una de las espirillas del ente, influenciando a a.
la envoltura misma, y expresando en mayor o menor grado las cuatro cualidades. Puede observarse que algunos instructores ocultistas aplican a estos grupos, nombres que expresan la idea de la empresa en actividad que constituye su función predominante.
A las "Vidas" del cuarto subplano (donde se halla la unidad mental) se las denomina "Absorbentes de lo superior y de lo inferior" o "aspectos transmisores de cuarto orden". Reciben energía, por un lado la absorben del Ego durante la primera etapa del proceso de encarnación y por otro absorben las energías de la personalidad al finalizar el período de manifestación. Por lo tanto desempeñan una actividad que podría considerarse correspondiente al primer aspecto. Cuando se recuerde que el proceso cósmico se repite en cada plano y que el Ego permanece inmanifestado en los tres mundos, se comprenderá que esas vidas constituyen los separadores primordiales y los "destructores" finales.
A las vidas del siguiente plano (que utilizan la segunda espirilla de la unidad mental) se las denomina "puntos de interacción del impulso cíclico"; acumulan el impulso por medio del proceso de atracción y repulsión y representan la fuerza dual, en el cuerpo mental, pues sólo por medio de la unión y separación de los átomos grandes y pequeños, macro y microcósmicos, es posible producir cualquier clase de manifestación.
En el subplano formado por las vidas que funcionan a través de la tercera espirilla se encuentran "los puntos de fricción activa" o los "productores de calor" y todos -los absorbentes, los puntos de impulso y los productores de calor- derraman sus fuerzas a través de las "vidas separadas" que forman la verdadera barrera entre el próximo cuerpo y la envoltura mental.
Esto sólo es posible cuando su trabajo está unificado y sintetizado. El estudiante debe recordar que las vidas son la expresión de una Vida, y que una de las espirillas será el medio para expresar determinadas cualidades de esas vidas. Estamos tratando específicamente con el cuarto efecto del movimiento de la envoltura mental a medida que se manifiesta a través de todo el vehículo.
Absorción: Esta facultad produce las formas del "círculo no se pasa" mental (al final del ciclo), principio activo que se halla detrás de la manifestación devachánica. El estudiante, por medio de una consideración del proceso macrocósmico, puede llegar al conocimiento de la separación del cuerpo mental y su funcionamiento individual. Nos referimos al proceso del "retiro celestial"; bajo la ley de analogía no es fácil seguir los distintos pasos y etapas, debido a las siguientes razones: A que todos nuestros planos son subplanos del físico cósmico, formando el cuerpo físico logoico. Cuando el Logos se retira finalmente de la manifestación funciona en Su cuerpo astral cósmico, estando el devachán cósmico aún lejos de Él, resultando imposible concebirlo. En consecuencia, todo lo que podemos considerar son ciertos puntos referentes al "descanso en el Cielo", del hombre.
Absorción en el devachán significa ser absorbido en un definido estado de conciencia dentro del cuerpo físico logoico; el devachán es esotéricamente un estado de conciencia, pero donde se piensa conscientemente en términos de tiempo y espacio en los tres mundos. Por lo tanto no tiene un lugar designado para la unidad de conciencia, pero sí lo tiene desde el punto de vista del Hombre celestial. Prakriti (materia) y conciencia son en la manifestación- inseparables.
El "devachán", mencionado en los libros ocultistas, está conectado con la conciencia del cuerpo planetario logoico y con el subplano gaseoso del plano físico cósmico.
En consecuencia, es trascendido en el momento en que el hombre empieza a actuar en los éteres cósmicos, tales como el cuarto éter cósmico, el plano búdico.
Se halla estrechamente vinculado con ciertas fuerzas kármicas porque es allí donde el hombre se ocupa del cúmulo de formas mentales que ha construido, y son esencialmente de naturaleza esotérica, mental y sustancial.
En el devachán el hombre da forma y pule las piedras con que edifica el Templo de Salomón. Es el taller adonde se llevan las piedras individuales (buenas acciones y pensamientos) para ser modeladas después de haber sido extraídas de la cantera de la vida personal.
Por ser de materia mental, puede considerárselo como un centro o corazón de paz, dentro de la periferia de la esfera de influencia de la unidad mental.
Las cuatro espirillas forman cuatro corrientes de fuerzas protectoras.
Una analogía de esta corriente de fuerza puede observarse en los cuatro ríos que emanaron del Jardín del Edén. De allí es expulsado el hombre al mundo de la encarnación física, y el Ángel de la espada flamígera cuida la entrada cerrándole el paso hasta el momento de haber evolucionado en tal grado que pueda llegar al portal cargado con piedras, capaces de resistir la acción del fuego. Cuando somete estas piedras al fuego y resisten la prueba, puede entrar de nuevo al "Cielo", aunque su tiempo está limitado por la naturaleza y cualidad de lo que ha traído.
Cuando, en el devachán, la conciencia ha absorbido toda la esencia de la experiencia de la vida, entonces ese lugar o aspecto de materia no puede absorberlo y, evadiendo toda limitación, penetra en el vehículo causal.
2. El Movimiento en el Cuerpo Causal. Hemos estudiado en parte esta actividad al manifestarse la forma cuádruple en la envoltura o cuerpo mental; la razón por la cual no se ha dicho mucho respecto a este tema se debe a que el cuerpo mental está regido por las leyes del aspecto materia y sujeto a las mismas reglas que rigen a los vehículos materiales de todo lo existente; sólo que es materia de grado más refinado.
En consecuencia, el estudiante puede aplicar al cuerpo mental lo que se ha dicho anteriormente respecto a los cuerpos astral y físico, y evitar así la necesidad de tratar el tema con más detalles.
El cuerpo causal difiere del aspecto Brahma en que éste es una personificación más plena de la vida del segundo aspecto, predominando las características de éste. Estudiar la naturaleza del movimiento en el vehículo causal requiere mucha claridad mental y adecuada apreciación de la naturaleza de ese cuerpo.
Debe recordarse que al considerar el cuerpo causal, tratamos específicamente con el vehículo de manifestación de un Ángel solar, que es la vida que le da forma y lo construye, perfecciona y expande, reflejando así en pequeñísima escala el trabajo del Logos en Su propio plano. Cada parte del cuerpo causal es impulsada por un tipo de fuerza que emana de un gran centro; quizás sea de interés considerar las partes componentes del "Templo del Alma", si estudiamos el tipo de actividad animadora y llegamos a un conocimiento de las fuerzas que actúan sobre él y a través del mismo.
Las consideraremos separadamente, comenzando por la hilera externa de pétalos.
Los Pétalos de Conocimiento. Representan el aspecto inferior de la Tríada y responden a las formas inferiores de fuerza egoica. Estos pétalos son tres y están influenciados por ciertas corrientes de actividad. a. Una corriente de energía emana de la tríada inferior de átomos permanentes, en particular del átomo físico permanente, por medio de uno de los tres pétalos llamados pétalos de conocimiento. La corriente de fuerza generada en el yo inferior circula en una triple corriente (el triple Sendero hacia Dios reflejado en el yo inferior) alrededor del triángulo atómico en la base del loto egoico. Cuando ha adquirido suficiente fuerza y pureza, afecta la hilera externa de pétalos. Esto comienza a sentirse durante el tercer período de evolución del hombre cuando todavía constituye una unidad inteligente común o átomo.
Esta energía, cuando se fusiona con la vida innata de las vidas atómicas que forman los pétalos, produce finalmente esa íntima fusión de alma y cuerpo que hace del hombre un alma viviente. b. Otra corriente de energía emana con el tiempo de la segunda hilera de pétalos cuando está activa, conteniendo instintivamente la vida y cualidad del Manasaputra en manifestación.
La segunda hilera de pétalos de cualquier loto egoico es la única que nos da la clave de la naturaleza del Ángel solar, así como la hilera externa es -para la visión interna del Adepto- la clave del grado de evolución de la personalidad.
Observando al loto egoico el vidente puede conocer la naturaleza de: El yo personal, por la condición del triángulo atómico y de la hilera externa de pétalos.
El Yo superior, por el color y ordenamiento de la hilera central de pétalos, la cual mediante el ordenamiento de las vidas atómicas que forman los pétalos y la circulación de las corrientes de fuerzas en los mismos, le permite conocer la "familia" a la que pertenece el Ángel solar.
La Mónada, a través de la hilera de pétalos internos, siéndole revelada en forma similar su etapa de percepción inferior.
El número del Rayo al que pertenece, siendo conocido por la cualidad de la "luz" que emana de la joya oculta.
En estos pétalos se hallan implicados grupos de vidas solares y de otra índole, y las corrientes de energía que provienen de ellas se enfocan a través de los pétalos. Esto es evidente para aquel que posee la clave.
Es un hecho curioso que las corrientes de fuerza que forman los pétalos y están en constante flujo producen aparentemente "símbolos clave" dentro de la periferia de la rueda egoica, revelándose así a través de su actividad.
c. Un tercer tipo de energía resultante de una afluencia de fuerza monádica o átmica, es la que -al finalizar la evolución- se hace sentir a través de la hilera de pétalos internos.
d. Por lo tanto, cuando los pétalos se abren transmiten vida o energía proveniente de tres fuentes: 1. Yo inferior Pitri lunar Pétalos de Conocimiento.
Entonces es posible sentir un tipo más elevado de energía, la energía del centro del cuerpo del Hombre celestial o Logos planetario, que utiliza la "Joya en el Loto" como punto focal. En este resumen hemos tratado los principales tipos de energía que se manifiestan en el cuerpo causal o egoico. Otros tipos de influencia pueden también ser considerados en conexión con la hilera externa de pétalos.
e. Tenemos la energía que llega directamente a los pétalos de conocimiento desde el átomo manásico permanente.
Los átomos permanentes de la Tríada espiritual, así como los cuerpos que se construyen a su alrededor, atraen a ciertos grupos de vidas dévicas que hasta la fecha no han sido considerados. No son los pitris lunares, como comúnmente e comprende ese término, sino que tienen una conexión directa con aquello que se llama "la luna cósmica", o con ese sistema solar agonizante que tiene la misma relación con nuestro sistema que la luna con la cadena terrestre.
Esta "luna cósmica" transmite su energía al subplano atómico manásico por intermedio del planeta Saturno. Es una energía triple, existiendo una relación exotérica entre esta triple energía y los anillos de Saturno.
El Antiguo Comentario expresa esta verdad, relativa a un interesante grupo de hijos de manas, de la manera siguiente:
"Estos Hijos de la Mente se aferraron a la antigua y agonizante forma y rehusaron abandonar a su Madre. Prefirieron disolverse con ella, pero un hijo menor (Saturno) trató de rescatar a sus hermanos, y con ese fin construyó un triple puente entre lo viejo y lo nuevo. Este puente persiste y forma un sendero por donde es posible evadirse.
Se tendió el puente sobre el abismo mayor, pero aún quedaba el abismo inferior, y los vivientes Hijos de la Mente deberán tender el puente."
La energía transmitida desde el átomo manásico permanente de cada jiva encarnante, la unión con su reflejo, la energía de la unidad mental y la triple corriente de fuerza creada de esta manera en el plano mental, tienen su reflejo planetario en la relación que existe entre Saturno y otro esquema planetario, y los tres anillos que son anillos de energía y símbolos de una verdad interna.
f. La energía también afluye a los pétalos de conocimiento desde el grupo egoico, o desde el conjunto de pétalos de conocimiento de los lotos que pertenecen al grupo afiliado a cualquier Ángel solar en particular. Anteriormente ya nos hemos ocupado de estos grupos.
g. La energía es también transmitida a los pétalos por intermedio de grupos y emanaciones provenientes de esos esquemas planetarios y corrientes de fuerza que forman los pétalos externos de ese gran centro que es nuestro sistema solar y que, según se nos dice, es visto desde los planos superiores como un loto de doce pétalos.
Estas corrientes no emanan de los siete planetas sagrados, sino de otros cuerpos planetarios dentro del "círculo no se pasa" solar. Las corrientes de fuerza de los planetas sagrados actúan sobre la hilera central de pétalos. Aquí hay un indicio para el avezado estudiante, y la clave para descifrar la naturaleza del aspecto inferior del Ángel solar. Los Pétalos de Amor Sabiduría. Las corrientes de energía que actúan sobre, y a través de esta segunda hilera de pétalos, son muy semejantes a las ya tratadas, pero se originan de diferentes grupos de vidas (lunar y solar). La forma inferior de energía, que llega a esta hilera, emana del yo inferior por intermedio del átomo astral permanente y del segundo pétalo de la hilera externa. Es energía astral transmutada y más poderosa que la energía análoga de la primera hilera, debido a la naturaleza innata del cuerpo astral ya que es acrecentada por la energía de la propia hilera externa Este factor produce un rápido progreso al finalizar el período evolutivo. Existen ciertas corrientes de fuerza en la evolución de la Mónada, que podría decirse, representan para ella la línea de menor resistencia, enumeradas específicamente desde la más inferior son: a.
Emanaciones del reino vegetal. Esto, lógicamente, atañe solo a nuestro sistema solar, siendo el sistema de amor regenerador.
b. Otra forma de energía influyente se origina en la hilera interna de pétalos, punto focal de fuerza para la mónada, considerada como atma. Debe destacarse que las corrientes de fuerza que forman los "pétalos de voluntad" tienen una actividad dinámica y (cuando éstos están activos) producen un desarrollo muy rápido. De los dos tipos de fuerza existente ésta constituye la interna; su mutua interacción provee el estímulo necesario y da como resultado la apertura del capullo y la revelación de la Joya.
Los dos tipos de energía tienen su analogía con las ya enumeradas, pero sólo menciono una de ellas, la que llega hasta la segunda hilera de pétalos de amor por intermedio del átomo búdico permanente.
La energía así originada es de un tipo peculiarmente interesante, siendo la energía básica de toda manifestación y la suma total de las fuerzas que forman el séptuple corazón del sol físico, estando situadas dentro de su protectora luminosidad. A su vez transmiten los impulsos vitales desde el corazón del Sol central espiritual; tenemos así una cadena graduada y directa de energías transmisoras:
a.
El Corazón del Sol central espiritual.
Esta energía búdica es la suma total de la fuerza de vida de Vishnu o el Hijo, transmisor y representante de una Deidad cósmica aún mayor. Lo anterior sirve para demostrar la unicidad del ente más ínfimo con la gran Vida que le da forma, mostrando la belleza integral del esquema. La vida más grande del Señor de Amor cósmico palpita en grado infinitesimal en el corazón de Su más ínfimo reflejo, y por esta razón el átomo hombre puede también decir "yo también soy Dios; Su Vida es mía".
Los Pétalos de Sacrificio. Las energías o fuerzas que afluyen, iniciando así la actividad de la hilera interna de pétalos, y los Pétalos de Sacrificio, además de poseer un definido y doble estímulo de poder, son también de naturaleza análoga a los ya enumerados. Una influencia estimuladora proviene del aspecto Voluntad de la Mónada y, por consiguiente (a través de la transmisión), del primer Aspecto del Logos planetario; la otra emana del "sagrado Capullo que oculta la Joya". Ésta es una vibración particularmente fuerte debido a que, cuando la hilera interna se abre, la joya es revelada y los tres "velos" o "pétalos sagrados" se abren sucesivamente al desplegarse las tres hileras.
De esta manera se pone de manifiesto que numerosos centros energetizantes son responsables del "movimiento", esotéricamente comprendido, del loto egoico.
Tenemos la vida innata de las unidades atómicas que forman cada pétalo y la vida circulatoria del pétalo mismo, considerado como unidad individual, y también la vida de la hilera de tres pétalos, y a esto podemos agregar la actividad unificada de los tres círculos externos o la fusión de las fuerzas de conocimiento que han sido absorbidas del yo personal, las fuerzas de amor que son las energías naturales del Ángel solar y las fuerzas de sacrificio que afluyen desde la Mónada.
Tenemos así un maravilloso conjunto de corrientes de energía que representan las energías internas y las que (por ser cósmicas) son aún mayores. Finalmente, tenemos la fuerza dinámica de la "Joya" en el Corazón, que es en sí el punto focal para la vida del Logos planetario, y por medio del Logos planetario, para los demás Logos.
De esta manera las potencialidades latentes en el jiva encarnante son estupendas, pudiendo llegar a ser igual a Dios, siempre que se someta al proceso evolutivo y no se "abstenga de tenderse sobre la rueda". De esta manera las expansiones de conciencia, que en el concilio aceptan un punto de vista individual respecto a la vida espiritual y también a la Sabiduría de la Deidad, no representan una vana promesa sino que constituyen una garantía por la misma constitución del vehículo empleado, y el lugar que ocupa en el esquema el "Punto en desarrollo", como se lo denomina a veces al Ego.
Nada, en tiempo y espacio, puede impedir que cada forma, que es simplemente un expresión de vida energetizada, tienda a servir a todas las demás formas. Alguna clase de estímulo, la tendencia a incrementar la vibración para establecer contacto con corrientes de energía, la acentuación de la actividad de cada punto centralizado, a medida que hace contacto con otros puntos en la elevación general de la vibración por la interacción de esas fuerzas, impulsa a todo el sistema hacia su consumación y hacia la revelación de la "gloria que algún día será revelada".
Dichas fuerzas forman el conjunto de lo que se llama "vida fohática". A medida que el sistema o el cuerpo del Logos es llevado adelante mediante la energía contenida en todas sus partes, cada parte infinitesimal marcha hacia una glorificación individual similar.
Los muchos que forman el Todo y los entes que constituyen el Uno, no pueden diferenciarse mientras se alcanza la consumación. Se confunden y pierden en la "luz beatífica" general, como se dice a veces. Más adelante ampliaremos algo este concepto, y comprenderemos la interacción cósmica que se lleva a cabo en forma análoga. Podemos imaginar que el estímulo y la intensificación cósmica tienen lugar cuando en vez de planetas o átomos humanos son constelaciones las que forman las unidades del Todo. Los soles con sus sistemas representan en su inmensidad el papel de átomos. Puede así obtenerse una idea del propósito unificado subyacente al girar la gran Rueda del Cielo cósmico, y el desarrollo del propósito vital de esas estupendas existencias que mantienen una posición en la Jerarquía cósmica, similar a la de "AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE".
No es posible dar a los estudiantes una idea adecuada de la belleza del loto egoico cuando ha alcanzado la etapa de completo desarrollo. No me refiero aquí a la brillantez del color, sino al brillo de los fuegos y el rápido centelleo del incesante movimiento de corrientes y puntos de energía. Cada pétalo palpita en trémulos "puntos" de fuego, y cada hilera de pétalos vibra con vida, mientras que en el centro fulgura la Joya, irradiando corrientes de energía desde el centro hasta la periferia del círculo más externo. Los fuegos de la energía viviente circulan alrededor de cada pétalo individual, y el método de entrelazamiento y la circulación de los fuegos es (como se comprenderá) de naturaleza séptuple de acuerdo con la séptuple naturaleza del Logos implicado. Cada círculo de pétalos, a medida que prosigue la evolución, se activa, y gira alrededor de la Joya central, de manera que tenemos no sólo la actividad de los pétalos, de los puntos vivientes o las vidas dévicas dentro de la circunferencia de pétalos, sino también la actividad unificada de cada hilera del triple loto. En una etapa específica de la evolución, antes de abrirse el encubridor capullo central, las tres hileras de pétalos, consideradas como una unidad, comienzan a girar, de manera que todo el loto parece estar en movimiento. En las etapas finales, el círculo central de pétalos se abre revelando lo que oculta y girando alrededor de la Joya, pero en dirección contraria a la del loto externo que lo hace rápidamente. La razón de ello no puede revelarse aquí porque se halla oculta en la naturaleza del Fuego eléctrico o Espíritu.
La Joya permanece ocultamente estática, no circula. Es un punto de paz; palpita rítmicamente, como el corazón del hombre, y desde allí irradia ocho corrientes de fuego viviente que se extienden hasta las puntas de los cuatro pétalos de amor y los cuatro pétalos de sacrificio.
Esta óctuple energía es atma-budi.
La irradiación final produce la desintegración del cuerpo del Ego. Los pétalos de conocimiento, por no estar sujetos a la atención de este fuego central, a su debido tiempo cesan su actividad; el conocimiento es reemplazado por la divina sabiduría, siendo similarmente absorbidas las fuerzas de los pétalos de amor.
Finalmente nada queda excepto el deseo de "sacrificarse", y debido a que el impulso vibratorio es afín con la naturaleza de la Joya viviente, se sintetiza en la unidad viviente central y sólo queda la Joya de fuego.
Cuando todos los pétalos han fusionado sus fuerzas en otro lugar, se completa el proceso de la revelación. Los fuegos inferiores se apagan; el fuego central es absorbido; sólo persiste el radiante punto de fuego eléctrico.
Aparece entonces un curioso fenómeno en la última iniciación. La Joya de fuego resplandece como siete joyas dentro del uno, o como la séptuple chispa eléctrica y, en la intensidad de la llamarada así creada, es reabsorbida en la Mónada o el Uno. Este proceso se repite en la consumación final de la evolución solar cuando los siete Soles resplandecen antes del gran Pralaya. Estos modos de expresión sólo son figuras que sirven para dar una pequeña idea de la belleza y complejidad del divino proceso a medida que es llevado adelante en el micro y en el macrocosmos. Sirven para limitar y circunscribir la realidad, pero para el hombre cuyo Ojo divino está en proceso de abrirse, y para quien ha despertado la facultad de la intuición superior, tales figuras sirven como clave o llave para una interpretación superior, revelando al estudiante ciertas ideas sobre la naturaleza del fuego. Para concluir lo que queda por decir, respecto al movimiento en el cuerpo causal, quisiera destacar que también éste -en su propio plan posee las características de inercia, movilidad y ritmo. Inercia, caracteriza la etapa previa a la rotación de las diferentes hileras de pétalos, y sólo empieza a percibirse cuando los pétalos se hacen activos. Puede afirmarse que el tránsito del Peregrino a través del Aula de la Ignorancia corresponde al período de “inercia egoica". Durante este período, los átomos permanentes son los puntos de luz más notables del loto; constituyen los "alimentadores de energía" del pétalo. Más tarde, cuando el Peregrino en el plano físico se hace más activo y el loto egoico se despliega con mayor rapidez, sobreviene la etapa de movilidad, comenzando la rotación de las hileras. Finalmente, cuando el hombre huella el Sendero e intensifica su propósito, se abre el capullo central, la rotación se unifica y mediante la irradiación de los fuegos de la Joya se impone un ritmo específico en el loto, estabilizándose st1. ¿estas energías. Este ritmo es diverso de acuerdo al tipo de Mónada o a la naturaleza del Logos planetario del rayo a que pertenece el hombre, su divino Prototipo. Mediante el uso de ciertos términos es transmitida cierta información a los Trabajadores del planeta, la Fraternidad de la Luz, respecto a la naturaleza del Ego implicado, la cualidad de su Rayo, el número de su vibración y el grado de evolución alcanzado. Se evidenciará por qué no es posible publicar aquí los nombres de los siete grupos rítmicos. Uno de los efectos producidos en el hombre inferior por intermedio del centro, a través de la actividad unificada del cuerpo causal, es la coordinación de las energías inferiores del ser humano. Éstas, como sabemos, se ponen de manifiesto por medio de: a. Los tres grupos de centros que pertenecen a los tres cuerpos. b. El cuerpo etérico mismo. c. Ciertos centros del cuerpo físico, tales como la glándula pineal, el cuerpo pituitario y el bazo. No nos referimos aquí al trabajo de dichos centros, pues es autoiniciado e inherente a su misma naturaleza, sino a los efectos que se observará en ellos cuando las tres hileras de pétalos funcionen con acrecentada coherencia, y la fuerza latente en la Joya haga sentir su presencia.
Puede decirse específicamente que estos efectos se demuestran de triple manera: Primero, el grupo de "ruedas" o centros de cada plano (o en cada uno de los vehículos más sutiles) se convierten en cuadridimensionales y funcionan como "ruedas que giran sobre sí mismas.
Segundo, distribuyen ordenadamente la fuerza formando distintos triángulos de energías dentro de los cuerpos. Esto ya se ha tratado anteriormente, aquí sólo es necesario destacar que la energía que se va acumulando en el cuerpo causal y desde allí hace sentir su presencia, produce la circulación esotérica de fuerza entre los centros que oportunamente vincula cada centro en una forma geométrica peculiar, sometiendo así todas las partes de la naturaleza del hombre inferior.
Tercero, estimulan ciertas glándulas del cuerpo consideradas en la actualidad como puramente físicas, y permiten al Ángel solar sujetar y mantener para Su propósito, al cuerpo físico denso.
Podría ser de utilidad para el estudiante recordar que cada centro puede ser considerado como que evidencia la energía solar o fuego, manifestándose como un medio para la energía inferior o fuego por fricción.
Estos centros permiten al Ángel solar imponer gradualmente su ritmo y vibración sobre aquello que vibra a un ritmo inferior. Así paulatinamente va controlando toda la sustancia inferior de la forma. Antes de obtener la liberación final, pero después de completar la mayor parte de los procesos de purificación y alineamiento, los vehículos del iniciado tienen una maravillosa apariencia, debido a las corrientes de energía que le llegan desde el cuerpo egoico.
El loto egoico se abre, desplegándose el "fuego" central. Cada pétalo y cada hilera de pétalos palpita con vida y color, está en constante movimiento, gira con gran rapidez, circulando la corriente de energía vital por todas partes del loto.
Los tres átomos permanentes brillan y resplandecen, formando, a través de su rápida rotación e interacción, lo que parece ser un resplandeciente punto de fuego, siendo denominado "el reflejo de la Joya en la frente de la Madre".
Los dieciocho centros que corresponden a los tres planos (cuatro en el mental y siete en cada uno de los dos planos inferiores) son ruedas radiantes de fuego, caracterizándose cada grupo por un color específico y girando con tal rapidez que el ojo apenas puede seguirlas.
Los cuerpos están formados por la sustancia de grado más elevado, por lo tanto cada átomo individual es capaz de vibrar en forma intensificada y brillar con la luz de su propio fuego central.
El cuerpo etérico en esta etapa es especialmente notable, pues constituye el transmisor del tipo más puro de prana y merece el nombre de "el cuerpo del Sol" que a veces se le da.
Es la envoltura que cubre los fuegos del sistema microcósmico; en él se centran no sólo los fuegos pránicos, sino esos siete centros que transmiten las energías superiores del Ego y de los dos cuerpos materiales superiores.
Todo está allí centralizado, y el vehículo etérico espera ser utilizado en el plano físico en colaboración con su medio ambiente denso, hasta que el hombre pueda vincular la conciencia de los dos aspectos del cuerpo denso a fin de mantener la continuidad.
Una vez realizado esto, los tres centros, que son de naturaleza estrictamente física -la glándula pineal, el cuerpo pituitario y el bazo- se hacen luminosos y radiantes, y todos los fuegos del cuerpo son tan estimulados que los átomos que forman la envoltura física, parecen irradiar.
Ésta es la verdad esotérica que subyace en la creencia de que todo mensajero de la Logia y Salvador del hombre, naturalmente es un sanador. Las fuerzas que fluyen a través del hombre cuyos átomos, centros, envolturas y cuerpo causal forman una unidad coherente en plena y radiante actividad tienen tal poder y pureza, como para producir un efecto definido sobre la naturaleza de aquellos con quienes se pone en contacto. Curan, estimulan y acrecientan la vibración de sus semejantes.
Todo esto tiene que ser parcialmente comprendido y visualizado antes que el hombre, en el plano físico, esté dispuesto a emprender la disciplina de purificación y a ollar el Sendero mediante el cual hallará su centro y trabajará desde ese punto de poder.
Tiene que alinear estos factores o centros de energía, y llevar así poder al plano físico para utilizarlo en la curación de las naciones. Cuando se ve la gloria del Dios interno en el hombre y cuando resplandece su radiación, entonces se dirá de él lo mismo que se ha dicho respecto a los que lo han precedido en el Sendero: "Nacerá el Sol de Justicia y en sus alas traerá salud."
Existen ciertos factores, en conexión con la evolución humana, que producen resultados definidos e importantes cuando están conectados entre sí mediante corrientes de energía vinculadoras, en consecuencia funcionan conscientemente. Dividiendo en dos grupos estos factores y acentuando cada uno la dualidad de la manifestación microcósmica podrían enumerarse como:
1er
Grupo.
2do.
Grupo.
Estos diversos alineamientos (cuando funcionan debidamente ajustados) dan como resultado la transmisión de energía desde el átomo manásico permanente, en el primer caso, y en el segundo, desde el átomo búdico permanente.
Se pondrá entonces de manifiesto la importancia que tiene para el estudiante considerar debidamente el proceso de efectuar un alineamiento uniforme y apreciar conscientemente el proceso vibratorio de ambos grupos. A medida que lleve a cabo este reajuste, el efecto producido en el plano físico será manifestado por los poderes del Alma y la capacidad de curar, convirtiéndose el hombre en un punto focal para la energía egoica y en un servidor de la raza.
El mago negro lleva a cabo resultados similares por medio del primer grupo, con la única excepción de que no puede alinear los pétalos de conocimiento en los dos grupos internos, debido a que en su caso el aspecto amor-sabiduría está atrofiado.
Sin embargo, tiene que atraer la energía del átomo manásico permanente, porque la fuerza de Mahat (de la cual Manas es una expresión) está estrechamente conectada con lo que erróneamente se llama "mal". Mahat y Mal cósmico tienen una íntima conexión.
Las grandes Existencias, que son el principio de Mahat en su sentido cósmico, están conectadas con las existencias menores que expresan el mal del sistema.
Son la suma total del instrumento separativo, y donde hay separación de cualquier tipo se hallará ignorancia y, por lo tanto, el mal. La separación anula la comprensión o sea el conocimiento de aquello que se encuentra fuera de la conciencia separada, porque conocimiento separatista significa identificación con aquello que se está expresando por medio de una forma.
Por lo tanto, los Hermanos de la Sombra pueden alcanzar, y lo hacen, elevados niveles de un aspecto de la conciencia y lograr ciertos niveles específicos del mal espiritual, penetrando un gran trecho en la línea de Mahat o conocimiento, principio de la Mente Universal. Pueden alcanzar, en etapas posteriores, expansiones de conciencia y de poder que los llevará mucho más allá de los confines de nuestro sistema solar y les otorgará atributos y capacidades que serán una amenaza para el desarrollo del segundo Aspecto.
El alineamiento del primer grupo, cuando no está equilibrado por el segundo, es la línea que sigue el mago negro, sacándolo finalmente de la corriente de energía quíntuple denominada manásica, y llevándolo al sendero cósmico de energía fohática, la estrictamente mahática.
Una vez en el Sendero, tiene dos caminos a seguir, uno lo mantendrá en contacto con el aspecto de sustancia natural que concierne a las encarnaciones cósmicas de nuestro Logos solar; el otro lo empujará hacia ese centro del Universo donde se halla la fuente de origen del principio mahático, punto focal donde se genera ese tipo de energía que hace posible la manifestación física densa de Dioses y hombres.
Es necesario tener en cuenta en esta afirmación que la envoltura física densa nunca se considera un principio. Se la juzga esotéricamente como mal. El asunto puede expresarse más simplemente mediante la afirmación de que el adepto negro está abiertamente relacionado con lo que se denomina "el residuo de lo que antes fue".
Responde a la vibración del sistema solar de un gran ciclo anterior, en el cual el conocimiento o principio manásico era la meta de realización. No responde al impulso de este sistema solar, y la razón de ello está oculta en el karma de la manifestación anterior.
Como sabemos, los Hijos de la Mente o los jivas encarnantes, son los nirvanas que retornan de una encarnación logoica anterior. Han adquirido el factor mente y necesitan amar.
Algunos, mediante un misterioso ciclo de acontecimientos, inexplicables para el hombre en este sistema solar, rechazaron la oportunidad y se vincularon con esa gran existencia dévica, impulso del físico denso, y no pueden liberarse. Su destino y el de dicha existencia está oculto en los planes de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE y en este sistema solar no hay esperanza para ellos. Afortunadamente, no es probable que ellos se den a conocer al hombre común; los Adeptos de la Buena Ley los encuentran muy a menudo.
El tema es muy complicado, pero podrá obtenerse alguna luz si recordamos que manas se manifiesta de dos maneras en el plano mental: en el mundo de la forma como unidad mental, en los planos de lo amorfo como átomo manásico permanente.
Puede considerarse que ambos tipos de manas personifican dos cualidades, blanca y negra.
La unidad mental o aspecto mente de un hombre, por ejemplo, después de todo sólo es el sexto sentido, y tiene que ser trascendido por la mente superior y la intuición.
El hermano negro lleva la evolución de los sentidos a un punto inconcebible para el hombre en la actualidad, y este sexto sentido mahático es de más vasta extensión y servicio para ellos que para el Adepto blanco.
Por lo tanto, se comprenderá que, durante un largo ciclo, el mago negro puede persistir y desarrollar sus poderes debido a que un tercio de la fuerza del loto egoico le pertenece y sabe cómo utilizarla con mayor ventaja.
Construye también el antakarana, pero con un objetivo y cualidad diferentes a los del estudiante de magia blanca. Se lo denomina "el sendero del mal manásico", y tiende un puente entre la unidad mental del mago implicado y ciertas analogías, en los niveles mentales, de los vehículos de los devas de ese plano. A través de este medio, y de la identificación con Los devas, puede escapar de los tres mundos a esferas del mal, incomprensibles para nosotros. Debe recordarse aquí que el mago negro es siempre un prisionero; no puede salir de la sustancia y de la forma. No es necesario dilucidar más este tema. Quisiera enumerar las líneas de alineamiento del tercer grupo, el que eventualmente trasciende a los otros dos y trae la final iluminación y liberación del hombre.
3er.
Grupo. Estos tres grupos de fuerza cuando se sintetizan en el hombre, producen finalmente esa perfecta coordinación y adaptación de todas las condiciones, formas y circunstancias que acontecen en la liberación de la chispa vital.
Ello se realiza técnicamente cuando el "capullo" se abre, y el Hierofante, durante la iniciación, puede liberar la energía de la Mónada y dirigirla (por medio del Cetro), para que finalmente circule, libre y sin trabas, por todas partes de la triple manifestación inferior. A medida que circula destruye quemando, porque cuando recibe la quinta Iniciación ha despertado totalmente el aspecto kundalínico. Así el aspecto destructor es subyugado y la forma "quemada sobre el altar". Estas ideas también pueden ser estudiadas en un aspecto más amplio; una clave para el misterio del mal cósmico puede hallarse en la diferencia existente entre los planetas sagrados y los no sagrados, y en el propósito y lugar, hasta ahora desconocidos, de las vidas de las existencias que dan forma a los numerosos planetas y planetoides del sistema solar.
Algunas son puramente maháticas o de tercer Aspecto, dominadas por los devas. Otras (de las que son ejemplo los planetas sagrados) son controladas por el segundo Aspecto, y éste inevitablemente vendrá a la manifestación.
Hay unos pocos, como nuestro planeta Tierra, que son campos de batalla, estando en conflicto los dos Aspectos, pero hay indicios de que triunfará finalmente la magia "blanca".
1. Observaciones (e Introducción sobre el Alineamiento. El efecto de la actividad sintética de los centros, envoltura y cuerpo causal, produce: Periodicidad
en la manifestación. a.
el centro alta mayor, Si resumimos los pensamientos transmitidos aquí, veremos que se refieren a algunos aspectos de ese necesario alineamiento que ha de efectuarse antes de obtener la plena capacidad para servir previamente al logro de la liberación final.
Hemos estudiado desde muchos ángulos las partes componentes del hombre, el microcosmos, y el modo por el cual se puede manifestar en la tierra para expresar aquello que se halla oculto en él y hace sentir su energía en el grupo y en el lugar donde se encuentra. Se ha visto que la constitución del cuerpo causal consiste en tres tipos de energía y un cuarto tipo más dinámico de fuerza, latente en el corazón, preparado para manifestarse cuando los otros tres tipos estén activos, utilizándolos como vehículo.
También hemos observado que hay tres tipos de energía que llamamos los cuerpos o envolturas del yo personal, y que deben estar funcionando activamente antes que la triple fuerza egoica pueda sentirse por su intermedio.
Sumados a estos factores deben mencionarse los siete centros de materia etérica ubicados en el cuerpo etérico, despertándose y entrando en acción a medida que los cuerpos entran en actividad rítmica.
Los tres centros mayores, son los más importantes en lo que concierne al alineamiento egoico, y su fuerza Vital sólo empieza a hacerse sentir después que los cuatro inferiores estén plenamente activos.
Un segundo factor aparece aquí en el esquema general y es el triple fuego kundalínico latente, el cual se despierta y asciende a través del triple canal vertebral, en el preciso momento en que los tres centros mayores (coronario, cardíaco y laríngeo) forman un triángulo esotérico, y así hacen pasar y circular la energía ígnea oculta en cada centro.
Resumiendo: el alineamiento es perfecto tan pronto como los siguientes factores se hayan puesto en contacto mutuo, o su movimiento o actividad se sinteticen; éste es un tema muy importante para los que estudian la meditación y para que lo consideren y comprendan prácticamente aquellos que huellan el Sendero de la realización.
1.
Las tres hileras de pétalos.
Otro factor que debe tenerse en cuenta en las etapas avanzadas de desarrollo, es el tercer ojo, siendo para el ocultista y verdadero mago blanco, lo que el cuarto centro de energía (la joya en el loto) o las tres hileras de pétalos son para el loto.
La analogía es interesante: La joya en el loto dirige la energía que proviene de la Mónada, mientras que el tercer ojo dirige la energía del Ego en el plano físico. La joya en el loto es el centro de fuerza que vincula los planos búdico y mental. Cuando es vista y sentida, el hombre puede funcionar conscientemente en el plano búdico. El tercer ojo vincula al consciente hombre del plano físico con el mundo astral o subjetivo, y le permite actuar conscientemente en él. La joya o el diamante oculto en el loto egoico, es la ventana de la Mónada o Espíritu desde donde mira externamente hacia los tres mundos. El tercer ojo es la ventana del Ego o alma, funcionando en el plano físico desde donde mira internamente hacia los tres mundos. La joya en el loto está situada entre manas y budi, mientras que el tercer ojo se encuentra entre el ojo izquierdo y el derecho. Una de las principales funciones del Maestro en este ciclo (aunque no en todos) es enseñar a Su discípulo cómo reconciliar estos factores, sintetizar sus diversos modos de movimiento o expresión y coordinarlos de manera que la vibración sea uniforme.
Cuando la energía del Ego controla o impone su ritmo sobre los diversos cuerpos por intermedio de sus respectivos centros mayores, cuando el triple fuego asciende ordenadamente por el triple canal y los tres centros de la cabeza están unidos en forma triangular, tenemos entonces la iluminación o irradiación de toda la vida de la personalidad; la oscuridad da lugar a la luz, y el Sol del conocimiento surge, disipándose la oscuridad de la ignorancia.
Los centros menores se ocupan de la coordinación interna del cuerpo; los mayores, de la coordinación grupal o interrelación de los cuerpos. El hombre se convierte en una luz ardiente y brillante, irradiando la luz que arde desde adentro..
Cuando se da el próximo paso y la energía de la Mónada, enfocada en la joya, se hace sentir también en el plano físico, pasando a través del triple loto egoico por medio de los canales ya utilizados por el Ego, tenemos un hombre "inspirado", un creador espiritual, "un Sol de Radiante Curación".
Tales son los objetivos que tienen ante sí aquellos que recorren el sendero y es la meta para quienes siguen la necesaria disciplina de la vida y las etapas de desarrollo por medio de la meditación. Es innecesario decir que hay diversas maneras de trabajar y fórmulas mántricas conocidas por los Maestros, que les permiten acelerar (cuando es necesario) el proceso de Sus discípulos, pero son secretos que están escrupulosamente guardados y no se aplican con frecuencia.
El método usual, lento y laborioso, consiste en permitir que el discípulo descubra por sí mismo cada paso del camino; enseñarle la constitución de su propio cuerpo, la naturaleza de los cuerpos y la función y el mecanismo de la energía, dejándolo que se haga gradualmente consciente de las fuerzas latentes en sí mismo.
Lo que se quiere significar por las palabras "tres vehículos periódicos" y siete principios o cualidades de fuerza, le es revelado lentamente; por la experiencia y el experimento, los frecuentes fracasos y éxitos ocasionales, la madura reflexión e introspección y las frecuentes encarnaciones, es llevado al punto en que logra cierta medida de alineamiento por medio del esfuerzo autoinducido y continuo. Se le enseña entonces cómo utilizar ese alineamiento y cómo manipular conscientemente la energía para poder realizar en el plano físico su anhelo de servir a sus semejantes, que probablemente ha sido durante muchas vidas un sueño o una visión imposible.
Cuando es experto en ambas cosas -estabilización y manipulación- sólo entonces le son confiadas las palabras y secretos que producen la demostración en el plano físico de las energías espirituales o monádicas por medio de la energía egoica o del alma, utilizando a su vez la energía de las formas materiales de los tres mundos, o lo que podría llamarse energía corporal. Esto ha sido expresado en la siguiente frase mística y oculta: "Cuando la joya centellea como el diamante, bajo la influencia de los rayos del sol ardiente, entonces el engarce también fulgura e irradia luz. Cuando el diamante brilla con acrecentado fulgor se genera el fuego que enciende aquello que sujeta y encierra."
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