TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 417-419, editorial Kier
1. LA NATURALEZA DEL CUERPO EGOICO O CUERPO CAUSAL El tema del Rayo egoico y su relación con el segundo fuego tiene vital importancia para tres tipos de personas: las que se interesan por la verdadera psicología o la evolución de la psiquis; las que se hallan en el Sendero o se acercan al mismo y por lo tanto establecen con mayor frecuencia contacto con su propio Ego, las cuales trabajan con las almas de los hombres, los servidores de la raza.
Lo antedicho tiene importancia cuando se logra comprender debidamente la función que le corresponde al Ego en el cuerpo causal, entonces se adquiere la capacidad de trabajar en forma científica para resolver el problema de la propia evolución, realizándose un trabajo encomiable a fin de ayudar a evolucionar a nuestros semejantes.
1. La Manifestación Egoica se Produce por el Contacto de Dos Fuegos. Entraremos ahora a considerar brevemente el tema del Rayo egoico y el cuerpo causal desde el punto de vista del microcosmos, dejando al estudiante que establezca por sí mismo las analogías concernientes al Logos, recomendándole que debe tener muy en cuenta que el ente humano sólo puede comprender la manifestación del Logos solar en el cuerpo físico.
Como bien sabemos, en toda manifestación existe la dualidad que produce la triplicidad.
El Espíritu establece contacto con la materia; el resultado de ese contacto es el nacimiento del Hijo o Ego, el aspecto conciencia.
Por lo tanto, la manifestación egoica constituye el aspecto intermedio, el lugar de unificación y (después de los necesarios ciclos evolutivos) el lugar de equilibrio.
Debe observarse que no es exacta la analogía entre el Logos y el hombre porque éste ha de pasar por todo el proceso dentro de la periferia solar, mientras que el Logos (dentro de esa periferia) atraviesa una etapa análoga a la del hombre cuando su envoltura astral se reviste al encarnar, de materia etérica;
a esto nos referimos al dilucidar el tema “Fuego por Fricción”.
Por lo tanto, es evidente que al considerar la manifestación del Ego, tratamos el punto central y esencial de la triple manifestación del hombre.
Nos abocaremos a estudiar esa parte de su naturaleza que concierne al proceso de convertirlo en la perfecta estrella de seis puntas durante las etapas preliminares (la triple personalidad y la triple tríada se fusionaron y mezclaron produciendo en forma perfecta el cuerpo causal a través del punto intermedio) y cuando abandona el cuerpo físico lo transforma en la estrella de cinco puntas, el manasaputra perfecto.
Expondré lo antedicho en términos de fuego:
El cuerpo causal se produce por medio de la vida positiva o fuego del Espíritu (fuego eléctrico) al encarnarse con el fuego negativo de la materia o “fuego por fricción”, lo cual hace surgir el fuego solar.
Este fuego central consume, inevitablemente y a su debido tiempo, al tercer fuego, o absorbe su esencia y oportunamente se fusiona a sí mismo con el fuego del Espíritu, quedando fuera de toda demostración objetiva.
Ahora dilucidaré el tema del cuerpo causal de dos maneras distintas, una de acuerdo a antiguas enseñanzas, la otra, estrictamente de acuerdo a los fenómenos eléctricos ocultos.
2. La Manifestación del Ego se Produce Durante la Individualización. El cuerpo causal es esa envoltura de sustancia mental producida en el momento de la individualización cuando los dos fuegos hacen contacto.
La fuerza o energía que desciende de los planos superiores (el aliento de la Mónada si así quieren denominarlo) produce un vacío, o algo similar a una burbuja en suspenso, formándose la envoltura del cuerpo causal, “círculo no se pasa” de la Vida central.
Dentro de esta envoltura se hallan tres átomos denominados: unidad mental, átomo astral permanente y átomo físico permanente; individualmente corresponden al séptimo principio de cada una de las tres personas de la triada microcósmica, reflejo (en los tres mundos del microcosmos) de las tres Personas de la Tríada logoica.
En relación con el Logos, H. P. B. lo sugiere cuando dice que el sol visible es el séptimo principio del aspecto Brahma, átomo físico permanente del Logos.
|