Los Rayos y las Iniciaciones

Tomo número 5 del Tratado sobre los Siete Rayos

Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul

(Alice A. Bailey)

 

la crucifixion, maestro tibetano
INDICE

PRIMERA PARTE 11

CATORCE REGLAS PARA LA INICIACIÓN GRUPAL

Pag.

OBSERVACIONES PRELIMINARES 13
PALABRAS DE INTRODUCCIÓN 21

Regla Uno El Devenir y la Función Grupales 32
Regla Dos Aceptado como Grupo 50
Regla Tres Dual es el Movimiento hacia delante 67
Regla Cuatro Evocación de la Voluntad 83
Regla Cinco El Todo Macrocósmico 101
Regla Seis El Grupo sigue adelante en la Vida 112
Regla Siete La Palabra Invocadora 119
Regla Ocho Los Siete, los Tres y el Uno 130
Regla Nueve El Iniciador Uno 146
Regla Diez O.M. el Sonido Creador 154
Regla Once El Cuarto Gran Ciclo de Realización 178
Regla Doce Servicio Grupal Iluminado-Salvador 191
Regla Trece El Misterio Oculto 208
Regla Catorce La Quíntuple Demanda 238


SEGUNDA PARTE 267

LOS RAYOS Y LAS INICIACIONES

OBSERVACIONES PRELIMINARES 269
PRIMERA SECCIÓN. EL ASPIRANTE Y LOS MISTERIOS DE LA INICIACIÓN 288

La Entrada a través de los dos Portales de la Iniciación 288
El Portal de la Iniciación 288
El Portal que da entrada al Camino de la Evolución Superior 295

La Entrada en el Ashrama 303
Los siete Grupos de Ashramas dentro de la Jerarquía 308
Los siete Senderos que enfrenta el Maestro 327
El Sendero del Servicio en la Tierra 328
El Sendero del Trabajo Magnético 331
El Sendero de entrenamiento para los Logos Planetarios 335

Ciertos Cambios Jerárquicos 338
El Sendero hacia Sirio 341
El Sendero de Rayo 346
El Sendero que recorre el Logos Mismo 348
El Sendero de la Filiación Absoluta 349

Párrafos Extraídos de Tratado sobre Fuego Cósmico 352
Análisis de la Tensión Mundial 353

La Vida Dual del Proceso Iniciático 356
La Vida Dual del Discípulo 359
La Existencia Dual del Maestro 361

La Ciencia del Antakarana 364
La Construcción del Antakarana 366
La Naturaleza del Antakarana 373
El Puente entre los Tres Aspectos de la Mente 377
El Puente como Agente de Alineamiento 388
La Técnica de la Construcción 391
En el Pasado 393
En el Presente 397
Seis Etapas del Proceso de Construcción 400
La Tarea Inmediata 409
Los Siete Métodos de Rayo 413

Delineamiento de la Contemplación Reflexiva 421
Significado del Proceso Iniciático 436
Fusión de la Conciencia del Maestro con la del Discípulo 446
Impresión de la Intención Jerárquica en la Mente del Discípulo 451

SECCIÓN SEGUNDA. EL ASPIRANTE Y LAS INICIACIONES MAYORES 457

La Relación de los Siete Rayos con las Iniciaciones 458

Los Rayos y las Cinco Iniciaciones que enfrenta la Humanidad 465
Primera Iniciación. El Nacimiento. Séptimo Rayo 465
Segunda Iniciación. El Bautismo. Sexto Rayo 473
Tercera Iniciación. La Transfiguración. Quinto Rayo 484


Cuarta Iniciación. La Renunciación. Cuarto Rayo 494

El Tipo particular de la Energía involucrada y su Efecto iniciático 497
El Efecto de la Energía de Armonía a través del Conflicto sobre la
Humanidad 501
El Factor del Rayo Amor Sabiduría cuando controla al Cuarto Rayo 504
El Efecto del Rayo de Armonía a través del Conflicto en el Mundo
Moderno de Naciones 509
Los resultados de la Actividad del Cuarto Rayo sobre el Discípulo
Individual 522
Resumen y Predicción 524

Los Rayos de Aspecto y las Iniciaciones Superiores 526

Quinta Iniciación. La Revelación. Primer Rayo 529


El Efecto que en la Actualidad Produce el Primer Rayo sobre la Humanidad 530

 

 

Sexta Iniciación. La Decisión. Tercer Rayo 536


Séptima Iniciación. La Resurrección. Segundo Rayo 537
Octava Iniciación. La Gran Transición. Cuarto, quinto, sexto, y
séptimo rayos 537

(Los cuatro rayos menores)
Novena Iniciación. La Negación. Primero, segundo y tercer rayos 537


(Los tres rayos mayores)

LAS SIETE Y LAS NUEVE INICIACIONES DE NUESTRA VIDA PLANETARIA 538

La Significación de las Iniciaciones 542
Primera Iniciación. El Nacimiento en Belén 544
Segunda Iniciación. El Bautismo en el Jordán 551
Tercera Iniciación. La Transfiguración 562
Cuarta Iniciación. La Gran Renunciación o Crucifixión 566
Quinta Iniciación. La Revelación 575

La Parte que Desempeña la Energía al Inducir a la Revelación 579
El Lugar que ocupa la Voluntad para Inducir a la Revelación 584

 

Sexta Iniciación. La Decisión 587


Séptima Iniciación. La Resurrección 596
Octava Iniciación. La Gran Transición 602
Novena Iniciación. La Negación 602

APÉNDICE 605
CINCO GRANDES ACONTECIMIENTOS ESPIRITUALES 607
ESTANZAS PARA DISCÍPULOS 624



 

maestro tibetano, cuarta iniciacion

 

 

Sexta Iniciación. La Decisión. Tercer Rayo.

Hemos concluido nuestro estudio de los rayos y las cinco iniciaciones, y poco más puedo decir sobre las restantes cuatro iniciaciones, excepto uno o dos puntos sobre la sexta Iniciación de la Decisión; esta iniciación está regida por el tercer Rayo de Inteligencia Activa.

La única razón por la cual hago algunos comentarios sobre la sexta iniciación es porque, en la actualidad, cierto número de Maestros están dando este gran paso y tiene una aplicación muy peculiar en el momento de la reaparición de Cristo.

En esta Iniciación de la Decisión el Maestro implicado decide por lo general, cuál de los siete Senderos piensa hollar; algunos Maestros eligen quedarse hasta el fin de nuestra Vida planetaria, en cuyo momento el "último cansado peregrino habrá encontrado su camino al hogar"; entonces la Tierra podrá ser preparada para una nueva Humanidad. Cuando esto suceda, nuestro planeta no será ya conocido como el planeta del infortunio y del dolor, sino que lo caracterizará la tranquilidad y un aura de potente calma, donde la voluntad de Dios (a demostrarse en el siguiente sistema solar) estará enfocada; esto -en forma misteriosa- permitirá al Logos solar, no al Logos planetario, traer a la expresión el primer gran aspecto divino de Voluntad o Poder en todo el sistema solar. Por lo tanto, en vez de la afirmación "Dios es Amor", que define nuestro sistema solar actual, tendremos una expresión dinámica de la voluntad al bien -energía que habrá sido generada hasta cierta medida en la Tierra. Ésta es la recompensa que cosechará la actual humanidad terrena, siendo la consumación de la tarea preordenada de nuestro Logos planetario. Cuando vino a la encarnación (por intermedio de nuestro pequeño planeta) decidió ayudar al trabajo del Logos solar en la expresión del aspecto voluntad de la divinidad.

Sería más sencillo decir que se intentará llevar a cabo el experimento de manifestar el primer aspecto divino, por intermedio de la forma y de una humanidad que tiene tras ella la experiencia de cinco iniciaciones (y está, por lo tanto, expresando amor inteligente). Esta información induce necesariamente a error, pero encierra una verdad y la historia inconclusa de la expresión solar.

Sin embargo al recibir la sexta iniciación todos los Maestros por sugerencia de Cristo continúan tomando la decisión que controlará Su futuro progreso en uno de los siete Senderos de Evolución Superior, pero -al mismo tiempo- todos Ellos han propuesto postergar este progreso en los Senderos que han elegido, para complementar y ayudar durante un breve tiempo en el trabajo del Cristo y en la exteriorización de la Jerarquía, por intermedio de algunos de Sus ashramas; también formaran un muro protector alrededor del Cristo y actuarán como agentes de enlace entre Su gran Guía y el Avatar de Síntesis.

Cristo Mismo tomó esta iniciación hace algún tiempo, recibió la Iniciación de la Resurrección y pasó la experiencia de la séptima iniciación. Estos Maestros pueden, en forma misteriosa, complementar la expresión de la divina voluntad al bien en la Tierra. Trabajarán en colaboración con esos Maestros cuyos ashramas serán los primeros que se afianzarán en la Tierra, en el sentido de expresión física, porque esotéricamente hablando es la voluntad de Dios que "los retiene allí".

Durante edades, la potencia subyacente en la quinta iniciación -en sentido planetario y no individual, en su revelación del propósito del primer rayo- ha ejercido influencia sobre la Tierra. El conocimiento, la revelación de los Misterios, la obtención de la realización científica, producida por la actividad del quinto plano de la mente, ha regido el pensamiento y el progreso humanos; Dios que existe en la naturaleza (es decir el Logos planetario en expresión concreta y material) ha sido revelado, y esto ha culminado en esa tremenda expresión de poder -la bomba atómica.

Hoy, la potencia subyacente en la sexta iniciación, tomará posesión del proceso evolutivo y complementará el propósito divino. Lo que en realidad puede ser esa potencia, no podemos saberlo todavía; pero sí sabemos que está estrechamente relacionada con la voluntad a la síntesis, lo cual permitirá al Cristo derribar las barreras y los muros separatistas que la humanidad egoísta, autocentrada y materialista (en gran parte ayudada por las iglesias del mundo, con sus prejuicios materialistas) ha construido, permitiendo así entrar la luz de la comprensión y allanar el camino para una más plena expresión de la voluntad de Dios.

He creído que sería de valor recurrir al aspecto práctico de lo que los Maestros están realizando respecto a las tres iniciaciones restantes:

La séptima iniciación La Resurrección 2do. rayo.
La octava iniciación La Gran Transición 4to., 5to., 6to. y 7mo. rayos
(Los tres rayos mayores)

La novena iniciación La Negación 1ro., 2do. y 3er. rayos.
(Los cuatro rayos menores)

cuyo análisis demostraría que su captación no se ha desarrollado aún hasta el punto de ser posible la comprensión; por lo tanto considerarlas más extensamente sería perder el tiempo. Si releen las instrucciones dadas anteriormente sobre los siete Senderos (págs. 327 353) podrán obtener algunas ideas sobre estas últimas iniciaciones; sin embargo, no serian factibles de aplicación y practicabilidad útil en su determinada etapa de desarrollo evolutivo.

 

 

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Sexta Iniciación. La Decisión

Últimamente, hemos mantenido el estudio dentro de tres aspectos, a pesar de la inevitable complejidad del tema, significando mucho para el ansioso discípulo individual, porque las palabras empleadas, que definen las correspondientes iniciaciones, han sido: Renunciación. Ascensión. Revelación. Todas imparten a la mente conceptos prácticos y útiles, sin embargo su verdadero significado implica -al mismo tiempo- desapego, divina indiferencia y percepción espiritual, y de ellas ningún discípulo ha tenido algo más que una vislumbre y un imperceptible presentimiento de su posibilidad. Luego elevé estas tres ideas a niveles más amplios y me esforcé por demostrar que las crisis por las cuales está pasando ahora la humanidad y seguirá durante los próximos cincuenta años (aunque sus efectos serán menos molestos si se adopta la correcta actitud), pueden también relacionarse con estas tres palabras. No vayan a inferir que el género humano pasa por estas experiencias iniciáticas. La renunciación se impone por las circunstancias, y no es una libre empresa; el progreso resulta del impulso incipiente e incontrolado, y no del esfuerzo de un alma liberada. La revelación venidera será el resultado de la actividad jerárquica, enfocada por intermedio de Cristo, y no será dada por medio de Su llegada, vendrá como resultado de Su trabajo y de la actividad jerárquica.

Todas estas iniciaciones tienen sus analogías inferiores, y la que vamos a tratar ahora no es una excepción; todas pueden ser consideradas por el aspirante como que personifican una meta inmediata, pero el concepto es de naturaleza preparatoria; esto puede ser ilustrado, señalando que la Gran Renunciación es posible porque, durante muchas vidas, el discípulo ha aprendido a renunciar y -cuando huella el Sendero de la Iniciación- lo hace conscientemente y con un propósito formulado. Del mismo modo la sexta Iniciación de la Decisión también es posible porque el iniciado, desde su afiliación con la Jerarquía, ha aprendido a elegir correctamente, y su habilidad para hacerlo surge de su esfuerzo mientras se halla en el sendero de probación, y en las primeras etapas del sendero del discipulado aprende a hacer correctas elecciones y a tomar decisiones espiritualmente motivadas. Señalo esto porque, como ya hemos comenzado a estudiar las cuatro iniciaciones finales (que están aún mucho más allá de la comprensión del discípulo avanzado), no constituirá una pérdida de tiempo; no obstante la carencia de una verdadera comprensión, se le indicarán al verdadero aspirante ciertas cualidades, atributos y lecciones necesarias, que puede ahora empezar a desarrollar.

Quisiera señalar ante todo, que para el Maestro que permanece ante el Logos planetario, la sexta iniciación es lo que la segunda para el discípulo; la quinta Iniciación de la Revelación y la sexta Iniciación de la Decisión, son las analogías superiores de las dos primeras iniciaciones, consideradas por la Logia de Sirio como iniciaciones en el Umbral. Téngase esto cuidadosamente presente. Anteriormente en este tratado, página 299, he hecho el comentario de que la segunda iniciación, con su evidente control del deseo (que indica correcta elección), era la "del umbral para esos niveles de impresión, de contacto y futura ascensión, que constituyen la séptuple meta fijada para el Maestro cuando la sexta iniciación (la verdadera ascensión) ha sido consumada. Por esta razón se denomina Iniciación de la Decisión".

Éste es un punto de sumo interés y valor prácticos; revela, en un nuevo sentido y muy definidamente, que todos los acontecimientos en nuestro planeta son en realidad simplemente preparatorios para otros acontecimientos y oportunidades mucho más importantes, los cuales colocan al Maestro o al Chohan (parece que no existe una palabra que defina el tipo de conciencia que posee el iniciado que ha recibido las cinco iniciaciones de la evolución estrictamente humana) en una situación donde en cada iniciación expresa la totalidad de todo lo realizado en el pasado. Todo ese pasado está incluido en lo que Él manifiesta. Pero conscientemente no es así. Todo lo que Él es o conoce, se ha sumergido bajo el umbral de la conciencia, de la misma manera que la naturaleza instintiva del hombre es en la actualidad automática y espontánea y no se la emplea conscientemente. Pese a esta actividad subjetiva, los hombres poseen plenamente una parte definida de su equipo. Lo mismo sucede con el Maestro; todo lo que ha sido en un sentido espiritual y en sabiduría, en percepción y en plena comprensión, es ahora instintivo, y los poderes, conocimientos y atributos involucrados, son instantáneamente Suyos, sin esfuerzo alguno o actividad consciente. Puede depender plenamente de lo que es y posee y -como resultado de la iniciación- está libre de interrogantes, dudas e incertidumbre, que caracterizan al discípulo.

Anteriormente en la página 327, puntualicé que los Maestros, en la sexta Iniciación de la Decisión, enfrentan campos de servicio donde tendrán que "impartir, fortalecer e iluminar aquello que está ya fusionado, fortalecido y pleno de luz, pero que necesita lo que Ellos traen, a fin de expresar al Todo omniabarcante". Éste es, lógicamente, un enunciado misterioso y más bien paradójico, pero puede arrojar cierta medida de luz si se recuerda que la sexta iniciación está relacionada, en forma peculiar, con el sexto sendero. En este sendero, se encuentra nuestro Logos planetario, el cual está necesariamente relacionado con el sexto Rayo de Devoción e Idealismo y, también con el sexto plano, el astral -el plano del espejismo y del deseo. Quisiera que mantengan presentes estas relaciones, y también que recuerden que en la Iniciación de la Decisión el Maestro puede decidir pasar a cualquiera de los siete senderos, siendo para Él Su campo de servicio futuro. Esta manifestación de su elección, como saben, no depende de Su energía de rayo o de lo que podría ser la fuerza impelente de los rayos planetarios, es decir, la del planeta mismo (el rayo de la personalidad del Logos planetario) o el rayo del alma de Sanat Kumara. No me corresponde decir si este rayo dominante es Su rayo del alma o el rayo monádico o universal.

Además sería conveniente recordar que en la sexta iniciación tiene lugar un gran momento de interés básicamente histórico. Todos los Maestros iniciados de sexto grado, se reúnen en cónclave, y antes de tomar su decisión final (que Los sacará probablemente del Sendero del Servicio en la Tierra) proponen la medidas que la Jerarquía deberá tomar, las cuales afectarán drástica y permanentemente al planeta en el que han vivido y para el cual han trabajado. Observarán que Los he llamado "iniciados de sexto grado", lo cual dará la idea de que un hombre, antes de recibir una iniciación del grado que sea, ya es un iniciado en ese grado. Todos Ellos -en un momento dado- forman el grupo que toma la decisión final sobre los asuntos humanos. La antigua civilización atlante fue llevada a su fin por decisión de este grupo de iniciados; la decisión que harán ahora producirá grandes cambios en nuestra civilización moderna. Sin embargo, los Maestros no "reciben esta iniciación" cuando están preparados para "tomar la decisión". A la Jerarquía se le ofrece esta oportunidad cada cuarenta y nueve años, y en 1952 un grupo de estos iniciados superiores elegirá el sendero de Su futura vivencia y Ser, pero lo harán sólo después de haber puesto en movimiento cierta fuerza de energía que cambiará en forma creadora los asuntos en la Tierra. Con ello comprobarán dos cosas: Su comprensión de la necesidad mundial y Su reconocimiento del libre albedrío del hombre para tomar una decisión. La última iniciación de este tipo tuvo lugar por lo tanto en 1903. Quienes estaban preparados para pasar por esta iniciación, enfrentaron la realidad de las emergentes fuerzas del mal cósmico; entonces tuvieron que decidir la forma de ayudar a la humanidad y la situación que debían crear para que el género humano se viera obligado a reconocer las condiciones y hacer una libre elección y decisión. Lo que decidieron los Maestros condujo a la guerra mundial, a una evidente separación entre el bien y el mal, entre la prisión y la libertad, y que, en 1952, conducirá a una decisión -cuyo resultado está oculto en la conciencia de Quienes la tomarán en esa época. (Escrito en 1949).

En la sexta iniciación los Maestros que participan en ella, no están ya bajo la jurisdicción de la Jerarquía. No pertenecen a Ella. Su prolongada vinculación en la Jerarquía es trasladada a un centro superior y transferida a Shamballa, a no ser (como en el caso de Cristo) que elijan el Sendero de Servicio en la Tierra y retornen para trabajar con las evoluciones de nuestro planeta; hay muchas de esas evoluciones y varios reinos en la naturaleza fuera del humano, incluyendo la evolución dévica o angélica.

La sexta Iniciación de la Decisión es preparatoria para la verdadera Iniciación de la Resurrección, la séptima. Ésta puede recibirse únicamente cuando la voluntad del Maestro se fusiona totalmente con la del Logos planetario. Entre la sexta y séptima iniciaciones tiene lugar "un intervalo de divina fusión"; una imagen elemental y algo distorsionada de esta crítica fusión la da El Nuevo Testamento, donde se relata la experiencia pasada por Cristo en el Huerto de Getsemaní. Nuevamente allí -como en la cuarta Iniciación de la Renunciación- se pone el énfasis sobre el elemento humano del sufrimiento, mientras que en el verdadero simbólico "huerto", entre la sexta y séptima iniciaciones, no hay aspecto alguno de sufrimiento. El sufrimiento y el dolor no entran en la conciencia del Maestro. Cuando se dice en El Nuevo Testamento que "los ángeles vinieron y sirvieron a Cristo", la correcta implicación es que quienes moran y trabajan en Shamballa emplean este período para instruir al iniciado que ha tomado su decisión por haber expresado su naturaleza divina y la significación del propósito divino; esto concierne a la relación de nuestro Logos planetario con el sistema solar, y la decisión es tomada debido al desarrollo de esa sensibilidad superior que conduce inevitablemente a la percepción cósmica. No tenemos ninguna palabra adecuada para esta cualidad o tipo de sensibilidad, porque no es algo que podemos comprender conscientemente, ni es un tipo de reacción consciente; tampoco es percepción, tal como empleamos ese término. Ha sido ocultamente definido como algo similar a la "sumersión en un estado realizado del Ser", porque el iniciado es un aspecto consciente de aquello de lo cual es parte integrante. Por esta afirmación verán cuán imposible me resulta explicar ciertas cosas, aclarar desconocidos tipos de conciencia o indicar zonas de percepción que están aún más allá de la comprensión de un Maestro.

La revelación es una cuestión progresiva. Los discípulos en realidad son incapaces de comprender, por ejemplo, las amplias significaciones de la tercera iniciación; en forma análoga los iniciados avanzados tampoco pueden comprender lo que está bien definido ante ellos. Sin embargo, los discípulos pueden presentir tenuemente la naturaleza de la transfiguración que los caracteriza, desde el punto de vista jerárquico, y también los Maestros sentir tenuemente la naturaleza de la decisión que enfrenta. Esta sensibilidad preparatoria produce en el discípulo la verdadera percepción en las diversas etapas iniciáticas. Esta afirmación es de gran importancia y vincula la sensibilidad, su interpretación y control, con la vida diaria del discípulo común. Es importante, debido a su inclusividad, porque cada etapa en el Sendero de la Iniciación contiene en sí el germen de captación y la comprensión (profundamente oculta) de los distintos pasos que deben darse en el Camino de Evolución Superior. Este Camino es emprendido inteligentemente por el Maestro cuando ha tomado Su decisión final; las primeras etapas revelan simplemente el Camino.

La iniciación ha sido definida como "una secuencia progresiva de impactos de energía dirigidos", los cuales están caracterizados por puntos de tensión que conducen inevitablemente a puntos de crisis; todo el proceso está regido por la Ley de Causa y Efecto. Sobre este último punto trato ahora de poner el énfasis, pues tiene una relación definida y misteriosa con la sexta iniciación. El Maestro, cuando toma Su decisión y elige uno de los siete senderos, que forman conjuntamente el antakarana planetario, está obligado a hacerlo por la acumulación del karma pasado. Todo mal karma ha sido necesariamente agotado, pero Su buen karma acumulado, hace inevitable Su decisión final; desde el instante de la decisión, queda totalmente libre y liberado de todos los aspectos y las formas de karma planetario, más grande y más vasto que Su pequeño karma individual, sea bueno o malo. Entonces, resume en Sí mismo toda experiencia pasada. A no ser que elija deliberadamente el Sendero del Servicio en la Tierra y decida permanecer dentro del campo, alcance o influencia de la Vida planetaria, se enfrenta con un futuro solar o cósmico, del cual sabe relativamente muy poco, pero para el cual el Sendero de Evolución, el sendero del discipulado y el sendero de la iniciación, Lo han capacitado. Ni Él mismo conoce las condiciones a las cuales Su "decisión" Lo compromete, o en la que tendrá que penetrar; sin embargo conoce y "se apropia del hecho y de las facultades" (según un Maestro lo ha expresado) que otorgan completa revelación y futura oportunidad.

 

 

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A menudo se ha dicho que hay cuatro Señores del Karma asociados con la Cámara del Concilio en Shamballa. Representan, en Su totalidad, a los tres Rayos de Aspecto, y uno de Ellos a los cuatro Rayos menores de Atributo. El Señor del Karma complementa los destinos de quienes están condicionados por el tercer Rayo de Inteligencia Activa (y sucede siempre con quienes están recibiendo la sexta iniciación) y -hablando simbólicamente- “limpia la pizarra" de este grupo particular de iniciados, en ese especial momento. El karma ya no Los retiene.

La revelación concedida al iniciado en la primera etapa de la iniciación Le proporciona "en un interminable destello de tiempo", un cuadro completo de los procesos que Lo han llevado a este creador momento de la decisión. Inmediatamente alcanza un punto de fuego en la cima de la montaña. De ese punto ya no novena, la Iniciación de la Negación, en la cual rechaza, niega o repudia todo Su pasado y entra en el Sendero elegido, totalmente "libre de conceptos acumulados, pero exhibiendo a esas Grandes Vidas, que Le dan la bienvenida en el nuevo y no experimentado sendero, todo lo que Él es y la esencia de Su Ser".

Al considerar estas iniciaciones superiores, de las cuales no poseo ninguna experiencia, lo único que puedo hacer es aclarar sus mentes y la mía, empleando antiguas frases y esa enseñanza oral, en la que pueden penetrar las mentes de los hombres.

El punto de crisis que sigue siempre al logro de la tensión, es el momento en que se expresa la decisión final. Luego sigue la revelación de lo que puede ser, y el iniciado sabe que enfrenta la resurrección final, se convierte de eterno peregrino o errante planetario, en un punto fijo en otro plano cósmico, porque el plano físico ha quedado para él eternamente atrás.

En consecuencia, esta iniciación está regida por el tercer Rayo de Inteligencia Activa, el cual está estrechamente relacionado con el plano mental de nuestra vida planetaria, y con la Ley de Fijación y la Ley de Separaciones. Anteriormente he escrito mucho sobre ello, y la búsqueda del significado de ciertos párrafos, en Tratado sobre Fuego Cósmico, puede traer iluminación. La fijación no es permitida al eterno Peregrino en nuestro pequeño planeta Tierra, pero cuando aquella ha quedado totalmente atrás, en la novena iniciación, el iniciado se convierte en un "punto de luz, fijo o estacionario, dentro de su Lugar elegido, el Lugar del Altísimo y el punto de tensión que lo mantendrá hasta la última iniciación o saldrá más".

Aquí también está latente el concepto de separación. El Maestro rompe todo vínculo con el pasado y con el planeta, pero jamás con la Vida Una, que compenetra todas las esferas y formas del ser, que hace posible todos los estados de conciencia y conduce a una interminable actividad.

Creación fue una de las tres palabras que he dado anteriormente páginas 282-3, en relación con esta sexta iniciación. Las cuatro iniciaciones finales se caracterizan por una "revelación en la luz viviente". En la sexta iniciación el Maestro llega a comprender la naturaleza de la creación, a percibir la razón de por qué se manifiesta la inteligencia en las formas sustanciales y su creación, a fin de proporcionar formas para el Ser y la Vida, y conocer la cualidad de lo que Él, en el futuro, debe crear y creará. En la séptima Iniciación de la Resurrección se Le concede una revelación de la cualidad que debe expresarse a sí misma por intermedio de todas las formas creadas: la cualidad de amor sabiduría que ha animado a nuestro Logos planetario, cualidad básica de todo nuestro sistema solar. En otras esferas solares, sistemas solares y planos cósmicos, los correspondientes iniciados pueden manifestar otras cualidades desconocidas para nosotros, pero quienes logran la resurrección y la liberación en nuestro planeta, están siempre espiritualmente cualificados por el amor divino y ésa será también la cualidad subyacente en todo lo que ellos posteriormente pueden crear cuando se hayan liberado de nuestro planeta. Podrán ver, en consecuencia, por qué la frase "Dios es amor" en realidad constituye nuestra nota clave planetaria.

En la octava Iniciación de la Transición es revelado al Maestro el propósito de toda nuestra actividad planetaria, y todos los Maestros o Iniciados de la octava iniciación (actuando por medio de la Jerarquía o en Shamballa) son necesarios para estimular el punto de tensión del nuevo iniciado, a fin de ser posible la revelación.

Podría decirse que Ellos actúan como un lente a través del cual pasa la luz viviente posibilitando la revelación, y también cumplen Su papel como factor protector. Esta protección es necesaria porque en esta iniciación no sólo se le muestra al iniciado el eterno bien que subyace en el propósito planetario, sino que se le permite "ver lo que está oculto detrás de la puerta herméticamente sellada" y estar en contacto con el mal cósmico, pues éste ya no lo puede dañar. No obstante, necesita la protección de Aquellos con Quienes está capacitado para asociarse. No sé cuál es el propósito planetario; cuando digo que parte del propósito es liberar la luz y el amor en un universo más amplio y liberar al sistema solar de los ataques del mal cósmico, estoy enunciando una verdad, pero una verdad que permanece aún sin significado para quienes no se han puesto en contacto con el propósito total; permanece siendo un enigma, porque la verdadera naturaleza de la luz, el misterio de la electricidad, la constitución del bien, la belleza y la verdad, el origen del mal, la naturaleza y el propósito de la Logia Negra, el papel que esa Logia desempeña dentro del divino esquema del ser, son desconocidos para ustedes en su esencial significación. Recuerden que cuando un Miembro de la Jerarquía emplea la palabra esencial no quiere significar (como ustedes lo hacen a menudo) lo que se necesita o es necesario; se refiere a la esencia más recóndita que reside en el corazón de todas las cosas -tanto en las buenas como en las malas. Por eso cuando digo que en la octava iniciación la naturaleza y el propósito de la dualidad le son revelados al iniciado, no tiene ningún significado.

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En las tres iniciaciones finales, al Maestro le son sucesivamente reveladas las significaciones de la creación, de la cualidad y del propósito, y lo que hace posible la revelación no sólo es la acción del Iniciador Uno y del grupo iniciador (cuando es requerido tal grupo), sino que el factor principal lo constituye la desarrollada sensibilidad del iniciado mismo -desarrollada a través de muchos eones de vidas y de experiencia vital.

El objetivo del proceso evolutivo, al que deben someterse todas las vidas de nuestro planeta, ha sido desarrollar esta sensibilidad, lo cual hará posible la revelación y podría decirse que (desde un ángulo definido) la meta de toda experiencia ha sido la revelación -cada revelación "acerca más al iniciado al Corazón del Sol, donde todas las cosas son conocidas y sentidas y, por su intermedio, todas las formas, todos los seres y todas las cosas, pueden ser anegados en amor". Reflexionen sobre estas palabras, porque la analogía microcósmica de la realidad macrocósmica está colmada de valor educativo. Procuren que "toda lección aprendida cada día, que toda revelación captada y comprendida, colmen de amor sus corazones y les permita amar a sus semejantes con ardor y calidez", citando algunos antiguos aforismos para discípulos.

En la novena Iniciación de la Negación, la revelación presentada al Maestro concierne a la naturaleza del Ser y de la existencia. No puedo decir nada que explique el Ser, porque el Ser está relacionado con ÉSE que crea, con el punto universal de la Vida planetaria o solar responsable, y lo ha sido siempre, de la vida de todas las formas, desde la manifestación más grande hasta la más pequeña. Cuando se concede esa revelación al iniciado, hace contacto inicial, por primera vez, con lo que se denomina en los libros ocultistas y esotéricos "el Sol Central Espiritual". Comprende por sí mismo que esas palabras conciernen a una realidad básica y están relacionadas con el propósito del sistema solar, así como "el Corazón del Sol" le reveló la cualidad del sistema solar. Cuando se comprende que nuestro propósito planetario está misteriosamente relacionado con la revelación del amor en nuestro pequeño planeta Tierra, mediante el proceso de la creación, surge el concepto de que hay la probabilidad de que nuestro planeta tenga una excepcional relación con el Corazón del Sol. Lo dicho encierra muchas indicaciones para ustedes y también para mí, excepto que yo, al convertirlas en una realidad comprobada, puedo aplicar mayores conocimientos que los que ustedes poseen.

Poco me resta decir sobre esta crucial y decisiva sexta iniciación. Personifica la liberación reconocida por el Maestro y la demuestra en sus procesos decidiendo libremente Su futuro estado de Ser y Su propósito. El futuro, para la persona y el discípulo comunes, está contenido dentro de su pasado y complementado en su presente. Esto no sucede con el iniciado de la sexta iniciación. Está enteramente liberado de su pasado; la Ley del Karma ya no lo retiene; decide libremente, decide Su futuro, no basándose en su inevitabilidad o en lo que le proporciona un campo donde agotar karma, sino sobre la exclusiva base de estar cualificado para prestar servicio. Esto crea una situación muy distinta. Una vez hecha la decisión, queda fija, y ya no hay retorno ni abandono de la misma, tampoco (pues el Maestro está libre de todo impedimento) existe el deseo de volver atrás ni la posibilidad de hacerlo.

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Las tres iniciaciones restantes demuestran estos puntos aún más clara y definidamente, y la luz en que camina el iniciado es cada vez más brillante. La luz le revela la naturaleza y el propósito de los planos físico etérico cósmicos (los cuatro planos más elevados de nuestra Vida planetaria); esta luz lleva a su atención la naturaleza de ciertas condiciones extraplanetarias y, por primera vez, llegan a ser reales para él y no simplemente hipotéticas; la luz le revela sus futuras oportunidades, cuando ha hecho su elección o decisión final, y -como dije anteriormente- también la naturaleza del propósito divino tal como nuestro Logos planetario lo concibe, inspirado por el Logos solar.

Entonces puede expresarse plenamente en el plano monádico, el plano de la vida universal; él se ha alejado de la gran herejía de la separatividad, y sólo sabe de amor, unidad, identificación espiritual y percepción universal. Debido a ello puede ser un creador, porque la creación es la expresión de la vida, del amor y del propósito, y ahora es capaz de comprender y expresar plenamente los tres.

Siendo un colaborador inteligente de las Fuerzas Constructoras del planeta y también del sistema solar, llevará a cabo sus intenciones creadoras en el rayo elegido.




 

 

 

 

 


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En formato de guión


 

 

JUVENILES y BIOGRÁFICAS

 

 

 


maestro tibetano

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