REGLA
NUEVE
Después
sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se encuentran;
la forma se dilata y crece. Que el mago ubique su forma en
el sendero apropiado.
LA
NECESIDAD DE PUREZA
En
Tratado sobre Fuego Cósmico, página 800, esta regla es comentada
también sucintamente:
"Esta
regla está resumida brevemente en el mandato: Que el deseo
y la mente sean tan puros y proporcionados, y la forma creada
tan exactamente equilibrada, que no pueda ser atraída hacia
el sendero destructor o de la izquierda."
La
razón de la brevedad de esta regla es, puede afirmarse, su
extrema sencillez, considerada conscientemente por el hombre
que sabe, y su complejidad se debe al punto de vista del lector
casual. Sólo se dan las significaciones más simples y prácticas,
y quizás puedan impartirse algunos de los significados más
profundos.
Es
interesante observar que a medida que se progresa en el sendero,
la forma en que puede exponerse la verdad es cada vez más
simple, mientras que el significado captado se hace cada vez
más amplio e incluyente, por eso involucra (al analizarlo)
una complejidad cada vez mayor. Finalmente se recurre a los
símbolos, y el plan cósmico es captado mediante las formas
geométricas presentadas al ojo interno del aspirante.
El
punto principal de esta regla es pureza y, en último análisis,
la pureza es, por lo general, una cuestión de móvil. Si el
incentivo de cualquier acción en los tres mundos está basado
en el deseo de la personalidad, llevado a cabo aplicando la
mente, entonces la impureza caracteriza esa acción. Si el
impulso emana del Morador en la forma, entonces está subordinado
y controlado por el Morador, para el fin deseado. En este
caso la característica es pureza dentro de las limitaciones
grupales, porque la pureza absoluta sólo existe en la liberación
total del control. El alma es consciente del grupo y controlada
por éste, y hasta no vencer al cuerpo causal y obtener la
liberación de su control, no se comprenderá el verdadero significado
de la pureza. Es suficiente decir que hay una relación muy
estrecha entre impureza y cualquier limitación física, emocional
y mental.
Pero
no es necesario que consideremos aquí la pureza absoluta.
En los grupos esotéricos del mundo nadie ha obtenido aún la
quinta iniciación, donde el significado penetra en la conciencia
en un intenso destello de comprensión. La mayoría trata principalmente
de lograr la pureza física y emocional y por lo tanto liberarse
de control emocional y del deseo. De ahí el constante, aunque
mal expresado mandato de la mayoría de los libros esotéricos,
"Mata el deseo". Tal vez una descripción más exacta
para el presente inmediato sería "reorientar el deseo"
o "redirigirlo” pues la constante reorientación de toda
la naturaleza de deseo, en forma que se convierta finalmente
en un estado habitual de la mente, es la clave para todos
los procesos de trasmutación y del trabajo mágico efectivo.
A
medida que se progresa en el sendero, los procesos mentales
del aspirante son cada vez más potentes, y las formas mentales
-creadas con propósito definido en la meditación- se hacen
más efectivas, a fin de obtener resultados. Será evidente,
por lo tanto, que en el trabajo mágico (que debe llevarse
a cabo en el plano físico), existe siempre una tendencia hacia
el "sendero de la izquierda", hasta establecer permanentemente
la conciencia del alma, y convertir la pureza de móviles en
un hábito mental.
Quisiera recordar a los lectores que para el aspirante al
discipulado el requisito primordial es el establecimiento
y la estabilidad de hábitos correctos. Quienes trabajan en
el campo de la evolución planetaria buscan instrumentos de
los cuales se pueda depender, y esto debe acentuarse enfáticamente.
Los que buscan colaboradores no pueden depender, en una emergencia,
de esas personas cuyos temperamentos y sentimientos emocionales
son incontrolables, o que no poseen control físico. Las personas
cuyas mentes están ofuscadas, y es inherente en ellas la incapacidad
de mantener la mente "firme en la luz", no son trabajadores
apropiados para las posiciones elevadas del esfuerzo mundial.
Esta observación no debe detener a ninguno de los miembros
que pertenezcan a estos grupos, porque el reconocimiento de
un defecto es el paso preliminar para vencerlo. Estos grupos
se hallan en entrenamiento y es necesario recordarlo, de lo
contrario el desaliento imperará cuando el ideal sea enunciado.
En la actualidad, la necesidad mundial y la oportunidad van
de la mano. Se dice que los Grandes Seres, que se mantienen
como una muralla entre la humanidad y el karma planetario,
están muy apremiados por el tiempo, y puedo asegurarles que
esta afirmación de la situación es inadecuada.

Desde
mediados del período Atlante los pensamientos de los hombres han
sido atraídos hacia el sendero destructor o de la izquierda, porque
el egoísmo fue el móvil y el propio interés el factor dominante.
Parte del trabajo de Cristo, cuando vino hace dos mil años, fue
neutralizar esta tendencia, predicando mediante el ejemplo, los
preceptos, el sacrificio, el altruismo y el espíritu de mártir
(matizado frecuentemente por el histerismo y el autointerés celestial),
uno de los resultados de tal esfuerzo. Observado desde el punto
de vista de la Jerarquía el esfuerzo tuvo éxito, porque el espíritu
cristiano representa la reorientación hacia las cosas celestiales.
De allí que la pureza de móvil, el instinto de servicio y su nota
clave, sean nuevos desde el punto de vista de las eternidades
pasadas.
Sin
embargo, a pesar de todo ello, la tendencia al interés egoísta
es el factor más poderoso hoy en el mundo, de ahí la situación
crítica existente entre la Jerarquía de la Luz y la jerarquía
controladora del sendero izquierdo, sendero controlado por
la forma y el deseo.
A pesar de todo, el desaliento no debe cundir, pues el pensamiento
espiritual, resultado del trabajo mágico de un hermano de
intención pura, tiene más y mayor poder que el de muchos hermanos
que siguen la tendencia de la personalidad. Todo verdadero
aspirante, cuando comprende la magnitud del Plan y contempla
las fuerzas alineadas en su contra, quizás se sienta abatido
por la aparente futilidad de su esfuerzo y la ínfima parte
que él desempeña, entonces debe recordar que existe un creciente
grupo de personas similares a él y que esto constituye un
esfuerzo grupal. De acuerdo a la Ley, los Grandes Seres actúan
a través de Sus discípulos de todos los países, y nunca hubo
tantas personas que se esfuercen por capacitarse en el desempeño
de la fusión de "Trasmisores del Propósito", y tampoco
ha existido una integridad interna y relación subjetiva tan
fuertes entre los trabajadores de todos los campos en las
distintas actividades del mundo. Por primera vez en la historia,
existe un grupo coherente a disposición de los Maestros. Sólo
tuvieron hasta ahora trabajadores solitarios y aislados o
pequeños grupos separados, lo cual ha entorpecido grandemente
el trabajo. Hoy esto ha cambiado.
Quisiera
exhortarlos a todos a comprender esto y trabajar para sustanciar
tal integridad grupal, desarrollando el poder de reconocer
a dichos trabajadores en cualquier parte, bajo cualquier nombre
u organización, y cooperar con ellos cuando sean reconocidos.
No resulta fácil hacerlo y presupone lo siguiente:
1.
Sensibilidad interna al Plan.
2. Capacidad para reconocer principios que rigen la conducta y
la administración.
3. Capacidad para despreocuparse de lo no esencial y acentuar
lo esencial.
4. Subordinación de la ambición e interés personales al desarrollo
de los ideales grupales.
5. Mantenimiento constante del contacto interno por medio de la
meditación, sin preocuparse ni acentuar las reacciones de la personalidad.

Éstos
son los requisitos fundamentales y deberían recibir la atención
de los trabajadores y estudiantes de todos los grupos.
Sería
de valor que todos los días a las cinco de la tarde, por medio
de un acto volitivo, cada estudiante se una con este grupo
de servidores, místicos y hermanos, que va integrándose rápidamente.
Podría ser benéfico memorizar la breve dedicación siguiente,
recitándola mentalmente a dicha hora, con la atención enfocada
en la cabeza:
"Que
el Poder de la Vida Una afluya a través de todos los grupos
de verdaderos servidores.
"Que el Amor del Alma Una caracterice la vida de todos
los que tratan de ayudar a los Grandes Seres.
"Que cumpla mi parte en el Trabajo Uno, mediante el olvido
de mí mismo, la inofensividad y la correcta palabra."
Lleve
entonces dicho pensamiento desde el grupo de servidores del
mundo, que se está integrando rápidamente, hasta los Grandes
Seres que respaldan nuestra evolución mundial.
Esto
puede efectuarse en pocos segundos, dondequiera uno se encuentre
y no importa con quien se halle; ello no sólo ayudará en el
trabajo mágico de las fuerzas de la luz, sino que servirá
para estabilizar al individuo, acrecentar su conciencia grupal
y enseñarle el proceso de llevar adelante las actividades
subjetivas internas, aunque actúe exotéricamente.

FORMAS FUNDAMENTALES
La
sencillez de esta regla es tal que en pocas palabras se sintetiza
todo el proceso de la evolución creadora. En el plano mental
toma forma una idea. En el plano del deseo sensorio la energía
compenetra esa forma. Bajo el proceso evolutivo, la forma
"se dilata y crece". Mediante la correcta dirección
y orientación de la forma en la dirección requerida, se cumple
el propósito del pensador.
Toda
vida es vibración, el resultado de la vibración es una forma densa
o sutil, siendo cada vez más sutil a medida que asciende. Al progresar,
la vida palpitante cambia su grado de vibración, y en este cambio
está el secreto de la destrucción y de la construcción de las
formas. En esta era, de la cuarta ronda, las formas son de cuatro
tipos:

1.
La Forma de la Personalidad, o ese vehículo de materia física,
astral y mental, que proporciona los medios de contacto en los
tres mundos. Es construida en cada vida, estableciéndose la clave
de la vibración en la vida anterior. Esa forma resulta apropiada
para el hombre común y le sirve hasta la muerte. Quien entra en
el sendero esotérico lo hace con el vehículo que le fue proporcionado,
pero durante la encarnación construye para sí un vehículo más
nuevo y mejor, y cuanto más avanzado esté, tanto más conscientemente
trabaja. De allí la constante agitación y frecuente mala salud
del neófito en la vida esotérica. Percibe la ley, se da cuenta
de la necesidad de elevar su tono y con frecuencia empieza cometiendo
errores. Construye de nuevo su cuerpo físico por medio de la dieta
y la disciplina, en vez de trabajar de lo interno a lo externo.
En la cuidadosa disciplina de la mente, en la manipulación de
la materia mental y en la trasmutación de la emoción, llega a
desarrollarse en el plano físico. Agréguese a los dos anteriores,
la pureza del plano físico referente al alimento y los modos de
vivir, y en siete años el hombre habrá construido para sí tres
nuevos cuerpos alrededor de los átomos permanentes.

2.
La Forma del Medio Ambiente. Esto es en realidad la actuación
evolutiva del alma grupal involutiva. No sólo se relaciona con
nuestros contactos externos, sino también con los planos internos.
De la similitud de vibración viene la coherencia. Por lo tanto,
cuando un hombre eleva su vibración y construye nuevamente desde
el principio, cambia en consecuencia su tono, dando como resultado
una disonancia en su medio ambiente y la consiguiente discordancia.
Por consiguiente, de acuerdo a la ley, al buscador de los Misterios
y al manipulador de la ley, le llega siempre un período de soledad
y tristeza, en que no tiene nadie a su lado y el aislamiento es
su sino. En menor grado es lo que pasa a todos, y este total aislamiento
es característico del arhat o iniciado del cuarto grado. Está
a mitad de camino, entre la vida de los tres mundos y la del mundo
de los adeptos. Antes de la iniciación, su vibración no sincroniza
con la vibración de los dos grupos. De acuerdo a la ley él está
solo. Pero solo temporariamente. Cuando el medio ambiente le es
satisfactorio, ha llegado el momento de preocuparse; ello es señal
de estancamiento. La aplicación de la ley causa una fundamental
desorganización.

3.
La Forma del Devoto. Sí, significa exactamente eso, pues expresa
una idea abstracta. Todo tipo de persona tiene su devoción para
la cual vive, y -en la ignorancia, en el conocimiento o en la
sabiduría- aplica la ley hasta donde puede comprenderla. Tal devoción
puede ser completamente física, centrada en la carne, en la codicia
del oro, en las posesiones materiales. Emplea todas sus energías
para satisfacer esa forma concreta, y así aprende. El objetivo
del devoto puede ser totalmente astral -amor a su mujer y al hijo,
a la familia, al orgullo racial, amor a la popularidad o codicia
de alguna especie- y les dedica toda su energía, usando el cuerpo
físico para cumplir el deseo del astral.
Pero
la forma de su devoción puede ser más elevada aún -amor al arte,
a la ciencia o a la filosofía, a la vida religiosa, científica
o artística- y a ellas consagra sus energías física, astral y
mental, y lo hace siempre con devoción. La vibración está siempre
de acuerdo a la altura de la meta; descubre esa meta, la sobrepasa
y se desintegra. El sufrimiento viene cuando se destruye la forma
y se cambia el tono. Durante muchas vidas, ha pasado miles de
años bajo vibraciones inferiores. A medida que la evolución progresa,
el desarrollo es más rápido y el tono cambia vida tras vida, mientras
que en las etapas primitivas podía emitirse una clave o tono durante
varias vidas. A medida que el hombre se acerca al sendero, el
sendero de probación queda sembrado de formas destruidas, y de
un ciclo menor a otro cambia la meta y, con frecuencia, su vibración
se eleva varias veces en una sola vida. Observen, si progresan
con la rapidez deseada, que la vida de todos los aspirantes es
de movimiento, cambios constantes y diferenciaciones, y de un
continuo construir y destruir, planear y ver destruidos esos planes.
Es una vida de incesante sufrimiento, de frecuentes choques con
el medio ambiente, de innumerables amistades creadas y renovadas,
de mutación incesante con su consiguiente agonía. Los ideales
trascienden sólo para encontrar que son una pauta para otros caminos
más elevados; se ven visiones, sólo para ser reemplazadas por
otras; se sueña para realizar los sueños y luego eliminarlos;
se hacen amigos, para quererlos y luego dejarlos, siguiendo después
más lentamente los pasos del aspirante que lucha. Así es construida
durante todo el tiempo la cuarta forma.

4.
La Forma del Cuerpo Causal. Éste es el vehículo de la conciencia
más elevada, el templo de Dios Inmanente, que es de una belleza
tan rara y de una estabilidad tan firme, que cuando tiene
lugar la destrucción final de esa obra maestra de muchas vidas,
en verdad la copa que hay que apurar es bien amarga, pues
la unidad de conciencia parece quedar totalmente despojada.
Entonces consciente únicamente del inherente Espíritu Divino,
consciente sólo de la Verdad de la Deidad, dándose cuenta
de las profundidades de su ser, de la naturaleza efímera de
la forma y de todas las formas, permaneciendo sólo en el vórtice
de los ritos iniciáticos, despojado de todo sostén (amigo,
Maestro, doctrina o medio ambiente), muy bien puede el iniciado
clamar: "Yo soy Ése Yo soy y no existe nada más".
Bien puede poner simbólicamente su mano en la de Su Padre
en el Cielo, y tender la otra, en bendición, al mundo de los
hombres, porque sólo las manos que han dejado deslizar todo
lo que existe en los tres mundos, están libres para impartir
la final bendición a la humanidad que lucha. Entonces construye
para sí una forma tal como la desea -una forma nueva que no
está sujeta a la destrucción, pero suficiente para sus necesidades,
y puede ser desechada o utilizada, según lo justifiquen las
circunstancias.
En
la actualidad es necesario reflexionar sobre esta cuestión
de las formas, porque con la entrada de un nuevo rayo y el
comienzo de una nueva era, viene siempre un período de gran
desorganización, hasta que las formas existentes se adapten
a la nueva vibración. En esa adaptación, quienes han cultivado
la flexibilidad y adaptabilidad, o la poseen como rayo de
la personalidad, progresan con menos desorganización que aquellos
que están más fijos y cristalizados.
Especialmente
en estos momentos se debe cultivar la flexibilidad y procurar
que la forma responda, porque cuando venga Aquel a Quien todos
adoramos, ¿no creen que Su vibración causará desorganización
si aún existe cristalización? Así sucedió antes, y así sucederá
nuevamente.
Respondan
a los Grandes Seres, procuren adquirir expansión mental y
sigan aprendiendo. En lo posible piensen en términos abstractos
o numéricos, y mediante el amor hacia todos, trabajen con
la plasticidad del cuerpo astral. En el amor hacia todo lo
que respira viene la capacidad de vibrar universalmente, y
en esa plasticidad astral vendrá la respuesta a la vibración
del Gran Señor.
Este
resumen del proceso y de las formas es también verdad respecto
a Dios y a Su trabajo cósmico creador; al alma, a medida que
ésta construye su instrumento para expresarse, sea inconscientemente
en las etapas primitivas o conscientemente en las posteriores;
al discípulo, a medida que procura expresar su comprensión
del trabajo a través del trabajo grupal y la organización
de su vida; al hombre perfecto, a medida que aprende, por
medio de la experiencia, a centrar sus fuerzas en el plano
mental, y desde allí lograr su propósito de generar y producir
esas formas mentales que moldean las mentes de los hombres
y encarnan en sí mismas ese aspecto de la Mente Universal,
necesario para la correcta producción de esa fracción inmediata
del Plan que su era y generación requieren.
Estas
distintas aplicaciones de la regla podrían ser dilucidadas
y ampliadas. Sin embargo, este problema debe estar siempre
claro en nuestra mente. Somos almas conscientes o estamos
en proceso de serlo. Mediante nuestro trabajo de meditación
y aplicación al estudio, comenzamos a trabajar en niveles
mentales. Creamos formas continuamente, compenetrándolas con
energía, y enviándolas a cumplir su función de acuerdo al
propósito subjetivo comprendido.
Se
debería acentuar la palabra comprendido del párrafo anterior.
De acuerdo con la claridad de visión y la profundidad de la
comprensión interna, así será la forma creada y la fuerza
de la vida que le permitirá cumplir la función que le fue
designada.
Hasta
el momento actual, la mayoría de los aspirantes del mundo expresan
los resultados de los pensamientos endebles y mezquinos, pero
actúan rápidamente. La meta para los estudiantes debería ser en
la actualidad pensamiento rápido y concentrado y acción lenta.
Sin embargo, esa acción lenta será potente en sus resultados;
no habrá movimientos superfluos ni reacciones demoradas, y tampoco
vacilaciones. Cuando el pensador enfoca su atención en el plano
mental, el progreso del pensamiento manifestado es seguro e inevitable.
Cuando se capta la idea con toda claridad, con atención bien enfocada,
y se aplica firmemente la energía o aspecto vida, da por resultado
la inevitable e irresistible aparición y la acción poderosa en
el plano físico.

Debe
recordarse este pensamiento si se quieren evitar los peligros
del sendero de la izquierda. Permítanme hacer algunas afirmaciones
y clasificarlas brevemente, que darán una comprensión más
verdadera de las palabras "el sendero de la izquierda”.
Nos ocuparemos aquí principalmente de las formas mentales
que el hombre crea:
1.
El sendero de la izquierda concierne al aspecto materia, y la
vida vertida en la forma sólo sirve para vitalizar los átomos
de la sustancia. La potencia del aspecto amor, manejada por el
alma, está ausente.
2. La forma creada está constituida por materia mental y astral
y por sustancia física. Carece de la contribución del alma. Su
propósito está de acuerdo al desarrollo de la forma, pero no a
la expresión del alma.
3. El sendero de la izquierda, por lo tanto, es el sendero donde
progresa la sustancia o la materia, y no es el sendero donde progresa
el aspecto alma. Es el "camino del Espíritu Santo",
pero no el del Hijo de Dios. Expreso esta verdad con tales palabras
porque sirven especialmente para aclarar la diferencia y, no obstante,
conservar la integridad de la sustancia-materia y su Unidad dentro
de la Vida Una.

4. Todas las formas creadas en cada etapa están confinadas o abarcan
el sendero de la izquierda, sin embargo, van más allá de él y
siguen el camino de la derecha. Esta frase proporciona tema para
reflexionar, y es difícil deducir su significado. Debe recordarse
que todas las formas, ya sigan el camino de la derecha o el de
la izquierda, son idénticas hasta cierto punto; atraviesan las
mismas etapas progresivas, y en un momento dado parecen uniformes
y similares. Se percibe la diferencia sólo cuando aparece su propósito,
de ahí el entrenamiento del aspirante en el correcto móvil, como
paso preliminar para el verdadero trabajo esotérico. Podría formularse
la pregunta: ¿Qué significa este trabajo?

El
verdadero trabajo esotérico involucra:
1.
Contacto con el Plan.
2. Correcto deseo de colaborar con el Plan.
3. Trabajo de construir formas mentales, y limitar la atención
del creador de dichas formas al plano mental. Es de naturaleza
tan potente que las formas mentales creadas tienen un ciclo
propio de vida y nunca dejan de manitar y efectuar su trabajo.
4. Dirección de la forma mental desde el plano mental, y la
limitación de la atención a esa actividad específica, sabiendo
que el recto pensar y la correcta orientación conducen a la
correcta actuación y a evadir con seguridad el sendero de
la izquierda.
Los
aspirantes dan muy poca importancia a esta lección. Desean
emocionalmente que aparezca su forma mental y se manifieste
la idea. Dedican demasiado tiempo siguiendo los métodos ortodoxos
de trabajo y las actividades del plano físico. Se desgastan
identificándose con la forma creada, en vez de permanecer
apartados de ella, actuando únicamente como agentes directivos.
Ustedes aprendan a trabajar en el plano mental. Construyan
allí su forma, recordando que si se sumergen en la forma de
la cual son responsables, pueden ser obsesados y dominados
por ella, entonces la forma será el factor dominante y no
el propósito de su existencia. Cuando la forma controla, existe
el peligro de que se desvíe en dirección equívoca y encuentre
su camino en el sendero de la izquierda, aumentando el poder
de la materia y su dominio sobre las almas sensibles.
Agregaré
brevemente que todo lo que tienda a aumentar el poder de la
materia y acrecentar la potente energía de la sustancia forma,
produce una inclinación hacia el sendero de la izquierda y
un paulatino alejamiento del Plan y del Propósito que éste
vela y oculta.
Todo
trabajo y todas las formas mentales creadas (ya sea que se
materialicen, como una organización, una religión, una escuela
de pensamiento, un libro o cualquier trabajo de toda una vida),
que expresen ideales espirituales y acentúen el aspecto vida,
caen bajo la categoría de magia blanca. Entonces forman parte
de la corriente de vida que llamamos el sendero de la derecha,
porque conducen a la humanidad fuera de la forma, hacia la
vida, apartándola de la materia, hacia la conciencia.
No
hace mucho, en el ashrama de uno de los Grandes Seres, cierto
discípulo pidió a su Maestro que le expresara esta verdad
en tal forma que, aunque en pocas palabras, su importancia
mereciera continua consideración. Su Maestro respondió:
"Sólo
los Hijos de los Hombres conocen la diferencia entre la magia
de los caminos de la derecha y los de la izquierda, y cuando
hayan logrado la realización, los dos caminos desaparecen.
Cuando los Hijos de los Hombres sepan la diferencia que existe
entre materia y sustancia, habrán captado la lección de esta
era. Otras lecciones serán abandonadas, pero ésta deberá ser
aprendida. La materia y la sustancia unidas, desarrollan el
camino de la oscuridad. La sustancia y el propósito combinados,
indican el camino de la luz."
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