CURACIÓN ESOTÉRICA

TRATADO SOBRE LOS SIETE RAYOS, Volumen 4

Alice A. Bailey & Maestro Tibetano (Djwhal Khul)

www.maestrotibetano.es

Los Siete Centros Mayores (continuación)

 

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Continuaremos considerando los centros. Hemos visto ya los cuatro centros ubicados arriba del diafragma: los tres centros a través de los cuales la Tríada espiritual debe eventualmente trabajar, y el centro sintético, el centro ajna, que finalmente expresa a la personalidad integrada y se convierte en agente directo del alma.

Ahora debemos considerar tres centros más, ubicados abajo del diafragma -centros plexo solar, sacro y en la base de la columna vertebral.

El centro más importante para el aspirante es hoy el plexo solar; el más activo -generalmente hablando- en toda la humanidad, es todavía el centro sacro; el centro más pasivo del cuerpo (desde el ángulo del hombre espiritual) es el básico.

 

5. El Centro Plexo Solar.

 

Está ubicado muy por debajo de los omóplatos, en la columna vertebral, y es extremadamente activo.

En los días atlantes obtuvo un elevado grado de desarrollo, así como en la época aria el centro laríngeo va despertando rápidamente.

 

Este centro está peculiarmente relacionado a otros dos: el cardíaco y el ajna, formando actualmente un interesante triángulo de energías en el cuerpo humano, que recibe mucha atención de la Jerarquía.

 

Existe una afluencia de energía desde el alma al centro ajna y al corazón, siempre que el aspirante pueda hacer contacto con su alma. Ello conduce a tres cosas:

A la estimulación del centro cardíaco.

 


A la respuesta reaccionaria del corazón que evoca la estimulación del centro ajna y produce eventualmente el reconocimiento de la conciencia grupal por la personalidad.


A la evocación del centro cardíaco en la cabeza.

Sin embargo, todo esto es facilitado por el avanzado desarrollo del plexo solar del aspirante, que produce su propio efecto sobre el corazón y un efecto recíproco en el centro ajna. En consecuencia, hay dos triángulos importantes a considerar:

Así como tenemos, astrológicamente, una Ciencia de Triángulos, más adelante se desarrollará también una ciencia de triángulos en relación con el sistema humano.

Aún no ha llegado el momento. Acerca de esta ciencia daré de vez en cuando algunas indicaciones sobre las cuales podrá actuar la intuición del discípulo:

 

a. El plexo solar es un reflejo del “corazón del sol” en la personalidad, como lo es el centro cardíaco.

 

Constituye el factor central en la vida de la personalidad de toda la humanidad de grado inferior al de discípulo probacionista. En ese punto la mente comienza definidamente a funcionar, aunque tenuemente. Es la salida -si puedo expresarlo así- del cuerpo astral hacia el mundo externo, y el instrumento a través del cual fluye la energía emocional.

 

Es el órgano del deseo, siendo de suprema importancia en la vida del hombre medio, y llegar a controlarlo es la meta vital del aspirante, que debe trasmutar el deseo en aspiración.

 

b. El plexo solar entró en pleno funcionamiento en la época atlante, durante el período en que estaba en desarrollo la segunda gran raza humana.

 

Estos centros inferiores no están muy específicamente relacionados con las iniciaciones, como lo están los centros ubicados arriba del diafragma, pues esos centros pertenecen a la personalidad y tienen que estar plenamente controlados por el alma, cuando se reciben iniciaciones de cierto grado.

 

c. El centro plexo solar es el gran centro distribuidor para todas las energías que se hallan abajo del diafragma. Esto se refiere a los tres centros mayores y a los centros menores citados en la página 63. La relación de este centro con el plano astral es estrecha (empleando una palabra peculiar aunque muy expresiva).

 

Es el receptor de todas las reacciones emocionales y de los impulsos y energías del deseo, y debido a que la humanidad se está haciendo más activa en sentido grupal y más incluyente que nunca en la historia humana, la situación es de aguda y extrema dificultad.

 

El género humano, mediante el plexo solar individual y también colectivo, está siendo sometido a una presión casi insoportable. ¡Éstas son las pruebas de la iniciación! No tengo la intención de tratar aquí los procesos por los cuales son atraídas las energías inferiores, ni el modo de centralizarlas en el plexo solar y de allí trasmutarlas y refinarlas a tal grado que puedan ser transferidas al centro cardíaco.

Gran parte de ello está vinculado con el entrenamiento dado a los discípulos aceptados, antes de la segunda iniciación.

 

Sería algo demasiado complejo desarrollarlo, pues acarrearía ciertos peligros peculiares a quienes no están preparados para el proceso; esto sin embargo se lleva a cabo casi automáticamente mediante un esfuerzo viviente.

 

El plexo solar es el más separatista de los centros (excepto el centro ajna, en el caso de quien sigue el sendero de la izquierda) porque se halla en el punto medio, entre el centro laríngeo y el cardíaco -arriba del diafragma- y los centros sacro y básico abajo del diafragma. Esto es algo muy importante.

 

d. El plexo solar es el centro del vehículo etérico a través del cual la humanidad (término medio, la humanidad no iluminada) vive, se mueve y tiene su ser, la cual está condicionada por el deseo; deseos buenos, egoístas, erróneos y espirituales.

 

 

A través de este centro fluyen la mayor parte de las energías que lo hacen al hombre progresista, porque es ambicioso, egoísta porque sus deseos personales son para él de importancia, y fluido porque está astralmente polarizado.

 

A través de este centro fluye “la brillante luz generada en la Atlántida” y se hace contacto con la luz astral. Por lo tanto es el centro a través del cual trabajan la mayoría de los médium y actúan los clarividentes. Más adelante aprenderán a trabajar como intermediarios, empleando sus poderes, consciente e inteligentemente; poseerán clara percepción, y esto reemplazará a la clarividencia..

Entonces estarán polarizados en el centro ajna.

 

En consecuencia, es el centro más perturbador del cuerpo y una de las causas fundamentales de la mayoría de las dolencias estomacales y los malestares vinculados con hígado.

 

Toda la zona ubicada inmediatamente abajo del diafragma se halla en un constante estado de turbulencia, en lo que concierne al hombre común, debido a causas individuales y colectivas.

 

Es interesante observar aquí, que así como el centro ajna (síntesis de las fuerzas de la personalidad, cuando está altamente desarrollada) es el gran agente rector y distribuidor, así también el centro plexo solar (síntesis de las energías de la personalidad, cuando posee un desarrollo común, antes del proceso de integración) es un centro recolector de todas las energías inferiores, y finalmente el punto focal para la dirección y distribución de esas energías reunidas -enviándolas entonces a sus centros receptivos superiores:

 

1. Las energías del centro plexo solar deben ser dirigidas al centro cardiaco.

 

2. Las energías del centro sacro deben ser trasmitidas al centro laríngeo.

 

3. Las energías del centro básico, en la columna vertebral, deben ser transferidas al centro coronario.

 

Después de la tercera iniciación estas energías básicas son elevadas, controladas o distribuidas por un acto de voluntad de la Tríada espiritual.

 

Entonces “la luz generada en Lemuria” (la luz sacra) y “la luz generada en Atlántida” (la luz del plexo solar) desaparecerán y ambos centros serán simples receptores de energías espirituales provenientes de lo alto; no poseerán luz propia directa e inherente; la luz que trasmitirán les llegará de fuentes colectivas, que se hallan en los planos etéricos.

 

La exteriorización física densa de este centro es el páncreas, con una exteriorización secundaria en el estómago. Existe, en relación con el centro plexo solar, un curioso vínculo simbólico tanto en su forma como en su implicación. Tenemos:

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Aquí aparece nuevamente el tema de un centro de fuerza espiritual (porque la fuerza astral es espiritual en esencia) y sus tres manifestaciones.

 

Son tres materializaciones densas, fomentadas y nutridas por las fuerzas y energías del centro plexo solar.

He dado aquí un importante dato para quienes están interesados en estudiar la medicina desde el ángulo esotérico; si es correctamente valorado conducirá a la comprensión del arte de la curación.

 

El control del centro plexo solar y la correcta recepción y liberación de las energías enfocadas en ese centro producirá una mayor purificación, un intenso fortalecimiento y la vital protección de los tres órganos vitales, situados en esa zona del mecanismo físico humano.

 

Como anteriormente he puntualizado, este centro es un órgano de síntesis y recoge en sí mismo todas las energías inferiores durante cierta etapa del desenvolvimiento superior del ser humano.

 

De hecho, es un instrumento (cuando es correctamente comprendido y dirigido) para ayudar a integrar la vida de la personalidad.

 

El mayor problema que tiene el hombre altamente desarrollado, pero sin inclinación espiritual, es el deseo. ¿Cuáles son sus metas? ¿Hacia dónde dirige sus esfuerzos? ¿Cuál es la naturaleza de sus ambiciones? ¿A qué aspira?

 

De acuerdo a la naturaleza de las fuerzas y energías que, por la influencia de su vida mental, ejercen presión sobre el centro plexo solar, decidirá seguir adelante por el sendero de luz, permanecer estáticamente autocentrado o tomar el camino inferior que conduce al oscurecimiento de la luz del alma.

Como hemos visto, los pétalos del centro plexo solar se extienden hasta el centro cardíaco. En realidad, significa que la energía emocional, el deseo y la ambición (en la totalidad de la raza humana) se esfuerzan hacia arriba para alcanzar el camino superior.

 

Debería observarse aquí que la trasferencia de la energía del plexo solar en sí, es la tarea de todos los aspirantes al Sendero del Discipulado en este momento particular, además del gradual despertar del centro cardiaco.

 

Los primeros miembros de la familia humana que adquirirán conciencia de grupo, son lógicamente los aspirantes y discípulos, los cuales marcarán el paso para el resto de la humanidad, y lo lograrán por medio de la presión de la vida misma y de las circunstancias, y no por seguir las reglas o meditaciones específicas establecidas.

 

Luego, antes de recibir cierta iniciación mayor, tales reglas y medidas pueden ser aplicadas al iniciado a fin de proporcionar un control inmediato y consciente sobre el cuerpo astral y su punto focal de entrada en el organismo físico, el centro plexo solar, y otra vez en el momento en que se hacen conscientemente ciertas trasferencias mayores, de las cuales tres son de importancia primordial:

 

1. Desde los tres centros abajo del diafragma a los centros cardíaco, laríngeo y ajna.


2. Desde los dos centros arriba del diafragma -los centros cardíaco y laríngeo- al centro ajna y al loto de mil pétalos de la cabeza.

 


3. Desde el centro ajna al coronario, significando la total unificación de las energías de todo el cuerpo etérico en un solo punto focal central de distribución -controlado directamente por la Tríada espiritual.

 

 

Los procesos comprendidos en esas tres grandes experiencias (cada una precedida por numerosas pruebas y experimentos) lógicamente ejercen tensión sobre el cuerpo físico y son la causa de muchos males heredados por los discípulos.

 

Será evidente, por ejemplo, que la trasferencia de las energías acumuladas en el centro plexo solar al centro cardíaco causará dificultades, frecuentemente muy serias; por tal razón muchas personas de edad avanzada mueren de ataques al corazón.

 

En el largo ciclo de la vida y experiencias del alma esto relativamente es de poca importancia; en el corto ciclo de vida del discípulo individual es de grandes dificultades y frecuentemente trágico.

 

Análogamente, la trasferencia de energías de los cinco centros, a lo largo de la columna vertebral a los centros de la cabeza, acarreará sus propios problemas.

 

La estimulación del centro ajna por el enfoque de estas energías puede conducir a desastrosos problemas sicológicos.

 

Un hombre puede convertirse temporariamente en un maniático egocéntrico (todo es temporario en la larga vida del alma) y llegar a ser un monstruo humano como Hitler y otros de su misma calaña, aunque en menor grado; también puede sufrir violentos ataques epilépticos o afectarle la vista y quedar ciego. Todos estos puntos merecen una cuidadosa reflexión.

 

 

 

 

 

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