
Séptima
Iniciación. La Resurrección.
Ninguna
idea ha sido tan cultivada subjetivamente por la humanidad como
la de la resurrección;
cuando
la vida parece difícil y las circunstancias no tienen ninguna
base para la felicidad, cuando no existe nada que nos llama
a emprender alegremente el trabajo cotidiano y cuando el sueño
de la noche se convierte en una pesadilla nocturna, el pensamiento
de levantarse y evadir todas las circunstancias, abandonar todo
y entrar en una nueva vida, contiene en sí fortaleza y esperanza.
En
Occidente, el Festival de Pascua es considerado el más importante
-el Día de la Resurrección. Sin embargo, hace dos mil años,
Cristo no resucitó del pétreo sepulcro ni retomó el cuerpo que
había descartado. Pasó la gran séptima iniciación, que consideraremos
aquí, y conoció el secreto de la vida, de la cual la inmortalidad
es sólo uno de sus muchos atributos. La humanidad pone frecuentemente
el énfasis sobre el atributo, la cualidad y las reacciones,
y no sobre lo que es la realidad básica subyacente; los hombres
se ocupan de los efectos y no de las causas; la humanidad, por
ejemplo, se ocupa de la guerra y de la terrible preparación
para otras guerras, y no especialmente de lo que causa la guerra,
causas que si fueran correctamente manejadas podrían evitarla.
Consideremos unos pocos aspectos de la séptima iniciación.

La
palabra "resurrección" tiene un profundo significado
latente en su derivación, y pocas veces se ha puesto el énfasis
sobre él. Su interpretación común es que la palabra deriva de
"re", nuevamente y "surgere", elevar, por
lo tanto significa elevarse nuevamente.
Sin
embargo, al consultar el diccionario vemos que el prefijo significa
levantarse "volver a un estado original". Este retorno
está descripto en El Nuevo Testamento en el relato del Hijo
Pródigo y dice: "Me levantaré e iré a mi Padre", y
en el relato de la resurrección, donde el Maestro Jesús se levantó
de la tumba, y no pudieron retenerlo las cadenas de la muerte.
En
el momento de Su "elevación", tuvo lugar un acontecimiento
mucho más importante, y el Cristo pasó por la séptima Iniciación
de la Resurrección, volviendo a Su estado original del Ser -para
permanecer allí a través de todas las eternidades. Ésta es la
resurrección verdadera y final. El Hijo de Dios ha encontrado
Su camino de retorno al Padre y a Su fuente de origen, ese estado
de Existencia denominado Shamballa. La conciencia de la Vida
universal le pertenece, la cual es algo más que simple conciencia
de la inmortalidad, porque la idea o concepto de mortalidad
no está en absoluto contenida en ella.

Muchas muertes tuvieron lugar dentro del ciclo milenario de
vidas del iniciado:
1.
La muerte familiar y constantemente repetida del cuerpo físico,
encarnación tras encarnación.
2.
La muerte de los vehículos astral y mental, cuando el alma,
que no muere, los descarta vida tras vida -sólo para crear nuevos,
hasta alcanzar la maestría.
3.
Luego -como resultado del proceso de encarnación y sus efectos
evolutivos- sobreviene la muerte del deseo, siendo reemplazado
por una creciente aspiración espiritual.
4.
Entonces, por el empleo correcto de la mente, llega la "muerte"
de la personalidad o, más bien, su repudio y renunciación a
todo lo material.
5.
A esto le sigue la muerte o la destrucción del cuerpo causal
o del alma, durante la gran Iniciación de la Renunciación.

Este
proceso de muerte y resurrección tiene lugar incesantemente
en todos los reinos de la naturaleza; cada muerte prepara el
camino para una mayor vivencia y amor, y cada muerte (si se
la analiza con cuidado) es el prefacio para la resurrección
en cualquiera de las formas, hasta llegar a la resurrección
final y a una posición en que se obtiene la realización final.
No
me extenderé sobre este proceso de Ia constante muerte, seguida
de la constante resurrección, pero los hombres temen a la muerte
debido a la nota clave y a la técnica evolutiva, porque aman
excesivamente lo material y detestan perder el contacto con
el aspecto forma de la naturaleza. Es conveniente recordar que
la inmortalidad es un aspecto del ser espiritual viviente, y
no un fin en sí misma, como los hombres tratan de hacerla aparecer.
Para los Conocedores de la Vida la frase "yo soy un alma
inmortal" ni siquiera es verdad.
Decir
"yo soy la Vida misma, por lo tanto soy inmortal"
se acerca más a la verdad, pero aún esa frase es (desde el ángulo
del iniciado) sólo una parte de una verdad mayor. La naturaleza,
simbólicamente, representa siempre los hechos esenciales en
la progresión anual de las cuatro estaciones, en los ciclos
de luz y oscuridad y en la maravilla de la emergente belleza,
color o función útil, de la simiente que ha luchado -debido
a su vida inherente- para salir a la luz del sol.
El
temor a la muerte es una de las grandes anormalidades o distorsiones
de la verdad divina, de las cuales son responsables los Señores
del Mal Cósmico Inicial. Cuando en las primitivas épocas atlantes
surgieron del lugar donde habían sido confinados, y obligaron
a que la Gran Logia Blanca se retirara temporariamente a niveles
subjetivos, su primer gran acto distorsionador fue implantar
el temor en los seres humanos, comenzando con el temor a la
muerte. Desde ese momento los hombres han puesto el énfasis
sobre la muerte y no sobre la vida, y cada día han sido dominados
por el temor.

Uno
de los actos iniciales del Cristo y de la Jerarquía, cuando
reaparezcan, será erradicar este temor particular, y confirmar
en las mentes de los pueblos la idea de que encarnar y tomar
forma es el verdadero lugar de oscuridad para el espíritu divino,
que es el hombre; temporariamente es la muerte y el aprisionamiento
del espíritu. Se enseñará a los hombres que la evolución es
en sí misma un proceso iniciático que conduce de una experiencia
viviente a otra, culminando en la quinta Iniciación de la Revelación
y en la séptima Iniciación de la Resurrección.

En
la quinta iniciación se le revela al iniciado que la vida en
la forma es en realidad la muerte, entonces conoce esta verdad
de tal manera, que mis breves palabras no pueden explicar. La
forma muere para él, conoce una nueva expansión de la vida y
obtiene (si puedo expresarlo así) una nueva comprensión del
vivir. La séptima iniciación está totalmente desligada de toda
consideración de la forma, y el iniciado se convierte en un
punto concentrado de luz viviente; sabe, de manera indescriptible
que la vida es todo lo que ES, y que esta vida y su real plenitud
lo hace una parte de ÉSE que está fuera de nuestra vida planetaria;
entonces puede participar en esa Existencia extraplanetaria
en la cual nuestro Logos planetario vive, se mueve y tiene Su
ser. De esta "vida más abundante" habló Cristo, y
sólo un iniciado de séptimo grado puede comprender e impartir.
Después
de la quinta iniciación, el iniciado ha sentido paulatinamente
la naturaleza de esta Vida mayor, la Vida "De Dios desconocido",
como ha sido denominada, la cual abarca toda vivencia, todas
las formas sobre y dentro de nuestro planeta y, sin embargo,
permanece -mayor que nuestra vida planetaria, más omniabarcante
que nuestro Logos planetario, Cuya grandeza, belleza, bondad
y conocimiento, son para nuestro Logos planetario lo que Su
vida es para la forma más inferior de vida, en el tercer reino
o reino animal. Sólo por medio de estas comparaciones inadecuadas
se puede llegar a una tenue comprensión de ese gran TODO del
cual nuestro planeta y nuestro Logos planetario no son más que
una parte. Esta revelación es concedida al iniciado en la séptima
Iniciación de la Resurrección. Recibe esta iniciación en lo
que (a falta de mejor término) llamamos "plano logoico",
en el nivel de conciencia del Señor del Mundo.
En
esta iniciación, el Iniciador es asistido por dos grupos de
Seres; uno es un pequeño grupo de los "Conocedores del
Propósito, Custodios de la Voluntad", y el otro es un grupo
más grande, cayo personal es conocido como los "Seres sabios
y como las energías atractivas de Shamballa". Lógicamente,
realizo un esfuerzo para traducir ciertas breves palabras y
símbolos intrincados, en frases comprensibles para ustedes y
que sólo dan una tenue idea de la verdadera significación de
Quienes actúan en ese elevado nivel del plano físico cósmico,
nivel en el cual la electricidad dinámica se acumula como la
potencia de un gran depósito, siendo dirigida por ambos grupos,
que personifican la voluntad y la cualidad de la voluntad de
la Deidad, que denominamos Voluntad al Bien. Constituyen los
Agentes rectores y son la analogía del centro ajna de la humanidad,
sólo que aquí es el centro ajna del Logos planetario, en el
mismo sentido que Shamballa es Su centro coronario, la Jerarquía
Su centro cardíaco y la humanidad Su centro laríngeo creador.
El movimiento, la actividad planificada y las siete grandes
energías de rayo creadoras, son llevadas por Ellos a la actividad
bajo la influencia de los siete Señores de Rayo, los cuales
personifican la vivencia cualificada por los siete aspectos
del amor, pero Ellos Mismos son de un orden tan elevado que
no pueden actuar como Agentes creadores rectores, sino que lo
hacen por intermedio de Sus representantes entrenados y desarrollados.

Así
como existe un grupo de Iniciados Contemplativos, llamados "Nirmanakayas"
en la fraseología oriental, que actúa en profunda meditación
en un punto medio entre la Jerarquía y Shamballa, así este grupo
mucho más elevado de Señores de Rayo actúa, en la más profunda
meditación cósmica, entre nuestro planeta Tierra y nuestro hermano
planeta Venus. Sería de valor leer cuidadosamente La Doctrina
Secreta y Tratado sobre Fuego Cósmico, y refrescar sus mentes
respecto a esta relación. Una analogía inferior de estos dos
importantes grupos se ha estado formando a medio camino entre
la Jerarquía y la Humanidad, y a ella le damos el nombre de
Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Estos tres grupos son fundamentalmente
"transmisores de energía"; los dos más elevado son
excesivamente susceptibles a la impresión cósmica y a la cualidad
vibratoria del grupo extraplanetario de Avatares, que se mantiene
preparado para actuar como Energías destructoras o constructoras,
en cualquier parte de nuestro sistema solar, y están dirigidas
por el Logos solar.
El
Avatar de Síntesis que trabaja en colaboración con el Cristo,
es uno de Ellos. Recuerden que estos Avatares extraplanetarios
no han llegado a Su alto estado de desenvolvimiento espiritual
en nuestro planeta, ni aún en nuestro sistema solar. Su origen,
fuente y relaciones espirituales, constituyen un gran misterio,
aún para los Logos planetarios -que acuden en su auxilio cuando
es adecuado el llamado invocador desde cualquier planeta. No
crean que vienen a corregir errores o a detener el mal, muy
pocos pueden hacerlo, pues trabajan en la línea de las siete
energías de rayo en el sistema solar, y producen ciertos efectos
de energía, deseados en cualquier momento particular; el trabajo
constructivo del Avatar de Síntesis se evidencia por el nombre
con que se Lo conoce; vendrá a la Tierra para acrecentar la
manifestación de la unidad, la unicidad y la interrelación,
y, por lo tanto, para manejar y aplicar la energía de primer
rayo. Cargará o energetizará a los tres grupos -a los Agentes
rectores de Shamballa, los Nirmanakayas y el nuevo grupo de
servidores del Mundo- con energía dinámica y, en forma misteriosa,
los relacionará entre sí, para que una nueva síntesis y alineamiento
esté presente en la Tierra. Todos estos Avatares personifican
energía en tal medida, que cualquier planeta particular es capaz
de recibirla.
Éstos
son puntos informativos interesantes, pero sólo tienen valor
hasta donde pueden impartir un sentido de integridad planetaria
y de síntesis solar, y presentar una interrelación espiritual
más estrecha en la cual ustedes, como individuos, pueden participar
si vinculan su destino y servicio a los del nuevo grupo de servidores
del mundo. Entonces estarán en línea directa con el descenso
espiritual de la energía divina; en este pensamiento tienen
la clave para la doctrina (tan tergiversada y mal empleada)
de la Sucesión Apostólica. Los detalles, el personal y las técnicas
de estos dos grupos superiores, están más allá de su comprensión;
Ellos actúan en colaboración con el Logos planetario mismo y
Quienes forman dichos grupos son iniciados de grados superiores
al quinto. La mayoría de los Nirmanakayas han recibido la sexta
y la séptima iniciaciones, mientras que todos los grupos que
actúan a mitad de camino entre la Tierra y Venus han recibido
la octava y la novena iniciaciones. Algunos de Ellos, como ya
he mencionado, ayudan al iniciado de séptimo grado; un grupo
aún mayor, participa en las actividades de las dos iniciaciones
finales.
La
séptima iniciación otorga al iniciado el derecho de "entrar
y salir de los atrios de Shamballa" según lo dicta Su trabajo
y lo requiere Su servicio. También allí recibe las necesarias
recargas periódicas o cíclicas que Lo capacitarán para trabajar.
Este
aspecto de la iniciación es susceptible de ser pasado por alto.
Cada iniciación es un proceso de transmisión de energía, de
un centro superior a uno inferior; cada iniciación carga al
iniciado con fuerza eléctrica, y esta carga y recarga está relacionada
con lo que H.P.B. llama "el misterio de la electricidad".
Estas transmisiones de energía ensanchan la fuerza atractiva
magnética del iniciado y, al mismo tiempo, son de efecto eliminador.
En este hecho reside una gran verdad planetaria y la clave para
la ciencia de la redención planetaria. Cuando la carga espiritual
y eléctrica de los tres centros principales en el planeta -Shamballa,
la Jerarquía y la Humanidad- haya alcanzado una elevada etapa
de eficiencia receptiva, cierto Avatar cósmico "se hará
consciente de la cualidad vibratoria del pequeño punto de luz
dentro de la esfera solar", entonces "dirigirá Su
mirada y enviará Su fuerza a ese punto de luz, y el mal cósmico
será expulsado y ya no tendrá lugar en la Tierra".
|