TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 600-612, editorial Kier.
El futuro advenimiento del Avatar. EL AVATAR QUE VIENE “Desde
el cenit hasta el nadir, desde el alba hasta el crepúsculo, desde
el surgimiento al ser de todo lo que es y será, hasta entrar en
la paz de todo lo realizado, brilla el orbe azul y el fuego radiante
interno. * * * * * * * Desde
el nadir hasta el cenit, desde la víspera hasta que el Día sea con
nosotros, desde el círculo de manifestación hasta el centro de la
paz praláyica, se ve el azul que todo lo cubre, perdido en la llama
de la realización.
Hemos considerado el tema de los Avatares y las diferentes clases en que pueden ser divididos. Ahora nos extenderemos algo más respecto a los métodos por los cuales ciertas Existencias cósmicas y Entidades altamente evolucionadas aparecen entre los hombres para realizar una tarea específica; podrían ser inadecuada y brevemente resumidos de la manera siguiente: El
método de ejercer influencia.
Las palabras limitan grandemente y las frases citadas apenas insinúan su verdadero significado. En ello reside la seguridad para el estudiante, pues su significado real le sería incomprensible y lo desviaría, llevándolo a una errónea interpretación. Mientras un hombre no sea un iniciado aceptado no puede comprender el tema.
El método más común es el primero. Los métodos de manifestación empleados quizás los comprenda mejor el estudiante si son interpretados en términos de fuerza y energía y si observa que tenues reflejos e imperceptibles analogías de los mismos procesos pueden hallarse entre los jivas que reencarnan.
Cuando un hombre ha alcanzado cierto grado de desarrollo y puede prestar servicio al mundo, ocurre a veces que es influenciado por un gran adepto o -como en el caso de H. P. B.- por un Ser más elevado que un adepto.
Un chela puede ser un centro a través del cual su Maestro puede hacer fluir Sus energías y fuerzas para ayudar al mundo; durante ciertas crisis importantes, los hombres han sido influenciados por más de uno de los Grandes Seres.
Lo que sucede en los planos inferiores es sólo un reflejo de procesos superiores, y en este concepto puede hallarse la iluminación.
El Hombre es un centro de fuerza, ya sea para su Ego cuando ha evolucionado suficientemente o por conducto de éste, para su fuerza grupal;
cuando está muy evolucionado puede ser conscientemente influenciado por un exponente de distinto tipo de fuerza, que se fusiona con su fuerza grupal o de Rayo, y produce resultados significativos en su vida terrena.
Si un Ego es muy evolucionado puede elegir, en determinada encarnación, trabajar principalmente por medio de uno de los cuatro principios inferiores; cuando esto sucede, la vida del hombre en la tierra constituye, en forma significativa, un principio personificado. Parece pulsar una nota y emitir un tono. Se observará que su trabajo lo realiza exclusivamente en una línea.
Es un fanático de alto grado, pero realiza grandes cosas para su subraza, aunque el cerebro físico no sea consciente del impulso egoico.
Este proceso tiene una curiosa relación con la oscuración o la desaparición de la personalidad, pues el principio particular personificado actúa por medio del correspondiente átomo permanente, desarrollando en forma ultrarrápida sus espirillas, de ahí que el fin de su período de servicio llega a su fin.
Sin embargo, éste es un hecho que se aprovecha cuando un superhombre o gran adepto se convierte en la personificación (durante una raza raíz) de un principio;
las vestiduras o envolturas, de las cuales el átomo permanente es el núcleo (por medio de la fuerza innata de las espirillas desarrolladas), son conservadas por medio de fórmulas mántricas. La vibración se perpetúa durante ese lapso determinado en que él necesita la vestidura o envoltura. Aquí hay un indicio que puede ser de utilidad.
Cuando un hombre se ha convertido en discípulo puede, si quiere, permanecer en el plano astral, seguir trabajando allí y -cuando lo desee y de acuerdo al reajuste realizado en su karma por su Guru- reencarnar físicamente de inmediato.
En estos dos pensamientos hay una sugerencia sobre el misterio del Bodhisattva, siempre que el estudiante transfiera el concepto a los niveles etéricos del plano físico cósmico y recuerde que, en dichos niveles, el adepto trabaja totalmente como parte de un grupo y no como Entidad separada, como lo hace el ego en los tres mundos. Por lo tanto, la energía que fluye a través de Él puede provenir de:
a. Un determinado centro que se halla en la plenitud de su fuerza en el cuerpo del Logos planetario.
b. Una serie particular de vibraciones dentro de ese centro, o una parte de su fuerza vibratoria.
c. La energía de un principio particular, ya sea uno de Sus propios principios superiores con el cual trata de influenciar en la tierra y encarnar para ese propósito específico, o la energía de uno de los principios logoicos planetarios, cuando fluye a través de Él por una espirilla o corriente de vida particular en el átomo permanente del Logos planetario. Cuando estos tipos de fuerza se centralizan en algún Adepto y Éste expresa nada más que esa fuerza extraña, el efecto se observa en el plano físico por la aparición de un avatar.
Un avatar es, un adepto se hace, aunque frecuentemente la fuerza, la energía, el propósito o la voluntad de una Entidad cósmica utilizará los vehículos de un adepto a fin de entrar en contacto con los planos físicos.
Este método, por medio del cual ciertas Existencias cósmicas hacen sentir Su poder, puede verse actuando en todos los planos del plano físico cósmico.
Un ejemplo evidente puede observarse en el caso de los Kumaras que, impelidos por ciertas fuerzas planetarias y formando un triángulo del sistema, dieron un impulso al tercer reino cuando, al ponerlo en conjunción con el quinto, produjo el cuarto.
Estos Kumaras, Sanat Kumara y Sus tres discípulos, habiendo realizado la iniciación más elevada posible en el último gran ciclo, aunque todavía (desde Su punto de vista) tienen que dar otro paso, Se ofrecieron al Logos planetario de Su Rayo como “puntos focales” de Su fuerza, de manera que por este medio pudiera acelerar y perfeccionar Sus planes sobre la Tierra dentro del ciclo de manifestación.
Han aplicado tres de los cuatro métodos.
Están influenciados por el Logos planetario, quien trabaja directamente como el Iniciador -en lo que al hombre concierne- por intermedio de Sanat Kumara y con los tres reinos de la naturaleza por intermedio de los tres Budas de Actividad -Sanat Kumara se relaciona así directamente con el Ego en el plano mental, y Sus tres Discípulos se ocupan de los otros tres tipos de conciencia, de los cuales el hombre es la síntesis.
En el momento de la iniciación (después de la segunda Iniciación) Sanat Kumara se convierte en vocero y agente directo del Logos planetario. Esa gran Entidad habla por Su intermedio y durante un segundo (si tal término puede aplicarse a un plano en que el tiempo, tal como lo comprendemos, no existe) el Logos planetario del Rayo a que pertenece el hombre dirige conscientemente -vía Su cerebro etérico- Su pensamiento sobre el Iniciado “llamándolo por Su Nombre”.
También los Kumaras constituyen principios personificados, pero a este respecto debemos recordar que la fuerza y la energía de uno de los principios del Logos afluyen a través de Ellos por medio de lo que corresponde a la Mónada en lo que se refiere a los Kumaras.
Por Su intermedio, durante Su período de encarnación y sacrificio voluntarios, el gran Prototipo del Logos planetario empieza a hacer sentir Su presencia y la fuerza de la constelación de la Osa Mayor vibra débilmente sobre la Tierra.
Durante la iniciación el hombre se da cuenta conscientemente de la Presencia del Logos planetario mediante el contacto autoinducido con su propio Espíritu divino. En la quinta Iniciación se percibe la amplitud de esta influencia grupal planetaria y la parte que debe desempeñar en el gran todo. En la sexta y séptima Iniciaciones siente la influencia del Prototipo planetario que le llega por conducto del Logos planetario actuando por intermedio del Iniciador.
Este método de encarnación directa se aplicaba anteriormente cuando los Kumaras poseían forma física.
Esto sólo puede decirse de algunos de Ellos;
Sanat Kumara y Sus Discípulos tienen forma física, pero no han tomado cuerpos físicos densos.
Trabajan en los niveles etéricos vitales y moran en cuerpos etéricos. Shamballa, donde Ellos moran, existe en materia física igual que los Kumaras, pero es materia de los éteres superiores del plano físico, y sólo cuando el hombre haya desarrollado la visión etérica, develará el misterio que hay detrás de los Himalayas. Por lo tanto, aunque Sanat Kumara es el Logos planetario, sin embargo, no lo es. Un reflejo de este método de encarnación directa puede observarse cuando un discípulo abandona su cuerpo y permite que su Guru o un chela más avanzado lo utilice.
El misterio de los Bodhisattvas ha sido tratado por H. P. B., y hasta que los estudiantes hayan asimilado y estudiado lo que ella ha dicho, nada más puede agregarse. Captar la verdad es un factor que siempre merece una nueva revelación.
Concierne al esfuerzo que realizan cada cien años la Logia y los Personajes que pertenecen a ella.
En cada siglo la Logia hace un esfuerzo en una línea determinada de fuerza, con el objeto de llevar adelante los fines de la evolución; el esfuerzo que realizarán en el siglo veinte será de mayor envergadura que el efectuado durante mucho tiempo y abarcará a un número de Grandes Seres. H. P. B. y un sinnúmero de chelas intervinieron en un esfuerzo similar durante el siglo diez y nueve; el que se ha de realizar en un futuro inmediato involucrará a varios de los Grandes Seres y al Mismo Maestro de Maestros; ahora podríamos referirnos a tres de los distintos métodos anteriormente mencionados, que se aplicarán para Su advenimiento.
En la aparición del Bodhisattva Mismo, se evidenciará el misterio del Bodhisattva en su más pleno significado, y no nos corresponde extendernos aquí sobre ello.
Baste decir que se utilizarán las vestiduras del GRAN SER, pero el tiempo demostrará si el Señor que viene las revestirá con un vehículo físico en ese evento particular, o si el plano astral será el campo de Su actividad.
Si el estudiante reflexiona sobre las consecuencias que implica apropiarse de ellas, se arrojará mucha luz sobre los probables acontecimientos. Las vestiduras actúan con capacidad dual:
a. Por estar excesivamente magnetizadas, tienen, por lo tanto, un efecto profundo y de gran alcance.
b. Por actuar como punto focal para la fuerza del Señor Buda y establecer un vínculo con el Señor que viene, Le permitirán acrecentar Sus propios y maravillosos recursos, extrayéndolos de centros de fuerza, aún superiores, por conducto del Señor Buda.
Esta fuerza se expresará en el plano astral, produciendo vastos resultados de naturaleza tranquilizadora, trayendo, por acción refleja, paz en la tierra.
La transmutación del deseo en aspiración y la transformación del deseo inferior en superior constituirán algunos de los efectos, mientras que el resultado de la fuerza que afluye producirá grandes reacciones en los habitantes dévicos de ese plano.
Mediante la vibración así iniciada muchos tendrán oportunidad (que no hubieran tenido de otro modo) de recibir la primera Iniciación. Luego, a fines del ciclo mayor, el Avatar que viene volverá a emplear las vestiduras y todo lo que ello implica, y tomará un cuerpo físico, demostrando así en el plano físico la fuerza del Logos al aplicar la Ley.
Cuando Él venga al final de este siglo y haga sentir Su poder, lo hará como Instructor del Amor y de la Unidad, y Su tónica será regenerar por medio del amor.
Debido a que actuará principalmente en el plano astral, Su trabajo se manifestará en el plano físico, estableciendo grupos activos en toda ciudad, grande o pequeña, y en todo país, que trabajarán agresivamente para lograr la unidad, la colaboración y la fraternidad en todos los sectores de la vida -económico, religioso, social y científico.
Dichos grupos obtendrán resultados imposibles de lograr ahora, debido a la retención de la fuerza búdica, pero más tarde esta fuerza será liberada sobre la tierra por intermedio del Gran Señor, que actuará como un aspecto del Logos y un punto focal para la conciencia y la energía del Buda.
Ésta es la probabilidad inminente que se tiene en cuenta al celebrarse anualmente, durante un siglo, el Festival Wesak.
Sería conveniente que los estudiantes apoyaran los fines de la Jerarquía oculta concentrándose en forma similar, en el período del festival, iniciando así corrientes mentales de gran atracción, en el sentido oculto de este término.
Un indicio de la proximidad de este acontecimiento lo constituirá la opción que se iniciará durante los próximos veinte y cinco años contra la delincuencia, el sovietísmo y el radicalismo extremos, que en la actualidad están siendo empleados por ciertas potestades para lograr objetivos contrarios a los planes del Señor.
Se inaugurará la era de paz, agrupando en la tierra a las fuerzas que patrocinan la construcción y el progreso, y reuniendo consciente y deliberadamente los grupos que personifican en cada país (hasta donde puede ser visualizado) el principio de la Fraternidad.
Estén atentos a los signos de los tiempos, y no se desanimen por el futuro inmediato. La aparición del Gran Señor en el plano astral (seguida o no por Su encarnación física) tendrá lugar al celebrarse determinado Festival Wesak, en él Buda pronunciará un mántram (conocido sólo por aquellos que están por recibir la séptima Iniciación), liberando esa fuerza que permitirá a Su gran Hermano cumplir Su misión.
Por eso sería conveniente que en Occidente, en forma gradual, se haga conocer el Festival Wesak y su verdadero significado, ofreciéndose así la oportunidad a todos aquellos que están dispuestos a situarse en la línea de esta fuerza, a fin de ser vitalizados por ella y preparados para servir. La reacción mencionada se producirá también debido a la presión que ejercen los niños de hoy, muchos de ellos son chelas y algunos iniciados. Han venido para preparar el camino que han de recorrer Sus Pies. Cuando llegue el momento (cinco años antes de la fecha de Su descenso) se los hallará cumpliendo plenamente su servicio y sabiendo cuál es su trabajo, aunque ignoren lo que el futuro les depara. Cuando llegue el momento habrá casos (aunque ya han habido algunos) en que se observará la actuación de esta influencia, manifestándose de tres maneras. En todas las naciones de Oriente y Occidente habrá discípulos preparados y hombres y mujeres muy evolucionados desempeñando su tarea en las líneas asignadas, ocuparán puestos destacados, que les permitirá llegar hasta los muchos; poseerán también cuerpos suficientemente puros para ejercer influencia. Esto sólo será posible en aquellos que se han consagrado desde la infancia o han servido a la raza durante todas sus vidas o, por el karma generado en vidas anteriores, han adquirido ese derecho. Esta triple manera de ejercer influencias se manifestará:
Primero. Plasmando en el cerebro físico del hombre las ideas, proyectos de trabajo, ideales e intenciones que (aunque emanan del Avatar) se los considerará sin embargo como propios, quien los ejecutará ayudado inconscientemente por la fuerza que afluye. Esto constituye literalmente una forma de telepatía mental superior, actuando en niveles físicos.
Segundo. Influenciando al chela mientras desempeña su trabajo (por medio de conferencias, escritos y enseñanzas), e iluminándolo para que preste servicio. Será consciente de ello aunque incapaz de explicarlo; inspirado por Su Señor tratará de estar cada vez más dispuesto a servir, ofrendándose con total desinterés. Esto se llevará a efecto por medio del Ego del chela, la fuerza que fluye a través de su átomo astral permanente, siendo sólo posible realizarlo cuando se ha abierto el quinto pétalo. Tercero. Colaborando conscientemente en este tercer método de influenciar, el chela se ofrendará a sí mismo (con pleno conocimiento de las leyes de su ser y de su naturaleza), y abandonará y entregará su cuerpo físico al Gran Señor o a uno de Sus Maestros. Esto sólo es posible cuando el chela ha alineado sus cuerpos inferiores, aunque todavía debe desarrollar el sexto pétalo. Por un acto de voluntad consciente entrega su cuerpo y se mantiene apartado durante determinado tiempo. Estos métodos de ejercer influencia serán empleados principalmente por el Gran Señor y Sus Maestros al finalizar el siglo y, por esta razón, en todos los países encarnan discípulos que tienen la oportunidad de responder a la necesidad de la humanidad.
De allí la urgencia de entrenar a hombres y mujeres a fin de que reconozcan científicamente el siquismo superior, la verdadera inspiración y la mediumnidad.
Dentro de cincuenta años será muy grande la necesidad de verdaderos psíquicos y médium conscientes (como H. P. B. por ejemplo), si se llevan a la fructificación los planes del Maestro y se inicia el movimiento de preparación para el advenimiento de Aquel a Quien todas las naciones esperan. Muchos deben desempeñar su parte en esta tarea siempre que posean la perseverancia necesaria.
Lógicamente, el primer grupo será el más numeroso pues no necesita poseer mucho conocimiento, pero implica mayor peligro que los otros dos -peligro de que tergiverse los planes y acontezca un desastre al ente implicado.
El segundo grupo será menos numeroso, y el último consistirá en sólo un puñado o dos o tres en ciertos países. En este caso, resultará verídico que, por el sacrificio, el Hijo del hombre nuevamente recorrerá los caminos de los hombres, y Su encarnación física será un hecho. Muy pocos estarán a Su disposición porque la fuerza que Él posee requiere un instrumento particularmente flexible, pero ya se está haciendo la debida preparación.
También algunos Maestros e iniciados emplearán el método de encarnación directa por el proceso de: a.
El nacimiento físico.
El segundo método, o intermedio, será el más frecuentemente empleado.
Seis Maestros, cuyos nombres son completamente desconocidos para el estudiante ocultista corriente, han encarnado físicamente -uno en la India, otro en Inglaterra, dos en América del Norte y uno en Europa central, mientras que otro ha hecho un gran sacrificio y tomado un cuerpo ruso en el deseo de actuar como centro de paz ese desviado país.
Ciertos iniciados de la tercera Iniciación han tomado cuerpos femeninos -uno en la India, que a su debido tiempo hará mucho para emancipar a las mujeres de la India, mientras que otro tiene un trabajo peculiar vinculado al reino animal, e igualmente está esperando el día de Su aparición.
El Maestro Jesús tomará un vehículo físico y, con algunos de Sus chelas, llevará a efecto la reespiritualización de la iglesia católica, derribando la barrera que separa las iglesias Episcopal y Griega de la Romana. Si los planes progresan, como es de esperar, esto podrá suceder alrededor del año 1980. El Maestro Hilarión también vendrá y se convertirá en un punto focal de energía búdica en el vasto movimiento espiritista, mientras que otro Maestro está trabajando en el movimiento de la Ciencia Cristiana (Christian Science) a fin de inducirla a adoptar líneas más sólidas. Es interesante observar que dichos movimientos han puesto un fuerte énfasis sobre el corazón o aspecto amor, por lo tanto, podrán responder con más rapidez a la fuerza que afluirá durante el advenimiento, que los demás movimientos considerados muy avanzados. La “mente puede matar” el reconocimiento de lo Real, pues el odio entre hermanos aleja la corriente de la fuerza de amor.
Los tres Maestros, estrechamente vinculados con el movimiento teosófico, ya están haciendo Sus preparativos y actuarán también entre los hombres, reconocidos por Sus seguidores y por quienes tienen ojos para ver. A esos chelas que están sometidos a la necesaria disciplina se les ofrecerá la oportunidad de trabajar en el plano astral y, si ellos así lo eligen, de encarnar inmediatamente, siempre que hayan logrado la continuidad de conciencia.
El Maestro conocido por D. K. tiene proyectado restaurar -por medio de Sus estudiantes- algunos de los antiguos y ocultos métodos de curar, y también señalar:
a.
el lugar que ocupa el cuerpo etérico,
Nada más puede decirse sobre los planes de los Grandes Seres. Su aparición no será simultánea, pues los pueblos no podrían resistir la enormemente acrecentada afluencia de fuerza; el reconocimiento de los Maestros y de Sus métodos dependerá de la intuición y del entrenamiento de los sentidos internos. No los anunciará ningún heraldo, y sólo Sus obras los proclamarán
Impulso y encarnación.
Quizás podría arrojarse alguna luz sobre la tan difícil cuestión de los jivas, adeptos y avatares encarnantes si el estudiante recuerda que:
1. Un hombre común manifiesta el tercer aspecto de actividad inteligente en la vida de su personalidad y está desarrollando conscientemente el segundo aspecto o la manifestación egoica, en el plano físico.
2. Un adepto manifiesta plenamente el segundo y tercer aspectos, y en su propia vida interna está en proceso de desarrollar el primer aspecto o de esforzarse por llevar la vida monádica a una actividad consciente en el plano búdico.
3. Un avatar manifiesta de acuerdo a su karma particular una de las dos cosas: a. La luz pura de La Mónada, traída al plano físico por Intermedio del Ego y de la personalidad perfecciona dos. La línea de fuerza se extiende directamente de los niveles monádico al físico. b. La luz del Logos en uno de sus aspectos, siendo consciente y directamente transmitida al plano físico por medio de la Mónada desde el Logos planetario, o también desde el Logos solar. En los dos primeros casos, el deseo de llevar una existencia sensoria, o de servir a la humanidad, son los factores que producen la manifestación física (uno por la fuerza de la evolución misma, el otro por un acto consciente de la voluntad)
El deseo de llevar una vida sensoria es sólo el segundo aspecto latente que trata de expresarse por medio del no-yo; en el otro caso, el segundo aspecto manifestado emplea conscientemente la forma como medio para lograr un fin.
En el caso de todos los avatares actúa el aspecto voluntad y produce la aparición -ya sea la voluntad del adepto perfecto como el Buda Mismo o (como en el caso del verdadero Avatar, quien ya lo es, pero no ha podido realizarlo) la voluntad del Logos planetario o del Logos solar, toma forma para un propósito especifico.
Significa un despliegue de la facultad creadora más elevada que la manifestada por el Adepto al crear Su cuerpo de manifestación, el Mayavirupa. Las frases “apropiación de un cuerpo físico” y “creación de un cuerpo físico” deben ampliarse para incluir no sólo nuestro plano físico, el séptimo subplano del físico cósmico, sino todos los planos del sistema solar. Las causas conjuntas que producen la encarnación son tres: 1.
El impulso egoico. Difícilmente podemos disociarlas, al considerar nuestro tema, dada la constitución innata del cuerpo egoico mismo y el papel que la conciencia inmanente desempeña al producirse la aparición por medio de un acto de la voluntad. Por lo tanto, reconsideremos brevemente lo que hemos aprendido acerca del cuerpo egoico y su constitución, y luego veamos los pasos dados por el Ego al obtener resultados en los tres mundos. Hemos visto que en el tercer nivel del plano mental se encuentra el loto egoico, por lo tanto, el estudiante debería imaginárselo de la manera siguiente: Oculto en el mismo centro o corazón del loto hay un punto brillante de fuego eléctrico de un tono blanco azulado (la joya en el loto), circundado y completamente oculto por tres pétalos herméticamente cerrados. Alrededor de este núcleo central o llama interna, están dispuestos los nueve pétalos en círculos de tres pétalos cada uno, formando en total tres círculos.
Dichos pétalos, igual que los tres centrales, están formados por la sustancia de los ángeles solares -sustancia que no sólo es sensoria como la que compone las formas de los tres mundos y los cuerpos lunares, sino que tiene una cualidad adicional de “yoísmo” o autoconciencia, que permite al ente espiritual, situado en el centro, adquirir por su intermedio, conocimiento, percepción y autorrealización. Los nueve pétalos tienen un color predominantemente anaranjado, aunque los otros seis colores existan como secundarios en distintos tonos. Los tres pétalos internos son de color amarillo limón. En la base de los pétalos del loto están los tres puntos de luz que marcan el lugar de los átomos permanentes, el medio de comunicación entre los Ángeles solares y los pitris lunares.
El Ego, por intermedio de estos átomos permanentes, de acuerdo a su grado de evolución, puede construir sus cuerpos lunares, adquirir experiencia y conocimiento en los tres planos inferiores y llegar a ser consciente.
En una vuelta más alta de la espiral la Mónada, por intermedio de los pétalos egoicos y con la ayuda de los Ángeles solares, adquiere conocimiento y se hace análogamente consciente en niveles más excelsos.
La luz interna que se halla en los átomos permanentes tiene un fulgor rojo apagado; por lo tanto tenemos tres fuegos manifestándose en el cuerpo causal -fuego eléctrico en el centro, fuego solar circundándolo como la llama circunda el núcleo central o esencia en la llama de una vela y fuego por fricción, que se asemeja al pabilo enrojecido que se encuentra en la base de la llama superior.
Estos tres tipos de fuego en el plano mental -que se unen y unifican en el cuerpo egoico- producen con el tiempo irradiación o calor, que afluye por todas partes del loto produciendo esa forma esferoidal que observan los investigadores. Cuanto más evolucionado sea el Ego y estén más abiertos los pétalos, mayor será la belleza de la esfera circundante y más inmaculados sus colores.
En las primeras etapas, después de la individualización, el cuerpo egoico tiene la apariencia de un capullo. El fuego eléctrico del centro no se percibe y los nueve pétalos están cerrados sobre los tres internos;
el color anaranjado tiene un aspecto apagado, y los tres puntos de luz en la base sólo son puntos y nada más; tampoco se percibe el triángulo que se ve luego conectando dichos puntos. La esfera circundante es incolora y sólo es observada como vibraciones ondulantes (como las ondas en el aire o el éter) llegando escasamente más allá de la línea de pétalos. En el momento en que se recibe la tercera Iniciación tiene lugar una transformación maravillosa.
La esfera externa, de amplio radio, fulgura con los colores del arco iris; las corrientes de energía eléctrica que circulan en ella son tan poderosas que escapan fuera de la periferia del círculo, asemejándose a los rayos del sol.
Los nueve pétalos están totalmente abiertos, formando un gracioso engarce para la joya central, y su matiz anaranjado es ahora de una primorosa transparencia, salpicada de muchos colores, predominando el del rayo egoico.
El triángulo que se halla en la base es vívido y chispeante y los tres puntos son pequeños fuegos fulgurantes, apareciendo ante la vista del clarividente como séptuples verticilos de luz, que hacen circular su luz entre los puntos de un triángulo que se mueve rápidamente. En el momento de recibir la cuarta Iniciación la actividad de este triángulo es tan grande que se parece a una rueda girando rápidamente. Tiene un aspecto cuadridimensional.
Los tres pétalos en el centro se están abriendo, revelando la “joya radiante”.
En esta iniciación, por la acción del Hierofante que maneja el Cetro de Poder eléctrico, los tres fuegos son estimulados repentinamente por un descenso de fuerza eléctrica o positiva, desde la Mónada y, en respuesta, su fulgor produce esa fusión que destruye toda la esfera, desintegra toda apariencia de forma y establece un momento de equilibrio o suspenso, en que los “elementos son consumados por el ardiente calor”. Entonces se conoce el momento de radiación más intensa. Luego -por la pronunciación de cierta Palabra de Poder- los grandes Ángeles solares absorben en sí mismos el fuego solar, produciendo así la desintegración final de la forma y, por ende, la vida se separa de la misma; el fuego de la materia retorna al depósito general, y ya no existen los átomos permanentes ni el cuerpo causal.
El fuego eléctrico central se centraliza en atma budi. El Pensador o la entidad espiritual se libera de los tres mundos, funcionando conscientemente en el plano búdico. Entre las etapas de inercia pasiva (aunque autoconsciente) y de actividad radiante que produce un equilibrio de fuerzas, hay una larga serie de vidas.
Al estudiar el tema de los jivas reencarnantes, hemos tocado tres tópicos: a. Los avatares, a fin de esclarecer la confusión que existe en las mentes de los estudiantes respecto a ciertos tipos de apariciones. Aquí sólo nos ocuparemos de los procedimientos aplicados por el hombre común. b. Los pralayas, a fin de despertar en la mente del estudiante la idea de los intervalos de pasividad dependientes de los períodos intermitentes de actividad.
c. La aparición del cuerpo egoico y su composición general, a fin de que el estudiante comprenda que la evolución afecta también a ese cuerpo y no sólo a las formas del hombre en los tres mundos.
Los efectos del proceso son interdependientes y, a medida que el yo inferior se desarrolla o que la personalidad se hace más activa e inteligente, se obtienen resultados en el cuerpo superior.
Debido a que estos efectos son acumulativos y no efímeros, los resultados inferiores, el cuerpo egoico similarmente se hace más activo y la manifestación de su energía aumenta.
Al finalizar el período evolutivo en los tres mundos se ve un constante intercambio de energía; la luz irradia sobre las formas inferiores, que reflejan la irradiación superior;
el cuerpo egoico es el Sol del sistema infe-rior, y sus cuerpos reflejan sus rayos así como la luna refleja la luz del sol solar. Similarmente, el Sol egoico -por medio de la interacción- brilla con mayor intensidad y gloria.
En los niveles superiores tiene lugar una interacción similar, durante un corto periodo de tiempo, entre la Mónada y su reflejo, el Ego, pero sólo en el próximo sistema solar esta interacción será llevada a una lógica conclusión.
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