TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 570-580, editorial Kier. Ángeles solares-b. La Individualización.
a. El trabajo de los Ángeles solares. Consideraremos brevemente la construcción general del cuerpo del Ego enumerando sus partes componentes y teniendo presente que la forma está debidamente preparada antes de ser ocupada. Por el estudio de este cuerpo podemos obtener alguna idea y cierta iluminación respecto a la Individualización macrocósmica.
El cuerpo causal, llamado a veces (inadecuadamente) “karana sarira”, está localizado en el tercer subplano del plano mental, el plano abstracto inferior, donde el Rayo del tercer Logos proporciona la necesaria “luz para la construcción”. (Ello se debe a que cada subplano está especialmente influenciado por su Número, Nombre o Señor).
Cuando llega el momento de coordinar los vehículos de budi, ciertos grandes Seres, los Señores de la Llama o Manasadevas, por medio de una fuerza externa impulsora, entran en conjunción con la materia de ese subplano y lo vitalizan con Su propia energía.
Constituyen un impulso nuevo y positivo que coordina la materia del plano, produciendo un temporario equilibrio de fuerzas. He aquí el significado de la condición “blanca” o trasparente, del nuevo cuerpo causal. Permanece con el ego recién nacido, primeramente para romper el equilibrio y luego para recuperarlo al final del proceso, produciendo una radiante forma de colores primarios.
Cuando llegan los Manasadevas para producir la autoconciencia y llevar a cabo la encarnación de los Egos divinos, cuatro cosas tienen lugar en ese plano. Si a éstas el estudiante agrega lo que ya he citado en diversos libros ocultistas referente al efecto de la individualización en el hombre animal y la aparición como identidad autoconsciente en el plano físico, le proporcionará una hipótesis activa mediante la cual el hombre puede emprender científicamente su propio desarrollo. A continuación se mencionarán de acuerdo a su aparición en tiempo y espacio:
Primero. Se inician en el tercer subplano del plano mental ciertos impulsos vibratorios –nueve en total- que corresponden a la quíntuple vibración de estos Manasadevas en conjunción con la cuádruple vibración iniciada desde abajo, inherente a la materia de este subplano, el quinto desde el punto de vista inferior.
Esto produce “el loto egoico nónuple”, que en esta etapa está muy cerrado, con los nueve pétalos plegados uno sobre otro, siendo “luz” vibrante y centelleante pero no de brillo excesivo. Estos “capullos de loto” se agrupan de acuerdo a la influencia particular de los quíntuples Dhyanes, los que actúan sobre ellos, construyéndolos con Su propia sustancia y coloreándolos débilmente con el “fuego de manas”.
Segundo. Aparece un triángulo en el plano mental producido por la actividad manásica; este triángulo de fuego comienza a circular lentamente entre el átomo manásico permanente y un punto en el centro del loto egoico y desde allí a la unidad mental que ha aparecido en el cuarto subplano por medio del instinto innato, la cual se asemeja a la mentalidad. Este triángulo de fuego, formado por fuerza manásica, puramente eléctrica acrecienta su brillo para lograr una respuesta vibratoria tanto de lo inferior como de lo superior. Este triángulo es el núcleo del antakarana. El trabajo del hombre altamente desarrollado consiste en reducir este triángulo a una unidad y, por medio de su aspiración elevada (que es simplemente deseo transmutado, el cual afecta a la materia mental), lo dirige al Sendero, reproduciendo así, en forma sintética y más elevada, el “sendero” anterior por el cual descendió el Espíritu para tomar Posesión de su vehículo, el cuerpo causal, llegando desde allí al Yo personal inferior.
Tercero. En cierta etapa de actividad vibratoria, el trabajo realizado por los Señores de la Llama, al producir un cuerpo o forma y una vibración que exige respuesta prácticamente da lugar a un acontecimiento simultáneo. En la línea del triángulo manásico tiene lugar una afluencia que desciende desde budi hasta alcanzar un punto en el centro mismo del loto. Allí, por el poder de su propia vibración, se origina un cambio en la apariencia del loto. En el corazón mismo del loto y aparecen tres pétalos más que se cierran sobre la llama central, cubriéndola totalmente y permaneciendo encerrada hasta llegado el momento de revelar la “Joya en el Loto”. Como vemos, el loto egoico está compuesto de doce pétalos, nueve de los cuales aparecen en esta etapa en forma de capullo, estando tres totalmente ocultos y secretos. Al mismo tiempo los tres átomos permanentes están encerrados dentro del loto y el clarividente los ve como tres puntos de luz en la parte inferior del capullo, debajo de la parte central.
En esta etapa forman un triángulo que arde tenuemente. El cuerpo causal, aunque en estado embrionario, pero completo en su triple naturaleza, está preparado para entrar en plena actividad a medida que transcurren los eones.
El aspecto materia, que concierne a la forma material del hombre en los tres mundos, o a su Yo personal inteligente activo, puede ser desarrollado y controlado por intermedio de la unidad mental del átomo astral permanente y del átomo físico permanente. El aspecto Espíritu se halla oculto en el corazón del loto, para ser revelado a su debido tiempo cuando los manasadevas hayan realizado su trabajo. La voluntad perdurable está allí eternamente.
El aspecto conciencia que personifica el amor sabiduría del Ego divino, al revelarse por intermedio de la mente, se encuentra predominantemente allí, y en los nueve pétalos y en su capacidad vibratoria residen ocultas toda oportunidad, capacidad innata para progresar y habilidad para funcionar como una unidad autoconsciente, esa entidad denominada Hombre.
Mahadeva reside en el corazón, Surya o Vishnu lo revela en Su esencia como la Sabiduría del Amor y el Amor de la Sabiduría, y Brahma, el Logos Creador, hace posible esta revelación.
El Padre en los Cielos será revelado por el Cristo, el Hijo, mediante el método de la encarnación, siendo posible por el trabajo del Espíritu Santo.
Todo esto se lleva a cabo por el sacrificio y la meditación de ciertas entidades cósmicas que “Se ofrendan Ellas Mismas” a fin de que el Hombre pueda ser.
Dan de su misma esencia aquello que se necesita para producir el principio individualizador y lo que llamamos “autoconciencia”, a fin de que el Espíritu divino adquiera una vida más plena dentro de las limitaciones que proporciona la forma, mediante las lecciones aprendidas durante el largo peregrinaje y la “asimilación lograda en múltiples existencias”.
Cuarto. Cuando han ocurrido estos tres acontecimientos la luz y el fuego que circulan alrededor del triángulo manásico se retiran al centro del loto, y este “prototipo” del futuro antakarana, si puede expresarse así, desaparece.
La triple energía de los pétalos, los átomos y la “joya” se han centralizado, porque ha de generarse el impulso que hace descender energía desde el nuevo vehículo causal hasta los tres mundos del esfuerzo humano. Hemos tratado el método de la individualización mediante la introducción de los Señores de la Llama, pues es el método más importante en este sistema solar; cualquier método que se siga en los diversos esquemas y cadenas la individualización -durante la etapa intermedia- constituye la ley universal.
Debido a que las condiciones kármicas tienen que ver con un Logos planetario, podrán efectuarse modificaciones y ponerse en acción a manasadevas cuya actividad puede no ser exactamente igual, pero los resultados son siempre similares, pues los Egos divinos en sus cuerpos causales poseen instrumentos análogos para trabajar. El último punto de gran significado es que los Agnishvattas construyen los pétalos empleando Su propia sustancia –sustancia energetizada por el principio del “Yo ismo” o ahamkara. Éstos energetizan a los átomos permanentes con Su propia fuerza positiva, para llevar, oportunamente, a su máxima actividad y utilidad a la quinta espirilla. Toda posibilidad y esperanza, todo optimismo y todo éxito futuro se hallan ocultos en esto. Como hemos visto, el trabajo de los Agnishvattas en el plano mental dio por resultado un descenso de fuerza o energía desde la Mónada (o espíritu) y, en conjunción con la energía del cuaternario inferior, se produjo la aparición del cuerpo del Ego en el plano mental.
En la luz eléctrica común tenemos una vaga ilustración del pensamiento que estoy tratando de expresar. La luz se crea por la aproximación de los dos polos.
Mediante un tipo análogo de fenómeno eléctrico brilla la luz de la Mónada, pero tenemos que extender la idea a los planos más sutiles y tratar con siete tipos de fuerza o energía en conexión con un polo y con cuatro respecto al otro.
Para el proceso de la individualización existe una fórmula científica que explica este contacto dual, con sus diferentes tipos de energía, mediante un solo símbolo y guarismo, pero no puede ser revelado aquí.
Los Manasadevas están energetizados por la fuerza proveniente del plano mental cósmico -fuerza que ha estado siempre en actividad desde que se individualizó el Logos solar en kalpas muy remotos.
Personifican en Su naturaleza colectiva la voluntad o propósito del Logos, y son los “prototipos” cósmicos de nuestros Angeles solares.
Los ángeles solares del plano mental del sistema personifican esa medida de voluntad y propósito que el Logos puede manifestar durante una sola encarnación y que Ellos, en grupos, pueden desarrollar.
Por consiguiente, trabajan por intermedio de grupos egoicos y principalmente, después de la individualización, sobre las unidades mentales de los entes separados que componen los grupos. Éste es Su trabajo secundario, el cual puede ser descrito parcialmente de la manera siguiente:
Primero, realizan la unión del Ego divino con el Yo personal inferior. Esto ya lo hemos tratado.
Segundo, trabajan por intermedio de los entes mentales, plasmando sobre el átomo, por microscópica que sea, esa parte del propósito logoico que el individuo puede realizar en el plano físico.
Al principio su influencia es asimilada inconscientemente y el hombre responde al plan ciega e ignorantemente. Luego, a medida que prosigue la evolución, su trabajo es reconocido por el hombre al colaborar conscientemente con el plan de la evolución. (Después de la tercera iniciación predomina el aspecto voluntad o propósito.
Debe señalarse aquí que la fuerza positiva de los Manasadevas produce la iniciación. Su función está representada por el Hierofante. Éste, viendo ante Sí el vehículo de budi, pasa el voltaje desde los planos superiores a través de Su cuerpo y, por medio del Cetro (cargado con fuerza manásica positiva), transmite al iniciado esta energía manásica superior a fin de que pueda conocer conscientemente y reconocer el plan correspondiente al chakra o centro, que forma ese grupo por medio de un estímulo grandemente acrecentado.
Esta fuerza, por conducto del antakarana, desciende desde el átomo manásico permanente y va dirigida a cualquier centro que el Hierofante -de acuerdo a la Ley- ve que ha de ser estimulado.
Estabiliza la fuerza y regula su afluencia cuando circula a través del Loto egoico para que, al realizarse el trabajo de desenvolvimiento, pueda revelarse el sexto principio en el Corazón del Loto. Después de cada iniciación el Loto se abre algo más y la luz central comienza a resplandecer -luz o fuego que quema los tres pétalos del relicario, permitiendo que la plena gloria interna sea vista y se manifieste el fuego eléctrico del espíritu.
Como esto se realiza en el segundo subplano del plano mental (sobre el que está ahora situado el loto egoico) tiene lugar un estímulo en la sustancia densa que forma los pétalos o ruedas de los niveles astral y etérico.
b. La individualización y las razas. Si este tratado no sirve otro propósito que llamar la atención de los que estudian ciencia y filosofía para que estudien la fuerza o la energía en el hombre y en los grupos, e interpreten al hombre y a la familia humana en términos de fenómenos eléctricos, mucho bueno se habrá logrado.
La polaridad de un hombre, de un grupo y de un conjunto de grupos; la polaridad de los planetas y su relación entre sí y con el Sol; la polaridad del sistema solar y su relación con otros sistemas; la polaridad que tiene un plano con otro y un principio con otro; la polaridad de los vehículos más sutiles y la aplicación científica de las leyes de la electricidad a todo lo existente en el plano físico, traerá una revolución en este planeta sólo comparable a la efectuada en el momento de la individualización Señalaría aquí cierto hecho significativo que los estudiantes deberían considerar cuidadosamente.
En la tercera raza raíz tuvo lugar la individualización. Acontecimiento que se hizo posible debido a ciertas condiciones y relaciones de polaridad y porque las leyes científicas fueron comprendidas y los Conocedores aprovecharon una condición eléctrica particular para apresurar la evolución de la raza. Fue un estupendo tipo de fenómeno eléctrico que produjo las “luces que siempre arden”, resultado del conocimiento de la ley natural y su adaptación a la oportunidad.
En la cuarta raza raíz la adaptación de la fuerza se inició de otra manera. Allí también se aprovechó el momento y la oportunidad para abrir la puerta al quinto reino, aplicando el método de iniciación forzada.
Un tercer tipo de electricidad desempeñó su parte para producir este acontecimiento, y el efecto que produce este fenómeno eléctrico sobre los entes (siendo ellos mismos centros de energía) -científicamente considerados- indica que el hombre ya está preparado para la ceremonia de la iniciación y dispuesto para transmitir energía espiritual al mundo. Técnicamente cada iniciado es un transmisor de fuerza, por lo tanto su trabajo es triple y consiste en:
1. Proporcionar un triple vehículo capaz de ofrecer la necesaria resistencia a la fuerza, recibirla y también retenerla. 2. Transmitirla como energía al mundo al cual sirve. 3.
Almacenar cierta cantidad de la misma para un doble propósito:
En la quinta raza raíz podrá esperarse otro trascendente acontecimiento, qué sucederá en un futuro inmediato, y se inició conjuntamente con la energía que culminó oportunamente en la guerra mundial.
El primer efecto que se produce al aparecer un nuevo estímulo eléctrico, proveniente de centros que se hallan fuera del sistema, consiste en causar primeramente una destrucción que conduce a la revelación.
Lo que está aprisionado debe ser liberado. Así acontecerá en la actual raza raíz, la quinta.
Ciertas fuerzas cósmicas ya están actuando y aún no se evidencia el pleno efecto de su energía.
La Jerarquía aprovechará esta fuerza entrante a fin de impulsar los planes planetarios. En todos los casos el efecto producido por el fenómeno se siente en cualquiera de los reinos además del humano.
Durante el período de individualización es evidente que tuvo lugar un grandioso estímulo en el reino animal, estímulo que ha persistido y conducido a ese fenómeno denominado “animales domésticos” y su etapa de inteligencia relativamente elevada comparada con la de los animales salvajes.
En los días atlantes, la apertura de la puerta que conduce al quinto reino, o etapa de conciencia búdica, produjo un profundo efecto en el reino vegetal. Dicho efecto puede observarse en los resultados obtenidos por Burbank, siendo de la misma naturaleza que el proceso iniciático en el hombre e involucrando la rápida adquisición de una perfección relativa.
En el trascendental e inminente acontecimiento, la gran revelación que se aproxima, la Jerarquía aprovechará nuevamente el momento y la energía para producir ciertos acontecimientos que tendrán lugar principalmente en el reino humano, pero también se observará como regeneración de fuerza para el reino mineral.
Cuando la energía se sintió por primera vez en el reino humano, produjo esas condiciones causantes de la tremenda actividad que desembocó en la guerra y también de la actual tensión mundial; en el reino mineral afectó a algunos minerales y elementos, y aparecieron las sustancias radiactivas.
Esta característica (o radiactividad) de la pechblenda y demás unidades involucradas, constituye comparativamente un nuevo desarrollo de acuerdo a la ley evolutiva y, aunque latente, sólo necesitó la extracción del tipo de energía que ya comienza a afluir en la tierra.
Esta fuerza comenzó a afluir a fines del siglo dieciocho y no se siente aún su pleno efecto, pues pasarán centenares de años antes de que desaparezca.
Por su intermedio será posible hacer ciertos descubrimientos, y durante su vigencia vendrá el nuevo orden. Los Grandes Seres que conocen el tiempo y el momento, harán que se produzca en nuestra raza raíz esos acontecimientos que se sucedieron en la tercera y cuarta razas.
c. Métodos de individualización. Hemos visto ya que el método característico de individualización en este sistema solar es el resultado de la fuerza que emana del plano mental cósmico, impeliendo a la actividad a esos entes cuya función consiste en formar el cuerpo egoico, construyéndolo con su propia sustancia viviente en el plano mentaI, y, por medio de sus propias cualidad y naturaleza, dotan a los entes humanos del plano físico con la facultad de autoconciencia, produciendo así al Hombre.
Su trabajo consiste en energetizar a las unidades mentales de los hombres, en coordinarlas por medio de la fuerza que ellas personifican y en energetizar los cuerpos del triple hombre inferior para que a su debido tiempo puedan expresar inteligentemente la voluntad y el propósito del Pensador inmanente.
Llevando a cabo esta función, en el caso de la familia humana, se producen ciertas condiciones en los planetas y en el sistema.
Los cuerpos denso y etérico del Logos y de los Logos planetarios se fusionan, proporcionando así un coherente vehículo de expresión de dichas Entidades cósmicas. Cuando el ser humano obtiene la autoconciencia llega a su consumación la plena conciencia del Logos involucrado. Es el momento de la fructificación y (desde cierto punto de vista esotérico) marca la realización del Septenario perfecto.
Los tres reinos involutivos o elementales, y los tres subhumanos hallan su séptimo principio en el cuarto reino de la naturaleza 3 + 4 = 7.
Cuando la vida de Dios ha circulado a través de los siete reinos, se adquiere la plena autoconciencia, desde un punto de vista relativo, y el Hijo está por alcanzar la realización. Entonces esta perfección relativa debe lograrse también en otras etapas, en las que la autoconciencia separada de las Entidades implicadas (humanas o planetarias), debe eventualmente fusionarse con la conciencia universal.
También son estimulados ciertos centros en los cuerpos logoico y planetario, y los Rayos (si se puede expresar así) se hacen radiactivos. Esta radiación traerá oportunamente la actividad grupal consciente que lleva a la interacción planetaria que, de acuerdo a la Ley de Atracción y Repulsión, traerá una eventual síntesis.
En niveles cósmicos o fuera del sistema, el proceso de individualización produce la actividad correspondiente en el cuerpo egoico del Logos, por eso se acrecienta la vibración en ese centro del cuerpo de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, y que nuestro Logos lo representa. Produce también una reacción o “reconocimiento oculto” en el prototipo del Septenario, los siete Rishis de la Osa Mayor, y esta reacción en círculos cósmicos persistirá hasta el fin del Mahamanvantara, cuando el Logos se libere (aunque momentáneamente) de la existencia en el plano físico.
Esto también produce una liberación cíclica de fuerza desde el plano mental cósmico. En la actual ronda, la cuarta, la fuerza máxima de este ciclo se sintió en la tercera raza raíz. En la próxima ronda y en la cuarta raza raíz, durante un período muy breve, un nuevo ciclo alcanzará su cenit y volverá a abrirse la puerta de la individualización a fin de permitir la entrada de ciertos Egos muy avanzados que tratan de encarnar para realizar un trabajo especial. Esta ronda no proporcionará cuerpos adecuados a su necesidad. La próxima podría hacerlo si los planes se llevan a cabo como fueron proyectados.
En este caso, los Manasadevas correspondientes no individualizarán a hombres animales como en la ronda anterior, sino que estimularán el germen mental en esos miembros de la actual familia humana, que como dice E. P. B., aunque aparentemente son hombres, no poseen la chispa de la mente.
En los próximos setecientos años, estas razas aborígenes inferiores prácticamente morirán y -en esta ronda- no reencarnarán, siendo por lo tanto rechazados.
En la ronda siguiente la oportunidad volverá a presentarse y los Manasadevas reiniciarán el trabajo de formar núcleos individualistas para el desarrollo de la autoconciencia.
Los Egos que esperan la oportunidad lógicamente no entrarán hasta que el tipo humano de esa era esté suficientemente refinado para su propósito.
Su tarea consiste en desarrollar el sexto pétalo del Loto egoico logoico, siendo de tal naturaleza que apenas podemos imaginarlo. Se hallan en la línea de los Budas de Actividad, quienes se han liberado para el actual mahamanvantara, mientras que los Egos ya mencionados tienen todavía algo que evolucionar.
Podrían “entrar” sólo a mediados de la quinta ronda y constituyen un grupo de iniciados que detuvieron su propia evolución (hablando técnicamente) a fin de realizar un trabajo especial en el planeta Vulcano; por lo tanto deberán volver para continuar y terminar aquello que quedó sin realizar.
Dados los resultados de su experiencia en Vulcano, el vehículo físico debería ser de tal calidad que en estos momentos y en la actual ronda producirían un desastre si encarnaran.
En la individualización de la próxima ronda se observarán indicios del tercer método -el del próximo sistema.
Dicho método ha sido descrito como de “abstracción oculta”.
Se relacionará con la extracción de la vitalidad latente en el tipo más inferior de los seres humanos que existan en esa época (mediante el conocimiento de la constitución etérica del cuerpo) y temporariamente se les aplicará el fuego latente a fin de acrecentar la actividad del germen o chispa mental, efectuándose por la acción dinámica de la voluntad.
Esta fraseología parecerá incomprensible y casi sin sentido si se la considera en términos de conciencia y de espiritualidad, pero cuando el estudiante analiza el fenómeno en términos del plano físico cósmico y, desde el punto de vista de los subplanos gaseoso y etérico, entonces verá que en todos estos fuegos septenarios existe siempre en realidad el fuego de la materia y que esas diversificaciones séptuples de los fenómenos eléctricos pueden afectarse recíprocamente.
Durante el mahamanvantara pueden observarse los tres métodos de individualización empleados en nuestro esquema planetario en: a. La cadena lunar, se empleó el método de la evolución gradual de la autoconciencia por ley natural.
b. La cadena terrestre se emplea el método de lograr la autoconciencia con la ayuda de agentes foráneos. Método característico de este sistema.
c. Las próximas ronda y cadena se emplearán en forma embrionaria el método de abstracción por el poder de la voluntad. Los he considerado desde el punto de vista de nuestro propio esquema. En todos los esquemas en que se encuentra el hombre, en un período u otro, se entrará en contacto con estos tres métodos, los cuales señalan el control gradual que ejerce el Logos en los niveles cósmicos de Su triple naturaleza inferior. En el primero, la analogía reside en la conciencia latente de la materia y actúa por la Ley de Economía. Tiene que ver principalmente con la Autoconciencia del Logos en Su cuerpo físico denso y Su polarización dentro del mismo.
Igualmente puede decirse del Hombre celestial;
el misterio del mal reside parcialmente en la disposición de ciertas entidades cósmicas (particularmente nuestro Logos planetario en la cadena lunar) para continuar polarizadas en el cuerpo físico etérico después de haber dominado, por supuesto, al aspecto materia u obtenido el control del tercer Fuego en un sistema anterior.
He aquí otro indicio para el estudiante inteligente respecto al mal actual en este planeta.
La segunda analogía concierne a la latente “conciencia de deseo” y actúa bajo la Ley de Atracción, ley de este sistema que se refiere a la capacidad del Logos para “amar sabiamente”, en el sentido oculto del término; tiene relación con la polarización del Logos en Su cuerpo astral y produce el fenómeno llamado “actividad sexual” en todos los planos del sistema.
En el sistema anterior la emancipación se efectuó por medio de la facultad de discriminación, aunque dicha palabra, tal como se la emplea hoy, sólo explica vagamente el proceso operado en el sistema en aquellos días.
La fuerza engendrada durante dicho proceso inició esa vibración que persiste hoy en la materia. Lo evidencia el átomo de la sustancia por su inteligencia activa y selectiva capacidad discriminadora.
En nuestro sistema, la emancipación tendrá lugar por medio del desapasionamiento esotérico; esto dejará también su impronta en la materia, coloreándola de tal manera que en el tercer sistema la sustancia primordial poseerá una segunda cualidad.
En el próximo sistema el método del desapego por medio de la abstracción será lo que más se asemejará al proceso de liberación, pero es inútil que el hombre especule sobre ello pues su mente no puede concebirlo.
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