
Cartas
sobre Meditación Ocultista
Por
el Maestro Tibetano (Djwhal Khul)
(Alice
A. Bailey)
Nota
www.maestrotibetano.es
contiene casi toda la obra de Alice Bailey-Maestro Tibetano,
separada por libros y capítulos. Si desea saber más concretamente
sobre sus vidas, puede dirigirse a
https://es.wikipedia.org/wiki/Djwhal_Khul
CARTA
IV
EMPLEO
DE LA PALABRA SAGRADA EN LA MEDITACIÓN
1. Postulados fundamentales.
2. Efecto creador de la Palabra Sagrada.
3. Efecto destructor de la Palabra Sagrada.
4. Pronunciación y empleo de la Palabra Sagrada.
5. Efecto de la Palabra Sagrada sobre los centros y cada uno
de los cuerpos.
19
de junio de 1920.
El
tema que vamos a tratar hoy es tan profundo y de importancia
tan vital, que lógicamente puede desalentar su consideración.
No importa lo que podamos decir respecto al tema, sólo lo
tocaremos superficialmente y lo que quede sin decir será tanto
que los datos impartidos constituirán una pequeña proporción.
Postulados
fundamentales.
Primeramente,
deseo sentar ciertos postulados básicos, que aunque admitidos
como conceptos mentales, quizás sean todavía demasiados profundos
para ser fácilmente comprendidos.
Estos
postulados son cinco -los cuales han sido extraídos de una
cantidad increíblemente vasta, que les será imposible concebir.
Están
basados sobre ciertos hechos fundamentales (siete en total),
que tampoco han podido ser totalmente comprendidos.
H.P.B.
trató tres de ellos al exponer los fundamentos de La
Doctrina Secreta. Otros cuatro permanecen todavía
ocultos, aunque el cuarto va surgiendo del estudio de la psicología
y de la ciencia mental. Los otros tres fundamentos emergerán
durante las tres próximas rondas. Durante la ronda actual
se comprenderá el cuarto fundamento.
Los
referidos postulados son los siguientes:
1.
Todo cuanto existe está basado en el sonido o en la Palabra.
2.
Diferenciación es el resultado del sonido.
3.
la Palabra tiene un efecto diferente en cada plano.
4.
De acuerdo a la nota de la Palabra o a la vibración del sonido,
así será el trabajo de construcción o moldeamiento.
5. La triple Palabra tiene siete
claves, y éstas tienen sus propios subtonos.
En
la captación de estos hechos básicos se halla oculta mucha
luz sobre el empleo de la Palabra en la Meditación.
En la gran enunciación original de la Palabra Sagrada (los
tres Alientos originales, con sus siete sonidos -un aliento
para cada uno de los tres sistemas solares) la nota fue diferente
y los sonidos se entonaron en diferentes claves.
En
el primer sistema, se completó el Primer Aliento, la culminación
fue la emisión en una nota majestuosa, la nota FA -nota básica
del actual sistema y de la naturaleza manifestada.
Esta
nota es, y a ella se le debe agregar la segunda nota para
este segundo sistema, la cual no ha sido plenamente enunciada
ni completada, y solo lo estará al terminar el ciclo mayor.
El Logos la está emitiendo ahora y si dejara de exhalaría,
todo el sistema desaparecería en la oscuración, marcando el
fin de la manifestación.
En
el segundo sistema, el actual, no puede ser revelada la nota
clave. Es uno de los secretos de la sexta iniciación y no
debe ser divulgado.
En
el tercer sistema, la tercera y final nota se agregará a las
notas básicas del primero y segundo sistemas, y luego ¿qué
tendremos?
Tendremos
la tercera mayor de la Personalidad logoica, en toda su plenitud,
una analogía de la tercera mayor del microcosmos -una nota
por cada plano.
Se dice que el Logos solar trabaja en los planos cósmicos
para solucionar el problema de la mente cósmica, que actúa
en Su sistema solar físico, y se halla polarizado en Su cuerpo
astral, o emocional cósmico, y que está desarrollando la mente
cósmica.
Como
sucede en los planos del sistema solar lo mismo ocurre en
el microcosmos. En la comprensión de esta analogía y su inteligente
aplicación se halla la iluminación respecto al empleo de la
Palabra Sagrada en la meditación.
El
primer sistema.......corresponde al cuerpo físico.
El
segundo sistema......corresponde al cuerpo emocional.
El
tercer sistema.......corresponde al cuerpo mental.
El
estudio de la Palabra o Sonido, en la formación de los tres
sistemas, ayudará a comprender su empleo en la construcción
del vehículo intuitivo y en la purificación de la personalidad.
Ahora
dividiremos en cuatro partes lo que tengo que decir, y trataré
cada una por separado:
1. El efecto creador de la Palabra Sagrada.
2.
El efecto destructor de la Palabra Sagrada.
3. Su pronunciación y empleo
a.
en la meditación individual,
b.
en el trabajo grupal y de conjunto,
c.
para ciertos fines específicos.
4.
Su efecto en los cuerpos y centros y su eficacia para alcanzar
el alineamiento egoico.

20
de junio de 1920.
El
doble efecto de la Palabra Sagrada, constructivo y destructivo.
Vamos
a continuar con el tema que consideramos ayer. Hemos dividido
el tópico en cuatro partes y nos ocuparemos de las dos primeras,
el efecto creador y destructivo de la Palabra. Sólo será posible
dar pocas indicaciones generales, que permitan establecer
una base para la aplicación inteligente de la ley.
Ante
todo repetiré la conocida verdad de que los mundos son el
efecto del sonido.
Primero
la vida, después la materia; luego la materia es atraída a
la vida para su manifestación y expresión y la ordenada configuración
de esa materia en las formas necesarias.
El
sonido constituye el factor cohesivo, el impulso propulsor
y el medio atrayente.
El
sonido, en sentido oculto y profundamente metafísico, significa
lo que llamamos "la relación entre", siendo el intermediario
creador, el tercer factor vinculador en el proceso de la manifestación,
el akasha.
En
los planos más elevados es el agente de esa Gran Entidad que
esgrime la ley cósmica de gravedad, en su relación con nuestro
sistema solar mientras que en los planos inferiores se manifiesta
como luz astral, siendo el gran agente reflector que fija
y perpetúa, en su vibrante seno, el pasado, el presente y
el futuro, o lo que denominamos Tiempo.
En
relación directa con el vehículo inferior se manifiesta como
electricidad, prana y fluido magnético. Quizás obtengan una
idea más clara y sencilla, si consideran al sonido como agente
de la ley de atracción y repulsión.
Los
siete grandes Alientos.
El
Logos, en su séptuple plenitud, al enunciar la Palabra Sagrada
para crear el actual sistema solar, reunió, al inspirar, la
materia necesaria para la manifestación, iniciando con el
primer gran Aliento la evolución de esa materia.
Con
el segundo gran Aliento se estableció la diferenciación y
se implantó el segundo aspecto logoico.
Con el tercer gran Aliento se manifestó el aspecto actividad;
la materia se impregnó de esta facultad y la quíntuple evolución
llegó a ser una posibilidad.
Con
el cuarto gran Aliento algunas de las Jerarquías respondieron,
y los grandes Constructores vieron el plan con mayor claridad.
Existe
una relación definida entre el cuarto gran Aliento y la Cuarta
Jerarquía creadora, o sea la Jerarquía de los Espíritus humanos.
Esta
cuarta nota del Logos tiene una significación especial para
el Espíritu humano y produce un efecto singular en esta tierra
y en este cuarto ciclo. La relatividad del mismo es tal, que
resultaría difícil que pudieran comprender su efecto. Se manifiesta,
hasta donde puedan captarlo, en la nota armónica del cuarto
plano y rayo.
Esta
nota compenetra actualmente a los pueblos del mundo y lo ha
hecho desde la cuarta raza raíz. Se demuestra en el esfuerzo
que realiza la humanidad para comprender el ideal de armonía
y de paz y en la aspiración mundial para lograrlo.
Este
cuarto aliento es aplicable especialmente a la evolución humana.
Por lo tanto tenemos que:
El
primer subtono de la triple Palabra dio la primera nota vibratoria
e inició el movimiento de las esferas, solares o atómicas.
Personifica la Voluntad.
El segundo subtono de la triple Palabra implantó el segundo
aspecto, y trajo al regente cósmico del rayo sintético a la
manifestación. Señaló la dualidad o el amor reflejo.
El
tercer subtono de la triple Palabra hizo posible nuestra quíntuple
evolución. Es la nota básica de los cinco planos inferiores.
Marcó la actividad o adaptabilidad.
El
cuarto subtono de la triple Palabra es el sonido de la Jerarquía
humana y podría denominarse el "grito del hombre".
Cada uno de los sonidos trajo directamente un rayo a la manifestación,
con todo lo que éste contiene. Cada sonido se manifiesta particularmente
en un plano, siendo la nota dominante de ese plano.
El
quinto gran Aliento tiene su propio efecto peculiar, pues
en su reverberación contiene la clave de todo -es el Aliento
de Fuego. Creó una vibración similar a la del plano mental
cósmico y está íntimamente relacionado con el primer Aliento.
Es
la nota dominante (en términos técnicos musicales) del sistema
solar, lo mismo que el tercer Aliento corresponde a la tercera
mayor. Ésta es la nota del Logos.
Cada
aliento atrae hacia el Logos a alguna entidad que se halla
en los niveles cósmicos para que se manifieste.
La
analogía del método puede verse en el microcosmos, cuando
el Ego enuncia la nota egoica en los tres mundos y se prepara
para manifestarse o venir a la encarnación.
La nota atrae alrededor de los átomos
permanentes o núcleos, la materia adecuada para el propósito
de su manifestación, estando a su vez animada por alguna entidad
vital.
Similarmente,
los Señores cósmicos del Fuego, las grandes Entidades que
dan forma a nuestro sistema solar, responden cuando se emite
este quinto subtono. También los
Señores de la Llama, dentro del sistema solar, respondieron
cuando el microcosmos enunció el quinto subtono de la nota
monádica y se involucraron en la evolución humana.
El
sexto gran Aliento atrajo hacia sí a los Señores del misterioso
Pentaclo, las esencias volátiles del plano emocional, la facultad
del deseo revestida de materia, el aspecto acuoso de la vida
logoica.
Al emitirse el séptimo subtono tuvo lugar la cristalización
y la absoluta conformidad con la ley de acercamiento, dando
por resultado el aspecto denso de la manifestación, el punto
más profundo de la experiencia.
En consecuencia, observarán a este respecto su relación con
el Rayo de la Ley Ceremonial, uno de los grandes rayos constructores
-rayo que amolda la materia, de acuerdo a fórmulas establecidas,
para que adopten las formas deseadas.
Quizás
se pregunten: ¿Por qué me he apartado aparentemente del tema?
¿Les parece que me he apartado y que estoy fuera del tema?
Aclararé.
El microcosmos solo tiene que repetir el trabajo del macrocosmos.
El
Espíritu o Mónada, en su propio plano, emite la nota (la nota
jerárquica) y desciende a la encarnación. Dicha nota es a
la vez de atracción y de exhalación. La personalidad -reflejo
de la mónada en el punto más denso de la evolución- está vinculada
a la mónada por la fuerza atractiva de la Palabra Sagrada,
emitida por su mónada, su nota y su subtono.
Pero
la tarea de exhalación ya ha sido realizada. Es la involución.
Prosigue la tarea progresiva de inhalarían o reabsorción en
la fuente.
Cuando
la Personalidad encuentra por si misma (después de muchas
vidas de esfuerzo y de búsqueda) su nota espiritual, con la
clave y subtono correctos, ¿cuál es el resultado?
Concuerda
con la nota monádica, vibra al mismo compás y también con
el mismo color, encontrando finalmente la línea de menor resistencia,
y la vida que la anima se libera y retorna a su propio plano.
Pero
este descubrimiento es muy lento, y el hombre ha de buscar
el acorde con paciencia y cuidado infinitos.
Primero, descubre cuál es la tercera nota de la personalidad
y la emite; el resultado es una vida armónica en los tres
mundos.
Luego encuentra la quinta dominante del Ego, la nota clave
del acorde, y la emite al unísono con la nota de la Personalidad.
El
resultado es que se forma un vacío si puedo expresarlo así-
y el hombre liberado y el alma que lo anima (el triple espíritu
más la mente y la experiencia), el Tres, completado con el
Cuaternario y el Quinto, asciende hasta la Mónada. Es la ley
de atracción demostrándose por el sonido. La unidad de sonido,
color y ritmo atrae lo similar y análogo.
Esto
conduce al segundo de los factores que estamos considerando,
el destructivo. Con la emancipación viene la ruptura de las
cadenas, y con la liberación la abolición de las viejas formas;
cuando se llega a dominar la materia se produce la liberación
del espíritu.
Por tanto, al emitir la Palabra Sagrada en su séptuple sentido,
el espíritu escapa de las formas desintegradas; primeramente
en la exhalación se produce la atracción de la materia, luego,
en la inhalación, se produce la gradual destrucción de las
formas materiales, las cuales son abandonadas.

La
Meditación y la Palabra.
Hasta
aquí he presentado el tema desde el punto de vista del sistema.
Ahora lo aplicaré a la meditación y veremos su resultado.
Cuando el hombre medita trata de realizar dos cosas:
a.
La construcción de ideas, al hacer descender a los niveles
concretos del plano mental las ideas abstractas y las intuiciones.
Esto es lo que se puede llamar meditación con simiente.
b.
El alineamiento del ego y la creación de un vacío entre el
cerebro físico y el ego, que da por resultado la afluencia
divina, la consiguiente destrucción de las formas y la subsiguiente
liberación. Esto se puede llamar: meditación sin simiente.
En
determinado periodo de la evolución ambas se fusionan en una,
se prescinde de la simiente, entonces se crea el vacío, no
tanto entre los vehículos superior e inferior, sino entre
ellos y el plano intuitivo o de armonía.
Por
consiguiente, al emitir la Palabra Sagrada en la meditación,
el hombre debe ser capaz (si se la emite correctamente) de
realizar el trabajo creador y el trabajo destructor, como
lo hace el Logos. Esto será un reflejo del proceso cósmico
en el microcosmos. Atraerá a su cuerpo materia más refinada
y expulsara la mas burda. Creará formas mentales que atraerán
hacia si materia más refinada y rechazarán las de vibración
inferior.
Deberá
emitir la Palabra de manera que el alineamiento se produzca
automáticamente, y el necesario vacío creado dará por resultado
una afluencia desde arriba. Todos estos efectos pueden producirse
cuando la Palabra es entonada correctamente, de modo que en
cada meditación el hombre debe estar más alineado, dispersar
alguna materia de baja vibración de uno u otro de sus cuerpos,
ensanchar el canal y así proporcionar un vehículo más adecuado
para recibir la iluminación desde niveles superiores.
Pero,
hasta que no pueda hacerlo correctamente, el efecto producido
por la emisión de la Palabra es muy insignificante, afortunadamente
para aquel que la emplea.
Al
estudiar los siete grandes Alientos y el efecto de los mismos
en cada plano, el estudiante descubrirá mucho de lo que puede
ocurrir en los distintos subplanos de cada plano, especialmente
en relación con su propio desarrollo.
Al
estudiar la nota básica del sistema solar (que se estabilizó
en el primer sistema) se descubrirá mucho sobre el empleo
de la Palabra en el plano físico. Esta indicación es digna
de consideración. En el esfuerzo por hallar la nota de este
sistema solar, la de amor y sabiduría, el estudiante establecerá
la comunicación necesaria entre el plano emocional o de deseos,
y el intuitivo, y descubrirá el secreto del plano emocional.
Cuando
se estudie la Palabra en los planos mentales y el efecto que
produce al construir formas, se descubrirá la clave para erigir
el Templo de Salomón y el estudiante desarrollará las facultades
del cuerpo causal y conseguirá, finalmente, liberarse de los
tres mundos.
No obstante, debe recordar que primeramente ha de encontrar
la nota de su personalidad y luego la egoica, antes de que
pueda entonar el acorde monádico.
Una
vez que haya hecho esto, habrá pronunciado su propia triple
Palabra, y será un creador inteligente animado por el amor.
Entonces habrá alcanzado la meta.

21
de junio de 1920.
Algunas indicaciones prácticas.
Esta tarde quisiera aclarar que no es posible, prudente ni
adecuado, darles las diferentes claves en que se puede entonar
la Palabra Sagrada; sólo puedo indicarles los principios generales.
Cada ser humano y cada unidad de conciencia, es tan diferente
de las demás, que la necesidad individual sólo puede ser satisfecha
cuando el instructor ha desarrollado plenamente la conciencia
causal, y el estudiante ha alcanzado un punto en que está
dispuesto a "saber, osar y callar".
Los
peligros del mal empleo de la Palabra son tan grandes, que
sólo nos atrevemos a dar ideas básicas y principios fundamentales,
dejando que el aspirante desarrolle por si solo los puntos
indispensables a su propio desenvolvimiento, practique los
experimentos necesarios y descubra, por sí mismo, lo que le
hace falta.
Únicamente
le que se obtiene por el propio esfuerzo, en dura lucha y
amarga experiencia, es de valor permanente y duradero. Sólo
cuando el discípulo -en virtud de sus fracasos, sus éxitos,
sus victorias, dificultosamente obtenidas, y las amargas horas
que siguen a la derrota-, se ajuste a las condiciones internas,
el empleo de la Palabra será de valor científico y experimental.
Su
falta de voluntad lo defiende, en gran parte, del mal uso
de la Palabra, mientras que sus esfuerzos para amar, lo llevan,
con el tiempo, a entonarla correctamente. Sólo lo que conocernos
por nosotros mismos, se convierte en facultad inherente. Las
afirmaciones de un instructor, por muy sabio que sea, no son
más que conceptos mentales, hasta que forman parte experimentalmente
de la vida del hombre. Por eso sólo puedo señalar el camino
y dar indicaciones generales, lo demás debe descubrirlo el
que estudia la meditación.
Pronunciación y empleo de La Palabra en La meditación individual.
Ahora
seré más práctico. Hablaré para el hombre que se halla en
el sendero de probación, que puede por lo tanto captar intelectualmente
lo que debe ser realizado y comprende aproximadamente el lugar
que ocupa en la evolución y el trabajo a efectuar, si aspira
a atravesar algún día el portal de la Iniciación. En consecuencia,
lo que diré servirá de enseñanza a la mayoría de quienes estudian
estas cartas... El estudiante que emprende la meditación procurará
ajustarse a las reglas establecidas. Daré algunas indicaciones
preliminares:
El
aspirante ha de retirarse diariamente a un lugar tranquilo,
donde esté a cubierto de interferencias e interrupciones.
Si es posible, lo hará todos los días en el mismo sitio, porque
así construirá una especie de cascarón a su alrededor que
le servirá de protección, estableciéndose más fácilmente contactos
elevados. La materia de ese lugar, es decir, la materia del
espacio que lo rodea, se sintonizará con determinada vibración
(la propia vibración del hombre, alcanzada en consecutivas
meditaciones), lo cual le facilitará el comenzar con una vibración
más elevada, eliminando así el largo proceso preliminar de
sintonización.
El
aspirante adoptará una postura en que pueda llegar a ser inconsciente
de su cuerpo físico. No existe una regla fija para ello, porque
hay que tener en cuenta que el cuerpo físico puede estar impedido
y endurecido o lisiado. Se ha de buscar una postura cómoda,
más una actitud alerta y atenta. La pereza y laxitud no conducen
a nada. La postura más adecuada para la mayoría es sentarse
en el suelo con las piernas cruzadas, apoyándose sobre algo
que sostenga la columna vertebral. En los momentos de meditación
más intensa y cuando el aspirante es muy práctico y sus centros
se están despertando rápidamente (quizás ya con el fuego interno
palpitando en la base de la columna vertebral), la espalda
debe mantenerse erguida, sin apoyo. La cabeza no debe echarse
hacia atrás, a fin de evitar tensión, sino estar derecha o
con la barbilla ligeramente caída. Si se procede así desaparecerá
la rigidez, característica de muchos, y el vehículo inferior
quedará relajado. Los ojos deben estar cerrados y las manos
cruzadas sobre las piernas. Luego, el aspirante observará
si su respiración es regular, constante y uniforme. Después
relajará todo el cuerpo, manteniendo la mente positiva y el
vehículo físico dócil y obediente.
Luego
procurará visualizar los tres cuerpos y después de haber decidido
si la meditación se hará en la cabeza o en el corazón (más
adelante trataré este punto), entonces retraerá su conciencia
allí y se enfocará en cualquiera de los centros.
Al
hacerlo debe considerar deliberadamente que él es un Hijo
de Dios que retorna al Padre; que es Dios mismo que busca
Su conciencia; un creador que trata de crear; el aspecto inferior
de la Deidad, que trata de alinearse con lo superior. Después
entonará tres veces la Palabra Sagrada, emitiéndola suavemente
la primera vez, afectando así al vehículo mental; más fuerte
la segunda vez, estabilizando el vehículo emocional, y aún
más fuerte la tercera y última vez, actuando sobre el vehículo
físico. El efecto sobre los tres cuerpos será triple. Si es
entonada correctamente, manteniendo firme el centro de la
conciencia en cualquiera de los centros elegidos, los efectos
serán los siguientes:
En
los niveles mentales:
a.
Establecer contacto con el centro coronario, haciéndolo vibrar.
Aquietar así la mente inferior.
b. Vincularse con el Ego en mayor o menor grado, pero siempre,
hasta cierto punto, por medio del átomo permanente.
c.
Expulsar partículas de materia tosca y construir otras más
refinadas.
En
los niveles emocionales:
a.
Estabilizar definitivamente el cuerpo emocional por medio
del átomo permanente, estableciendo contacto con el centro
cardiaco y activándolo.
b.
Expulsar materia burda, haciendo más incoloro el cuerpo emocional
o de deseos, a fin de que refleje con más exactitud lo superior.
c.
Originar urna repentina afluencia de sentimientos, desde los
niveles atómicos del plano emocional al intuitivo, por conducto
del canal atmico que existe entre ambos. Dicha afluencia se
precipitará hacia arriba y despejará el canal.
En
los planos físicos:
a.
El efecto será muy similar, pero se sentirá principalmente
en el cuerpo etérico, estimulando la afluencia divina.
b. Irá más allá de la periferia del cuerpo y creará un cascarón
que servirá de protección. Rechazará los factores discordantes
que puedan existir en el medio ambiente inmediato.
22
de junio de 1920.
El
acorde logoico y la analogía.
Proseguiremos ahora estudiando el empleo de la Palabra Sagrada
en su aplicación grupal y para ciertos fines determinados.
Hemos estudiado brevemente como emplea la Palabra el individuo
que empieza a meditar, cuyo efecto consiste principalmente
en la purificación, estabilización y centralización. Esto
es todo lo que se puede lograr hasta que el estudiante llegue
a la etapa donde se le permite emitir la nota en uno de los
subtonos egoicos. En la nota egoica tenemos la misma secuencia
que en la nota logoica. ¿Cuál era ésta? Un acorde séptuple
cuyos puntos importantes, en nuestra etapa actual de desenvolvimiento,
son:
1.
La nota básica.
2.
La tercera mayor.
3.
La dominante o quinta.
4.
La séptima final.
Aquí
puedo dar un indicio de acuerdo con la analogía. Existe una
íntima relación entre la nota quinta o dominante, y el quinto
principio, Manas o Mente, y para este sistema solar (aunque
no para el primero o tercero) existe una interesante respuesta
entre el quinto plano de la mente y la dominante, y entre
el sexto plano de las emociones y la tercera mayor. A este
respecto, desde algunos puntos de vista, el vehículo emocional
constituye un tercer vehículo para la conciencia, contando
el físico denso y el vehículo de prana o vitalidad eléctrica,
como dos unidades. Nada más puedo decir, porque todo cambia
y se interpenetra; pero aquí he dado mucho tema para reflexionar.
En
la nota egoica, como dije anteriormente, tenemos una secuencia
similar, pues es en su propio plano un reflejo del Logos.
Por lo tanto tenemos la nota básica del físico, la tercera
del emocional, la quinta de los niveles causales. Una vez
que el hombre domina la clave y ha encontrado el propio subtono,
entonces entona la Palabra Sagrada con exactitud y alcanza
el fin deseado.
Su
alineamiento será perfecto, sus cuerpos serán puros, el canal
estará libre de obstrucciones y será posible alcanzar la inspiración
superior. Ésta es la finalidad de la verdadera meditación,
la cual puede alcanzarse mediante el correcto empleo de la
Palabra Sagrada.
Mientras
tanto, debido a que no se tiene un Instructor y a los defectos
del estudiante, lo único posible es entonar la Palabra como
mejor se pueda sabiendo que no se corre ningún peligro cuando
hay sinceridad de propósito, pudiéndose obtener ciertos resultados,
tales como protección, aquietamiento y corrección.
Empleo
grupal de la Palabra.
El
efecto de la Palabra empleada en forma grupal se intensifica,
siempre que los grupos estén constituidos correctamente; pero
se anula y neutraliza si el grupo contiene elementos indeseables.
En consecuencia, es necesario comprobar ciertas cosas antes
de que un grupo pueda emplear la Palabra adecuadamente:
a.
Es conveniente que el grupo esté formado por individuos del
mismo rayo o de un rayo complementario.
b. Es deseable que la Palabra sea entonada en el mismo tono
o por lo menos armónicamente. Si así se hace, el efecto vibratorio
es de gran alcance y ocurrirán ciertas reacciones.
¿Cuáles
son, por consiguiente, los resultados, cuando la Palabra en
entonada en forma correcta por un grupo de individuos debidamente
fusionados?
a. Se establece una fuerte corriente que llega al discípulo,
o al Maestro responsable del grupo, permitiendo armonizar
al grupo con la Hermandad y despejar el canal para trasmitir
la enseñanza.
b.
Se crea un vacío, algo similar al que debe existir entre el
Ego y la Personalidad, pero en este caso entre el grupo y
Quienes actúan desde el aspecto interno,
c.
Da por resultado también, si las condiciones son correctas,
la vinculación con los grupos egoicos de las personalidades
implicadas, una estimulación de los cuerpos causales y la
conexión entre los tres grupos -el inferior, el superior y
la Hermandad- para formar un triángulo destinado a la transmisión
de fuerza.
d.
Tiene un efecto definido sobre los vehículos físicos del grupo
inferior, e intensifica la vibración de los cuerpos emocionales,
expulsando las vibraciones opuestas y armonizándolas con el
ritmo superior. Esto trae como resultado el equilibrio, estimula
la mente inferior, no obstante crea al mismo tiempo un vinculo
con la mente superior que, al penetrar, estabiliza a la mente
concreta inferior.
e.
Atrae la atención de ciertos devas o ángeles, que trabajan
con los cuerpos de los hombres, permitiéndoles efectuar ese
trabajo con mayor exactitud y establecer contactos que más
tarde serán útiles.
f.
Crea una envoltura protectora alrededor del grupo, que (en
forma transitoria) lo protege de toda perturbación, permitiendo
a los componentes del grupo trabajar con mayor facilidad de
acuerdo con la Ley, y ayuda a los Instructores internos a
hallar la línea de menor resistencia entre Ellos mismos y
quienes buscan Su instrucción.
g.
Ayuda en el trabajo de la evolución. Por ínfima que sea esta
ayuda, todo esfuerzo que contribuye a la libre actuación de
la ley, que actúa en cualquier forma sobre la materia para
un mayor refinamiento, que estimula la vibración y facilita
el contacto entre lo superior y lo inferior, es un instrumento
en manos del Logos para la aceleración de Su plan.
He descrito aquí brevemente algunos de los efectos incidentales
al entonar al unísono la Palabra. Más adelante, a medida que
se comprendan las reglas de la meditación ocultista y se apliquen
experimentalmente, se estudiarán tales efectos. A medida que
la raza desarrolle la clarividencia, esos efectos podrán ser
clasificados y comprobados. Las formas geométricas creadas
por el individuo y por el grupo, al entonar la Palabra, podrán
ser entonces registradas y observadas. La eliminación de individuos
en algunos grupos y su asignación a otros más adecuados será
efectuada mediante la juiciosa consideración del trabajo que
han realizado. Más adelante, a medida que los individuos desarrollen
la conciencia superior, deberá elegirse a los custodios de
los grupos -no sólo por su realización espiritual y su capacidad
intelectual, sino por su habilidad de ver internamente- y
así ayudar a los miembros y al grupo a formar y desarrollar
los planes correctos.
Grupos
para fines específicos.
Más
adelante se formarán grupos para fines específicos, lo cuales
me lleva al tercer punto, el empleo de la Palabra para alcanzar
ciertos objetivos.
Enumeraré
algunos de los fines que los grupos deberán perseguir al formarse,
y mediante el empleo de la Palabra Sagrada, conjuntamente
con la verdadera meditación ocultista, lograr ciertos resultados.
No ha llegado el momento aún para ello; por lo tanto es innecesario
describirlos detalladamente; no obstante, sí las cosas progresan
como es de desear, ustedes mismos lo verán desarrollarse en
sus vidas. Así se formarán grupos:
1.
Destinados a trabajar sobre el cuerpo emocional, a fin de
desarrollarlo, subyugarlo y purificarlo.
2.
Con el objetivo de desarrollar la mente, fortalecer el equilibrio
y establecer contacto con la mente superior.
3.
Dedicados a la curación del cuerpo físico.
4.
Con el propósito de efectuar el alineamiento y despejar el
canal entre lo superior y lo inferior.
5.
Para el tratamiento de la obsesión y las enfermedades mentales.
6.
Cuya tarea consistirá en estudiar las reacciones que se producen
al pronunciar la Palabra, registrar y clasificar las consiguientes
formas geométricas, observar sus efectos en los miembros de
los grupos y en las entidades foráneas que atrae en virtud
de su fuerza atractiva. Tales grupos deberán ser algo avanzados,
capaces de hacer investigaciones clarividentes.
7.
Cuyo trabajo específico será establecer contacto con los devas
y colaborar con ellos de acuerdo con la ley. Esto se facilitará
mucha cuando el séptimo rayo entre en actividad.
8.
Dedicados a trabajar definida y científicamente sobre las
leyes de los rayos, a estudiar el color y el sonido y sus
efectos grupal e individual y su interrelación. Éste debe
ser necesariamente en grupo selecto, en el cual sólo se permitirá
tomar parte a aquellos espiritualmente avanzados y a los que
estén próximos a recibir la iniciación. Recuerden que tales
grupos, en el piano físico, son la manifestación inevitable
de los grupos internos de aspirantes, estudiantes, discípulos
e iniciados.
9.
Que trabajan definídamente bajo algún Maestro y de acuerdo
con cierto procedimiento establecido por Él. Los miembros
de estos grupos serán, por lo tanto, elegidos por el Maestro.
10.
Que trabajan específicamente en uno de los tres grandes sectores,
que procurarán, bajo un experta guía, influir política y religiosamente
en el mundo de los hombres y acelerar el proceso de la evolución
de acuerdo con las directivas del sector del Señor de la Civilización.
Algunos de estos grupos actuarán en las Iglesias, otros en
la Masonería y aun otros estarán vinculados con dirigentes
iniciados de las grandes organizaciones. Al considerar esto
recuerden que, a medida que el tiempo avanza, el mundo es
más mental, de ahí la acrecentada expansión de este trabajo.
11.
Algunos trabajarán totalmente en lo que podemos denominar
el trabajo preparatorio para los futuros habitantes.
12.
Dedicados a solucionar problemas, y serán formados para resolver
los problemas sociales, económicos, políticos y religiosos
y estudiar los efectos de la meditación, del color y del sonido.
13.
Otros se ocuparán de la educación infantil, del entrenamiento
individual de la gente, de guiar a las personas en el sendero
de probación y del desenvolvimiento de las facultades superiores.
14.
Más adelante, cuando el Gran Señor, Cristo, reaparezca con
Sus Maestros, se establecerán unos pocos grupos esotéricos,
formados por miembros entrenados de otros grupos que (por
graduación y derecho kármico) serán entrenados para el discipulado
y la primera iniciación. Habrá siete de estos grupos o centros,
formados para dar entrenamiento definidamente ocultista...
Sólo ingresarán aquellos cuya capacidad vibratoria sea adecuada.
He
dado bastante material para considerar hoy y dejaremos para
mañana el estudio del cuarto punto.
23 de junio de 1920.
Están en lo cierto al considerar que las condiciones actuales
no son deseables. El mundo entero avanza rápidamente hacia
una crisis reconstructiva, aunque al observador le parezca
destructiva. En todas partes se están destruyendo las antiguas
formas, aunque no se haya realizado el trabajo totalmente.
Sin embargo, se ha efectuado bastante como para poder erigir
la estructura del nuevo edificio. Mediante la serenidad y
la firme adhesión al deber inmediato se simplificará el trabajo
a realizar.
Hoy
vamos a tratar los efectos de la Palabra sobre los diversos
centros en cada cuerpo, y su utilidad en el alineamiento de
los cuerpos con el vehículo causal. Éste fue nuestro cuarto
punto. Los dos primeros están íntimamente relacionados, porque
la Palabra Sagrada, enunciada adecuadamente, actúa sobre los
diversos cuerpos, por mediación de los centros y sus contrapartes
astral y mental. Algunos de los efectos como, por ejemplo,
la eliminación de la materia indeseable y la construcción
de la nueva, así como el efecto protector de la Palabra y
su acto de estabilización y purificación, ya los hemos tratado.
Ahora concentraremos mayormente la atención en los centros
y en el resultado obtenido sobre los mismos, al entonar la
Palabra.

Los
siete centros y la Palabra Sagrada.
Como
de costumbre dividiremos nuestras ideas en varios subtítulos.
Las clasificaciones tienen sus ventajas, sistematizan el conocimiento,
contribuyendo a la ordenada disposición del cuerpo mental,
y facilitan la memoria por medio de la visual.
1.
Enumeración de los centros y comentarios sobre los mismos.
2. Crecimiento y desenvolvimiento de los centros.
2. Efecto de la meditación sobre los centros.
4. Interrelación de los centros en el trabajo de alineamiento.
Ante todo diré que debo abstenerme de dar cierta información
que parece ser la natural consecuencia y el corolario de lo
que voy a impartir.
Los peligros que encierra el desarrollo irreflexivo de los
centros es demasiado grande para aventurarnos a dar instrucciones
plenas y detalladas.
Tratamos
de desarrollar Maestros de Compasión, dispensadores del amor
en el Universo. No tratamos de desarrollar Maestros en las
Artes Negras ni especialistas en la autoexpresión despiadada,
a expensas de los no iniciados.
Ciertos
hechos ya han sido dados y pueden ser impartidos. Este conocimiento
conducirá al desarrollo de la intuición e inspirará, a quienes
buscan la luz, a realizar un mayor esfuerzo. Otros deberán
ser reservados, porque serian armas muy peligrosas en manos
de los inescrupulosos. Por lo tanto, si les parece que lo
impartido sólo es suficiente para despertar interés, sepan
que ésa, precisamente, es mi intención. Cuando se haya desarrollado
suficientemente el interés de ustedes y el de todos los aspirantes,
nada les será vedado.
1.
Enumeración de los centros.
Los
centros físicos, como bien saben, son:
1.
La base de la columna vertebral.
2. El plexo solar.
3. El bazo.
4. El corazón.
5. La garganta.
6. La glándula pineal.
7. El cuerpo pituitario.
Esta
enumeración es correcta, pero, basado en hechos que impartí
anteriormente, daré otra clasificación relacionada con el
sistema solar.
Estos siete centros pueden reducirse a cinco si eliminamos
el bazo y contamos como uno los dos de la cabeza. Los cinco
centros así especificados son aplicables a nuestra quíntuple
evolución, en este segundo sistema solar.
En
el anterior sistema solar se desarrollaron los tres centros
inferiores, con los cuales nada tiene que hacer el ocultista;
constituyen la base del desenvolvimiento del cuaternario inferior
antes de la individualización, pero ya han sido trascendidas,
y el fuego divino debe enfocarse en otros centros más elevados.
El
bazo.
El
bazo, el tercer centro, tiene una finalidad específica y su
analogía en el tercer aspecto o actividad, y en el tercer
rayo o Rayo de Actividad (adaptabilidad), siendo la base de
todas las actividades fundamentales del microcosmos y las
consecuentes adaptaciones de éste al medio ambiente, a sus
necesidades y al macrocosmos. Controla los procesos selectivos
del microcosmos; toma la tuerza vibratoria y la energía del
macrocosmos y la trasmuta para uso del microcosmos.
Podemos
denominarlo el órgano de transmutación, y cuando sus funciones
sean mejor comprendidas se verá que proporciona el eslabón
magnético entre el consciente y reflexivo triple hombre y
sus vehículos inferiores, considerando a éstos como el no-yo,
animados por entidades que los conforman. Su propósito consiste
en que la fuerza de la vida establezca contacto con estas
entidades.
En
su contraparte emocional, el bazo es el órgano de la vitalidad
emocional, con la misma finalidad de proporcionar un vínculo.
En el plano mental llena en cierta manera idéntico objetivo,
sólo que en este caso, por mediación del mismo, las formas
mentales son vitalizadas mediante la voluntad energetizadora.
Por consiguiente, fuera de estas indicaciones generales, no
trataré con mayor amplitud dicho centro. Pocos poseen la facultad
de estimularlo por medio de la Palabra, y tampoco es deseable
hacerlo. Se desarrolla normalmente si el aspirante progresa
como una totalidad: si su cuerpo físico recibe una dosis adecuada
de fuerza vital del sol, si su cuerpo emocional es impulsado
por elevados deseos y se abre a la influencia de fuerza que
desciende de los niveles causal e intuitivo, y si su vida
mental es intensa, vibrante y está animada por una fuerte
voluntad. Entonces el bazo, con sus contrapartes internas,
progresará y estará en condiciones saludables.
Por
lo tanto, no trataremos dicho centro en estas cartas.
Los centros fundamentales.
Los tres centros fundamentales y de vital importancia desde
el punto de vista del hombre medio, polarizado en su cuerpo
emocional y que vive la vida normal del hombre mundano, son:
1.
La base de la columna vertebral.
2.
El plexo solar.
3.
El centro cardiaco.
Los tres centros principales para el individuo que se acerca
al Sendero de Probación y para quien aspira a una vida altruista,
después de haber experimentado las atracciones de los tres
mundos, son:
1.
La base de la columna vertebral.
2. El centro cardíaco.
3. El centro laríngeo.
Se ha de dejar que el plexo solar funcione normalmente, pues
ha servido su propósito como centro para el enfoque emocional.
Así, la actividad del fuego se centraliza más en el laríngeo.
Los
tres centros principales para el hombre que se halla en el
sendero, en su doble división, son:
1.
El cardíaco.
2. El laríngeo.
3. El coronario.
La
actividad divina ha desarrollado el centro plexo solar, está
controlando todos los centros debajo de éste y ascendiendo
en ordenada progresión hasta enfocarse en los centros de la
cabeza, a los cuales vivifica.
Anteriormente
dividirnos la vida del hombre en cinco períodos principales,
siguiendo el desenvolvimiento de cada uno. Si generalizamos
detalladamente podemos aplicar lo mismo a los cinco centros.
Primer
periodo - donde el centro de la base de la columna vertebral
está más activo, en sentido estrictamente rotativo y no cuatridimensional.
El fuego interno está enfocado en la vivificación de los órganos
genitales y en la vida funcional física de la personalidad.
Segundo
periodo - donde el plexo solar es el foco de atención del
fuego y la contraparte emocional vibra en forma sincronizada.
Dos centros vibran así aunque el ritmo es lento; los otros
están activos, y se los puede ver palpitar, pero aún no hay
movimiento circular.
Tercer
período - donde el fuego divino asciende al centro cardíaco
y los tres giran al unísono en forma ordenada y medida.
Diré que la vibración de cualquier centro causa la intensificación
de la fuerza de todos, y que también en la cabeza hay siete
centros (tres mayores y cuatro menores) que corresponden directamente
a uno de los centros del cuerpo. Constituyen su síntesis,
y cuando son estimulados los centros correspondientes, se
produce en ellos un análogo poder rotativo.
Cuarto periodo - señala la definida estimulación del centro
laríngeo. La actividad creadora del triple hombre físico,
emocional y mental, asciende para prestar servicio, su vida
empieza a emitir ocultamente un sonido. El hombre es ocultamente
productivo. Se manifiesta y su sonido va adelante de él. Ésta
es la afirmación de un hecho oculto perfectamente evidente
para quienes poseen visión interna. Se evidencia la coordinación
de los centros; se intensifíca la rotación, cambiando ellos
de apariencia; se despliegan y el movimiento giratorio se
hace cuatridimensional, girando internamente sobre sí mismo.
Los centros son entonces núcleos radiantes de luz y los correspondientes
cuatro centros inferiores de la cabeza, se hallan análogamente
activos.
Quinto
periodo - señala la aplicación del fuego a los centros de
la cabeza, y su total despertamiento.
Antes
de la iniciación, todos los centros girarán en orden cuatridimensional,
pero después de la iniciación aparecen como ruedas llameantes
y, vistas clarividentemente, son de belleza extraordinaria.
Entonces es despertado el fuego kundalínico, ascendiendo en
espirales adecuadas.
En la segunda iniciación se despiertan
similarmente los centros emocionales.
En
la tercera iniciación llega a los centros del plano mental.
El iniciado puede hallarse entonces ante la Presencia del
Gran Rey, el Iniciador Uno.
Quiero
puntualizar que el estudiante debe recordar que aquí solo
hay generalizaciones. La complejidad del desarrollo del microcosmos
es tan grande como la del macrocosmos. El despertar de los
centros y su orden particular dependen de varios factores:
a. El rayo del Espíritu o Mónada.
b.
El rayo del Ego, Yo superior o Hijo, o el subrayo.
c.
La raza y la nacionalidad.
d.
El especial tipo de trabajo a realizar.
e.
La dedicación del estudiante.
Por lo dicho se darán cuenta que, para el desarrollo de los
centros, no tiene objeto dar reglas ni formular métodos con
el fin de hacer circular el fuego, hasta que el trabajo en
el plano físico esté a cargo de instructores entrenados, dotados
de gran conocimiento y de facultades clarividentes.
No
es deseable que los aspirantes se concentren en alguno de
los centros, porque corren el riesgo de sobreestimularlos.
Tampoco que se esfuercen en dirigir el fuego a un punto determinado;
el manejo ignorante produce demencia y enfermedades mentales.
Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual,
sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena
dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar
el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta,
por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros,
evitándose todo peligro. Cuando estos triángulos constituyen
los senderos del triple fuego, emanando de la base de la columna
vertebral, cuando se logra el entrelazamiento y el fuego circula
en el sendero, de un centro a otro, en forma correcta, y cuando
esto lo efectúa el rayo primario del hombre en el orden debido,
entonces el trabajo ha terminado. El quíntuple hombre ha logrado
la perfección para el actual ciclo mayor y ha alcanzado la
meta.
(Obsérvese
que este orden se ha de mantener también en los centros de
la cabeza).
Mañana
encararemos un estudio más especifico de los centros y los
describiré parcialmente, indicando el efecto que produce en
la vida el despertar de estas ruedas.
25 de junio de 1920.

2. Crecimiento y desarrollo de los centros.
Nuevamente
enumeraré los centros, considerando esta vez sus correspondencias
síquicas, e indicaré los colores y la cantidad de pétalos.
1.
Centro en la base de la columna vertebral. Cuatro pétalos.
Están dispuestos en forma de cruz, irradiando fuego de color
anaranjado.
2.
Centro plexo solar. Diez pétalos. Color rosado con mezcla
de verde.
3.
Centro cardíaco. Doce pétalos. Color oro resplandeciente.
4.
Centro laríngeo. Dieciséis pétalos. Color azul plateado, predominando
el azul.
5.
Los centros de la cabeza son dos:
a.
Entre las cejas. Noventa y seis pétalos. La mitad del loto
de color rosa y amarillo; la otra mitad, azul y púrpura.
b.
En la cima de la cabeza. Doce pétalos principales, de color
blanco y oro, y 960 pétalos secundarios, dispuestos alrededor
de los doce pétalos centrales. Esto hace un total de 1068
pétalos, en los dos centros de la cabeza, o sea 356 triplicidades.
Estas cifras tienen un significado oculto.
Esta
descripción se ha tomado del libro "La Vida Interna".
Se refiere a los centros etéricos, los cuales son la
manifestación, en el plano físico, de los correspondientes
vórtices en el plano emocional, a través de los cuales actúa
la vitalidad emocional. Tienen su contraparte mental, y al
despertarlos, como ya mencioné, mediante el crecimiento y
desarrollo de los mismos, viene la final vivificación y la
resultante liberación.
La
conexión entre los centros, el cuerpo causal y la meditación,
está oculta en la siguiente indicación: la desintegración
del cuerpo causal se efectúa mediante la rápida rotación e
interacción de estos centros y la intensificación de su fuerza
por medio de la meditación -la meditación ocultista ordenada.
Cuando el fuego interno circula por cada centro y el kundalini
asciende en espiral, exacta y geométricamente, de un vórtice
a otro, la intensificación interactúa en tres direcciones:
a.
Enfoca la luz o conciencia del Yo superior en los tres vehículos
inferiores, haciéndola descender para expresarse plenamente
y ampliar su contacto en los tres planos de los tres mundos.
b.
Hace descender, del triple espíritu, cada vez más fuego, realizando
para el cuerpo causal lo que el Ego hace para los tres vehículos
inferiores.
c.
Obliga a la unificación de lo superior con lo inferior, y
atrae la vida espiritual. Cuando se
ha realizado esto, cuando cada vida consecutiva percibe una
acrecentada vitalización de los centros y cuando el
kundalini, en su séptuple capacidad, hace contacto con cada
centro, entonces, hasta el cuerpo causal resulta inadecuado
para la afluencia de vida que desciende de lo alto. Los dos
fuegos se unen, si puedo expresarme así, y con el tiempo el
cuerpo egoico desaparece; el fuego consume el Templo de Salomón,
se destruyen los átomos permanentes y todo queda reabsorbido
en la Tríada. La esencia de la personalidad, las facultades
desarrolladas, el conocimiento adquirido y el recuerdo de
lo que ha ocurrido, forman parte del bagaje del Espíritu y,
con el tiempo, llega al Espíritu o Mónada en su propio plano.
Ahora
permítanme enumerar aquello sobre lo cual no es posible dar
mayor información, porque implica demasiado peligro:
1.
El método para despertar el Fuego Sagrado.
2. El orden de su progresión.
3. Las formas geométricas que adquiere al elevarse.
4. El orden en que se desenvuelven los centros, de acuerdo
al rayo del Espíritu. La complejidad es excesiva.
Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más
abstruso se hace. Se complica por la actuación de los rayos,
por el lugar que el individuo ocupa en la escala de evolución,
por el despertar desigual de los diferentes centros, en relación
al tipo de vida que lleva el hombre; su complejidad aumenta
por la triple naturaleza de los mismos (etérica, emocional
y mental), por el hecho de que algunas personas tienen un
centro emocional completamente despierto, el cual se manifiesta
etéricamente, aunque la contraparte mental esté aún pasiva;
otros tienen sus centros mentales despiertos, no el emocional,
que etéricamente se halla pasivo.
Esto
pone de manifiesto, en consecuencia, cuán grande es la necesidad
de instructores conscientes y clarividentes, capaces de trabajar
inteligentemente con los estudiantes, estimulando los centros
dormidos o perezosos, por medio del conocimiento y los métodos
científicos, alineándolos de manera que la corriente afluya
alternativamente entre los vórtices externos y el centro interno.
Más
adelante el instructor podrá entrenar al estudiante para que
despierte sin peligro el fuego interno, lo cultive y trasmita
científicamente, instruyéndolo sobre el orden requerido para
su circulación por el sendero de triángulos, hasta llegar
a los centros de la cabeza. Una vez que el kundalini haya
recorrido esas líneas geométricas, el hombre es perfecto,
la personalidad ha servido su objetivo y se ha alcanzado la
meta. Por eso todos los centros tienen un número de pétalos
múltiplo de cuatro, porque el cuatro es el número del yo inferior,
el cuaternario. La cantidad total de pétalos en los centros
(si eliminamos el bazo, que tiene un fin determinado, y los
tres órganos inferiores de la procreación) es de mil ciento
diez, número total que representa la perfección del microcosmos
-diez el número de la personalidad perfecta, cien el número
de la perfección causal y mil el número de la realización
espiritual. Cuando cada pétalo vibra en todas las dimensiones,
se alcanza la meta para este manvantara. Entonces el loto
inferior e halla en todo su esplendor y refleja al superior
con precisión.
26 de junio de 1920.
Efectos
de la meditación ocultista sobre los centros.
Estudiaremos
hoy los efectos de la meditación ocultista sobre los centros
y su consiguiente vivificación, presentando una meditación
iniciada siempre con el empleo de la Palabra Sagrada, pronunciada
de acuerdo con la regla.
Nos
referiremos también a la meditación practicada bajo la dirección
de un Instructor. Por lo tanto, el individuo meditará en forma
correcta o lo más correcto que pueda; por eso hoy consideraremos
el factor tiempo en relación con los centros, porque la tarea
es lenta y necesariamente gradual. Haré aquí una pausa, para
insistir que es necesario recordar que en todo trabajo realmente
ocultista, los efectos esperados llegan siempre muy lentamente.
En el caso de que un individuo, en una encarnación dada, progrese
en forma espectacular, se debe a que está poniendo de manifiesto
algo adquirido anteriormente (la manifestación de las facultades
innatas, adquiridas en pasadas encarnaciones) y se está preparando
para un nuevo periodo de esfuerzo lento, cuidadoso y minucioso.
En
la vida presente recapitula los procesos superados en el pasado
y pone los cimientos para un esfuerzo renovado. Este esfuerzo
lento y laborioso, método general para todo cuanto evoluciona,
no es al fin y al cabo más que una ilusión de tiempo, debido
a que actualmente la conciencia de la mayoría está polarizada
en los vehículos inferiores y no en el causal.
Los
estados de conciencia se suceden unos a otros con aparente
lentitud, y en esta progresión lenta reside la oportunidad
para el Ego de asimilar el fruto de estas etapas. Toma largo
tiempo para establecer una vibración estable y un tiempo igualmente
largo para desintegraría e imponer un ritmo más elevado. El
crecimiento constituye un largo periodo de construcción, para
una final destrucción, de organización para una posterior
desorganización, de desarrollo de ciertos procesas rítmicos,
a fin de romperlos y luego obligar al antiguo ritmo a que
ceda su lugar a otra nuevo. Lo que la Personalidad ha tardado
muchos cientos de vidas en establecer, no será fácilmente
alterado, cuando el Ego actuando en la conciencia inferior-
trate de efectuar un cambio. La trasferencia de polarización
del emocional al mental, de éste al causal y, más tarde, al
triple Espíritu, necesariamente implica un período de gran
dificultad, de violento conflicto, tanto interno como con
el medio ambiente, de sufrimiento intenso y de aparente oscuridad
y desintegración; todo esta caracteriza la vida del aspirante
o del discípulo. ¿Cuál es la causa y por qué es así? Las siguientes
razones ponen de manifiesto por qué el sendero es tan difícil
de hollar y el proceso de ascender la escala se hace (a medida
que se alcanzan los escalones más altos) más complicado y
difícil. Se debe:
1.
Disciplinar a cada cuerpo por separado, a fin de ser purificados.
2.
Reajustar y alinear.
3.
Repolarizar.
4.
Reconstruir prácticamente.
5.
Dominar cada subplano, del cuarto en adelante, pues en el
cuarto se inicia la vida del aspirante.
6.
Despertar gradual, cuidadosa y científicamente cada centro;
intensificar la rotación y electrificar la radiación (sí se
me permite utilizar este término y aplicarlo a los centros),
y manifestar su fuerza a través de la dimensión superior.
7.
Vincular magnéticamente cada centro etérico plenamente alineado
con los centros correspondientes de los cuerpos mental y emocional,
de modo que no se entorpezca la afluencia de fuerza.
8.
Despertar nuevamente cada centro mediante el Fuego Sagrado,
hasta que las radiaciones, la velocidad y los colores, se
hayan armonizado con la nota egoica. Esto es parte del trabajo
de Iniciación.
Debido
a que todo cambio se hace gradualmente, responde a la misma
ley que rige el crecimiento cíclico del macrocosmos:
1.
Primeramente se produce el choque entre el ritmo viejo y el
nuevo.
2.
A esto le sigue un período en que gradualmente domina el nuevo,
eliminando al viejo y estabilizando la nueva vibración.
3.
Finalmente se produce la desaparición, y luego la repetición
del proceso.
Esta
tarea se realiza en los cuerpos y en los centros por la meditación
y el empleo de la Palabra Sagrada, lo que contribuye a reajustar
la materia, a vitalizaría por el fuego, permitiendo al aspirante
trabajar de acuerdo a la ley. Este desarrollo de los centros
es un proceso gradual, paralelo al trabajo realizado sobre
los cuerpos, al refinamiento de los vehículos y al lento desenvolvimiento
de la conciencia causal.
Observaciones
finales.
Al
concluir esta clasificación sobre el empleo de la Palabra
Sagrada durante la meditación, quisiera explicar ciertas cosas,
aunque sólo es posible dar indicaciones. Es algo que, me doy
cuenta de ello, resulta difícil comprender. La dificultad
reside en que no se puede decir mucho sobre el correcto empleo
de la Palabra sin correr peligro, pues es uno de los secretos
de la iniciación; por tanto, no debe ser divulgado, y lo que
pudiera decirse es de poca utilidad para el estudiante, aparte
de incitarlo a un prudente intento de experimentación; experimento
que se ha de llevar a cabo bajo la dirección de alguien que
conozca. No obstante, voy a indicar ciertas cosas que, si
se reflexiona inteligentemente, traerán iluminación.
Al
meditar sobre el centro cardíaco, imaginarlo como un loto
dorado y cerrado. Al enunciar la Palabra Sagrada, imaginen
este loto expandiéndose lentamente, hasta ver el centro o
vértice interno como un radiante remolino de luz eléctrica,
más azul que dorada. Formar allí la imagen del Maestro, en
materia etérica, emocional y mental. Esto implica retraer
más internamente la conciencia. Una vez que la imagen esté
completamente formada, emítase otra vez suavemente la Palabra
y, mediante un esfuerzo de la voluntad, retraerse aún más
internamente y vincularse con el centro de doce pétalos de
la cabeza, el centro de la Conciencia causal. Hacer esto lenta
y gradualmente, manteniendo una actitud de paz y calma perfectas.
Existe una relación directa entre los dos centros de doce
pétalos y la meditación ocultista; la acción del fuego kundalínico
revelará más adelante su significado. Esta visualización lleva
a la síntesis, al desenvolvimiento y a la expansión causal
y, con el tiempo, conduce al hombre a la presencia del Maestro.
El
plexo solar es el asiento de las emociones, y no hay que concentrarse
en él durante la meditación. Es
la base de la curación física, y más adelante será mucho mejor
comprendido. Es el centro de la actividad -actividad que más
tarde será intuitiva, el centro laríngeo actúa radiantemente
cuando es transferida la polarización del átomo físico al
átomo mental permanente, como ya se ha explicado. Entonces
el átomo mental permanente se convierte en el centro de la
razón pura o pensamiento abstracto. Luego llega un momento
en el desenvolvimiento de la conciencia, en que la fuerza
emocional, que rige a la generalidad, es trascendida y reemplazada
por la fuerza del intelecto superior. A menudo marca un período
en que el individuo es guiado puramente por la razón, y sus
emociones ya no lo gobiernan. Esto se puede manifestar en
el plano físico como inflexibilidad intelectual. Más tarde,
el átomo emocional permanente cede su lugar al intuitivo,
y la intuición pura y la comprensión perfecta, por medio del
amor, constituyen el poder motivador, además de la facultad
de razonar. Entonces el plexo solar se caracteriza por la
preponderancia del color verde de la actividad, porque el
cuerpo emocional es el agente activo de lo superior, y engendra
muy poco el color rosa del deseo humano.
En
la rotación de la fuerza, a través del vórtice (rotación que
forma los pétalos del loto), se observará que ciertos pétalos
resaltan sobre los demás, y cada centro manifiesta una cruz
de modalidad peculiar, excepto en los dos centros de la cabeza,
síntesis de las cruces inferiores. La cruz de cuatro brazos
del tercer Logos se halla en la base de la columna vertebral,
y la cruz de la cuarta Jerarquía humana en el corazón.
Cuando
el aspirante medio entona la Palabra Sagrada, lleva la fuerza
al etérico a través de todos los centros internos, y causa
un definido estímulo en los pétalos de cada centro. Si el
loto está abierto parcialmente, sólo algunos pétalos reciben
el estímulo. Esto da origen a una vibración (especialmente
en el centro sobre el cual el individuo medita -el coronario
o el cardíaco), lo cual da origen a una acción refleja en
la columna vertebral, hasta su base. Esto, por sí mismo, no
es suficiente para despertar el fuego; sólo se puede hacer
en forma correcta, en la clave adecuada y sujeto a ciertas
reglas.
Cuando
la meditación se hace en el corazón, mediante la entonación
correcta de la Palabra Sagrada, y de acuerdo a las leyes ocultas,
la fuerza llega a través de los centros emocionales, desde
los niveles intuitivos.
Cuando
se realiza en la cabeza, la fuerza llega por los centros mentales
desde los niveles manásicos abstractos y, más tarde, desde
el átmico. Uno imparte intuición espiritual y el otro, conciencia
causal.
Hombre
avanzado es aquel que une los dos centros mayores -coronario
y cardíaco- en un instrumento sintético, y cuyo centro laríngeo
vibra al mismo ritmo. Entonces tiene la voluntad y el amor
fusionados en servicio armónico, y la actividad del físico
inferior es trasmutada en idealismo y altruismo. Al llegar
a esta etapa el hombre está preparado para despertar el fuego
interno. Sus cuerpos están suficientemente refinados para
resistir la presión y la precipitación; nada contienen que
sea perjudicial para su progreso; los centros son objeto de
una sintonización suficientemente elevada, como para recibir
el nuevo estímulo. Cuando esto se ha realizado llega el momento
de la iniciación, en que el servidor, en cierne, de la humanidad,
llega ante su Señor con el deseo purificada, el intelecto
consagrado y un cuerpo físico que es su servidor y no su amo.
Terminaremos
esta carta aquí. Mañana trataremos los peligros que enfrentan
al hombre que medita. Procuraré indicar de qué debe precaverse
y dónde actuar con cautela.
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