TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 490-498, editorial Kier. II. LOS DEVAS Y ELEMENTALES DE LA MENTE 1. EL REGIDOR DEL FUEGO -AGNI.
a. Agni y el Logos Solar.
Hasta ahora hemos estudiado la primera parte de este tratado, que se ha ocupado paralelamente de los fuegos internos macro y microcósmico del sistema.
En la segunda parte estudiaremos el fuego de la mente, que conjuntamente con las nueve preguntas de introducción, constituye la parte principal de la obra.
En ella hemos considerado la naturaleza y función de la mente y el rayo egoico. Nos hemos ocupado también del aspecto forma del pensamiento, de su manifestación material y de su sustancia.
Pasamos ahora a considerar al Regidor del Fuego, AGNI;
a estudiar la vitalidad que energetiza y la Vida que anima; a analizar el Fuego que impulsa, impele y produce la actividad y la organización de todas las formas.
La comprensión de esto revelará el hecho de que lo que estamos considerando es “la Vida y las vidas” -denominado en La Doctrina Secreta, Agni, el Señor del Fuego, el Creador, el Conservador y el Destructor y los cuarenta y nueve fuegos por medio de los cuales se manifiesta-, el fuego solar en sí, la esencia del pensamiento, la vida coherente de todas las formas, la conciencia en su aspecto evolucionante o Agni, la totalidad de los Dioses.
Él es Vishnu y el Hijo de Su gloria; el fuego de la materia fuego de la mente mezclados y fusionados; la inteligencia que palpita en cada átomo y la Mente que anima al sistema; el fuego de la sustancia y la sustancia del fuego; Él es la Llama y lo que la llama destruye.
Quienes estudian La Doctrina Secreta en forma superficial tienden a considerar a Agni solamente como el fuego de la materia sin observar que constituye la totalidad -esto es especialmente así cuando se dan cuenta que Agni es el Señor del plano mental.
Agni es la vida que anima al sistema solar, y esa vida es la vida de Dios, la energía del Logos y la manifestación de la radiación que vela al Sol central.
Sólo cuando es conocido como Fohat, la energía de la materia; como Sabiduría, la naturaleza del Ego y sus móviles y como unidad esencial, puede llegarse a una correcta concepción respecto a Su naturaleza o ser. Agni no constituye el Logos solar en el plano mental cósmico, pues la conciencia egoica del Logos es algo más que Su manifestación física, sino la suma total de esa parte del Ego Logoico que se refleja en Su vehículo físico y es la vida de la Personalidad logoica, con todo lo que incluye esa expresión.
Es para el Logos solar, en Su propio plano, lo que la personalidad coherente de un ser humano es para su Ego en el cuerpo causal. Éste es un punto muy importante que ha de ser comprendido, y si se medita sobre él aportará al estudiante mucha iluminación. Su vida fusiona y mezcla la triple naturaleza del Logos cuando está en encarnación física; Su fuerza coherente convierte en una unidad a la triple Personalidad logoica, pero el hombre únicamente puede llegar a conocer Su naturaleza esencial por el estudio del vehículo físico logoico -he aquí la dificultad-; sólo puede llegar a comprenderlo si considera Su emanación psíquica tal como puede ser presentida y visualizada, echando una mirada retrospectiva sobre la historia de las razas.
La personalidad del hombre revela su naturaleza a medida que transcurre su vida; su cualidad síquica se desarrolla a medida que pasan los años y, cuando desencarna, se habla de él en términos de cualidad buena o mala, egoísta o altruista; el efecto de su “emanación” durante la vida es lo que permanece en las mentes de los hombres.
Sólo de esta manera puede expresarse la personalidad logoica; por consiguiente nuestro conocimiento de su naturaleza está limitado debido a nuestra cercana perspectiva y dificultado por el hecho de que somos partícipes de Su vida y partes integrantes de Su manifestación.
Únicamente cuando se comienza a actuar en el plano búdico, y se acrecienta nuestro conocimiento de la vida espiritual y pasamos definidamente a través del portal de la iniciación al quinto reino, podemos “vivir en el aspecto subjetivo” y apreciar la diferencia que existe entre el cuerpo físico denso y el vital.
A medida que nos polarizamos en el cuerpo etérico cósmico y ya no somos prisioneros de una densa envoltura material (pues los tres planos inferiores son sólo el cuerpo denso del Logos) llegamos a comprender plenamente la naturaleza psíquica del Logos, porque entonces nos hallamos en el cuerpo que sirve de puente entre los cuerpos físico denso y astral del Logos.
Cuando esto sucede comprendemos que la función del Señor Agni, constituye la vida vital del etérico cósmico, la vitalidad de los Hombres celestiales y la actividad de Sus cuerpos. b. Agni y el Plano Mental. Trataré de dilucidar aquí un punto muy importante al acentuar la estrecha relación entre Agni, la suma total de la fuerza de vida de la triple personalidad logoica, cuando actúa en el plano mental (que concierne íntimamente al hombre) y esa fuerza impulsora o voluntad inteligente manifestante que emana del plano astral cósmico.
Hay una serie de analogías muy interesantes que pueden compararse aquí, pudiendo indicar brevemente las líneas que se han de seguir a este respecto por medio de la clasificación siguiente: El
5to. plano cósmico.......... Plano mental cósmico Por lo tanto se evidenciará que cuando es considerado el sistema en orden inverso, contando el plano físico como el primero (como sucede siempre que se lo considera como el campo de evolución estrictamente humana), el tercer plano -el mental- entra el mismo grupo de analogías, por lo tanto se ha de considerar a Agni el factor energetizante del cuerpo físico denso del Logos el fuego de Su manifestación más concreta, vitalizando, calentando y manteniendo todo unido. En este mahamanvantara existen tres jerarquías de gran importancia, la cuarta o Jerarquía creadora humana y las jerarquías dévicas quinta y sexta. La cuarta Jerarquía en el esquema mayor es literalmente la novena, pues cinco jerarquías ya han desaparecido y se las considera como puras abstracciones.
En este sistema la concreción y fusión de la forma y la energía en un todo coherente, concierne a nosotros.
En la novena, décima y undécima Jerarquías reside la clave de la naturaleza de Agni, el Señor del fuego, la suma total de la vitalidad del sistema. Quien comprenda el significado de estos números y su relación recíproca como la triple división de una unidad en tiempo y espacio habrá descubierto una de las llaves que abrirá una puerta herméticamente cerrada hasta ahora. Los números de la realización, la potencialidad llevada a una plena actividad y la capacidad innata se demuestran mediante una fructificación perfecta.
V. CLASIFICACIÓN
Toda potencialidad reside en el poder vitalizador y energetizador de Agni y en su capacidad para estimular, pues es la vida misma y la fuerza impulsora de la evolución, del desarrollo psíquico y de la conciencia, lo cual se halla oculto en estos guarismos y no en la evolución de la sustancia que sólo es el resultado causas psíquicas.
Los tres números constituyen la base de los cálculos cíclicos concernientes a los ciclos egoicos y a los ciclos de Vishnu, diferenciándose de los ciclos que tienen que ver con el tercer aspecto.
Los estudiantes de ocultismo no han captado suficientemente el hecho de que la objetividad es el resultado inevitable de una vida interna subjetiva y consciente.
Cuando esto sea mejor comprendido, los cuerpos en el plano físico por ejemplo, serán purificados, desarrollados y embellecidos por medio de una dedicación científica a fin de desarrollar la psiquis, el Ego y estimular la vibración egoica.
Se tratará la causa y no el efecto, a ello se debe la acrecentada tendencia de la familia humana a dedicarse al estudio de la sicología y aunque recién se está investigando el cuerpo kama-manásico, no se ha llegado todavía hasta la conciencia egoica.
Los Señores lunares han tenido su oportunidad;
ahora Agni, como Señor solar de vida y energía, asumirá Su debida importancia en la vida humana.
c. Agni y los Tres Fuegos. Al estudiar la manifestación de Agni en el sistema solar debe recordarse que estamos considerando su naturaleza esencial como fuego activo.
Hemos visto que constituye la triple personalidad logoica, el triple Logos en sentido subjetivo, siendo el aspecto forma solo subsidiario.
Quizá una clasificación aclararía este punto.
Cada uno de estos tres aspectos del Fuego Uno, manifestados como Fuego Creador, Fuego Preservador y Fuego Destructor, será estudiado como fenómeno eléctrico y bajo los aspectos de luz, llama y calor;
electricidad, radiación y movimiento;
voluntad, deseo y acción.
Únicamente de esta manera se alcanzará a comprender la verdadera naturaleza de Agni. Como personalidad logoica se manifiesta a través de tres envolturas que forman una unidad; sólo así se percibirá por qué en esta etapa de evolución el aspecto materia es el más importante.
El sistema constituye la envoltura física del Logos y, por lo tanto, la más fácilmente reconocible, pues estando aún el Logos centrado en Sus envolturas cósmicas, sólo puede revelarse por su Intermedio.
El hombre solamente llegará a comprender este misterio de la electricidad cuando se estudie a sí mismo y sepa que es un triple fuego que se manifiesta en varios aspectos.
Cada uno de estos fuegos puede ser estudiado en forma triple y bajo tres aspectos.
LA
MÓNADA
EL
EGO LA
PERSONALIDAD Trato aquí de poner de relieve el hecho de que en esta triple manifestación existe un nónuple desarrollo. Debe tenerse en cuenta siempre que el número siete rige la evolución de la sustancia y la construcción de la forma en el sistema solar, y el nueve el desarrollo de la conciencia dentro de esa forma de la siquis. Esto se ve en el despliegue séptuple de la vida logoica por intermedio del esquema planetario y la naturaleza nónuple del desarrollo egoico. Si el estudiante sustituye las palabras Mónada, Ego y personalidad, por los tres aspectos del Logos y recuerda que todo lo que conoce hasta ahora es lo más inferior de las manifestaciones logoicas -la personalidad-, será evidente por qué tantas cosas permanecen en el misterio hasta para los iniciados de grados elevados, pues ni siquiera el perfecto Dhyan Chohan puede penetrar el enigma del Logos fuera de Su sistema.( ) Ellos pueden conocer mucho respecto a Agni, el Señor del Fuego, pero hasta que no se pongan en contacto con aquello de lo cual Él constituye una ema-nación, reflejo o rayo, existe, un límite para lo que puede ser conocido. Agni es Fohat, la triple Energía (emanada del Ego logoico) que genera al sistema solar, el vehículo físico del Logos, y anima a los átomos de la sustancia. Constituye la base del proceso evolutivo o la causa del desarrollo síquico del Logos, y es también esa cualidad que finalmente produce la síntesis divina, mediante la cual la forma se aproxima al requisito subjetivo y, después de ser inconscientemente dirigida y manipulada, es finalmente descartada. Tal es la meta para el Logos como para el hombre; señala la liberación final para un ser humano, un Hombre celestial o un Logos solar. Podemos dividir el proceso en tres períodos: Primero. El período en que el fuego de la materia (el calor e la madre) oculta, nutre y da nacimiento al Ego infantil. Éste es el período de la vida puramente personal, cuando el tercer aspecto domina y el hombre forma parte del velo de la ilusión. Segundo. El período en que el Ego o vida subjetiva dentro de la forma, pasa por ciertas etapas de desarrollo y adquiere cada vez mayor plenitud de conciencia. Es el periodo del desarrollo egoico, producido por la fusión y mezcla graduales de los dos fuegos. Constituye la vida de servicio y el sendero. Tercero. El período en que la conciencia egoica misma es reemplazada por la realización espiritual y el fuego del espíritu se ilusiona con los otros dos. Al principio la personalidad actúa como madre o aspecto materia, del germen de la vida interna. Luego el Ego manifiesta su vida dentro de la vida personal y produce un fulgor que “se acrecienta cada vez más hasta el día perfecto”. ( ) En ese perfecto día de revelación se verá lo que el hombre es en esencia, y el Espíritu inmanente se revelará. Esto podría estudiarse desde el punto de vista cristiano; Pablo no hacía más que enunciar una verdad oculta cuando hablaba de hechos referentes al nacimiento del Cristo dentro del corazón y al crecimiento de la vida superior a expensas de la inferior. También podría ser estudiado en líneas ocultistas no místicas, en el reconocimiento (por parte de la ciencia) de la vitalización de los átomos permanentes (los centros de fuerza de las envolturas o sustancias), en el desenvolvimiento del loto egoico y el despertar de sus pétalos, y en la revelación final de la joya en el loto. Todo
lo que puede decirse del hombre, puede repetirse también del Logos
en una escala inconcebiblemente mayor. A medida que el hombre descubre
las leyes de sus envolturas materiales -las leyes de la sustancia-
va cerciorándose de la naturaleza de los fuegos del hombre externo
o Fohat, cuando vitaliza al vehículo logoico; los fuegos de sus
envolturas como también el fuego de la materia son aspectos de Agni.
Cuando se cerciora de la naturaleza de la conciencia y de las leyes
del desarrollo síquico, estudia la naturaleza de la vitalidad del
hombre subjetivo y las leyes del ser Consciente, estudiando así
a Agni cuando Se manifiesta como Luz e Irradiación fría, brillando
a través del vehículo. Más tarde (pues no ha llegado aún el momento)
cuando llegue a comprender la naturaleza de su Mónada, la vida
espiritual o esencial, que desarrolla la conciencia por medio de
las envolturas, descubrirá la naturaleza de Agni cuando Se manifiesta
como electricidad pura. Sin embargo, aunque esto no es posible todavía,
lo dicho respecto a las líneas de investigación que se han de seguir
y la comprensión de lo que eventualmente se habrá de realizar,
puede inducir a los hombres a estudiar lo real y lo verdadero.
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