Los siete Rayos Los siete constructores creadores,
LOS SIETE CONSTRUCTORES CREADORES, LOS SIETE RAYOS
Ésta es una definición breve e inadecuadamente expresada de la doctrina hilozoista, y una tentativa de interpretar y encontrar el significado del mundo fenoménico manifestado, con sus tres principales características: vida, cualidad y apariencia. Debemos buscar el significado que existe detrás de todas las formas y experiencias de la vida, y aprender a penetrar en ese mundo de fuerzas subjetivas, el verdadero mundo en el cual trabajan los ocultistas. Tomemos estas tres palabras y tratemos de comprender su significación en relación con los rayos. Resulta casi imposible definir la significación de la palabra vida, porque ningún ser humano comprende ni podrá comprender la naturaleza de la vida hasta haber alcanzado la tercera iniciación. Repito esto enfáticamente a fin de inculcarles la inutilidad de hacer conjeturas sobre este tema. Los discípulos que han pasado la tercera iniciación y han escalado el monte de la Transfiguración pueden -desde ese punto elevado- vislumbrar la irradiación del centro subjetivo de energía (el sol central o espiritual de La Doctrina Secreta), y así obtener un destello sobre el significado de la palabra vida. Pero no pueden ni se atreven a dar a otros el conocimiento obtenido. Sus esfuerzos por trasmitir tal información serían inútiles y el lenguaje resultaría inadecuado para la tarea. La vida no es lo que hasta ahora se supone. Energía <en contradicción con la fuerza, empleando esta palabra para significar el centro de donde ella emana, y que se diferencia en fuerzas), no es lo que superficialmente se ha creído. La vida es la síntesis de toda actividad, actividad que es la mezcla de muchas energías, porque la vida es la suma total de las energías de los siete sistemas solares, de los cuales nuestro sistema solar es uno. Éstos, en su totalidad, son la expresión de la actividad de ese Ser denominado en nuestros archivos jerárquicos "Aquél del Cual nada puede decirse". Esta séptuple energía cósmica, las energías fusionadas y combinadas de los siete sistemas solares, incluyendo el nuestro, afluyen automáticamente a través de cada uno de ellos impartiendo las siguientes cualidades: 1. Impulso para actuar. 2. Impulso activo para organizar.
He puesto en palabras esos impulsos a fin de demostrar la tendencia emergente a través de su interacción. Este triple impulso energético, producido por el ímpetu de los siete grandes alientos o rayos, inició el proceso mundial de llegar a Ser y manifestó el anhelo de evolucionar -una evolución activa y organizada que se dirige directa e inevitablemente, hacia una meta específica.
Esta meta sólo es conocida en toda su plenitud por esa Existencia incomprensible que trabaja a través de los siete sistemas solares (que a su vez es la expresión de siete grandes Vidas), así como nuestra Deidad solar actúa a través de los siete Logos planetarios.
Todo esto ha sido insinuado y descrito en el Tratado sobre Fuego Cósmico, y no intento extenderme sobre ello. Sin embargo, quisiera indicarles, debido a que tiene una definida relación con la evolución de la cualidad en la familia humana, que los siete Constructores creadores o Logos planetarios, de nuestro sistema solar son personificaciones de la voluntad, de la energía y de la fuerza magnética que afluyen a través de Ellos desde los siete sistemas solares y penetran en Sus distintas esferas de actividad.
Así, mediante Su actividad unida, se produce el sistema solar organizado, cuyas energías circulan constantemente, y sus emergentes cualidades están equilibradas y expresadas en todo el sistema.
Todas las partes del sistema solar son interdependientes; todas las fuerzas y energías se hallan en constante flujo y mutación; todas fluyen por medio de cierta respiración rítmica, en grandes pulsaciones, alrededor del átomo solar, de modo que las cualidades de cada vida solar, fluyendo a través de las siete formas de los rayos, compenetran todas las formas dentro del círculo infranqueable solar, vinculando así una forma con otra.
Observen, por lo tanto, que cada uno de los siete Rayos o Constructores creadores, personifican la energía, la voluntad, el amor y el propósito del Señor del sistema solar, así como ese Señor a su vez personifica un aspecto de la energía, la voluntad, el amor y el propósito de "Aquél del Cual nada puede decirse".
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