TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 644-669, editorial Kier. La construcción del cuerpo causal
Entramos ahora en la parte práctica más importante de este Tratado sobre el Fuego, la que trata de la construcción del cuerpo causal o cuerpo de manifestación del Ego. Concierne al trabajo de los Ángeles solares o la verdadera Entidad autoconsciente, el hombre.
Si el estudiante ha captado la tendencia general de lo expuesto en las páginas precedente, estará en una condición mental que le permitirá interpretar todo lo que se diga en términos de energía, o esa actividad vibratoria producida por las tres fases principales de los fenómenos eléctricos, la unión que produce esa divina manifestación llamada Hombre, o cuando se considera al conjunto de entes, el reino humano.
a. Notas de introducción.
Hemos estudiado algo de la constitución de los Triángulos o Pitris, quienes, por medio del autosacrificio, proporcionan al hombre la autoconciencia y construyen su vehículo egoico empleando Su propia esencia.
Nos hemos ocupado brevemente de los Pitris lunares que proporcionan al hombre los cuerpos y principios inferiores por intermedio de los cuales puede sentirse la energía de los Señores solares; ahora bien, procederemos a estudiar tres cosas:
Primero, el efecto de la energía superior sobre los cuerpos inferiores, a medida que se hace sentir gradualmente durante el proceso evolutivo y simultáneamente “redime” al hombre, en sentido oculto, y también “eleva” a los Pitris lunares.
Segundo, el efecto de dicha energía sobre el plano mental, en el desarrollo y apertura del loto egoico.
Tercero, el impulso a la actividad de la Vida central dentro del loto, la cual se manifiesta de dos maneras:
a. Por la comprensión del hombre, mediante su cerebro físico, de que posee en el plano físico una naturaleza divina, dando por resultado la consiguiente demostración de la divinidad en la tierra, previamente a la liberación.
b. Por la actividad consciente del Ego individual en el plano mental en colaboración con su grupo o grupos.
En el primer caso tenemos el efecto de la vida egoica sobre sus cuerpos y su consiguiente control; en el segundo tenemos el despertar de la unidad egoica en su propio plano, y en el tercero la comprensión grupal o la penetración del ente en la conciencia del Hombre celestial.
Sólo es posible explicar el desarrollo en forma amplia y general. El tema de la evolución egoica no puede ser plenamente comprendido, hasta después de haber recibido la iniciación, pero los Instructores internos se dan cuenta que sería conveniente exponer los principios esenciales en vista de que se producirán acontecimientos inesperados (desde el comienzo de este siglo) en dos grandes ciencias: La Ciencia de La Electricidad. Las investigaciones de los científicos han sido grandemente estimuladas por el descubrimiento del radio, fenómeno eléctrico de determinado tipo, y por el conocimiento que trajo dicho descubrimiento respecto a las sustancias radiactivas, prestando gran ayuda al desarrollo de los innumerables métodos para emplear la electricidad. Esta
ciencia ha llevado al hombre al umbral del descubrimiento que revolucionará
el, pensamiento mundial referente a estas cuestiones y solucionará
oportunamente una gran parte del problema económico, permitiendo
así que un mayor número de personas queden libres para el desarrollo
y el trabajo mentales. Este acrecentado conocimiento puede
La Ciencia de La Sicología. Las teorías sicoanalístas que (aunque indicadoras de progreso) tienden todavía hacia una dirección equívoca, pueden resultar desastrosas para el desarrollo superior de la raza, salvo que se desentrañe la verdadera naturaleza de la “siquís”.
Cuando la mente pública capte, aunque ligeramente, los siguientes hechos brevemente enunciados, la tendencia de la educación popular, la finalidad de la ciencia política y la meta del esfuerzo económico y social tomarán una nueva y mejor dirección. Estos hechos pueden ser resumidos en los siguientes postulados:
I. El hombre es divino en esencia. Siempre ha sido enunciado esto en el transcurso de las épocas, pero hasta ahora sigue siendo una bella teoría o creencia y no constituye un hecho científico comprobado ni aceptado universalmente.
Por lo tanto, la unidad es sólo posible en el plano de la mente. Si esto es verdad, tenderá a desarrollar en el cerebro físico la comprensión consciente de las afiliaciones grupales en el plano mental, el reconocimiento consciente de las relaciones, ideales y metas grupales, y la manifestación consciente de esa continuidad de conciencia que actualmente es el objetivo de la evolución. Luego transferirá la conciencia de la raza del plano físico al mental, y tenderá a la consiguiente solución de todos los problemas actuales por medio del “conocimiento, amor y sacrificio”. Esto nos emancipará del desorden actual en el plano físico. Conducirá a educar al público respecto a la naturaleza del hombre y al desarrollo de los poderes latentes en él -poderes que lo liberarán de sus limitaciones actuales y producirá en la familia humana un repudio colectivo hacia las condiciones actuales. Cuando todos los hombres se conozcan a sí mismo y conozcan a los demás como entes autoconscientes divinos que funcionan principalmente en el cuerpo causal utilizando los tres vehículos inferiores, sólo como medio para hacer contacto con los tres planos inferiores, tendremos gobierno, política, economía y orden social erigidos sobre bases sólidas, saludables y divinas.
III. La naturaleza inferior y los tres vehículos del hombre son un conglomerado de vidas menores, y la naturaleza grupal, el tipo de actividad y la respuesta colectiva de dichas vidas dependen de él, las cuales -por medio de la energía o actividad del Señor solar- serán desarrolladas y elevadas posteriormente a la categoría humana.
Cuando estos tres hechos sean bien comprendidos, sólo entonces tendremos un conocimiento correcto y exacto de la naturaleza del hombre, lo cual hará que se produzcan tres cambios en las ideas de la época:
1. Un reajuste en el conocimiento que posee el hombre respecto a la medicina, traerá por resultado un verdadero conocimiento del cuerpo físico, un mejoramiento en su tratamiento y protección, obteniéndose así un conocimiento más exacto de las leyes de la salud. El objetivo del médico consistirá entonces en averiguar qué es lo que impide, en la vida del hombre, a la energía egoica llegar a todas las partes de su ser; descubrir los pensamientos que lo embargan y ocasionan la inercia del aspecto voluntad que lo conducen a obrar mal; comprobar qué hay en el cuerpo emocional que afecta al sistema nervioso y obstruye la afluencia de energía proveniente de los pétalos de amor del loto egoico (vía el átomo astral permanente) al cuerpo astral, y de éste al sistema nervioso;
descubrir que obstáculo hay en el cuerpo etérico que impide la correcta afluencia de prana o vitalidad solar, a todas las partes del cuerpo. Es esencial que en el futuro los médicos comprendan que la enfermedad del cuerpo físico deriva de condiciones internas erróneas.
A esto se lo tiene en cuenta en parte, pero (aunque es indiscutible en vista de las realizaciones de los científicos mentales y de las innumerables personas que curan por la fe) no será más que una bella teoría hasta que la verdadera naturaleza del ego, su constitución, sus poderes y su campo de influencia sean debidamente comprendidos.
Dicha revelación vendrá cuando los médicos acepten esta enseñanza como una hipótesis aplicable, y luego comiencen a observar, por ejemplo, el poder de resistencia demostrado en la tierra por las grandes almas y su capacidad para trabajar a alta presión, permaneciendo prácticamente inmunes a las enfermedades, hasta que (al finalizar una útil y larga vida) el Ego elige premeditamente “retirarse” de la existencia física.
Esto sucederá cuando la profesión médica se dedique a la acción preventiva, sustituyendo el actual régimen de drogas y operaciones quirúrgicas por la luz del sol, la dieta vegetariana y la aplicación de las leyes de vibración y vitalidad magnéticas.
Entonces llegará la época en que se manifestarán en la tierra seres humanos mejores y más perfectos. Cuando los médicos estudien también la naturaleza del cuerpo etérico y el trabajo que efectúa el bazo como punto focal para la emanaciones pránicas, se introducirán sólidos principios y métodos qué eliminarán enfermedades tales como la tuberculosis, anemia, desnutrición y enfermedades de la sangre y de los riñones.
Cuando los médicos comprendan el efecto que producen las emociones sobre el sistema nervioso, pondrán su atención al mejoramiento de las condiciones ambientales y estudiarán los efectos de las corrientes emocionales sobre los fluidos del cuerpo y principalmente sobre los grandes centros nerviosos y la columna vertebral.
Cuando la relación entre el físico denso y los cuerpos más sutiles sea un hecho reconocido en los círculos médicos, entonces se sabrá cuál es el correcto tratamiento a aplicar en los casos de demencia, obsesiones y erróneas condiciones mentales, y los resultados serán más exitosos; finalmente, . cuando se estudie la naturaleza de la fuerza egoica o de la energía y se comprenda mejor la función del cerebro físico como transmisor de la intención egoica, entonces se estudiará, en el hombre, la coordinación de todo su ser, se determinará con exactitud la causa que produce las dolencias, la anemia y las enfermedades y se tratará la causa, no simplemente él efecto. 2. Los pensamientos del mundo social estarán dedicados a comprender la naturaleza emotiva de la humanidad, las relaciones grupales involucradas y la interacción entre los individuos y los grupos. Dichas relaciones serán interpretadas sabia y ampliamente, y se le señalará al hombre su responsabilidad hacia las vidas menores que él anima. Esto hará que la fuerza individual sea dirigida correctamente y utilizada para equilibrar, desarrollar y refinar la sustancia de los distintos vehículos. También se le indicará la responsabilidad que tiene, de acuerdo a la ley, con su propia familia. Esto dará lugar a la protección de la unidad familiar y su desarrollo científico; eliminará las dificultades matrimoniales y abolirá los abusos de diversa índole, que tanto prevalecen hoy en muchos círculos familiares. Además se hará hincapié sobre la responsabilidad del hombre hacia la comunidad. Se le enseñará el verdadero significado esotérico de la ciudadanía -basada en las relaciones grupales egoicas, la ley del renacimiento y el verdadero significado de la ley de karma. Se le inculcará su responsabilidad para con la nación, y el lugar que le corresponde a la comunidad dentro de la nación y el de la nación dentro de la comunidad de naciones. También, se le enseñará su responsabilidad para con el reino animal. Esto se logrará por medio de: 1. Una mejor comprensión de su propia naturaleza animal. 2. La comprensión de las leyes de la individualización, y el efecto que produce la influencia del cuarto reino o humano, sobre el tercero o reino animal. 3. El trabajo que realiza un Avatar de menor categoría, Quien vendrá a principios del próximo siglo para revelar al hombre su relación con el tercer reino. Su camino está siendo preparado por aquellos que actualmente se ocupan de despertar el interés del público por medio de sociedades de beneficencia y protectoras de animales y a través de relatos publicados en libros y periódicos. Ha expresado H. P. B. que el sentido de responsabilidad es uno de los primeros indicios del control ejercido por el ego; a medida que la humanidad esté regida por dicha influencia las condiciones se mejorarán lenta y constantemente en todos los sectores de la vida.
3. En el mundo de la educación la comprensión de la verdadera naturaleza del hombre traerá un cambio fundamental en los métodos de enseñanza.
Se procurará especialmente enseñar al hombre la realidad de la existencia del Ego en su propio plano, la naturaleza de los cuerpos lunares y el método para alinear los cuerpos inferiores, a fin de que el Ego pueda comunicarse directamente con el cerebro físico, controlar la naturaleza inferior y realizar sus propósitos.
Por medio de la concentración y la meditación se enseñará a los hombres cómo pueden adquirir conocimiento por sí mismos, desarrollar la intuición y extraer los recursos del Ego. Así se enseñará al hombre a pensar, a asumir el control del cuerpo mental y a desarrollar sus poderes latentes. En las pocas frases anteriores se indican, breve e inadecuadamente, los resultados que pueden esperarse de la verdadera comprensión de la naturaleza esencial del hombre.
Han sido escritas en vista de que actualmente existe la necesidad de algo que confirme la existencia del hombre real o interno y las leyes del reino de Dios.
Siempre se ha sabido que existe ese hombre interno, e invariablemente se ha proclamado el “reino interno”, hasta que vino H. P. B. y enunció las mismas antiguas verdades desde un nuevo ángulo, dando un giro esotérico al pensamiento místico.
Ahora el hombre tiene la oportunidad de comprender las leyes de su propio ser y, por ese conocimiento, quienes están al borde de la captación intuitiva del conocimiento y aquellos de tendencia científica dispuestos a aceptar estas verdades como hipótesis activa para ser aplicada como base experimental, hasta comprobar su inexactitud, tendrán la oportunidad de resolver los problemas mundiales desde el aspecto interno.
De esta manera se manifestará el principio crístico sobre la tierra y se demostrará que la naturaleza crística es una realidad en la naturaleza misma. Para el pensamiento público es de gran valor la verdadera explicación respecto a la evolución del Ego, siendo muy grande el desarrollo gradual de su poder en la tierra. El hombre puede considerar esta cuestión de dos formas, ambas proporcionarán tema para la meditación y merecen ser consideradas seriamente. Han sido tratadas por los pensadores de muchas escuelas de pensamiento y, por ende, no necesitan una extensa elucidación.
Puede considerarse que el problema exige del ente humano (actuando en el cuerpo físico) elevar su conciencia interna hasta los niveles superiores del plano mental, por lo tanto implica elevar o expandir su conciencia incipiente hasta llegar a ser consciente de esa vida superior. Tal es el camino del acercamiento místico; muchos ejemplos de esta realización pueden ser estudiados en la vida de los místicos de todas las épocas.
Por medio de la devoción pura, la dedicación intensa y una severa disciplina del cuerpo físico, el místico penetra en el centro cardíaco de su pequeño sistema y los rayos de su propio sol central irradian sobre su vida la luz divina egoica.
También podría decirse que el problema reside en que el hombre concentra su esfuerzo en hacer descender a la conciencia del cerebro físico -por consiguiente al plano físico- la vida, el poder y la energía del centro interno, el Ego. Ello significa necesariamente comprender en forma científica las leyes del ser y reconocer la naturaleza dual del Yo.
Implica dedicarse a la tarea de dominar los señores lunares por medio del radiante control del Señor solar. Tal es el método esotérico, por el cual se estudia la constitución de esas entidades que forman la cuádruple naturaleza interna, la personalidad, y se investigan profundamente esas Esencias divinas que construyen el cuerpo del Ego o Yo superior. A esto debe agregarse también la severa aplicación de las leyes de la naturaleza al problema individual. El propósito de este tratado consiste en aplicar el último método mencionado, pues la meta consiste en esclarecer la razón del proceso.
b. La evolución de los pétalos.
La construcción del cuerpo causal es el resultado de la energía dual, la energía del yo inferior con su acción refleja sobre la unidad superior y la natural energía del yo cuando impresiona directamente a la sustancia del loto egoico.
Debería recordarse aquí que, por sutil que sea el material, el loto egoico es en realidad sustancia que posee una vibración particular como la del cuerpo físico, sólo que (debido a su tenuidad el hombre físico lo considera prácticamente como insustancial. En efecto, como ya se ha indicado, es el resultado de la vibración dual de los Dhyanes quíntuples o Dioses en conjunción con el Cuaternario cuádruple o los Pitris de los vehículos inferiores. Mediante el esfuerzo consciente de los Logos planetarios, los Dhyanes y los Pitris inferiores entran en estrecha relación. Esto produce (en el tercer subplano del plano mental) una vibración nónuple o un verticilo en la materia gaseosa del plano -subplano gaseoso cósmico- que, después de cierto período de persistencia, asume la forma de un loto de nueve pétalos. Dicho loto está cerrado en forma de capullo sobre el punto central o corazón del loto -esa chispa de fuego eléctrico que por su acción o vitalidad innata, actuando sobre la sustancia del loto, atrae hacia sí la suficiente cantidad de sustancia para formar tres pétalos internos y proteger a la chispa central, siendo sin embargo de la misma sustancia o esencia que los otros nueve pétalos.
El estudiante debe cuidar de no materializar demasiado su concepto; por lo tanto seria conveniente que considere este tema desde otros ángulos y emplee otros términos para expresar la misma idea.
Por ejemplo, el cuerpo egoico podría ser visto de las cuatro maneras siguientes:
Como nueve vibraciones, emanando de un punto central, cuyas pulsaciones o radiaciones producen tres vibraciones principales de gran fuerza que circulan alrededor del centro;
las nueve vibraciones recorren un sendero en diagonal hasta que llegan a la periferia de la esfera egoica de influencia.
Allí dan la vuelta, formando de esta manera la ya conocida forma esferoidal del cuerpo causal.
Como nueve pétalos de un loto, irradiando desde un centro común y ocultando dentro de sí tres pétalos centrales, que a su vez ocultan un punto de fuego central. Las irradiaciones que surgen de la punta de cada pétalo producen la ilusión de una forma esferoidal.
Como nueve rayos de una rueda, que convergen hacia un eje central, que en sí es triple y oculta la energía central o dinamo de fuerza -generadora de toda actividad.
Como nueve tipos de energía que producen emanaciones definidas provenientes de una unidad triple, la cual a su vez sale de una unidad central de fuerza.
Para nuestro propósito, la segunda definición será la más útil en el intento de imaginarnos la constitución, la naturaleza, el método de desarrollo y la verdadera evolución del Ego, actuando en el cuerpo causal.
En términos de fuego, las mismas verdades pueden ser expresadas del modo siguiente, lo cual debería ser reflexionado detenidamente por quienes estudian este tratado:
1.
Fuego eléctrico .......... Espíritu ............... Aspecto voluntad
......... La Joya en el loto En el fuego eléctrico, la Mónada está representada en su triple naturaleza y significa ese tipo de manifestación que será desarrollado en su más elevada etapa en el próximo sistema solar.
En el fuego solar, estos Pitris solares en su formación nónuple representan y posibilitan el desarrollo de la conciencia de la Mónada, por intermedio del Ego en los tres mundos de la evolución humana.
En el fuego por fricción, los Pitris lunares están representados por, y constituyen, el yo inferior, la personalidad, o esos vehículos mediante los cuales el Ego a su vez adquiere experiencia en los planos inferiores.
Sin embargo, dentro del huevo áurico egoico los tres son uno en manifestación, continuando constantemente el intercambio de energía y vitalidad. El Espíritu emplea al Alma o Ego como vehículo de iluminación, y el Ego emplea al Cuaternario inferior como medio de expresión.
Por lo tanto, la evolución del Espíritu puede dividirse en tres etapas:
En la primera actúan principalmente los Pitris lunares y preparan a los cuerpos inferiores para que sean ocupados. Las vibraciones inferiores controlan y el “fuego por fricción” calienta y nutre, excluyendo todo lo demás.
En la segunda los Pitris solares predominan gradualmente, desarrollándose la conciencia egoica. Los cuerpos son ocupados por el Pensador, los controla y somete gradualmente a su voluntad y propósito y los descarta oportunamente. Las vibraciones intermedias controlan y el fuego solar irradia, iluminando en el curso de la evolución a los cuerpos inferiores; gradualmente aumenta su calor, y con el tiempo ayuda a destruir las formas.
En la tercera es revelado el fuego eléctrico y por la intensidad de su llama apaga los otros fuegos. Los Pitris lunares han cumplido su cometido, los Pitris solares han desarrollado al ente autoconsciente, el hombre, y la Mónada (habiendo utilizado a ambos) los descarta y se retrae en sí misma, pero esta vez con lo adquirido durante la existencia física, además del amor-sabiduría desarrollado.
El Antiguo Comentario expresa esta verdad de la manera siguiente: “El Señor de la Vida Misma está sentado en el corazón y vigila. Los Señores del fuego solar prosiguen su tarea y se sacrifican por los Señores lunares de los planos inferiores. Mueren, pero resucitan. Se retiran, y vuelven nuevamente. Sin embargo, el Señor de la Vida permanece sentado.
Como sabemos, el loto egoico está formado por tres hileras -cada hilera compuesta de tres pétalos y todas protegen el capullo interno, donde se oculta la joya. Tratamos aquí la evolución, formación, vitalización, nutrición y eventual desarrollo de los pétalos.
Será útil para el estudiante, en esta etapa, recordar que nos referimos principalmente al desarrollo del segundo aspecto del hombre, el aspecto amor-sabiduría, considerando sólo en forma secundaria el tercer aspecto o la actividad, que tiene sus centros de energía en los tres átomos permanentes.
A estas tres hileras de pétalos se las denomina en terminología esotérica:
1. La tríada del “conocimiento externo” o los señores de la sabiduría activa.
2. La triada de la hilera media del “amor” o los señores del amor activo.
3. La tríada interna del “sacrificio” o los señores de la voluntad activa.
La primera constituye el resumen de la experiencia y del desarrollo de conciencia alcanzado,
la segunda la aplicación de ese conocimiento, en forma de amor y servicio, o la expresión del Yo y el no-yo vibrando recíprocamente,
y la tercera, la plena expresión del conocimiento y del amor dedicados a sacrificar todo, conscientemente, para llevar a cabo los planes del Logos planetario y realizar Sus propósitos grupalmente.
Cada uno de estos tres grupos de pétalos están guiados por los tres grupos de Agnishvattas y formados con su propia sustancia que, en esencia, constituyen el triple Ego durante su manifestación.
A través de ellos fluye la fuerza y la energía coherente de esas misteriosas Entidades a quienes (cuando se considera a la familia humana como un todo) denominamos:
a. Los Budas o Señores de Actividad.
b. Los Budas o Señores de Amor Compasivo.
c. Los Budas de Sacrificio, de los Cuales el Señor del Mundo es, para el hombre, el exponente más conocido. A través de estos tres grupos fluye esa triple energía que halla su expresión en el plano mental y en relación con el reino humano en los tres grupos de Agnishvattas o Pitris solares mencionados anteriormente.
Estos grupos forman la sustancia de las tres hileras de pétalos, y cada uno ejerce también una influencia especial sobre el pétalo particular que pertenece a su especial grado de vibración. Para mayor claridad podemos clasificar los distintos pétalos a fin de que el estudiante pueda obtener una mejor comprensión de la conformación de su propio vehículo causal y una idea de las diferentes relaciones triangulares:
I. La triada externa de “conocimiento”: a.
ler. Pétalo ..................Conocimiento en el plano físico.
Estos tres pétalos están organizados y vitalizados en el Aula de la Ignorancia, pero permanecen cerrados y sólo comienzan a abrirse cuando está organizado el segundo círculo.
II. La triada intermedia de “amor”: a.
ler. Pétalo ................ Conocimiento superior aplicado por
medio del amor en los planos físico y astral.
b. 2do.pétalo .............. Amor inteligente superior en los planos
físico y astral.
Los tres pétalos conservan el color anaranjado fundamental, pero añaden el rosado en cada pétalo, de manera que ya se ven cuatro colores. Dichos pétalos están organizados y vitalizados en el Aula del Aprendizaje, pero permanecen cerrados. La hilera externa de pétalos se abre simultáneamente hasta quedar completamente abierta, revelando la segunda hilera; la tercera permanece protegida.
III. La tríada interna de “sacrificio”: a.
1er pétalo La Voluntad de sacrificarse por medio del conocimiento
Oculto en el misterio de los colores subsidiarios y del gradual fulgor dentro del loto de cinco colores, en cualquier pétalo por vez, se halla el misterio de los cinco Kumaras.
El estudiante que busca el significado del predominio del color anaranjado y del rosado se está acercando al secreto de los dos Kumaras caídos.
Sobre esto no es posible decir más, pero los colores contienen la clave esotérica de este gran acontecimiento.
El circulo interno de pétalos está organizado y vitalizado en el Aula de la Sabiduría, abriéndose simultáneamente la hilera intermedia, de manera que dos hileras de pétalos se hallan debidamente abiertas y sólo la tercera permanece cerrada.
La apertura final se efectúa durante el período en que se recorre el Sendero de Iniciación, y en la ronda actual se acelera mediante los ritos de la iniciación y los ingentes y anormales esfuerzos que hace el hombre ayudado por el trabajo eléctrico del Iniciador, quien maneja el Cetro de Poder. Aunque hayamos clasificado de esta manera las distintas etapas de desarrollo, sólo hemos tratado el promedio general, extrayendo estos datos de los registros a los cuales tenemos acceso, estando clasificados en relación con este tema, en tres grupos vinculados a a.
las Mónadas de poder, El estudiante debe tener en cuenta que los pétalos tienden a abrirse de acuerdo a estas clasificaciones.
Por ejemplo, por ser Mónadas de Amor, en la mayoría de los hombres los pétalos de amor se abren con más facilidad, pues la naturaleza de la manifestación actual es amor; siendo en cualquier dirección (inferior, elevada o espiritual) la línea de menor resistencia para la mayoría.
Sin embargo, las Mónadas de actividad son numerosas e influyentes, y el primer pétalo de cada hilera es el que se abre más fácilmente.
Para ambos grupos el pétalo del “conocimiento” es el primero en abrirse, dada la naturaleza inherente de los mismos Manasadevas y su vibración fundamental.
Para la generalidad, el pétalo del sacrificio es el más difícil, pues siempre involucra los dos factores de inteligencia y amor -conocimiento inteligente y amor hacia aquello que debe ser salvado por el sacrificio.
En las tres hileras de pétalos se oculta otra clave del misterio de las 777 encarnaciones. Las cifras no indican el número exacto de años, sólo son representativas y simbólicas, y tienen por objeto dar la idea de tres ciclos de duración variable, basados en la naturaleza septenaria de la mónada en manifestación.
Primero. Las 700 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera externa. Constituye el período más largo. La vibración inicial es lenta y pesada y han de transcurrir millones de vidas antes que el intercambio de energía entre el Ego y su reflejo, el yo personal (el triple hombre inferior), sea tal que la conciencia del hombre “despierte” esotéricamente en el “Aula del Aprendizaje”.
En lo que respecta al hombre evolucionado de la actualidad, estas encarnaciones tuvieron lugar en la cadena lunar y, en algunos casos, en ciertos planetas vinculados a la ronda interna.
Esta circunstancia hizo necesaria su “venida” durante la raza raíz Atlante. Los hombres de este tipo se negaron a encarnar antes porque los cuerpos eran demasiado burdos, repitiéndose cíclicamente (en el plano más inferior) la negación de las Mónadas a encarnar en los albores de la oportunidad manvantárica. No se cometió ningún “pecado” real; su privilegio fue la discriminación; esa negación ha influido sobre las condiciones que existen en la tierra, base de las grandes dificultades de clase que -en todos los países- han sido fuente de dificultades y el fundamento esotérico del sistema de “castas”, del que tanto se abusa hoy en la India.
El problema del capital y el trabajo tiene sus raíces en la diferencia subjetiva que existe entre los Egos “capaces e incapaces”, entre los entes de la familia humana que han egresado del Aula de la Ignorancia y aquellos que aún recorren a tientas sus oscuros y sombríos corredores, y entre esos Egos que sólo son “capullos” y aquellos que han organizado la hilera externa de pétalos, los cuales ya están listos y en condiciones de abrirse. Debe reflexionarse cuidadosamente sobre la idea de un septenario de siglos y, como siempre en todo tema ocultista, también ha de tenerse en cuenta la idea de la triplicidad, conjuntamente con un período sintetizador, resumen de la triple coordinación: 3
períodos de 3 decenas .......................................................
90 años. Cada ciclo (nuevamente en forma figurada) vitaliza a uno de los pétalos más que a otro, teniendo un efecto definido sobre cada uno.
Segundo. Las 70 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera media. Mucho podrá aprenderse si se trata de comprender lo que ocultamente significa que algún iniciado (como el Cristo) enviara a sus seguidores en grupos de setenta, de dos en dos.
Estas setenta encarnaciones se ocupan principalmente de desarrollar el amor en la vida personal, la evolución de la naturaleza astral, basándose en el reconocimiento de los pares de opuestos, y el equilibrio de ambos por el amor y el servicio. Este ciclo abarca el período que ha pasado el hombre en el Aula del Aprendizaje y tiene su analogía en la raza raíz Atlante y en el conflicto que existió entonces entre los Señores de la Faz Oscura y la Fraternidad de la Luz.
En la vida de cada individuo tiene lugar, durante dicho período, un conflicto similar que finalmente termina en el kurukshetra o campo de batalla que otorga al hombre el derecho de hollar el Sendero de Probación y oportunamente el privilegio de permanecer ante el Portal de la Iniciación. También se ha de estudiar el significado numérico de los guarismos; éstos se hallan ocultos en el número diez, o tres ciclos de tres períodos menores, formando cada uno nueve, y un período sintetizador, produciendo la consumación y un periodo dentro del ciclo mayor; esto está representado por el diez de la perfección relativa. La interacción entre el impulso kámico y la energía manásica produce la comprensión, en la conciencia del Ego, de lo que ha aprendido en las dos Aulas; la hilera externa de pétalos se abre mientras la hilera central está por abrirse.
Tercero. Las 7 encarnaciones. Son las que se pasan en el Sendero de Probación. Es un período interesante en que tienen lugar ciertas cosas que podrían describirse de la manera siguiente:
Las dos hileras externas de pétalos son estimuladas en un sentido nuevo y especial por medio del acto consciente del discípulo probacionista.
Hasta ahora, gran parte del trabajo ha sido realizado de acuerdo a las leyes comunes de la evolución y se ha efectuado en forma inconsciente. Pero todo cambia cuando el cuerpo mental entra en actividad y dos de los pétalos de voluntad se coordinan y el otro “activa” la vitalidad y se abre.
El fuego o energía de estas dos hileras empieza a circular por el triángulo atómico, y cuando esto sucede, marca una época muy importante; ha culminado el trabajo dual tanto en la vida personal inferior como en la egoica:
a. Las cuatro espirillas inferiores de los átomos permanentes están completamente activas (dos grupos de dos espirillas cada uno) y la quinta se halla en proceso de iniciar una actividad similar. El triángulo desarrolla una actividad circular, pero aún no ha logrado su plena brillantez ni su rotación o revolución cuadridimensional.
b. Las dos hileras de pétalos están “activas”, una plenamente abierta y la otra por abrirse. De esta manera dos aspectos de la vida divina van evidenciándose en la vida del probacionista, y aunque todavía queda mucho por hacer, sin embargo, cuando la hilera interna de pétalos está “activa” -ayudada por el curioso y anormal proceso de la iniciación- el otro aspecto adquirirá una importancia similar y producirá al hombre perfecto en los tres mundos. Así culmina el trabajo de los Pitris solares.
Aquí debe hacerse hincapié sobre la anormalidad del proceso de la iniciación.
La iniciación constituye un gran experimento que nuestro Logos planetario lleva a cabo durante esta ronda. En las rondas anteriores y quizás en las posteriores, el proceso seguirá la ley natural.
En la ronda y cadenas actuales, nuestro Logos planetario en Su elevado nivel practica lo que en términos esotéricos se denomina yoga y está pasando por ciertos procesos de entrenamiento a fin de estimular Sus centros.
Esto es aprovechado en la Tierra por la Jerarquía para producir mediante Su guía ciertos resultados en las razas. Este proceso es optativo y el hombre puede -si así lo elige- seguir el proceso normal y emplear eones para efectuar lo que algunos han preferido realizar en un período más breve, por medio de un proceso forzado y autoelegido.
Al finalizar las 777 encarnaciones, el hombre atraviesa el portal de la iniciación y entra en un breve proceso sintetizador o período final en el cual cosecha los frutos de la experiencia adquirida en las dos primeras aulas, transmuta el conocimiento en sabiduría, transforma la sombra de las cosas vistas en la energía de aquello que es y finalmente logra liberarse de todas las formas inferiores que tratan de mantenerlo prisionero.
Este período de iniciación está dividido en siete etapas, pero sólo cinco conciernen a la evolución del Ego, así como los cinco Kumaras conciernen principalmente a la evolución de la humanidad en este sistema y en este planeta.
También tenemos los cuatro kumaras exotéricos, de los cuales dos cayeron, y los tres esotéricos de los cuales Uno reúne las fuerzas vitales de los cuatro exotéricos, formando con Ellos los cinco ya mencionados.
El estudiante debe analizar esto desde el punto de vista de la energía o fuerza vital, considerándola desde el ángulo de la polaridad y del matrimonio místico, de la comprensión del verdadero significado de la relación sexual, del encuentro y la fusión de los pares de opuestos y del trabajo que realiza el que sintetiza todos los tipos de energía. Por ejemplo:
a. El Ego sintetiza o reúne en sí las fuerzas vitales del cuádruple hombre inferior.
b. El Rayo del Mahachoan en la tierra sintetiza las fuerzas vitales de los cuatro inferiores, siendo el tercer subrayo de nuestro Rayo planetario.
c. El tercer Rayo mayor del sistema solar se fusiona con los cuatro menores.
d. El quinto Kumara fusiona y une en Sí Mismo el trabajo de los cuatro inferiores.
El reflejo de todo esto en el microcosmos puede ser estudiado por el hombre que comprende que el cuerpo físico es el vehículo de todos los principios.
Cuando se recibe la tercera Iniciación, se abre la hilera interna de pétalos, y el loto puede verse en pleno florecimiento y en toda su belleza.
En la cuarta Iniciación el capullo interno se abre por el efecto de la fuerza eléctrica del Cetro que atrae el poder del rayo sintético del sistema solar mismo; así es revelada la joya interna.
El trabajo ha sido realizado; la energía que reside en los átomos permanentes ha vitalizado todas las espirillas, mientras que la fuerza perfeccionada del loto y la voluntad dinámica de la chispa central entran en plena y unida actividad, dando lugar a un triple despliegue de fuerza vital que provoca la desintegración de la forma y los siguientes resultados:
a. Los átomos permanentes se hacen radiactivos y, por consiguiente, su “círculo no se pasa” ya no es una barrera para las unidades menores que se hallan dentro; entonces los distintos grupos de vidas electrónicas salen y vuelven al depósito eterno. Forman una sustancia de orden muy elevado y producirán las formas de esas existencias que ocuparán vehículos en otro ciclo.
b. Los pétalos son destruidos por la acción del fuego, y la multiplicidad de vidas dévicas que los componen y les proporcionan coherencia y cualidad son recogidas nuevamente en el Corazón del Sol por los Pitris solares de orden muy elevado; en otro sistema solar volverán a exteriorizarse.
La sustancia atómica será empleada en otro manvantara, pero a los Pitris solares no se les pedirá nuevamente que se sacrifiquen hasta el próximo sistema solar, en que vendrán como Rayos planetarios, repitiendo así en dicho sistema, en niveles monádicos, lo que han hecho en éste. Entonces serán Logos planetarios.
c. La Vida central eléctrica retorna a su fuente, escapando de la prisión y funcionando como un centro de energía en los planos cósmicos de energía etérica.
Con lo antedicho hemos tratado de dar una idea general del proceso evolutivo relación con el Ego y su progreso, regido por las leyes kármica y cíclica. Si el estudiante medita sobre estas dos leyes, le será evidente que ambas podrían ser resumidas en el término genérico de Ley del Ritmo.
Toda manifestación es el resultado del efecto producido por cierta energía en actividad; el empleo de energía en determinada dirección necesitará un consumo similar en la dirección contraria. Esto, en términos del Ego y su experiencia vital, da lugar a tres etapas:
En la primera la energía manifestada actúa externamente. El Yo se identifica con sus cuerpos. Esta etapa es estrictamente personal.
En la segunda se procura hacer un reajuste de acuerdo a la ley, y el Yo no se identifica totalmente con sus cuerpos ni Consigo Mismo. Está aprendiendo a elegir entre los pares de opuestos. En este período la lucha es terrible y predomina el desorden, siendo el campo de batalla donde se ha de lograr el reajuste y el laboratorio donde el discípulo genera suficiente fuerza transmutadora que lo conduce al otro extremo de la etapa anterior -esa etapa donde la energía se manifestará dentro y no fuera.
En la tercera la energía del Ego está centrada en el corazón del círculo y no en la periferia, dedicándose allí al servicio grupal por medio del esfuerzo consciente del Ego.
La naturaleza inferior es reemplazada por la atracción que ejerce aquello que es más superior que el Ego.
Entonces debe repetirse el proceso anterior en una vuelta más alta de la espiral y la energía monádica comienza a actuar sobre el Ego, así como la egoica actuó sobre la personalidad.
La Mónada, que se ha identificado con el Ego (su manifestación externa), también comienza a buscar su propio y verdadero centro “dentro del Corazón”; puede observarse nuevamente en los niveles superiores los resultados que afectan a la distribución y conservación de la energía.
Se debe poner de relieve este procedimiento porque es importante que todos los ocultistas aprendan pensar en términos de energía y fuerza, interpretándolos como algo diferente de los cuerpos o instrumentos empleados. El místico ha reconocido este factor “fuerza”, pero ha trabajado únicamente con el aspecto positivo de la misma.
El ocultista debe reconocer y trabajar con tres tipos de fuerza o energía; aquí reside la diferencia entre su trabajo y el del místico. El ocultista reconoce: 1.
La fuerza positiva Aquello que energetiza. Estos tres aspectos de la energía han sido denominados, como frecuentemente se ha dicho: a.
Fuego eléctrico ................. energía positiva ......... Padre. Cada uno de estos dos últimos aspectos son en sí mismos duales, pero el efecto constituye un todo unificado en lo que respecta a la gran Unidad en la cual se manifiestan. El problema de los devas puede ser mejor comprendido si se recuerda que personifican en sí los dos tipos de energía. Por ejemplo, los Pitris solares constituyen la sustancia de los cuerpos y grupos egoicos y el medio de expresión para el aspecto Espíritu, pues Éste se manifiesta por medio del alma. Los Pitris lunares que forman el yo inferior personal, por constituir un agregado de cuerpos inferiores, son energetizados y utilizados por los Señores solares.
Dichos Angeles solares forman parte de muchos grupos y expresan una energía dual, positiva y negativa.
Tenemos la vida positiva del loto egoico que coordina, conserva y activa a los pétalos y también la energía de la sustancia del pétalo mismo, o el aspecto negativo impulsado por la fuerza positiva de los Señores solares mayores hacia las ruedas o verticilos vivientes que denominamos simbólicamente “pétalos”.
Vinculada al Logos planetario y al Logos solar existe una estrecha analogía entre el prana, fuerza vital que anima al cuerpo etérico del hombre, la cual da coherencia al cuerpo físico denso, y esa fuerza vital sintetizadora del Logos que anima a cada átomo en todos los planos del sistema.
Si se reflexiona sobre esto y se desprende que los planos que nos atañen son la manifestación etérica y densa del Logos solar, entonces se dilucidará en parte el papel que desempeñan los Ángeles solares, y puede esclarecerse parcialmente su relación con el Logos planetario y el Logos solar. No sólo debemos estudiarlos en conexión con nosotros mismos y nuestro esfuerzo por identificamos con los Señores solares y los Pitris lunares, sino que debemos reconocer a: a.
Los Angeles solares de un esquema planetario.
La palabra “lunar” es aquí un anacronismo y no es técnicamente exacta. La luna o las lunas de cualquier esquema son efectos y no causas del sistema. En ciertas relaciones planetarias son consideradas causas, pero en relación con nuestro sistema solar no lo son.
Respecto a un sistema, existen también cósmicamente ciertos cuerpos en el espacio que tienen un efecto tan definido sobre el sistema como el de la luna sobre la tierra.
Esto es todavía algo desconocido e incomprensible para los metafísicos, científicos y astrónomos.
La guerra se libra todavía cósmicamente entre los señores “lunares” del sistema y esas Entidades análogas a los Señores solares en niveles cósmicos.
Mientras los estudiantes no amplíen el concepto hasta incluir en sus cálculos a los cuerpos astral y mental logoicos a medida que el Logos trata de expresar la emoción y la mente en el plano físico (por medio de Su cuerpo físico, un sistema solar) no penetrarán mucho en el núcleo del misterio solar.
Hasta que no se descubra la fuerza de los Señores lunares cósmicos, el hecho de existir detrás de nuestro sistema solar constelaciones enteras en proceso de desintegración, en tiempo y espacio, en forma similar a la desintegración de la luna, no será conocido ni podrá comprobarse sus efectos. Oportunamente, nuestro sistema solar pasará a un estado similar. Aquí reside el verdadero misterio del mal y allí se ha de buscar la veracidad de la “Guerra en los Cielos”.
También se ha de recordar que los esquemas planetarios pasan a la oscuración y “mueren” en todos los casos debido a que le han sido retirados la vida y la energía positiva y el fuego eléctrico, principio animador de cada sistema, esquema, globo, reino de la naturaleza y ente humano.
Esto también produce en cada caso la muerte de la “irradiación solar”, luz producida por la fusión de las energías positiva y negativa.
Todo lo que queda en cada caso es la energía común de la sustancia sobre, y a través de, la cual la energía positiva ha tenido un efecto tan notable.
Este tipo de fuerza negativa se disipa o dispersa gradualmente yendo en busca del depósito central de energía. De esta manera se desintegra la forma esférica. La actuación de esto puede verse en el caso de la Luna, y la misma regla rige para todos los cuerpos. Podríamos enunciarlo de otra manera:
Los Devas solares (o la energía irradiante) regresan al Corazón central o a la fuente que los exhaló.
Esto hace que la sustancia dévica menor dependa de su propio calor interno, pues involucra retirar aquello que erigió a la sustancia en una forma.
Existen muchas clases de sustancia dévica; quizás se comprenderá mejor el consiguiente procedimiento, si decimos que cuando la forma se desintegra los constructores y devas menores vuelven a su alma grupal.
Algunos de ellos, los que forman los cuerpos del cuarto reino de la naturaleza, y son por lo tanto de un tipo superior de sustancia por medio de la cual la conciencia puede manifestarse en los tres mundos, se hallan en camino de individualizarse -están más cercanos a la etapa humana que la sustancia de los otros tres reinos.
Ocupan un lugar en la evolución dévica, análogo al que el hombre, que se está acercando al Sendero, ocupa en el reino humano (observen que digo reino, no evolución).
La meta de un deva (de categoría inferior a la de los Pitris solares) es la individualización, y su objetivo consiste en llegar a ser hombres en un ciclo futuro. La meta de un hombre es la iniciación, o llegar a ser un Dhyan Chohan consciente y, en un lejano ciclo, hacer por la humanidad de esa época lo que los Pitris solares han hecho por él, posibilitando así su expresión autoconsciente. La meta de un Pitri solar es, como ya se ha dicho, llegar a ser un Rayo logoico. Volviendo al tema en consideración: Así como la Luna constituye una fuerza nociva o maléfica, en lo que se refiere a la Tierra y ejerce malas “influencias”, del mismo modo todos esos cuerpos en descomposición son igualmente destructivos. Dichos cuerpos existen dentro del “círculo no se pasa” solar y aún no son reconocidos, habiendo constelaciones en desintegración (innumerables en el universo, desconocidas y no reconocidas por los científicos) que producen un efecto análogamente maléfico sobre nuestro sistema y todo lo que entra en su esfera de influencia.
Existe una constelación similar situada entre la Osa menor y nuestro sistema y hay otra interrelacionada con las Pléyades y nuestro sistema, que aún producen un marcado efecto sobre el cuerpo físico del Logos solar.
El párrafo que antecede está especialmente escrito así porque los efectos se hacen sentir en el cuerpo más inferior de todos, siendo responsables de la mayor parte de lo que ignorantemente se denomina “magia negra”.
Ambas constelaciones han terminado sus ciclos y se están “disolviendo”. Parte de su fuerza vital y energía han sido transferidas a nuestro sistema solar, análogamente como la fuerza vital lunar fue transferida a nuestra tierra, siendo la causa de la mayoría del mal cíclico.
El proceso de descomposición y las emanaciones maléficas que todavía se producen tienen poder para influenciar a las formas que responden a lo que constituyó para ellas una vibración anterior.
La sustancia de estas formas está magnéticamente vinculada al cuerpo en descomposición, así como el doble etérico está conectado con su cuerpo denso, siendo allí donde se manifiestan los efectos.
El fuego purificador es la única cura para esta corrupción magnética, empleándolo libremente los Logos planetarios en Sus esquemas y el Logos solar en el sistema.
FUEGO PURIFICADOR “El
fuego ardía débilmente. Un fulgor rojo opaco dormitaba dentro del
Corazón de la Madre. Su calor apenas se sentía. Las dos primeras
líneas internas vibraban al quemarse, pero las restantes estaban
frías.
* * * * * * * El
fulgor se convirtió en un fuego constante y se vieron diminutas
llamas. La primera, la segunda y la tercera se convirtieron en tres
líneas de fuego, y un triángulo fue consumado. Sin embargo, los
cuatro permanecen pasivos y no responden al calor. De esta manera
los ciclos y las vidas elementales pasan y vuelven a pasar y su
trabajo continúa.
El Corazón de la Madre se contrae, y se expande con estos sesenta alientos ígneos. Se unen las líneas, formando cubos, que protegen al fuego interno. El altar está preparado y permanece en forma cuádruple. Fulgura, rojo en el centro y cálido externamente. * * * * * * * El
altar llamea. Asciende Su calor, sin embargo no quema ni se consume.
Su calor, sin llama, llega a una esfera superior; los Hijos de Dios
durante un breve período, Se calientan en él, pero no se acercan
hasta que haya pasado otro ciclo. Esperan el momento, el momento
del sacrificio. * * * * * * * Los
Hijos de Dios aún vigilan. El trabajo se acerca a su consumación
final. Los Eternos Lhas en Su lugar elevado se llaman entre si y
cuatro repiten el llamado: “El fuego arde. ¿Es suficiente el calor?”
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