TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 339-351, editorial Kier
Si expresáramos esta frase textualmente podríamos formularla en forma de pregunta respecto al punto alcanzado en el desenvolvimiento activo del propósito de las grandes Entidades involucradas en la manifestación del cosmos y del sistema;
también se podría inquirir sobre si la voluntad inteligente del Logos cósmico, del Logos solar y (dentro del sistema) de los distintos Logos planetarios, progresó satisfactoriamente hasta alcanzar la etapa en que pudo ser apreciada, a la vez que en parte comprendida.
Estas ideas se hallan involucradas en la consideración de este punto y nos presenta muchas cosas de verdadero interés.
Quisiera señalar que el principio manásico (ya sea cósmico, del sistema o humano) se manifiesta de cinco maneras; se transmuta en sabiduría después de su quíntuple manifestación y, con el tiempo, se convierte en voluntad pura o poder.
Aquí hay un indicio; en ello se halla oculto todo el despliegue objetivo que vemos a nuestro alrededor, en conexión con los Hombres celestiales y con las células de Sus cuerpos.
Allí también reside el misterio de los cinco Kumaras, que esperan la disolución final; también se oculta el conocimiento de la alquimia divina, basada en los cinco elementos, y tiene que ver con su transformación en el elemento primario en una etapa intermedia. 1. En los Planetas. El estudiante de ocultismo, al considerar estos puntos, ha de tener muy en cuenta la diferencia que existe entre la transmutación y la final disolución;
entre el proceso, esotéricamente comprendido de transformar los cinco elementos y la final disolución de las esencias, transmutadas en sus correspondientes síntesis.
Esto tiene una influencia vital sobre nuestro tema, porque la disolución no es aún posible y en la mayoría de los casos sólo ahora está comenzando el proceso.
Al estudiar estos tópicos necesariamente debemos limitarnos a los Hombres celestiales, pues los entes humanos, como células de Sus cuerpos, lógicamente están incluidos en todo aquello que se dice acerca de Ellos, y hasta que no se sepa qué Logos cósmico reconoce a nuestro Logos solar como un centro de Su cuerpo y cuáles son los otros seis sistemas que están afiliados al nuestro, no podremos dilucidar la etapa de desarrollo manásico en el sistema.
En relación con los Hombres celestiales, ciertos hechos son susceptibles de ser captados teóricamente, aunque todavía no puedan ser comprobados por la mente científica. Como de costumbre, clasificaremos nuestras premisas, así tendremos los puntos que estamos investigando y los visualizaremos con toda claridad:
Primero. Puede decirse que el tercer aspecto conjuntamente con el segundo. Brahma y Vishnu unidos, forman la totalidad de los divinos Manasaputras.
Son la Voluntad que utiliza la materia o sustancia inteligente activa, a fin de manifestar Amor-Sabiduría; todo se basa en un propósito y tiene como fundamento la causalidad.
Este aspecto Brahma es quíntuple y, con el aspecto Vishnu, forma el seis o hexágono, teniendo a Mahadeva o Voluntad en el centro de toda manifestación.
Segundo. Este quíntuple aspecto de Brahma o los cinco Kumaras. están en plena manifestación y, conjuntamente con el reflejo de los otros dos aspectos, forman el siete de nuestro sistema manifestado.
Tercero. Mercurio y Venus están en proceso de transmutación, y el principio manásico de ambos esquemas, habiendo alcanzado una elevada etapa de desarrollo, se está trasmutando en Amor-Sabiduría.
Cuando las tres quintas partes de los entes (dévicos y humanos) que componen los vehículos de cualquiera de los Logos planetarios, entren en el Sendero, se inicia el proceso de transmutación.
Entonces la facultad MENTAL se trasforma en instrumento para crear, no para “matar lo real” ni para obstaculizar la vida libre del Espíritu.
Se ha de observar también que la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno y Vulcano están todavía desarrollando manas, y la etapa que cada uno ha alcanzado es distinta; esto no puede divulgarse exotéricamente.
Los Hombres celestiales de dichos esquemas no han logrado todavía que Sus cuerpos alcancen la etapa donde es posible la transmutación en gran escala.
Se están acercando a tal etapa, cuando lleguen a las tres quintas partes necesarias, comenzará la transmutación en amplia escala.
En el esquema terrestre, en la actualidad, hay una quinta parte que está en proceso de transmutarse a uno de los globos, y Vulcano tiene casi dos quintas partes.
Podría decirse aquí que a pesar de interesarnos principalmente del manas de las células humanas en el cuerpo de un Logos planetario, sin embargo debemos tener en cuenta que los entes dévicos predominan en algunos esquemas.
Aunque, desde el punto de vista de un ser humano, de ninguna manera se considera que los devas, como comúnmente se comprende, están siendo influenciados por manas, pero desde otro punto de vista son el manas mismo, la fuerza activa creadora, la quinta y la sexta Jerarquías en pleno auge.
Debemos reflexionar sobre la relación (necesariamente íntima) que existe entre la quinta Jerarquía dévica y el quinto principio logoico, y también tener en cuenta que -considerando todo el tema desde el punto de vista de un Hombre celestial- los devas forman parte integrante de Su naturaleza, siendo un Manasaputra, un Constructor creador y el quíntuple aspecto de Brahma.
La suma total de manas es esencia puramente dévica, y sólo al realizarse la unión entre este quíntuple tercer aspecto y los otros dos aspectos, viene al ser lo que consideramos el HOMBRE, ya sea celestial o humano.
Los devas están unidos con otros dos factores, cuyo resultado es: a.
Un Logos solar.
Este es un gran misterio y está ligado al de la electricidad (o vida fohática) sobre lo cual se refiere H. P. B.
Los Mensajeros, los Constructores, los devas, son fuego llameante, materia eléctrica radiante; sólo en tiempo y espacio, únicamente durante la manifestación y exclusivamente a través de los ciclos de objetividad, puede venir a la existencia un ente como el hombre o un Hombre celestial;
Fuera del “círculo no se pasa” solar, por ejemplo, y en lo que se refiere a nuestra evolución, tenemos sustancia eléctrica radiante, éter inteligente activo, animado por la evolución dévica.
Los devas trabajan ciegamente, regidos por las leyes de la electricidad cósmica. (Tenemos que diferenciar cuidadosamente entre electricidad cósmica y el akasha eléctrico del sistema, que es sustancia eléctrica confinada y sometida a otra serie de leyes por la acción de otro factor, el del Espíritu puro).
Fuera del “círculo no se pasa”, tenemos la abstracción que llamamos Espíritu puro.
Este “Espíritu puro” o Ser consciente abstracto, en virtud del karma consciente, trata periódicamente de manifestarse y decide desarrollar un propósito bajo las leyes de Su Propio Ser, siendo así impelido por la cualidad atractiva de Su polo opuesto, la sustancia inteligente, a fin de fusionarse con ella.
La unión de estos dos polos y su punto de fusión causa esa llamarada en el universo cósmico denominada sol, cuyo resultado es luz u objetividad.
Por consiguiente, dentro del “círculo no se pasa”, el fuego eléctrico del Espíritu puro sólo puede manifestarse mediante la fusión o unión con la sustancia eléctrica; por lo tanto, está limitado por ello durante la evolución y en la mayor parte del proceso. En efecto, por incomprensible que parezca, la evolución dévica domina durante la mayor parte de la manifestación, hasta que se inicia el proceso de transmutación. Los devas construyen incesantemente la forma que limita.
Cuando el proceso de transmutación lo efectúan los cinco Hombres celestiales, entonces todo el sistema alcanza un grado muy elevado de evolución, y con los dos esquemas que entrarán en la etapa de oscuración, se iniciará el proceso de disolución. El plan, considerado en conjunto, será el siguiente:
Los cuatro esquemas que forman el Cuaternario logoico se fusionarán con su esquema sintetizador, el de Saturno,
mientras Venus y Mercurio se fusionarán con Urano y Neptuno.
No se ha de atribuir importancia al orden consecutivo de estos nombres. Es necesario comprender el factor dual.
Por consiguiente, Neptuno, Urano y Saturno habrán absorbido la esencia de la manifestación y (en conexión con el Logos solar) serán la correspondencia de los tres átomos permanentes en el cuerpo causal del hombre.
Decimos “correspondencia” porque la analogía no es total. Urano y Neptuno son el reflejo de los átomos permanentes astral y mental logoicos. Saturno es, de hecho, la analogía del átomo físico permanente del Logos.
Éste es un misterio esotérico y no debe separarse de la verdad similar en el esquema cósmico.
Considerando a manas como la actividad vibratoria de todos los átomos y limitando el concepto a nuestro esquema, es interesante observar que podemos determinar algunas analogías a medida que estudiamos este quinto principio durante la actual ronda, la cuarta.
El principio manásico es la base del advenimiento a la actividad y del reconocimiento mental de los siguientes hechos en la naturaleza. La quinta espirilla del átomo de la materia entrará en actividad. Esta quinta espirilla empieza a vibrar débilmente, mientras que la cuarta, en esta cuarta ronda, está adquiriendo una vibración que traerá la intensa vitalización de los vehículos y, con el tiempo, producirá la desintegración de la forma y la consiguiente salida del Espíritu y su entrada a una forma compuesta de materia que responderá a la vibración de la quinta espirilla.
El cuarto éter ya está siendo reconocido y con ello vendrá el conocimiento de las vidas que personifica. He aquí el éxito del esfuerzo de los espiritistas, debido al gran número de entes comunes desencarnados que desean hacer contacto con el plano físico revestidos con materia de este éter.
Los devas de dicho éter también serán conocidos antes de finalizar esta ronda; se establecerá así una alianza entre la cuarta jerarquía creadora de los hombres y los devas del cuarto éter.
El cuarto plano, el búdico, será conocido gradualmente con la ayuda de manas. Esto ocurrirá a medida que manas se transmute en sabiduría. Para unos pocos, en ésta ronda, el quinto principio será reemplazado por el principio búdico.
Desde ahora hasta la mitad de la próxima ronda, se producirá una superposición de los principios cuarto y quinto, manas y budi, constituyendo así el nueve u hombre perfecto, el Iniciado.
Además podría recalcarse que el control ejercido por el cuarto Kumara se pondrá en evidencia y se sentirá cada vez más. No puedo extenderme sobre esto, pues sólo es permitido mencionarlo.
La conciencia de toda la familia humana pasará gradualmente al cuarto subplano del plano mental y será regida cada vez más por la mente concreta, a no ser que esto vaya acompañado de una constante afluencia de Egos al plano búdico, activamente conscientes, hallándose así pura y simplemente, fuera del control de manas, situación grave que debe ser manejada por la Jerarquía.
La tarea de los cuatro Maharajáes que distribuyen el karma dentro del “círculo no se pasa” alcanzará su culminación en la cuarta ronda. En la próxima ronda se destacará más el trabajo de los Lipikas, quienes se ocupan de todo lo relacionado con nuestro sistema fuera del “círculo no se pasa”.
Esto es así, pues los Señores Lipikas aplican la ley a quienes se han fusionado con su principio divino y no están sujetos ya a las formas materiales de los tres mundos.
Los Señores del Karma y los Maharajáes trabajan con los hijos de los hombres en los tres mundos y por medio del principio manásico.
2. En el Sistema. Ahora nos abocaremos a otros puntos del tema respecto al desarrollo manásico en el sistema, para luego entrar a dilucidar el futuro de manas, último subtítulo. Es evidente que la vastedad del tema y los enormes ciclos de tiempo involucrados contribuyen a oscurecerlo e impiden definirlo con claridad. Sólo se observan los puntos más conspicuos; lo único que puede hacerse en este tratado es exponer conceptos amplios y generales e impartir hechos fundamentales sin entrar en mayores detalles.
Ciertas ideas parecen claras sobre un fondo oscuro de planes complicados, ante la confusión aparente causada por la superposición de ciclos mayores y menores y la acumulación de detalles caóticos.
Este caos y contradicción aparentes, se deben a nuestra involución imperfecta, a la falta de perspectiva resultante del lugar que ocupamos en el esquema planetario y a lo limitado de nuestra visión. En nuestra posición actual lo único que podemos apreciar son generalidades sobresalientes, que podrían resumirse en tres factores: posición, relación, limitación.
Posición o lugar que ocupa el sistema dentro del conjunto mayor, y la naturaleza colectiva de toda manifestación. Esto involucra el concepto de:
Un sistema cósmico que encierra sistemas menores, a los que mantiene unidos por el poder de una vida unificada.
Un sistema solar, parte de ese sistema mayor de manifestación, que también encierra formas menores objetivas, a las que mantiene similarmente unidas por el poder de su propia vida.
Un esquema planetario o subdivisión de ese sistema solar. Subsiste también como unidad en si mismo, sin embargo no puede existir apartado de otras unidades.
Grupos o cuerpos unificados dentro del esquema. Éstos se hallan también individualizados; no obstante, son al mismo tiempo parte del conjunto mayor.
Conglomerados o agrupaciones de células, subdivididas en grupos. Éstos deben interpretarse en forma similar.
Células o unidades individuales dentro de los grupos. Cada una es un ente consciente; sin embargo ninguna subsiste aparte de su grupo.
Cada una de las divisiones mencionadas se caracteriza por: La Vida animadora, que -en lo que nos atañe- emana de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE y anima los siete sistemas solares, descendiendo desde el Señor de un sistema solar, pasando por las Entidades cósmicas, hasta los llamados Hombres celestiales y las Entidades solares que animan a los grupos, y también por la peculiar manifestación central, denominada ser humano, la pequeña célula dentro del cuerpo de ese ser humano, y el átomo que constituye la materia fundamental con la cual se construyen todas las formas en todos los reinos de la naturaleza.
La Actividad inteligente, o manifestación del propósito, o manas, el quinto principio en todo tipo de manifestación. Como se mencionó anteriormente constituye el Plan inteligente de la Entidad implicada, que lo está desarrollando en tiempo y espacio.
El Poder para evolucionar o progresar. Constituye literalmente la capacidad característica de la vida animadora dentro de la forma, lo cual permite a ésta progresar inteligentemente, desde las formas inferiores de la manifestación a las superiores. Esto es ante todo el atributo peculiar y perfecto del quinto principio.
Capacidad de unir. Capacidad propia de todas las Vidas inteligentes y activas para ajustarse, durante la evolución, a la Ley de Atracción y Repulsión, y así formar parte consciente e inteligente de una vida mayor. Literalmente constituye la transmutación de manas en sabiduría.
Aunque todo lo que ES existe en la forma, poco se halla aún sometido al contralor inteligente del ente que mora dentro de ella, únicamente los Hombres celestiales y Sus superiores y abarcantes vidas actúan consciente e inteligentemente a través de la forma dominándola, pues sólo Ellos son manas perfecto.
Debajo de Ellos hay muchos grados inferiores de conciencia.
El hombre va alcanzando gradualmente el control consciente de la materia en los tres mundos, control alcanzado por sus Prototipos divinos, los Hombres celestiales.
Estos, a su vez, están logrando un control similar en los niveles superiores. Hay muchas vidas ciegas e inconscientes inferiores a la del hombre, en el conglomerado o subdivisión de la cual forman parte. Por lo tanto, puede verse en líneas generales el lugar que ocupa manas en la actual etapa.
Relación. Otra de las características sobresalientes, como resultado de nuestro estudio, es el de la Relación. Su comprensión conducirá, en años venideros, al estudio de las distintas polaridades en las diferentes esferas (desde un esquema planetario a un átomo) dentro del “círculo no se pasa” solar, así como la relación existente entre: a.
Un esquema y los demás esquemas.
La interrelación de estos factores y su profunda interdependencia es uno de los puntos más importantes que debemos comprender, aunque dicha relación está regida por la Ley de Atracción y Repulsión y, por consiguiente, se halla más sujeta a lo que denominamos segundo aspecto;
sin embargo, la autoconciencia es el resultado del principio manásico; y se ha de tener muy en cuenta la estrecha colaboración entre los dos factores. Mente y Amor-Sabiduría, o las dos leyes, de Atracción y Síntesis.
Limitación. Éste es un factor primordial que se ha de tener presente al considerar un cosmos, un sistema, un esquema, una cadena o cualquier esfera limitadora, hasta el átomo físico del científico. Tal factor supone:
a. Capacidad más allá de la manifestada. b. Dualidad, o lo que está limitado, y la sustancia que limita. c. Propósito, pues en todo esquema ordenado de existencia la limitación continúa todo el tiempo requerido hasta alcanzar ciertos fines. A esto sigue la “abstracción”, de acuerdo al sentido literal y oculto. Cuando estos tres factores: Posición, Relación, Limitación sean estudiados en el sistema, se evidenciará la íntima conexión que existe entre todos los grupos dentro del conjunto, y se pondrá de manifiesto el hecho de que cada parte necesita de las demás partes.
Con respecto a la posición, relación y limitación cósmicas poco se puede decir, pues es algo todavía oscuro, incluso para los Hombres celestiales.
Se comprenderá que esto debe ser lógicamente así, cuando se conozca el lugar que Les corresponde en el esquema de las cosas, y se comprenda Su relativa importancia.
Por lo tanto, sólo podemos aceptar el hecho de la inconcebible magnitud de la EXISTENCIA, manifestada por medio de los siete sistemas solares, y de la extensión de este concepto del Ser que abarca toda la bóveda celeste.
Resulta interesante recordar a este respecto que todo lo que se ve, porque son formas objetivas o Seres en manifestación a través de ciertas esferas de luz, que bien podrían no ser todo lo EXISTE: pero detrás de todo lo visible puede haber un vasto reino o reinos de Existencias.
El cerebro del hombre vacila al considerar tal concepto: no obstante, así como hay decenas de millones de seres humanos desencarnados o fuera de manifestación objetiva en los planos sutiles del sistema solar, así también puede haber entes cósmicos de igual rango al de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, ya que análogamente están desencarnados y se encuentran en regiones más sutiles que aquellas en que se manifiesta la luz.
3. En la Tierra. a. Los cinco Kumaras. Vamos a considerar ahora brevemente el tema de los cinco Kumaras. la suma total de manas en la Tierra ya se dicho que el Señor del Mundo, el primer Kumara es el Logos planetario de nuestro esquema en encarnación física;
pero en ninguna parte se insinúa que los tres Kumaras asociados a Él son otros tres Logos planetarios.
Sin embargo, es así. Estos tres, denominados “Budas de Actividad”, no son sino los subregentes, en nuestro planeta, de los tres Logos planetarios que, con el nuestro, forman el Cuaternario logoico.
Asociados a ellos están los tres Kumaras esotéricos, mencionados en La Doctrina Secreta, que representan a los otros tres Logos, y constituyen puntos focales para todas las fuerzas logoicas dentro de nuestra cadena.
En cada cadena se encuentran dichos representantes, seis puntos focales que, abarcando al séptimo, el Logos planetario del esquema los mantiene a todos dentro de Su aura.
El trabajo de Ellos es triple: Primero. Son los centros del cuerpo del Logos planetario.
Cada cadena corresponde a un centro;
los globos sólo son ruedas menores dentro de un centro determinado.
La vida del Logos, encarnado en la Tierra, fluye a través de tres centros y empieza a estimular a un cuarto; de allí que estén involucrados cuatro globos, y los tres Kumaras (denominados así a falta de mejor término) se hallan vital e inteligentemente activos; tres están pasivos y uno empieza a actuar. Los globos corresponden a las cadenas. Este cuarto Kumara es aún prácticamente desconocido; pero como ya se insinuó, Su día está a punto de amanecer.
Segundo. Transmiten un tipo especial de fuerza a las unidades que componen cualquier centro. De hecho, para la Mónada de cualquier Rayo en encarnación, en cualquier cadena particular y en cualquier globo determinado, constituyen los agentes de los Señores de los Rayos.
Tercero. Son los agentes de: a.
El Señor de un Rayo, como ya se mencionó.
Los Kumaras trabajan con la ley; conocen el propósito inteligente del Logos planetario y Sus planes; constituyen la actividad vital del planeta y, sutilmente, no sólo son los representantes del Rayo, sino también el vínculo entre la cadena y el esquema.
Puede decirse aquí que el relativo fracaso ocurrido en la cadena lunar de nuestro esquema ha entorpecido grandemente Su trabajo; fue necesario que Ellos aplicaran medidas drásticas, a fin de contrarrestar los efectos de tal fracaso. En esto tenemos otro indicio de la perturbación mundial.
b. La cadena lunar. Será conveniente, antes de entrar a otros temas, ocuparnos del muy difícil tópico de la cadena lunar y responder a ciertas preguntas que pueden haber surgido en la mente de los estudiantes.
La enumeración de las cadenas y esquemas, dada en los dos diagramas, corresponde a la actualidad; abarca un período relativamente reciente, e introduce la historia de la evolución hasta mediados de la próxima ronda de nuestra cadena.
Si se nos hubieran proporcionado diagramas, que abarcando la época prelemuriana se extendieran hasta el insondable pasado, hablando en sentido humano, habríamos visto reproducida la cadena lunar y omitida la cadena de Neptuno.
En el diagrama presentado faltan aparentemente dos cadenas, la de la Luna y la de Urano. Las razones son muy complicadas, pero puede indicarse algo en lo siguiente: La cadena lunar y la terrestre formaron dos unidades o polaridades, negativa positiva.
Se alcanzó el punto de fusión y la cadena de la Tierra absorbió o sintetizó a la cadena lunar, así como se fusionarán ciertos esquemas hasta que aparentemente sólo queden tres.
En consecuencia, la cadena terrestre es de naturaleza esencialmente dual, siendo la suma total de una cadena masculina y otra femenina. Esto es un misterio imposible de mayor elucidación, tratado en algunos libros ocultistas e insinuado por H. P. B.
En el transcurso del tiempo ocurrirá otra fusión en el esquema, entonces Urano (la cadena de este nombre en nuestro esquema) surgirá a la objetividad.
Recuerden que los esquemas se manifiestan como siete, diez y tres; desde el punto de vista del Eterno Ahora -o el de un Hombre celestial- la manifestación puede describirse de la manera siguiente .
En tiempo y espacio, podría decirse que el orden es 7-3-10, y en otras etapas 10-7-3.
A medida que los opuestos se fusionan, el diez se convierte en siete y en tres; es durante este proceso que cadenas y globos enteros y, con el tiempo esquemas, se desvanecerán aparentemente de la objetividad y se perderán de vista. Serán simplemente absorbidos.
Durante el doble proceso de la evolución puede expresarse que: Durante la involución, el orden consecutivo es tres, luego siete y finalmente diez.
El proceso involutivo está prácticamente terminado y el evolutivo ha llegado aproximadamente a mitad de camino.
Esto será demostrado por la desaparición o absorción de ciertas cadenas, a medida que encuentren sus opuestos polares y se produzca simultáneamente la aparición de cadenas o globos más sutiles y a medida que el principio manásico permita al hombre percibirlos.
La cadena lunar está en proceso de desaparecer; sólo le queda un cuerpo en decadencia; la vida del segundo y del primero Logos se ha retirado de ella y únicamente retiene la vida latente en la materia misma. Simultáneamente Neptuno apareció en el horizonte y ocupó su lugar como una de las siete cadenas en manifestación del Logos planetario. Nos referimos aquí a la cadena de Neptuno del esquema terrestre.
La cadena lunar tiene una curiosa historia oculta, que no puede ser revelada aún.
Esto la diferencia de las demás cadenas del esquema y de toda cadena de cualquier esquema. Una situación análoga se producirá en otro esquema planetario dentro del sistema solar.
Todo esto está oculto en la historia de uno de los sistemas solares que se halla unido al nuestro dentro del “círculo no se pasa cósmico”.
De allí la imposibilidad de extendernos sobre ello.
Cada Hombre celestial de un esquema es un punto focal para la fuerza, el poder y la vida vibratoria de siete estupendas Entidades, exactamente como los siete centros de un ser humano constituyen los puntos focales de la influencia del correspondiente Prototipo celestial.
Por lo tanto, nuestro Hombre celestial está esotéricamente aliado a uno de los siete sistemas solares; en esta misteriosa alianza se halla oculto el misterio de la cadena lunar.
Podrían darse ciertas breves indicaciones a fin de que el estudiante reflexione detenidamente sobre ellas: En la cadena lunar se preveía un fracaso del sistema.
Dicho fracaso está vinculado a los principios inferiores que, según ha declarado H. P. B., fueron ahora reemplazados.
La calamitosa sexualidad que impera en nuestro planeta tiene su origen en el fracaso lunar. La progresión evolutiva en la Luna, fue trastornada e interrumpida súbitamente por la oportuna intervención del Logos solar. El secreto del sufrimiento que impera en la cadena terrestre, que merece el nombre de Esfera del Sufrimiento, y el misterio de la prolongada y dolorosa vigilancia ejercida por el GUARDIAN SILENCIOSO, tienen su origen en los acontecimientos que llevaron a la cadena lunar a su terrible culminación. La agonía y desesperación experimentados en nuestro planeta no existen en ningún otro esquema.
El abuso del poder vibratorio de un centro, el empleo perverso y deformado de las fuerzas, para ciertos fines equívocos que no están de acuerdo con la línea de evolución, explica gran parte del misterio lunar.
Ciertos resultados, tales como encontrar su polo opuesto, fueron indebidamente acelerados en la cadena lunar; la consecuencia fue un desenvolvimiento desigual y el retardo de la evolución de un cierto número de grupos dévicos y humanos.
El origen del conflicto entre los Señores de la Faz Oscura y los de la Fraternidad de la Luz, que tuvo su campo de actividad en la época atlante y durante la actual raza raíz, se remonta a la cadena lunar.
Lo antedicho es todo cuanto puede decirse en la actualidad, y mucho de ello no podía ser publicado hasta ahora.
Es necesario hacer resaltar nuevamente que no debe atribuírsele importancia a los nombres dados a las cadenas y a los globos, ni a la necesidad de enumerarlos.
Si el estudiante decide enumerar las cadenas y los globos ha de
tener muy en cuenta que la correlatividad de los números no se refiere
al lugar o al tiempo, ni tiene relación con ellos ni tampoco con
el orden consecutivo de aparición o de manifestación.
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