TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO ALICE ANN BAILEY -MAESTRO TIBETANO (Djwhal Khul)
páginas 483-489, editorial Kier.
5. La Ley de Fijación gobierna el plano mental y tiene su principal analogía en la Ley del Karma en los niveles mentales cósmicos.
“Como un hombre piensa, así es él”, de acuerdo a sus pensamientos así son sus deseos y acciones, y también su futuro. Fija para sí el karma resultante.
La palabra “Fijación” se ha elegido por dos razones: primero, porque la palabra implica la capacidad del pensador para modelar su propio destino y, segundo, porque implica una idea estabilizadora, pues a medida que la evolución progresa el Ego desarrolla la facultad de crear definidas y concretas formas mentales y, por medio de estos productos estables, de subyugar las fluctuaciones del cuerpo astral.
La ley del quinto plano o plano mental, es una de las más importantes que nos concierne en cualquier época, manifestándose mas plenamente en la próxima quinta ronda. En relación con esta cuarta ronda se podrían reunir los siguientes hechos respecto á su actuación.
Debido a esta ley la personalidad evolucionante construye, durante el transcurso de muchas vidas, el cuerpo causal; fija la materia inherente a ese cuerpo, colocada allí por el hombre y cristalizada a medida que transcurren las épocas.
La cristalización se completa antes de la cuarta Iniciación teniendo lugar la inevitable desintegración, resultado de la cristalización de todas las formas, liberándose la vida que las habita a fin de que progresen.
Sin embargo, aunque todas las formas, que finalmente han de desaparecer, constituyen obstáculos y limitaciones, son necesarias para el desarrollo de la raza. Oportunamente el cuerpo causal de la raza se desintegra.
Dicha ley gobierna la cristalización de todas las formas antes de su destrucción durante el proceso evolutivo.
Establece el momento del renacimiento, pues es una ramificación subsidiaria de la Ley del Karma. Cada una de las siete leyes subsidiarias está vinculada a una de las leyes cósmicas o a la Ley kármica de Sirio. Debemos recordar siempre que la meta logoica es alcanzar la conciencia del plano mental cósmico y que el Logos de Sirio es para nuestro Logos solar lo que el Ego humano es para la personalidad. La Ley del Karma o de Fijación cósmica es la ley del plano mental cósmico y controla la ley correspondiente en nuestro sistema. En la quinta ronda esta ley actuará como divisoria, cristalizando momentáneamente a las Mónadas humanas, separándolas en dos grandes grupos, a medida que evolucionan. Entonces un grupo (que incluirá también a aquellas que alcanzarán la meta) ya no estará regido por dicha ley, quedando sujeto a la Ley de Control Magnético.
El otro permanecerá bajo su gobierno en una condición estática hasta que en un periodo posterior aparezca una nueva oportunidad; viejas formas se desintegrarán, y en el quinto periodo de otro mahamanvántara vendrá la oportunidad esperada, donde nuevamente podrán entrar en la corriente evolutiva los espíritus aprisionados y ascender otra vez a su fuente de origen.
En sentido oculto esta ley nos concierne muy íntimamente.
Desempeña una parte importante en manos de los Señores de la Llama y es uno de Sus principales factores para ejercer control en los tres mundos. Observen aquí el hecho interesante de que Venus es el sexto planeta (esotéricamente el segundo), se halla en su quinta ronda y, por consiguiente, está más avanzado que nosotros en todo sentido.
Esta ley manifiesta la cualidad, momentáneamente estática, del amor: esto es lógicamente así cuando se la considera desde el punto de vista del tiempo, el gran alucinador.
En el sendero de involución dicha ley vuelve a actuar con los átomos permanentes en los tres mundos, construyendo el material alrededor de esos átomos en conexión con los devas constructores y los Egos reencarnantes. Los devas son el aspecto madre, los constructores del cuerpo, y los Jivas el aspecto hijo; sin embargo, los dos no son más que uno y el resultado es el divino hombre hermafrodita.
6. La Ley del Amor. En este breve resumen no es fácil encarar el tremendo problema que el amor desempeña en el esquema evolutivo de las cosas tal como lo comprende el hombre tridimensional. Podría escribirse un tratado sobre esto sin agotar el tema. Mucha luz se obtendrá si podemos meditar profundamente sobre las tres expresiones del Amor: el Amor expresado por la Personalidad, por el Ego y por la Mónada.
La Personalidad desarrolla el amor gradualmente por medio de las etapas del amor al yo, pura, simple y totalmente egoísta, el amor a la familia y a los amigos, a los hombres y mujeres, hasta llegar a la etapa del amor a la humanidad o a la conciencia del amor grupal, característica predominante del Ego.
Un Maestro de Compasión ama, sufre y permanece con los de su clase y sus allegados. El Ego desarrolla gradualmente el Amor a la humanidad hasta llegar al amor universal -no expresa solamente amor a la humanidad sino también a todas las envolturas dévicas y a todas las formas de manifestación divina.
La personalidad expresa el amor en los tres mundos,
el Ego expresa el amor en el sistema solar y todo su contenido;
mientras que el amor expresado por la Mónada demuestra en alguna medida el amor cósmico, abarcando mucho de lo que se halla fuera de todo el sistema solar.
El título “Ley del Amor” es, después de todo, una expresión demasiado genérica para ser aplicada a una ley que rige un plano, pero bastará por ahora, pues imparte el tipo de idea que se necesita para nuestra mente.
En realidad, la Ley del Amor es sólo la Ley del sistema que se expresa en cada plano. El amor fue el motivo impulsor para la manifestación, y mantiene todo en secuencia ordenada; conduciéndolo hacia el sendero de retorno al seno del Padre y, oportunamente, perfecciona todo lo que existe.
Construye las formas que acuna momentáneamente la vida interna oculta, siendo la causa de la desintegración de esas formas y su total destrucción a fin de que la vida pueda seguir progresando.
El amor se manifiesta en cada plano como el apremio que impulsa a la Mónada evolucionante hacia su meta; es la llave del reino dévico y la razón de la fusión eventual de los dos reinos en el divino hermafrodita. Actúa a través de los rayos concretos en la construcción del sistema y en la erección de la estructura que alberga Espíritu, actuando por intermedio de los rayos abstractos para el desarrollo pleno y potente de esa divinidad inherente.
Expresa, por medio de los rayos concretos, los aspectos de la divinidad y construye la persona que oculta al Yo uno;
el amor se manifiesta por intermedio de los rayos abstractos desarrollando los atributos de la divinidad, desenvolviendo plenamente el reino de Dios interno.
En los rayos concretos el amor conduce al sendero del ocultismo; en los rayos abstractos conduce al sendero del místico.
Conforma las envolturas e inspira la vida; produce la vibración Logoica que impulsa a ir adelante, impeliendo a seguir su camino llevando todo a la manifestación perfecta.
En el primer sistema, la nota fundamental fue Actividad, Deseo de Expresión e Impulso de Moverse. Esta actividad produjo ciertos resultados, ciertos efectos permanentes, formando el núcleo del sistema actual.
La actividad ordenada constituye la base de este sistema de Amor ordenado, que conduce al tercer sistema, donde la Actividad ordenada, impulsada por el Amor ordenado, da por resultado el Poder amoroso ordenado.
El sexto Rayo de devoción y la sexta ley de amor tienen una estrecha relación, produciéndose en el sexto plano la actuación poderosa de la Tríada inferior, la Personalidad, o Ley del Amor.
En el plano astral, el hogar de los deseos, se originan esos sentimientos que llamamos amor personal, demostrado como pasión animal en el tipo más inferior del ser humano; a medida que la evolución prosigue, se muestra como expansión gradual de la facultad de amar, pasando por las etapas del amor al compañero, amor familiar, a los allegados, hasta el amor por el propio medio ambiente; más tarde el patriotismo es reemplazado por el amor a la humanidad, a menudo la humanidad lo personifica en uno de los Grandes Seres.
En la actualidad el plano astral es el más importante para nosotros, pues en el deseo -no perfeccionado ni trasmutado- reside la diferencia entre la conciencia personal y la del Ego.
Esto puede observarse con mayor claridad en el sexto esquema, el de Venus, el esquema del amor. Desde un punto de vista el esquema venusiano es el segundo y desde otro, el sexto. Depende de si el razonamiento se realiza de la circunferencia al centro o a la inversa.
Dicho esquema constituye el hogar del Logos planetario de sexto Rayo.
Esto puede parecer contradictorio, pero en realidad no es así; debe recordarse el entrelazamiento, desplazamiento y cambio gradual que tiene lugar a su debido tiempo en todos los Rayos. De la misma manera la cadena terrestre desde un ángulo es la tercera y desde otro la quinta. En la sexta cadena de cada esquema, esta sexta ley y el sexto Rayo tienen un significado muy importante, mientras que la séptima cadena de cada esquema es siempre sintética -Amor y Actividad en equilibrio perfecto.
El mismo efecto puede ser demostrado en la sexta Ronda.
En ella, la cadena actual del esquema terrestre, la sexta ley se manifestará con gran claridad y fuerza como amor fraternal, amor transmutado del astral al búdico.
Una analogía similar puede observarse en la sexta raza raíz y en la sexta subraza.
Del resto de la quinta subraza de la quinta raza raíz, construida bajo el quinto Rayo de Conocimiento Concreto y con la ayuda de la quinta Ley de Fijación, emergerá la sexta subraza de amor fraternal -amor demostrado en la comprensión de la vida una, latente en cada Hijo de Dios.
7. La Ley de Sacrificio y Muerte. Esta ley se vincula con la tercera, la Ley de Desintegración, siguiendo la conexión que siempre existe entre el plano átmico y el físico.
La Ley de Desintegración controla la quíntuple destrucción de formas en los cinco mundos inferiores, y la Ley de la Muerte controla similarmente los tres mundos. Es subsidiaria de la tercera. En los cuerpos sutiles la Ley de Sacrificio es la Ley de la Muerte, similar a lo que llamamos muerte del cuerpo físico.
Esta ley rige la gradual desintegración de las formas concretas y su sacrificio por la vida evolucionante; su manifestación está estrechamente ligada al séptimo Rayo.
Éste controla ampliamente, manipula, geometriza y domina el aspecto forma, rigiendo las fuerzas elementales de la naturaleza.
El plano físico es la ejemplificación más concreta del aspecto forma; mantiene la vida divina aprisionada o enredada en su grado más denso, y hoy actúa de acuerdo con la séptima Ley.
En forma misteriosa dicha ley es opuesta a la primera o Ley de Vibración.
Resulta por ahora algo casi incomprensible para nosotros la oposición de Vulcano y Neptuno.
Después de todo, la forma de expresión más densa en el plano físico sólo es una especie de síntesis, así como la forma más sutil de expresión en el plano más elevado sólo es unidad o síntesis de tipo más refinado.
Una constituye la síntesis de la materia, la otra la síntesis de la vida. Esta ley rige la séptima cadena de cada esquema; cada cadena, cuando ha logrado la máxima expresión en el esquema, es regida por la Ley de la Muerte, sobreviniendo la oscuración y la desintegración.
En sentido y analogía cósmicos, es la ley que gobierna la llegada del pralaya al finalizar un sistema. Destruye la cruz del Cristo cósmico y deposita al Cristo en la tumba durante un período de tiempo.
El principio de mutación. Para finalizar la precedente información sobre las leyes, es muy necesario reconocer el extremado peligro que significa llegar a establecer dogmas sobre estas cuestiones y el riesgo que implica sentar reglas rígidas e inamovibles.
Gran parte debe quedar inexplicado e inabordado y mucho sólo servirá para que surjan interrogantes en nuestras mentes. Por ahora, la captación es imposible.
Hasta que no poseamos la visión cuadridimensional, lo único que podemos hacer es dar indicaciones, obtener una visión pasajera de la complejidad y entrelazamiento del sistema, y sólo será posible aferrarnos al concepto mental de que los rayos, esquemas, planetas, cadenas, rondas, razas y leyes forman una unidad;
desde el punto de vista humano es increíblemente confuso, y la clave para su solución parece tan oculta como inútil; sin embargo, desde el punto de vista logoico, el todo se mueve al Unísono y es geométricamente exacto.
A fin de dar una idea de la complejidad del ordenamiento, quisiera señalar aquí que los mismos Rayos circulan y la Ley del Karma controla el entrelazamiento.
Por ejemplo, el primer Rayo puede circular alrededor de un esquema (si es el Rayo principal del esquema) con su primer subrayo manifestándose en una cadena, el segundo en una ronda, el tercero en un periodo mundial, el cuarto en una raza raíz, el quinto en una subraza y el sexto en una rama de la raza.
Expongo esto como ilustración y no como la afirmación de algo que está en manifestación actualmente.
Esto nos da una idea de la vastedad del proceso y de su maravillosa belleza.
Resulta imposible pasar a través de algún Rayo y visualizar o concebir de alguna manera su belleza; sin embargo, para quienes están en niveles más elevados y poseen una visión más amplia, el esplendor del diseño es evidente.
Su complejidad aumenta para nosotros porque aún no comprendemos el principio que rige esta mutación.
Ni siquiera es posible, aún para la mente humana más elevada en los tres mundos, presentir y aproximarse a ese principio.
Por mutación quiero significar el hecho de que se hacen constantes cambios y traslados e interminables entrelazamientos e intervinculaciones y también un incesante flujo y reflujo en la dramática interacción de las fuerzas que representan la síntesis dual del Espíritu y de la materia.
Hay una constante rotación en los Rayos y planos, de acuerdo a su relativa importancia desde el punto de vista del tiempo, el cual está más íntimamente asociado a nosotros.
Pero podemos estar seguros que hay algún principio fundamental que dirige todas las actividades del Logos en Su sistema y, por medio de la lucha para descubrir el principio fundamental sobre el cual descansan nuestras vidas microcósmicas, podemos descubrir aspectos de este principio logoico inherente.
Para nuestra consideración esto nos abre una amplia perspectiva y aunque pone de relieve la complejidad del tema, demuestra también la divina magnitud del esquema con su complicada magnificencia.
La razón por la cual la cuarta ronda es la principal se debe a que sucedieron en ella dos cosas -fue implantada la chispa de la mente y fue abierta la puerta que conduce del reino animal al humano; más tarde, se abrió otra puerta en el Sendero que conduce del reino humano al espiritual -nuevamente una razón dual.
La quinta es una ronda mayor porque marca una etapa de la evolución donde están nítidamente diferenciados, en dos grupos, los que han alcanzado la meta y los que no lo harán;
la séptima es una ronda importante porque marcará la fusión de las dos evoluciones, la humana y la dévica.
Las razas raíces principales son elegidas de acuerdo a la Ley de Analogía o Correspondencia.
Durante la tercera raza raíz tuvo lugar la tercera Emanación, la fusión y el punto de contacto entre la Tríada espiritual y el cuaternario inferior.
La quinta raza raíz marca el punto donde manas superior y manas inferior se aproximan, y la mente concreta, alcanzando el elevado desarrollo de esta ronda, es reemplazada por la intuición, que proviene de arriba.
Aquí también existen dos razones. La séptima raza raíz nuevamente logra una doble realización, la actividad del amor, base del tercer sistema de Voluntad o poder.
Los tres Rayos principales, por ser duales, se explican por sí mismos. Actualmente constituyen la forma de expresarse de los tres aspectos, y se manifiestan regidos por sus correspondientes fuegos, que manipulan los asuntos mundiales por intermedio de los departamentos, regidos en nuestro planeta por el Señor Maitreya, el Manu y el Mahachohan.
Los tres planos superiores fácilmente muestran su singular posición -en el segundo plano tenemos el hogar de las Mónadas de Amor, en el quinto plano moran sus reflejos, los Egos reencarnantes, y en el plano físico hallaremos que se alcanza la mayor densidad de la vida del Espíritu.
Este principio de mutación rige cada departamento mediante a Ley de Analogía; ciertas cosas pueden ser enunciadas respecto al sistema, y sus partes componentes serán iluminadoras si recordamos que son realidades actuales.
Permítaseme ilustrar nuevamente: se nos ha dicho que los tres Rayos mayores en esta época son el primero, el segundo y el séptimo.
Pero más tarde los Rayos actualmente mayores pueden llegar a ser subsidiarios y ocupar su lugar, aunque para este sistema solar el segundo Rayo, por el Rayo sintético, será siempre un Rayo mayor.
Quizás hallemos aquí una insinuación sobre este gran principio, aunque debemos tener cuidado de no llevarla a una conclusión demasiado extrema.
Para este sistema los Rayos mayores serán siempre duales -los Rayos positivo-negativo, los Rayos masculino-femenino-, siendo éste el sistema dual. Los Rayos mayores para el tercer sistema serán los de triple manifestación.
Quizás la siguiente clasificación resultará interesante si se la considera relativa en cuanto contiene información para la época actual, así como también que está sujeta a evolucionar y cambiar:
7 Rayos................... Mayores 1-2-7.... Cuatro subsidiarios que convergen en el quinto.
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