El
Portal de la Iniciación.
El
verdadero significado de la frase "portal de la iniciación"
es obstrucción, algo que cierra el camino que debe abrirse,
o se interpone entre el aspirante y oculta su objetivo.
Esta significación es una de las más exactas y el aspirante
captará más fácilmente su utilidad. Si
nos imaginamos a un hombre avanzando en el sendero de evolución,
hasta que un día se encuentra repentinamente ante un portal
abierto, por el cual puede pasar gozosamente, estaremos muy
lejos de la verdad;
la idea de que un hombre de buena disposición, que ha desarrollado
en cierta medida su carácter, como lo describe Annie Besant,
en los libros El Atrio Abierto y El Sendero del Discipulado,
condiciona a los aspirantes teosóficos, es excesivamente engañosa,
pero estos libros, aunque resultarán muy útiles y deberían ser
cuidadosamente estudiados por el hombre en el sendero de probación,
no lo serán tanto para el discípulo, porque lo inducen
a poner el énfasis donde no debe y a enfocarse sobre lo que
ya debería haber desarrollado.
Lógicamente
debe haber un desarrollo del carácter, presumiéndose que es
estable en el equipo del hombre. Estas características tienen,
sin embargo, poco que ver con la iniciación y con el hecho de
franquear el "portal" que conduce al sendero. Indican
la etapa alcanzada en el sendero de evolución, como resultado
del experimento, la experiencia y la continua expresión, y deberían
ser comunes para todos los aspirantes que han llegado a la etapa
en que enfrentan el discipulado; son desarrollos inevitables
y significan simplemente la reacción de la personalidad al tiempo
y la experiencia.
Es verdad indiscutible, que nadie puede atravesar este portal
si no ha desarrollado las particularidades del carácter, y ello
se debe a que el aspirante ha progresado hasta cierta etapa
de desarrollo y obtenido automáticamente alguna medida de autocontrol,
comprensión mental y pureza.
Quisiera
señalar también que hasta el mago negro posee estas cualidades,
pues son el sine qua non de todo arte mágico, tanto
negro como blanco; el mago negro atraviesa por el portal de
la iniciación al abrirse dos veces en las dos primeras iniciaciones.
Lo atraviesa por la fuerza de su voluntad y las realizaciones
de su carácter, porque el aspecto del alma, que es consciente
del grupo, está tan activo en él como en su hermano que trata
de afiliarse a la Gran Logia Blanca.
Sin
embargo, el mago negro carece del aspecto amor.
No
olviden que todo es energía y nada más. La energía, aspecto
del alma, que denominamos atracción magnética (la cualidad que
construye al grupo), la comparte el mago negro con el aspirante
espiritual. Esencialmente es consciente del grupo y, aunque
sus móviles sean separatistas, sus métodos son los del grupo
y sólo puede obtenerlos del alma.
Aquí
tienen nuevamente otra razón por la cual la Logia de Maestros
no considera la primera y la segunda iniciaciones como iniciaciones
mayores, pero sí la tercera, porque en esa iniciación toda la
vida de la personalidad es inundada con energía procedente de
la Tríada espiritual, vía los "pétalos del sacrificio"
del aspecto voluntad y propósito del alma.
A
este tipo de energía no responde el mago negro. Puede responder
y responde al conocimiento -muy antiguo y duramente adquirido-
acumulado en los "pétalos del conocimiento" del alma;
puede apropiarse y utilizar la energía de atracción (erróneamente
denominada de amor por algunos estudiantes) acumulada en los
"pétalos de amor" del alma,
pero no puede responder y emplear la energía de amor divino
expresada en el Plan divino, el cual controla todo conocimiento
y lo trasforma en sabiduría, poniendo en acción y aclarando
el móvil que pone en actividad la atracción magnética amorosa,
que llamamos conciencia y cohesión grupales verdaderas.
En
este punto los dos caminos -oscuridad y luz- divergen ampliamente.
Hasta
no recibir la tercera iniciación, el espejismo puede condicionar
la actitud de quienes tratan de comprender la vida de un hombre
en el sendero y aún confundir lo espúreo con lo real.
El mago negro lleva también una vida disciplinada, análoga al
aspirante espiritual; practica la pureza para su propia protección,
no con el fin de ser un canal para la energía de la luz; trabaja
con poder (el poder de la atracción magnética), en y con grupos,
pero para sus propios fines egoístas y la satisfacción de sus
propios propósitos ambiciosos.
Pero
en la tercera iniciación, al verdadero iniciado espiritual le
llega la revelación recompensa de la perseverancia y la pureza
correctamente motivadas -la revelación del propósito divino,
tal como el alma lo registra en términos del plan jerárquico,
aunque no todavía en términos de la mónada. A este propósito
y a la amorosa Voluntad de Dios (empleando una trivial frase
cristiana) no puede responder el hermano negro, porque sus metas
son diferentes. He aquí el verdadero significado de la frase
a menudo empleada y mal interpretada, "la separación de
los caminos".
Pero
ambos grupos de aspirantes (los negros y los blancos) permanecen
ante el portal de la iniciación y dan los pasos necesarios para
abrirlo en dos ocasiones similares.
Ambos se sobreponen al espejismo después de la segunda iniciación,
y ven claramente el camino que tienen por delante; pero sus
metas surgen como ampliamente diferentes; uno, huella el ancho
camino que conduce cada vez más profundamente a la materia y
al materialismo, a la oscuridad y al "poder negro";
otro, lleva al camino recto y estrecho, el sendero del filo
de la navaja, que conduce a la luz y la vida.
Uno
de los grupos jamás se ha liberado de los principios que regían
al primer sistema solar, principios totalmente relacionados
con la materia y la sustancia y fueron, en esa época y período
(tan remoto que su antigüedad solo puede ser establecida en
números superastronómicos), los factores condicionantes para
la iniciación de entonces.
Ciertas
unidades de la humanidad, existentes en esa época, estaban tan
completamente condicionadas por estos principios materiales
y deliberadamente no se habían preparado para captar otra serie
de principios (más expresivos de la naturaleza divina), que
su propósito siguió siendo materialista, "fijo y egoísta",
y debido a ello crearon inteligentemente
una planificada distorsión de la voluntad divina.
Tenemos
aquí un indicio de la naturaleza del mal y la clave de una parte,
sólo una, del misterio encerrado en el enunciado de que el mal
y el bien son aspectos contrarios de una misma realidad, siendo
el mal ese bien que deberíamos haber superado, pasando a un
bien mayor y más incluyente.
Recuerden
que los magos negros de hoy fueron los iniciados en un sistema
solar anterior. Cuando el portal de la iniciación está preparado
para abrirse por tercera vez, entonces los caminos se separan.
Algunos siguen la intención egoísta y fija determinación de
continuar esa condición separatista de la materia, en cambio
en otros, la voluntad divina está claramente plasmada, convirtiéndose
en el poder motivador de sus vidas.
La Gran Logia Blanca en Sirio impartió
instrucciones para que el portal permaneciera cerrado por tercera
vez a los hermanos oscuros. El mal, tal como lo entendemos,
no tiene absolutamente cabida en Sirio.
Para
el mago negro, en la tercera oportunidad, el portal de la iniciación
presenta una barrera y un obstáculo insuperables; para el verdadero
neófito espiritual el portal significa "superación".
No consideraremos más el acercamiento de los hermanos negros
a ese portal, sólo nos limitaremos a las iniciaciones de la
Gran Logia Blanca.
Este
portal de la iniciación está relacionado con el gran problema
de lo que H.P.B. llama "el misterio de la electricidad",
siendo el portal en sí esencialmente un fenómeno eléctrico.
Al
decir esto, aunque no comprendan mi significado, existe sin
embargo, la posibilidad de captar, lo que (siendo de naturaleza
eléctrica) puede representar fácilmente una fuerza obstructora,
una energía que rechaza el acercamiento del aspirante; ésta
es la forma correcta de considerarla.
Sólo
cuando la energía eléctrica, de la cual está constituido el
portal y con la cual el hombre es construido en cualquier momento
determinado, se sincroniza y vibra al unísono, el aspirante
puede penetrar en una luz mayor.
Ésta
es una definición algo nueva y más bien abstrusa de la iniciación.
Sin embargo, cuando la ciencia llegue a comprender mejor al
ser humano como una unidad eléctrica de poder y de luz, como
un triple mecanismo, creado de tres aspectos de la electricidad,
traerá como resultado una verdadera comprensión del significado
de la iniciación. Los tres fuegos, de los cuales todas las cosas
están construidas, son de naturaleza eléctrica y -hablando simbólicamente-
sólo cuando el "fuego por fricción"
es dominado por el "fuego solar" pueden recibirse
las primeras cuatro iniciaciones culminando en la quinta
iniciación, donde ambos fuegos quedan subordinados al "fuego
eléctrico" que emana de la mónada y proporciona una nueva
revelación. Este proceso monádico empieza en la tercera iniciación.
Podría
agregarse que la tercera iniciación (que culmina en la Transfiguración)
es recibida en los tres niveles superiores del plano mental;
por lo tanto, en el cuarto nivel del plano mental el aspirante
permanece por primera vez ante el portal, esperando recibir
la iniciación.
Esta
unidad eléctrica o fenómeno de electricidad que llamamos
el cuarto reino de la naturaleza, en
este cuarto subplano del plano mental, "expulsa"
esotéricamente la unidad de electricidad que está preparada
para ser absorbida por la forma superior de la electricidad.
El fuego por fricción desaparece y es reemplazado por
el fuego solar, estableciéndose la relación entre las
dos formas superiores de la electricidad.
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El
fuego solar forma y protege el portal de la iniciación para
las primeras cuatro iniciaciones.
El
fuego eléctrico forma el portal de la iniciación para esas iniciaciones
que custodian el Camino de Evolución Superior.
Cuatro
tipos de fuego por fricción, al unísono con el fuego solar,
crean el "portal obstructor", el cual es esencialmente
creado por el fuego solar. Los cuatro fuegos son:
1.
La energía eléctrica, compuesta de dos fuerzas de la electricidad;
la fuerza innata, inerte y latente de los átomos del plano físico
del vehículo físico denso y la fuerza que llamamos prana, aspecto
de la energía que compone el cuerpo etérico.
Ambas
se mezclan, combinan y forman el "portal" que debe
atravesar el hombre espiritual cuando recibe la primera iniciación.
Esta energía provocadora pone a prueba cada parte de su equipo
físico y -cuando pasa la prueba- el portal se abre, las energías
opositoras "mueren" simbólicamente, pudiendo pasar
al sendero de la iniciación, libre de ese tipo de obstrucción.
El cuerpo físico ya no lo rige en sus limitaciones y fallas,
ni requiere las disciplinas físicas que hasta entonces necesitó.
2.
La energía eléctrica del cuerpo astral o emocional lo enfrenta
luego, cuando se prepara para la segunda iniciación. Pueden
denominar a esta energía, si lo prefieren, suma total de todos
los espejismos;
un espejismo es esencialmente una forma de energía que confunde,
decepciona e ilusiona, trata de desviar e inducir a error al
neófito y es atraída por él, debido a antiguos hábitos y viejos
dominios, siendo por lo tanto responsable del impacto de esta
energía.
Este
tipo de energía adquiere forma, y el cúmulo de formas de dichos
espejismos constituye el portal opositor, y se opone a que el
aspirante pase a la siguiente fase del sendero.
De
esta energía eléctrica debe ocuparse antes de la segunda iniciación.
Estas particulares energías no son formas mentales, pues van
a la deriva, siendo indefinidas y excesivamente fluidas.
El agua es el símbolo de este tipo de
energía, por esta razón la segunda iniciación es la del Bautismo,
o la de "entrada en la corriente".
3.
La energía eléctrica de la mente crea así el portal para la
tercera iniciación, y las quimeras eléctricas de su propio pensamiento
brillan con luz propia (pues son de un orden y tipo muy elevados),
constituyendo la obstrucción que enfrenta el iniciado, porque
velan la luz pura que brilla detrás de ellas.
Constituyen
al suma total de la ilusión. Este "portal" está formado
por la conjunción de tres tipos de energía: fuego por fricción,
fuego solar (actuando con toda su fuerza en esta tercera iniciación)
y fuego eléctrico desde la Tríada espiritual, haciendo su primer
impacto sobre los otros dos fuegos, pues los tres están en plena
actividad en esta crisis iniciática. Todos están localizados
y concentrados en ese símbolo del progreso, el "portal
de la iniciación".
Debe
ser cada vez más clara la razón por la cual al iniciado siempre
se lo representa como el que trabaja con fuerzas y energías
del planeta y del sistema, pues para él, no existe nada más.
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