TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 469-472, editorial Kier Las leyes del pensamiento y los planos. Ley de Vibración Las leyes y los planos. Mientras estudiamos las sietes leyes del sistema solar, podríamos hacerlo plano por plano, de tres maneras:
1. Estudiar sus efectos tal como se manifiestan en el sendero de involución.
2. A medida que se manifiestan en el sendero de evolución o de retorno.
3. Considerar las leyes que afectan a los organismos humano y dévico que evolucionan por su intermedio.
Al hacer esto obtendremos gradualmente una idea amplia y general de cómo nuestro sistema (la forma mental del Logos) fue paulatinamente construido, controlado y mantenido unido, y cuán numerosas e intrincadas son las interrelaciones.
Se presume que han sido aceptadas ciertas hipótesis fundamentales que constituyen la base de todo lo que voy a decir.
En primer lugar, imaginemos que un Constructor o Mente creadora, trabaja a fin de producir algo ordenado y expresarlo por medio de un objetivo visible.
El universo objetivo es únicamente el producto de alguna mente subjetiva.
Luego sigamos imaginando que el material es el fruto de algún sistema anterior, y es todo lo que ha quedado de algo consumado en el pasado.
En consecuencia, tenemos el Constructor y el material, debemos pues aceptar la proposición de que este Constructor continúe con Su construcción, regido por ciertas leyes definidas que guían la selección del material, controlan la forma que El erige y le indican el procedimiento a seguir para consumar Su idea.
No debemos olvidar que, en la mente del Logos, tres grandes símbolos representan cada uno de Sus tres sistemas, y que el todo existe para él como una forma mental concreta, pues esta aprendiendo a manipular la materia del plano mental cósmico en niveles concretos, de la misma manera que el hombre trabaja con las leyes del pensamiento y en la construcción de formas mentales.
Lo único que puede hacerse es presentir los símbolos de los sistemas pasado y presente.
Quizás si pudiéramos visualizar una svástica de color verde brillante de diez brazos en ángulo recto y emanando desde un radiante sol central, podríamos tener una idea de la forma mental que constituyó la base del primer Sistema, el sistema de actividad.
La forma mental básica del segundo sistema personifica la svástica verde de la primera manifestación añadiéndole círculos azules concéntricos y entrelazados; en grupos de tres, unidos por un gran círculo.
Por supuesto ambos símbolos se encuentran en dimensiones superiores.
Se desconoce aún el símbolo del próximo sistema.
Después de captar y aceptar estas tres leyes fundamentales, podemos continuar con la actuación de las leyes del sistema en los siete planos, recordando que las siete pueden aplicarse en el subplano que numéricamente corresponde a cada plano. Permítaseme ilustrar brevemente:
La cuarta ley de Control Magnético por ejemplo, domina el cuarto subplano de cada plano, en la cuarta ronda y, especialmente, en la cuarta raza raíz. Entonces tendremos la analogía siguiente:
4ta.
Ley Control magnético.
1. La Ley de Vibración.
Es la ley del primer plano y rige a todos los subplanos atómicos de cada plano.
Marca el comienzo del trabajo del Logos y la iniciación original de la actividad de mulaprakriti.
La vibración del subplano atómico pone en movimiento, en cada plano, la materia de ese plano. Es el ritmo clave. Podemos resumir el significado de esta ley en las palabras “luz” y “fuego”. Es la ley del fuego; rige la transmutación de los distintos colores en su síntesis original.
Controla la división del Uno en los siete y su reabsorción nuevamente en el Uno.
En realidad es la ley fundamental de la evolución que necesita involucionar. Es análoga al primer movimiento que hizo el Logos para expresarse a Sí Mismo por intermedio de nuestro sistema solar.
Emitió el Sonido, un Sonido triple, uno por cada uno de Sus tres sistemas, e inició una ondulación en el océano del espacio.
El sonido aumenta su volumen a medida que transcurre el tiempo y, una vez alcanzado su pleno volumen, cuando ha llegado a su máxima consumación, constituye una de las notas del gran acorde cósmico.
Cada nota tiene seis subtonos que, con la primera, forman los siete; por consiguiente, la Ley de Vibración comprende dieciocho vibraciones menores y tres mayores, formando las veintiuna de nuestros tres Sistemas.
Dos multiplicado por nueve (2 x 9) son dieciocho, numero clave de nuestro sistema de amor.
El número veintisiete oculta el misterio del tercer sistema.
En el sendero de involución, los siete grandes Alientos o Sonidos se dirigieron hacia el subplano atómico de cada plano, y allí la vibración básica repitió, en su pequeño mundo, el método de vibración logoica, dando lugar a seis alientos subsidiarios.
Tenemos aquí la misma analogía que en la cuestión de los Rayos, pues hallaremos que las líneas de vibración son 1-2-4-6. Esto sucede lógicamente porque la involución es negativa y receptiva y corresponde al polo femenino, así como los rayos abstractos eran 2-4-6.
Esta verdad requiere ser meditada y pensada en forma abstracta, está vinculadas con el hecho de que el segundo sistema es receptivo y femenino: concierne a la evolución de la conciencia de la psiquis.
En el Sendero de evolución dicha ley controla el aspecto positivo del proceso. Todo es ritmo y movimiento, y cuando todo lo que evoluciona en cada plano obtiene la vibración del subplano atómico se alcanza la meta.
Por lo tanto, cuando hayamos obtenido las primeras vibraciones más importantes y perfeccionado los vehículos para todas las evoluciones (no sólo la humana) de la quíntuple materia del subplano atómico, entonces habremos completado la ronda evolutiva que corresponde a este sistema.
En el sistema venidero agregaremos las próximas dos vibraciones que completan la escala, entonces nuestro Logos habrá terminado su a construcción.
La cuarta Jerarquía creadora, la de las Mónadas humanas, debe aprender a vibrar en forma positiva, pero los devas siguen la línea de menor resistencia, permanecen negativos, adoptan la línea pasiva, la de acatar la ley.
Sólo las Mónadas humanas, en los tres mundos, siguen la línea positiva y aprenden la lección de la obediencia divina por la oposición, la lucha, la pugna y la contienda. Sin embargo, debido a la acrecentada fricción por medio de esa lucha, progresan comparativamente con mayor rapidez que los devas. Necesitan hacerlo, pues han perdido mucho terreno que deben recuperar.
La Ley de Vibración es la ley de progreso, movimiento y rotación.
En el sétimo plano o inferior, la vibración es lenta, pesada y aletargada, desde el punto de vista del primero, y cuando aprendieron a vibrar o a girar más rápidamente entramos en el sendero de retorno.
Por consiguiente implica necesariamente construir los vehículos dévico y humano en materia más refinada.
En este segundo sistema, en los cinco planos de la evolución humana, tenemos los cinco vehículos -físico, astral, mental, búdico y átmico purificados, sutilizados, intensificados y refinados.
En los dos inferiores, el físico y el astral, sólo existe la materia de los cinco subplanos superiores de sus respectivos planos, porque los dos subplanos inferiores son demasiado bajos para los cuerpos dévico y humano y fueron dominados en el primer sistema.
El cuerpo mental es el primero que contiene materia de todos los subplanos.
El objetivo de la evolución para nosotros es el amor dominado por la inteligencia -o la inteligencia dominada por el amor, pues la interacción será total.
La
raza humana vino a la existencia en un punto de la cadena donde
en forma natural adoptó cuerpos de los quintos subplanos astral
y físico; una analogía puede observarse en la llegada de Egos muy
avanzados, a la cuarta raza raíz.
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