4.
El cuarto tipo de "fuego por fricción", que enfrenta
el iniciado, cuando está preparado para la iniciación denominada
la Gran Renunciación, es la energía eléctrica de toda la
personalidad integrada. El producto de cada encarnación
-la personalidad altamente desarrollada, poderosa y de "límpida
visión" (como se la denomina)- es el acontecimiento
final que presenta la grande y última obstrucción.
En
la historia del Evangelio, dos episodios principales, en
la vida del Maestro Jesús, arrojan alguna luz sobre esta
cuarta entrada a través del portal de la iniciación: la
Transfiguración y la Crucifixión.
En ambos están simbolizados los tres aspectos de la personalidad.
En el primer caso por los tres apóstoles, que azorados y
con profunda humildad tomaron parte en la tercera iniciación,
la Transfiguración; en el segundo caso, los tres fueron
representados por las tres cruces -los dos ladrones y el
Maestro en el centro.
La
diferencia en la cuarta iniciación es muy definida, y reside
en el hecho de que se hallan involucrados los cuatro aspectos
de la personalidad (contando al cuerpo físico denso como
un aspecto y al vehículo etérico como el segundo aspecto
del cuerpo físico), pues esta cuarta emanación del fuego
por fricción tiene un efecto potente y destructivo sobre
el cuerpo físico denso.
La
Gran Renunciación involucra el rechazo de la vida física
a cualquier costo, lo cual involucra frecuentemente su muerte
física.
La
Gran Renunciación o cuarta iniciación tiene, por lo tanto,
dos aspectos: la implicación externa o acontecimiento objetivo,
a los ojos del observador del plano físico, y el aspecto
subjetivo, simbólicamente representado por las tres Cruces
y los que en ella estaban crucificados.
Las
implicaciones emergentes de este simbolismo no se ven fácilmente,
aunque el significado superficial es evidente, debido a
que oculta y vela una realidad universal.
El
Maestro Jesús pasó por el portal de la cuarta iniciación
y venció los obstáculos finales presentados a su personalidad
perfecta. Murió sobre la Cruz. Los
cuatro aspectos de Su personalidad participaron en el evento
y obstruyeron eléctricamente. Su paso por ese portal,
hasta llegar al punto de su total destrucción -trayendo
la liberación final. También simboliza algo universal que
nada tuvo que ver con el Iniciado Jesús.
Este
simbolismo y su significado tiene relación con las tres
Cruces colocadas una al lado de la otra y con quienes fueron
crucificados en ella. Los tres personajes representan a
la humanidad misma y tienen además relación con la Jerarquía,
y este "acontecimiento pictórico" va paralelo
al ya considerado, de la iniciación del Maestro Jesús.
En
la Crucifixión, en este cuarto paso a través de la iniciación
y en la representación de este evento, están implicadas
dos grandes y diferentes individualidades -el Maestro Jesús
y el Salvador del Mundo, el Cristo;
están
implícitos dos sucesos principales, y la Iglesia Cristiana
ha confundido a ambos, relacionándolos sin discriminación
con el Maestro Jesús.
Sin
embargo, uno de los eventos fue un acontecimiento jerárquico
y el otro una gran crisis humana; uno, era la entrada de
un iniciado en los Misterios de la muerte, proceso que involucró
los cuatro aspectos de Su naturaleza;
el
otro, fue la representación dramática, para el género humano,
de los tres grupos que residen en la familia humana:
1.
El hombre no regenerado, representa al ladrón que no se
ha arrepentido.
2. El aspirante que lucha, avanzando conscientemente hacia
la liberación, simbolizado para nosotros en el ladrón arrepentido.
3. La Jerarquía, compuesta de quienes se han liberado mediante
la experiencia humana, y para nosotros representa la garantía
de la realización.
Los
estudiantes harían bien en mantener con claridad definida
en sus mentes esta cuádruple representación y triple símbolo,
pues están involucradas la realización individual y las
posibilidades grupales;
sin
embargo, cada una es distinta;
en un caso el Maestro Jesús es el participante,
y en el otro, un evento más esotérico es
Quien ejerce influencia sobre Él, el Cristo.
|
El
Maestro Jesús "murió" y bajó al sepulcro, culminando
así Su larga serie de encarnaciones y finalizando -por la
destrucción- el aferramiento de la materia sobre el espíritu;
pasó a través del sepulcro a la Jerarquía y le fue confiado
el destino de la Iglesia Cristiana, destino que aún sigue
en Sus manos.
Pero
la historia del Evangelio indica que fue Cristo que apareció
después de la resurrección y no el Maestro Jesús,
excepto en un sólo y breve episodio en que se Le apareció
a María, que lloraba en la puerta del sepulcro. Los otros
episodios son universales en sus implicaciones, tal como
lo indica:
1.
El Cristo caminando con los dos discípulos en el camino
a Emaús -símbolo del dualismo esencial de espíritu y materia,
tal como están personificados en un Salvador mundial.
2. El Cristo que aparecióse a los doce discípulos en la
cámara superior, simbolizando al zodíaco, pues Judas Iscariote
estaba allí, representando el signo que regía en ese momento;
los otros once discípulos representaban los restantes signos
por los cuales debe transitar el sol.
3. Pentecostés. Este acontecimiento
no significa el triunfo de la cristiandad ortodoxa (como
los teólogos creen y enseñan), sino la diseminación universal
de la conciencia crística, en el corazón de cada ser humano,
durante todos los tiempos; a esto dan testimonio las palabras
y promesas: "He aquí, estoy con vosotros todos los
días, aún hasta el fin del mundo".
Debido
al significado profundamente esotérico de la Resurrección
y la Ascensión, y principalmente, refiriéndose a la conciencia
crística, nada nos dice El Nuevo Testamento acerca de estas
iniciaciones, excepto las más vagas generalizaciones, en
contradicción con el lujo de detalles aportado sobre las
otras iniciaciones.
Cuatro de ellas están relacionadas con "el portal de
la iniciación", esotéricamente comprendido, y con la
interpretación tan familiar para nosotros; las cuatro también
se relacionan con el "fuego eléctrico por fricción"
del cual está construido ese portal, y que abarca y crea
la tierra ardiente que debe atravesar cuatro veces el iniciado
a fin de "trasponer ese portal".
Las
otras dos iniciaciones (vagamente llamadas Resurrección
y Ascensión) están relacionadas con el así denominado segundo
"portal", que no es una obstrucción en el mismo
sentido que el primero, el cual se abre dando entrada al
Camino de Evolución Superior.
El primer portal admite simbólicamente
al iniciado en el "corazón del Sol", mientras
que el segundo -en un sentido muy misterioso- indica la
ruta que debe seguir el iniciado liberado que trata de penetrar
en el Sol Central espiritual -al cual conducen eventualmente
los siete senderos.
b.
El Portal que da entrada al Camino de Evolución Superior.
Escribo
esto para los iniciados que han recibido la tercera iniciación,
cuya personalidad es regida por el alma y "caminan
siempre en la luz".
Por
lo tanto es evidente que, respecto al verdadero significado,
poco puedo decir que sea comprensible para quienes no han
alcanzado aún ese estado.
La clave para su captación reside en el conocimiento de
que nuestros siete planos son sólo los siete subplanos del
plano físico cósmico y que todo lo que ahora transcurre
en la vida del iniciado lo libera de la experiencia física
(técnicamente física, incluso en los planos átmico, monádico
y logoico), para poder penetrar en
ese vórtice de fuerza, que conocemos y entendemos como AMOR,
o el plano astral cósmico.
El amor -analogía superior de la emoción, tal como es experimentado
en el plano astral de la manifestación planetaria o solar-
es la nota, la cualidad y la influencia del plano astral
cósmico. Por lo tanto, debe comprenderse que la
Jerarquía está sometida definidamente al impacto de energías
que emanan del plano astral, mientras que Shamballa reacciona
a las influencias provenientes del plano mental cósmico.
Como podrá verse, la corriente relacionada de energía proviene
de:
1.
El plano astral cósmico.
2. El plano búdico solar, reflejado en nuestro plano búdico
planetario.
3. El plano astral, el plano del espejismo en los tres mundos.
En
relación con la mente tenemos:
1.
El plano mental cósmico.
2. El plano átmico solar, reflejado en nuestro plano átmico
planetario.
3. El plano mental, el plano de la ilusión.
En
conexión con las referencias hechas sobre el espejismo y
la ilusión (véase el libro Espejismo; Un Problema Mundial),
debe recordarse que el espejismo predomina y la ilusión
actúa en los tres mundos debido a que los hombres se identifican
con el cerebro físico denso e interpretan la vida en términos
de experiencia en los tres mundos.
No
existe ningún plano astral verdadero desde el ángulo de
las identificaciones de la personalidad, sino sólo lo que
podrían considerarse ficciones de la imaginación; sin embargo,
fundamental y sustancialmente, lo que conocemos como plano
astral, es el reflejo del principio cósmico del amor.
No
obstante, siendo esencialmente un reflejo, carece de la
realidad básica desde el ángulo del verdadero discípulo
y debe ser ignorado como expresión de una verdad fundamental;
al mismo tiempo el plano astral existe
desde el ángulo del Maestro, porque es una expresión del
amor cósmico en la densa sustancia físico cósmica.
Su
potencia es tan grande que produce espejismo en quienes
no han alcanzado la liberación. Los estudiantes deben recordar
que el poder enfocado produce espejismo cuando existe una
errónea identificación, pero sólo realidad y verdad cuando
el factor vida de la forma ya no aprisiona.
En
consecuencia, temporariamente, no existe el plano astral
para el discípulo que ya no se identifica con él sino un
campo de servicio para el Maestro que ya no tiene el poder
de identificar Su conciencia con nada que pertenezca a los
tres mundos, no obstante puede relacionar las fuentes cósmicas
con expresiones de energía planetaria y solares.
Al
estudiar todo el tema de la iniciación y de las iniciaciones
avanzadas, será necesario recordar siempre la relación de
nuestros siete planos con los planos de la serie cósmica,
y también tener presente un hecho, a menudo olvidado, pero
conocido y enseñado siempre desde que el ocultismo moderno
empezó a influenciar el pensamiento humano: los cuatro planos
constituidos por las influencias espirituales más elevadas,
en lo que concierne a la humanidad, constituyen -en último
análisis- los cuatro subplanos etéricos del plano físico
cósmico.
Estos planos más elevados de nuestra vida planetaria son
por consiguiente la fuente de toda energía y actividad originada
en nuestra expresión y experiencia planetarias. Como ya
saben, los cuatro planos son:
1.
El plano más elevado Plano logoico, Voluntad
(de Adi), Vida 1er. aspecto
2.
El plano monádico, Universal Amor,
Mónadas humanas 2do. aspecto
3.
El plano átmico 3er. aspecto, Inteligencia
4. El plano búdico Razón pura, Intuición
Este
último es una fusión del 2 y el 3, el amor y la inteligencia;
produce comprensión y percepción intuitiva.
Por
lo tanto, todas las influencias y energías que prevalecen
en nuestra existencia planetaria, crean los cuatro planos
arriba mencionados y fluyen a través de ellos, determinando
así la naturaleza del proceso evolutivo en un momento dado
en los tres mundos.
Desde
el punto de vista de un Maestro, los cuatro planos están
compuestos de fuerzas que básicamente responden a las energías
manejadas por la Jerarquía y dirigidas por Shamballa, y
finalmente son condicionadas por dichas energías.
En forma singular y de acuerdo a la Ley de Correspondencia
o Analogía, los tres planos inferiores -mental,
emocional y físico- constituyen los tres subplanos
físico densos del plano físico cósmico y no son, en consecuencia,
considerados como personificando principios. H.P.B., en
relación con nuestro plano físico (el subplano inferior
del plano físico cósmico), dice que no es un principio y
esto atañe también al todo mayor.
El plano físico denso es materia condicionada por un sistema
solar anterior, respondiendo casi automáticamente a las
energías etéricas, que constituyen los cuerpos etéricos
de todas las formas creadas de esta "sustancia sin
principio", tal como se la denomina esotéricamente.
Los
tres planos inferiores de nuestros siete planos son, desde
el ángulo del esoterista, la sustancia cósmica densa, igualmente
sin principio; lo que señala o indica
al verdadero iniciado es la trasferencia de su vida y su
punto de identificación, desde la sustancia sin principio
y formas sustanciales, a la sustancia "con principio"
y formas etéricas.
La
tendencia del estudiante ocultista a pensar siempre en términos
de abstracción espiritual, puede militar (y a menudo sucede)
contra la captación de la verdad, y presentar una falsa
imagen a la inteligencia; los hechos sobre los cuales acabo
de poner el énfasis tienen mucho que ver con la naturaleza
de las iniciaciones superiores. Les pediría que recuerden
esto.
Por
lo tanto, la tercera iniciación libera al iniciado de los
planos de sustancia sin principio (los subplanos inferiores
del plano físico cósmico), mientras que las dos iniciaciones
siguientes le posibilitan trabajar con inteligencia y amor
sobre los dos niveles inferiores del plano etérico cósmico
-el búdico y el átmico, los planos del amor espiritual y
de la voluntad inteligente.
El
Camino de Evolución Superior conduce a través de los planos
monádico y logoico (los dos niveles más elevados del plano
físico cósmico);
cuando los cuatro planos del plano etérico cósmico han sido
completamente dominados y están dirigidos esotéricamente,
el iniciado enfrenta los siete senderos y debe decidir cuál
de ellos recorrerá.
Su
elección depende lógicamente de la determinación del rayo
y de las actividades anteriores, no obstante tiene libertad
de elección, porque toda limitación ha sido retirada, toda
identificación errónea con las formas físicas es ahora imposible,
y la única limitación impuesta al iniciado es la entrada
en los niveles cósmicos de percepción, con los cuales aún
no está familiarizado.
Por
consiguiente, recuerden continuamente que la realización
espiritual más elevada sobre y en los siete planos, de lo
que conocemos como nuestra vida planetaria, está totalmente
condicionada por el hecho de que son los siete subplanos
del plano físico cósmico y están compuestos de los tres
planos físico densos (nuestros tres mundos de la evolución
humana) y los cuatro planos etérico cósmicos (los cuatro
niveles del así llamado desarrollo espiritual), que a su
vez están condicionados por tres fuerzas y cuatro energías.
He
destacado esto mediante la constante repetición, debido
a la gran importancia que tendrá el reconocimiento de dichos
factores sobre cualquier comprensión que puedan tener acerca
del Camino de Evolución Superior.
Cuando
el Maestro recibe la quinta iniciación -como ya saben-,
ha abarcado y dominado el campo común de la evolución de
la humanidad, lo cual significa que los tres mundos de la
experiencia humana común y los dos mundos del esfuerzo superhumanos,
constituyen los cinco campos de la actividad espiritual
del hombre.
El
amor y la inteligencia ya están perfectamente desarrollados
en Él, aunque su expresión y énfasis pueden variar de acuerdo
a Sus rayos; es consciente de la realidad de la Voluntad
o primer aspecto divino, con sus dos cualidades (que velan
una tercera) de destrucción y propósito; entra en actividad
en el segundo plano de nuestra vida planetaria, el plano
monádico, y el gran centro de vida, Shamballa,
produce un definido efecto vibratorio sobre Él; también
(y esto será incomprensible para ustedes) se va haciendo
sensible a una serie de energías e influencias que ahora
puede registrar, debido a Su creciente polarización monádica
y contacto con Shamballa.
El
plano astral cósmico se trasforma, para el Maestro, en un
objetivo definido; comienza a desarrollar una gran sensibilidad
hacia ese nivel de percepción, pero la conciencia de aquello
que está dentro de la vida planetaria -como Él la conoce-
le impide registrar esta energía de amor cósmico puro, aunque
posteriormente lo hará.
El
sentido de limitación es la causa de que reconozca el Portal
que da entrada al Camino de Evolución Superior, pues al
recibir la quinta y sexta iniciaciones queda liberado para
entrar en los estados de percepción átmico y monádico;
estas
iniciaciones son para el iniciado, en esta etapa de desarrollo,
lo que la primera y segunda iniciaciones para el discípulo,
que trata de hollar las primeras etapas del sendero de la
iniciación.
Por
lo tanto, podrían ser consideradas como iniciaciones en
el umbral -una conduce al conocimiento de los niveles superiores
del desarrollo consciente que inaugura la tercera iniciación
(la primera iniciación principal), la otra, a esos futuros
niveles de impresión, de contacto y ascensión, séptuple
meta ante el Maestro, cuando la sexta iniciación (la verdadera
Ascensión) ha sido consumada.
Por
tal razón esta iniciación particular se denomina la Iniciación
de la Decisión. El Maestro elige entonces cuál de los siete
caminos o senderos seguirá, porque Su experiencia de eones
le ha permitido elegir cualesquiera de ellos y saber que
ha elegido correctamente.
Aunque estos siete senderos, por ser uno de los septenarios,
están necesariamente relacionados con los siete rayos, no
son senderos de rayo ni están regidos por los siete rayos.
Cualesquiera de estos está abierto para un Maestro de Sabiduría,
y Su elección no dependerá del rayo a que pertenezca, aunque
tomará ese factor en consideración.
Están
más definidamente relacionados con los siete planos cósmicos
que con los siete rayos; consideraremos esto con mayor detalle
cuando tratemos el factor de los siete ashramas, que son
los campos de "prueba" para todos los Maestros
que enfrentan la Iniciación de la Decisión.
Los
discípulos empiezan a interesarse por los ashramas desde
el punto de vista de su propio desarrollo, pero olvidan
que el progreso y el propósito de la vida del Maestro determinan
la cualidad del ashrama, y Su propio desarrollo y eventuales
decisiones están estrechamente relacionados con el ashrama
que Él controla.
No es fácil para los estudiantes apartar su atención de
la relación que el ashrama tiene con toda la humanidad,
ni comprender que esta relación es secundaria para el Maestro,
cuya principal preocupación es el
desarrollo de los propósitos de Sanat Kumara y el logro
de ese estado del Ser, característico de Shamballa.
Los
estudiantes deben tener en cuenta que una fase de la preparación
del trabajo futuro es la que vendrá después de la Iniciación
de la Decisión y que depende del tipo, de la cualidad y
del servicio prestados por el Maestro al condicionar y controlar
Su ashrama. Trataré de extenderme sobre esto en el siguiente
acápite.
Sin
embargo es útil para los aspirantes al discipulado -y sobre
todo aquellos que se preparan para la iniciación, y en consecuencia
ya trabajan en un ashrama- adoptar este diferente punto
de vista y empezar a desarrollar dentro de sí mismos una
nueva sensibilidad a la impresión que viene desde fuentes
superiores a la Jerarquía misma.
Esto involucra en ellos un nuevo y superior tipo de orientación,
y aunque todavía resulta imposible de alcanzar, hay un definido
valor en desarrollo al captar el concepto, en el esfuerzo
que realiza la mente abstracta y la percepción intuitiva
para posesionarse de un concepto nuevo y totalmente extraño
y reflexionar sobre él. Este proceso reflexivo superior
es para el discípulo que está trabajando en un ashrama lo
que la aspiración para el estudiante en el sendero de probación
y las primeras etapas en el sendero del discipulado.
En
el último caso, el cuerpo emocional del aspirante responde
al principio budi que le llega por los pétalos de amor del
loto egoico;
en
una situación más excelsa, el discípulo se hace consciente
(pues es eso) de la posibilidad de llegarle una impresión
desde el plano astral cósmico, vía los niveles monádicos
de percepción.
Observen
que digo simplemente posibilidad, pues en esta etapa no
hay un reconocimiento seguro de esta meta, esta impresión
es para el discípulo que se entrena en una de las iniciaciones,
lo que una teoría esotérica para un aspirante en niveles
muy inferiores.
La única forma de dar una remota idea de los alcances superiores
de la conciencia iniciática será, si me refiero a las capacidades
inferiores captadas y a la presentación de verdades indefinibles,
en términos de lo que ya ha sido definido y que (para esos
estados superiores de percepción) constituyen pensamientos
simientes.
Una
pequeña comprensión de la naturaleza de la conciencia de
Shamballa emergerá cuando estudiemos esa sección de nuestro
tratado, pues los niveles superiores del plano etérico cósmico
están compenetrados de energías que emanan de los planos
astral y mental cósmicos;
estas
energías que actúan a través de las grandes Vidas y están
dirigidas por Ellas, forman un núcleo permanente en la Cámara
del Concilio en Shamballa, y condicionan y son el poder
impelente, motivador y relacionador, que está detrás de
todos los procesos evolutivos en los niveles inferiores.
Sin
embargo, la vida y la conciencia de la Jerarquía son muy
diferentes de la vida y la conciencia de Quienes constituyen
el gran centro llamado Shamballa;
la
sensibilidad, en desarrollo, para alcanzar una impresión
acrecentadamente superior, resultado de cada etapa del proceso
iniciático final, es la única forma en que la diferenciación
y la meta se hacen evidentes, así como los que leen y estudian
estas ideas encontrarán conceptos y pensamientos que son
totalmente incomprensibles e inexplicables, y a veces sin
sentido, para el hombre común de negocios;
también existen campos de ideas y eternos conceptos extraplanetarios,
igualmente desconocidos y temporariamente inexplicables,
para el iniciado que trabaja en un ashrama bajo la guía
de un Maestro.
Cuando el estudiante comprenda que la gran Unicidad universal,
que él asocia con la conciencia monádica, es sólo el registro
de impresiones localizadas (y por lo tanto limitadas) y
definidas dentro de los niveles etéricos del plano físico
cósmico, quizás podrá captar las implicaciones de las maravillas
que le serán reveladas al iniciado que puede trascender
la totalidad del plano físico cósmico (nuestros siete planos
de los mundos humano, superhumano y divino) y funcionar
en otro nivel cósmico.
Esto
es lo que el Maestro puede hacer cuando huella eventualmente
el Camino de Evolución Superior.
El
hecho interesante que emerge de todo este trabajo
comparativo y método analógico de enseñanza, es
que la palabra "espiritual" no se refiere
ni a asuntos religiosos (así llamados) ni al sendero
del discipulado ni al de las iniciaciones mayores
o superiores, sino a las relaciones sobre cada nivel
del plano físico cósmico, desde el más bajo al más
elevado.
|
La
palabra "espiritual" se relaciona con aptitudes
y relaciones, con el avance de un nivel de conciencia (no
importa su inferioridad o densidad, desde el punto de vista
de un nivel superior de contacto) al siguiente; está relacionada
con el poder de ver la visión, aún cuando esta visión sea
materialista, considerada desde el ángulo de la posibilidad
de un registro superior;
la
palabra "espiritual" se refiere a todo efecto
del proceso evolutivo cuando impulsa al hombre a un campo
de mayor sensibilidad y de respuesta a la impresión de otro;
concierne a la expansión de conciencia, de modo que el desarrollo
de los órganos de percepción sensoria, en el hombre primitivo
o en el infante que va despertando, se produce tanto por
los acontecimientos espirituales como por la participación
en un proceso iniciático;
el hecho de que el así llamado hombre
no religioso pueda convertirse en un hombre de negocios
sensato y eficaz, con toda su percepción y equipo necesarios
para el éxito, constituye -en esa experiencia individual-
un desarrollo espiritual, como lo es para el discípulo recibir
una iniciación en un ashrama.
La suposición de los eclesiásticos ortodoxos de que la palabra
"espiritual" significa tener un profundo y efectivo
interés en la religión ortodoxa, no está corroborado por
las realidades de la vida espiritual.
El día en que el mundo esté acrecentadamente dirigido por
sus iniciados, ese falible convencimiento será desechado
y llegará a comprenderse que toda actividad que impele al
ser humano adelante, hacia alguna forma de desarrollo (físico,
emocional, intuitivo, etc.) es esencialmente de naturaleza
espiritual e indica la vivencia de la entidad divina interna.
He
creído necesario señalar esto porque a medida que leamos
y estudiemos esta parte del tratado, será evidente que el
Maestro -penetrando en zonas superiores de impresionabilidad-
quizás no explique dicho desarrollo, y frecuentemente sucede
con los términos de lo que hoy considera "espiritual"
el devoto religioso y el hombre habituado a las palabras
y terminología de los eclesiásticos de todos los credos.
Los descubrimientos de la ciencia, hermano mío, o la realización
de un gran trabajo literario o artístico, evidencian un
desarrollo "espiritual" igual al de las rapsodias
del místico, o al registro de un contacto con la Jerarquía
por el denominado ocultista.
Sin
embargo quienes están obteniendo un acercamiento espiritual
de esta naturaleza en alguna línea especializada, llegarán
a un punto en su experiencia donde será evidente un lugar
de encuentro, donde la meta conjunta será mutuamente reconocida,
donde la unidad esencial, bajo la diversidad de formas,
métodos y técnicas, será reconocida, y donde los peregrinos
de todos los métodos de acercamiento se reconocerán a sí
mismos como un grupo expositor de la divinidad.
Uno
de esos lugares lo constituye la periferia de la Jerarquía
en la etapa inmediatamente anterior a la de aceptación en
un ashrama; es interesante observar que -en escala mundial-
el discípulo mundial, la Humanidad, se halla actualmente
al borde de este importante despertar y registro conjunto
de una unidad hasta ahora no alcanzada; el acrecentamiento
de un espíritu internacionalista, la inclusividad de la
actitud científica y la extensión de un movimiento humanitario
de bienestar universal, todos indican ese lugar de encuentro.
Hablando
simbólicamente, se registra y se llega a otro lugar de encuentro
cuando se recibe la tercera iniciación y otro más es conocido
en el periodo de la séptima iniciación.
Todos
señalan un desarrollo en la percepción grupal, así como
el reconocimiento individual del iniciado sobre lo que está
sucediendo en el aspecto conciencia de la humanidad.
El
portal que conduce al Camino de Evolución Superior permite
sencillamente al iniciado sensible entrar en las "esferas
de la intimidad" (como se las denomina a veces), que
en la actualidad tienen implicaciones cósmicas y efectos
planetarios y proporcionan al iniciado lo que se denomina
la "llave del Sol" -ya que condiciona al sistema
solar- así como el portal de la iniciación da al aspirante
la "llave del reino de Dios".
En
las tres instrucciones anteriores hemos considerado profundos
temas y abordado tópicos demasiado elevados para la comprensión
del estudiante común o discípulo en probación; sin embargo,
posiblemente algunos de ustedes poseen vagos reconocimientos,
basados en aceptaciones anteriores.
Entre
otras cosas, hemos visto que el así llamado "portal
de la iniciación" presenta obstáculos cuyo propósito
es extraer la voluntad latente del aspirante e impedir la
entrada. Iniciado es aquél que logra penetrar hasta el otro
lado del portal, donde le espera el reconocimiento. Ahora
nos ocuparemos del tema básico del ashrama.
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