
Cartas
sobre Meditación Ocultista
Por
el Maestro Tibetano (Djwhal Khul)
(Alice
A. Bailey)
Nota
www.maestrotibetano.es
contiene casi toda la obra de Alice Bailey-Maestro Tibetano,
separada por libros y capítulos. Si desea saber más concretamente
sobre sus vidas, puede dirigirse a
https://es.wikipedia.org/wiki/Djwhal_Khul
CARTA
III
PUNTOS
A CONSIDERAR CUANDO ES ASIGNADA UNA MEDITACIÓN
1.
El rayo del Ego o Yo superior.
2. El rayo de la Personalidad o yo inferior.
3. La condición kármica del triple hombre.
4. La condición del cuerpo causal.
5. La necesidad de la época y la disponibilidad del hombre.
6. Los grupos, internos y externos, a los cuales el hombre
está afiliado.
4
de junio de 1920.
Ya
he tratado la importancia que tiene la meditación y sugerí
que consideraran cuatro razones, entre muchas, por las cuales
debe ser practicada. En esta época, en que la mayoría de ustedes
practica la meditación sin la guía de un instructor relacionado
personalmente en el plano físico, sólo ha podido formularse
un plan, para ser practicado, que lleva implícitos -elementos
seguros y universales.
Cuando
un instructor se halla presente, pueden desarrollarse diferentes
prácticas, adaptadas al temperamento del discípulo, que contengan
ciertos atributos y hagan de esa meditación particular la
línea de menor resistencia entre el cerebro físico y el cuerpo
causal.
Al
formular métodos de meditación, se han de tener en cuenta
algunos factores que enumeraré.
No
trato de darles esquemas y métodos a seguir, indico nada más
que los principios subyacentes que guían al instructor en
la elección del método adecuado para el estudiante.
Más
adelante, cuando aparezca el instructor y quede demostrada
la aplicación científica del método individual, podrán ver
si las reglas aquí formuladas son fundamentales o no. Fundamentos
y principios es todo lo que trato de proporcionarles. Los
métodos y detalles se han de desarrollar mediante la aplicación
del discernimiento, la experiencia, el valor y la perseverancia.
Los factores que el instructor tiene que considerar al asignar
la meditación son, si sólo tratamos los más importantes, los
seis siguientes:
1.
El rayo del Ego o Yo superior del estudiante.
2. El rayo de su Personalidad o yo inferior.
3. La condición kármica de su triple
naturaleza inferior.
4. La condición de su cuerpo causal.
5. La necesidad inmediata de la época
y su disponibilidad.
6. Los grupos, internos y externos,
con los cuales el estudiante está identificado.
Vamos
ahora a considerar estos factores por separado.

1.
El rayo del Ego o Yo superior.
El
rayo al cual pertenece el cuerpo causal del hombre, el rayo
egoico, debería determinar el tipo de meditación. Cada rayo
requiere un método diferente de acercamiento, porque la finalidad
de toda meditación es la unión con lo divino. En esta etapa
es la unión con la Tríada espiritual, que tiene su reflejo
inferior en el plano mental. Permítaseme ilustrar brevemente:
Cuando
el rayo egoico es el primero, o Rayo de Poder, el método de
acercamiento debe ser la aplicación dinámica de la voluntad
a los vehículos inferiores, denominándoselo logro por un enfocamiento
intenso; una potente concentración de propósito, que anula
todos los obstáculos y, literalmente, abre un canal, impeliéndose
a sí mismo hacia la Tríada.
Cuando
el rayo egoico es el segundo, o Rayo de Amor-Sabiduría, la
línea de menor resistencia se halla en la expansión y en la
inclusión gradual. No es tanto un impulso hacia adelante,
sino más bien la gradual expansión desde un centro interno,
hasta incluir a los que nos rodean, al medio ambiente, a las
almas afines y a los grupos de discípulos dirigidos por algún
Maestro, incluyéndolos a todos en la conciencia. Llevada a
su culminación, esta expansión da por resultado la final desintegración
del cuerpo causal, en la cuarta iniciación. En el primer caso
-la realización a través del Rayo de Poder- el impulso hacía
adelante y hacia arriba tendrá el mismo resultado, el cauce
abierto da paso a la afluencia descendente de la tuerza o
fuego del espíritu y el cuerpo causal es igualmente destruido
a su tiempo.
Cuando
el rayo egoico es el tercero, a Rayo de Actividad-Adaptabdidad,
el método es algo diferente. No es el impulso hacia adelante
ni la expansión gradual, sino la adaptación sistemática de
todo el conocimiento y de todos los medios para alcanzar la
meta percibida.
En
realidad es el proceso de utilizar a los muchos para el uso
de uno; es más bien el acaparamiento del material y de las
cualidades necesarias para ayudar al mundo, y la acumulación
de información, por medio del amor y de la discriminación,
que oportunamente desintegra al cuerpo causal.
En estos "Rayos de Aspecto" o de expresión divina,
si puedo denominarlos así, la desintegración
es ocasionada, en el primer caso, por el ensanchamiento del
canal, debido a la fuerza impulsiva de la voluntad;
en
el segundo caso, por la expansión del
huevo áurico inferior, el cuerpo causal, debido a la inclusividad
del rayo sintético de amor y sabiduría, y
en
el tercer caso, por la rotura de la periferia del cuerpo causal,
debido a la facultad acumulativa y la
absorción sistemática del Rayo de Adaptabilidad.
Estos
tres métodos diferentes dan el mismo resultado, siendo fundamentalmente
formas de un gran método empleado para lograr el desarrollo
del amor o sabiduría -meta de esfuerzo del actual sistema
solar.
Tenemos
así la voluntad, impulsando al hombre hacia la perfección,
mediante la realización de lo superior, que da por resultado
un poderoso servicio por medio del amor activo.
También
el aspecto sabiduría o amor, impulsando al hombre hacia la
perfección, mediante la comprensión de su unicidad con todo
cuanto alienta, que da por resultado el servicio amoroso por
medio del amor activo.
Y
el aspecto actividad, impulsando al hombre hacia la perfección,
mediante la utilización de todo lo que está al servicio del
hombre; primeramente, utilizando todo para él mismo; luego,
gradualmente, para la familia, aquellos que ama personalmente,
quienes lo rodean y así sucesivamente, hasta que utiliza todo
en servicio de la humanidad.
Cuando
el rayo egoico es el atributivo cuarto Rayo de Armonía, el
método será la comprensión interna de la belleza y la armonía,
que causa la desintegración del cuerpo causal por el conocimiento
del sonido y del color mediante el efecto desintegrador del
sonido. Es el proceso que conduce a la comprensión de las
notas y tonos del sistema solar, la nota y tono de los individuos
y el esfuerzo para armonizar la propia nota egoica con la
de otros.
Cuando
la nota egoica es emitida en armonía con otros egos, da por
resultado la desintegración del cuerpo causal, el desapego
de lo inferior y el logro de la perfección. Sus exponentes
desarrollan la música, el ritmo y la pintura. Se recogen en
sí mismos para abarcar el aspecto vida de la forma. La manifestación
externa de ese aspecto vida se revela en el mundo mediante
lo que llamamos arte. Los grandes pintores y los músicos inspirados
están, en muchos casos, alcanzando la meta por este medio.
Cuando
el quinto Rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia es el rayo
del hombre, el método es muy interesante.
Consiste
en la aplicación intensa de la mente concreta a algún problema
para ayudar a la raza; tal es la concentración de todas las
cualidades mentales Y el control de la naturaleza inferior,
de manera que implique un supremo esfuerzo para trascender
lo que impide el descenso del conocimiento superior.
Involucra también el elemento voluntad (como ha de suponerse)
que da por resultado la extracción de la información deseada,
desde la fuente de todo conocimiento.
A
medida que este proceso continúa, la penetración en la periferia
del cuerpo causal se hace tan frecuente que llega a producirse
la desintegración, y el hombre se libera. Es la mentalidad
impulsando al hombre a la perfección y forzándolo a utilizar
todos sus conocimientos en amoroso servicio a su raza.
El
sexto Rayo de Devoción es, preeminentemente, el del sacrificio.
Cuando es el rayo egoico, el método de acercamiento a través
de la meditación toma la forma de dedicación concentrada por
medio del amor, hacia algún individuo o ideal.
El
hombre aprende a ser incluyente por el amor a una persona
o ideal; concentra todas sus facultades y esfuerzos en la
contemplación de lo que se requiere, y sacrificándose por
esa persona o ideal, entrega su cuerpo causal a las llamas
del altar.
Es
el método del fanatismo divino que considera perdido todo
lo que está fuera de su visión y, oportunamente, sacrifica
gozosamente la entera personalidad. El cuerpo causal es destruido
por el fuego, y así la vida liberada asciende al Espíritu
en divina beatificación.
Cuando
el rayo egoico es el séptimo, o Rayo de la Ley Ceremonial
o Magia, el método de acercamiento es la comprensión y glorificación
de la forma. Como se dijo anteriormente, la meta de todas
las prácticas de meditación consiste en acercarse a lo divino
que en cada uno existe y, por ello, a la Deidad Misma.
Por
lo tanto, el método consiste en aplicar la ley, el orden y
la regla, a cada acción de la vida en los tres cuerpos, y
construir, dentro del cuerpo causal, una forma que va expandiéndose
hasta causar la desintegración de ese cuerpo. Es la construcción
del Santuario, de acuerdo a ciertas reglas, hasta convertirlo
en la morada de Shekinah, y cuando arde la luz espiritual,
el Templo de Salomón se estremece, tambalea y se desintegra.
Constituye
el estudio de la ley y la consiguiente comprensión del hombre,
de por qué y cómo es manipulada la ley; consiste en la definitiva
aplicación de la ley al cuerpo causal, para hacerlo innecesario
y producir así su desintegración.
El
resultado es emancipación, y el hombre se libera de los tres
mundos. Muchos ocultistas pertenecen, en la actualidad a este
rayo, a fin de continuar el proceso liberador. Es el método
que conduce al hombre a la liberación por la comprensión y
la aplicación inteligente de la Ley a su propia vida, y al
mejoramiento de las condiciones del cuerpo de la humanidad,
convirtiendo al hombre en un servidor de su raza.
Esto
es suficiente por hoy.

5 de junio de 1920.
2. El rayo de la Personalidad o yo inferior.
Se
ha tratado con cierta extensión el primer factor, el rayo
egoico, para determinar el método de meditación. Hoy nos ocuparemos
de las funciones del rayo de la personalidad para determinar
dicho método. Como se sabe, el rayo de la personalidad es
siempre un subrayo del rayo espiritual, y varía con más frecuencia
que el rayo egoico. En los Egos evolucionados, que hoy se
encuentran entre los pensadores de la raza y los prominentes
trabajadores, en todos los sectores de actividad en el mundo,
el rayo de la personalidad puede variar vida tras vida, estando
basada cada vida en una nota diferente y manifestando un color
distinto. De esta manera el cuerpo causal se va equipando
más rápidamente. Cuando la unidad reencarnante ha llegado
a una etapa en que puede elegir conscientemente su modalidad
de expresión, primeramente recapitulará sus vidas anteriores,
y el conocimiento así adquirido lo guiará para elegir la simiente.
Antes de reencarnar hará vibrar su nota egoica, y observará
la carencia de plenitud o la disonancia que pueda contener;
entonces decidirá qué nota fundamentará la vibración de su
futura personalidad.
Posiblemente
dedique una vida a emitir una nota particular y a estabilizar
una vibración determinada. La nota debe emitirse y la vibración
estabilizarse, en diversas circunstancias. De allí la necesidad
de que la vida del aspirante o del discípulo cambie frecuentemente,
y esto explica la manifiesta condición de variedad y caos
aparente, que caracteriza a tales vidas.
Cuando
la disonancia se ha corregido y la vibración es constante
y no está sujeta a cambios, se ha realizado el trabajo necesario.
El Ego puede recoger nuevamente sus fuerzas, antes de continuar
la tarea de perfeccionamiento del cuerpo causal y llevar el
acorde deseado a una perfecta exactitud y claridad de tono.
Entonces se verá cuán necesario es adaptar el método de meditación
a la necesidad de la personalidad, sincronizándolo al mismo
tiempo con el primer factor e involucrando al rayo del Ego.
Ilustración
práctica.
Permítanme
ilustrar a fin de dilucidar de algún modo esta cuestión, siendo
deseable que haya una exacta comprensión.
Supongamos que el rayo egoico al cual pertenece A es el de
amor o sabiduría, mientras que el rayo de su yo inferior es
el quinto rayo o de Conocimiento Concreto. En vidas pasadas
A demostró amor y realizó verdaderos progresos mediante el
método del rayo sintético, el de expansión. Ahora ama intensamente
y su conciencia se expande con gran facilidad, hasta incluir
una parte exacta de las circunstancias ambientales; pero aunque
posee inteligencia común, carece de la vibración estabilizadora,
inherente al quinto rayo. No tiene la concentración que fuerza
los resultados, y necesita el fundamento básico de hechos,
antes de que pueda progresar inteligentemente y sin peligro.
El instructor prudente, al darse cuenta de esta necesidad,
emplea el método de expansión inherente al rayo egoico, y
lo aplica a la expansión del cuerpo mental. Mediante el método,
inteligentemente adjudicado, la facultad de expansión (utilizada
hasta entonces únicamente para incluir a otros por medio del
amor) será aplicada al esfuerzo concentrado con idéntica finalidad
de expansión, pero con el propósito de adquirir conocimiento.
Alcanzado esto, todo esfuerzo de la vida personal podrá dedicarse
aparentemente (en determinada encarnación) a adquirir una
posición científica y al desarrollo de la mente. El progreso
intelectual podrá parecer de gran importancia al observador
sin cultura; no obstante la tarea continúa como lo ha deseado
el guía interno, y sólo la vida a vivir pondrá de manifiesto
la sabiduría de la elección egoica.
Combinando
los métodos de segundo rayo y la dedicación que otorga el
quinto rayo, se alcanzará la expansión intelectual. ¿He puesto
esto en claro? Trato de escribir con claridad, porque la meditación
es de vital importancia para muchos.
Por
lo tanto, después de un cuidadoso análisis, resultará evidente
que cuanto más sabemos, menos juzgamos. Una persona podrá
haber desarrollado el aspecto amor; no obstante, en determinada
encarnación, ese aspecto podrá ser pasivo, y la línea de desarrollo
más evidente será la estrictamente intelectual. Abstenerse
de opinar es la mejor actitud para el observador inteligente,
pues aún no posee la visión interna que ve el color, ni el
oído interno que le permite reconocer la nota.
7
de junio de 1920.
3. La condición kármica del triple hombre.
La
condición kármica del triple hombre y el lugar que ocupa en
la evolución serán considerados hoy al estudiar el tema de
los "Métodos de Meditación". Este tercer punto es
de verdadera importancia para ayudarnos a decidir inteligentemente
cuál es el método de meditación adecuado para cada individuo.
Primeramente, se trató de la importancia de la meditación;
luego tocamos, en forma breve, el punto respecto a la parte
que desempeña el rayo egoico en la decisión del método, poniendo
incidentalmente de manifiesto un punto en el cual no se ha
hecho mucho hincapié hasta ahora: que la verdadera meta de
la meditación es separar, desintegrar y dispersar gradualmente
el cuerpo egoico. Como hemos visto, cada rayo exige un proceso
diferente. Después se trató de la función que desempeña el
rayo de la personalidad en combinación con el rayo egoico,
y vimos en qué forma, mediante la consideración inteligente
de esos dos factores, se puede asignar el método adecuado.
Ahora
estudiaremos más específicamente el factor tiempo. Karma y
tiempo son términos sinónimos, más de lo que comúnmente se
piensa. La meditación ocultista y el comienzo definido de
la tarea de liberar al individuo de la periferia del cuerpo
causal, sólo pueden iniciarse cuando se ha alcanzado cierto
grado de evolución y el cuerpo causal (debido a su contenido)
ha logrado cierta gravedad específica y su circunferencia
llena ciertas condiciones. Todo el proceso se ajusta a la
Ley y no es, como comúnmente se cree, cuestión de aspiración
y deseos elevados. Consideren inteligentemente esta frase
que acabo de escribir sobre la condición kármica del triple
hombre y el lugar que ocupa en la escala evolutiva. ¿Qué he
especificado? Tres factores a considerar:
a.
El grado de evolución.
b. La gravedad específica del cuerpo causal.
c. La medida y circunferencia del cuerpo causal.
Más
adelante me propongo tratar definidamente el plano mental
y sus tres subplanos superiores, los planos del Ego. Explicaré
el lugar que ocupa el cuerpo causal en dichos planos y su
relación con otros cuerpos en el plano mental. En esta carta
trataré únicamente los puntos mencionados. En consecuencia,
me limitaré al cuerpo causal, a la conciencia egoica y a la
relación de ésta con el yo inferior. Más adelante considerará
esta misma conciencia en su propio plano y su relación con
otros egos y con la Jerarquía. Tengan claramente presente
lo siguiente: mi tema principal es ahora el desenvolvimiento
de la conciencia egoica dentro de la Personalidad. No las
confundan. Podría expresarlo de otra manera: trataré de la
relación del Yo superior con el triple hombre inferior y de
la forma de acrecentar gradualmente la fuerza de dicha relación
a través de la meditación. Tal acrecentamiento coincide con
los tres factores ya mencionados. Vamos a considerarlos por
orden.
El grado de evolución.
La
vida de la personalidad evolucionante puede ser dividida en
cinco partes. Después de todo, nuestra evolución es quíntuple,
y la vida del hombre (como ser humana y antes de alcanzar
la quinta iniciación) puede ser considerada como una serie
de cinco etapas sucesivas, cada una de las cuales es posible
medir por el estado en que se halla la Llama del Espíritu
que en él mora. Desde el punto de vista de nuestra Jerarquía
planetaria oculta, como ya he dicho, somos medidos por nuestra
luz.
La
primera etapa de nuestro progreso podría medirse desde el
momento en que el hombre animal se convirtió en entidad pensante,
un ser humano, hasta la actuación consciente del cuerpo emocional
o etapa en que mayormente predominan las emociones. Esto corresponde
a los períodos de la época Lemuria y a los primeros días de
la Atlante. Durante el actual período el hombre se halla polarizado
en el cuerpo físico y está aprendiendo a ser controlado por
su cuerpo de deseos -el de los sentimientos y de las emociones.
No tiene más aspiración que satisfacer los placeres del cuerpo;
vive para su naturaleza física, y no posee idea de nada superior.
Este período se asemeja al de la infancia, de uno a siete
años. En el actual período, los atentos Instructores de la
raza ven la Llama interna como un diminuto punto, y el átomo
permanente del plano físico retiene la polarización. Esto
no demanda la atención de los Instructores, porque la fuerza
instintiva inherente al Yo superior realiza la tarea, y la
fuerza impulsiva de la evolución lleva todo hacia la perfección.
La
segunda etapa comprende un grado de evolución en que la polarización
se halla mayormente en el cuerpo emocional, y se está desarrollando
la mente inferior de deseos. Los postreros días de la Atlántida
son una analogía de esto. Los deseos no son tan puramente
físicos, porque la mente comienza a introducirse en forma
similar a como la levadura fermenta la masa. El hombre es
consciente de deseos indefinidos no asociados al cuerpo físico;
puede sentir un profundo amor por los instructores y guías
más sabios que él; devoción irracional e incontrolada por
quienes lo rodean, y odio también irracional e incontrolado
porque le falta el equilibrio que la mente proporciona, y
la estabilidad es la resultante de la actividad mental. Debido
a esto el hombre sufre por sus extremismos.
La
polarización ahora se halla en el átomo emocional permanente,
pero (cuando se alcanza este grado de desenvolvimiento) actúa
una luz entre los dos átomos que han experimentado la polarización
-el emocional y el físico. Lo que trato de poner en claro
es que, en esta etapa, la unidad mental no ha sentido la fuerza
de la polarización, estando retenida por lo emocional, dando
por resultado una diferencia integral dentro de la periferia
del átomo mismo. Las combinaciones electrónicas que componen
el átomo que ha experimentado la polarización, están agrupadas
en una forma geométrica diferente de la de aquellos que no
han experimentado el proceso. Esto es efecto de la vida del
Ego, que actúa sobre la materia del átomo, causando varias
aproximaciones y diferenciaciones invisibles en un átomo no
polarizado. El tema es oscuro y complejo.
Este
período es análogo a la etapa de la vida del niño desde los
siete a los catorce años; o sea el período de la adolescencia,
en que el niño madura. Esta madurez es consecuencia de la
polarización lograda en el alineamiento de lo emocional y
físico. Este alineamiento se efectúa hoy fácilmente entre
los cuerpos físico y emocional. El problema consiste en alinear
a ambos con el cuerpo mental y después con el egoico.
Los
Guías que observan a la raza, pueden ver en el hombre la Llama
o la Luz interna un poco más grande, pero aún tan pequeña
que es casi imperceptible. Pero si es posible poner las cosas
más claras, sin producir confusión por el empleo de las palabras,
diré que así como en el primer período el átomo físico podía
haberse iluminado, ahora en el segundo, el átomo emocional
está similarmente iluminado, lo cual constituye para los Instructores
una señal de que el trabajo progresa. Todo esto abarca un
vasto período de tiempo, porque el progreso en el presente
período es extremadamente lento. Mi alusión a las razas Lemuria
y Atlante, no tiene más objeto que trazar una analogía como
ejemplo, pero no una analogía del tiempo.
Al
entrar en la tercera etapa, llegamos al momento más vital
del desenvolvimiento del hombre en el cual es desarrollada
la mente, y la vida polarizada se transfiere a la unidad mental.
Hablando en términos del sistema solar y considerando a la
humanidad como una unidad, cuyos átomos permanentes forman
las moléculas del correspondiente átomo cósmico, el trabajo
ha progresado de la polarización física a la emocional y ahí
permanece. El átomo mental cósmico, en el cuerpo del Logos,
no alcanzará la polarización hasta el séptimo ciclo del ciclo
mayor, cuando el sistema sea llamado a la oscuración y fuera
de la manifestación. En todas partes los individuos, como
unidades, realizan el trabajo y constituyen, por lo tanto,
una esperanza para todos.
Este
tercer período corresponde, en el ser humano, al que transcurre
desde los catorce a los veintiocho años, siendo dicho periodo
muy extenso, porque es mucho lo que debe hacerse. Dos átomos
han experimentado la polarización, y otro es trasladado al
mental, constituyendo el punto medio. En esta época la Luz
actúa entre los tres átomos (delineando el triángulo de la
personalidad). Pero el punto focal se va trasladando gradual
y acrecentadamente a la unidad mental, mientras el cuerpo
egoico, gradualmente, se va integrando y asume sus debidas
proporciones.
El
hombre controla el cuerpo físico, y en cada vida construye
uno mejor; posee un cuerpo de deseos cuyas exigencias son
más refinadas (observen el significado oculto de esta expresión);
comprende los goces del intelecto y lucha por poseer un cuerpo
mental más apropiado; sus deseos tienden hacia arriba y no
hacia abajo, trasmutándolos en aspiración -primero aspiración
por las cosas de la mente, después por cosas más abstractas
y sintéticas. La Llama o Luz egoica interna irradia ahora
desde un centro interno hacia la periferia, iluminando al
cuerpo causal y dando la impresión de que arde. Para la Jerarquía
observadora es evidente que el fuego divino compenetra, calienta
e irradia a través de todo el cuerpo causal, y que el Ego
es cada vez más consciente de su propio plano y se interesa
-vía los átomos permanentes- por la vida de la Personalidad.
El cerebro físico de la Personalidad, no se da cuenta aún
de la diferencia que existe entre la capacidad mental inherente
y la impresión dirigida por el Ego; pero se está acercando
el momento en que se producirá algún cambio y la evolución
avanzará con mayor rapidez. Se acerca la cuarta etapa. Aquí
haré una advertencia. Todo lo que antecede no se desarrolla
en secciones ordenadas, si así puedo expresarlo. Prosigue
como lo hace el sistema mayor, en constantes superposiciones
y paralelamente, debido al inherente rayo del Espíritu o Mónada,
a los cambios cíclicos y a la diversidad de fuerzas que actúan
astrológicamente y con frecuencia de centros cósmicos desconocidos
en la vida que palpita dentro de los átomos...
En
la cuarta etapa se completa la coordinación de la Personalidad,
donde el hombre despierta (como el hijo pródigo en un país
lejano), y dice: "Me levantaré e iré a mi Padre".
Éste es el resultado de la primera meditación. Los tres átomos
permanentes funcionan, y el hombre es una entidad activa,
sensible y pensante. Llega a la culminación de la vida de
la personalidad y empieza a trasladar conscientemente su polarización,
de la vida de la personalidad a la vida egoica; se encuentra
en el sendero del discipulado o probación, o muy cerca de
ello. Comienza la tarea de transmutación del hombre; laboriosa,
penosa y cuidadosamente fuerza a su conciencia hacia arriba
y la expande a voluntad; determina, a toda costa, dominar
y actuar con plena libertad en los tres planos inferiores;
se da cuenta de que el Ego debe tener una perfecta expresión
-física, emocional y mental- y construye con infinito esfuerzo
el canal necesario. Atrae la atención de los Instructores.
¿Cómo logra esto? El cuerpo causal empieza a irradiar la Luz
interna. Este cuerpo ha sido llevado a un punto de refinamiento
en que se hace trasparente, y al establecer contacto el Ego
con la Triada, aparece una llamita... La luz ya no está oculta,
sino que surge repentinamente y atrae la anhelante mirada
del Maestro.
Esto
corresponde en el individuo, al periodo que va desde los veintiocho
a los treinta y cinco años. Es el período en que el hombre
se encuentra a sí mismo, descubre cuál debe ser su línea de
actividad, qué puede realizar y, desde el punto de vista mundano,
adquiere lo que le corresponde.
Durante
la quinta etapa, la Llama traspasa gradualmente la periferia
del cuerpo causal y "el sendero del justo brilla cada
vez más, hasta el día perfecto". En la cuarta etapa comienza
la meditación; es la meditación mística que conduce a la meditación
ocultista en la quinta etapa, en la cual se obtienen resultados
por estar ajustada a la ley, siguiendo así la línea de su
rayo. Por medio de la meditación el hombre -como Personalidad-
siente la vibración del Ego, y trata de llegar a éste y hacer
descender la conciencia egoica, hasta incluir conscientemente
al plano físico. Por la meditación o el recogimiento en sí
mismo, el hombre aprende el significado del Fuego, aplicándolo
a todos los cuerpos, hasta que sólo queda el fuego mismo.
A través de la meditación, o pasando de lo concreto a lo abstracto,
se penetra en la conciencia causal, y el hombre -durante esta
última etapa- se convierte en el Yo superior, no en la Personalidad.
Durante
la quinta etapa (el periodo del Sendero de Iniciación) la
polarización cambia completamente de la Personalidad al Ego,
de manera que al término de dicho período es total la liberación
del hombre, y hasta al cuerpo causal se lo considera una limitación,
completándose la emancipación. La polarización entonces es
elevada a la Triada; la trasferencia comenzó ya en la tercera
Iniciación. El átomo físico permanente desaparece y la polarización
se convierte en mental superior; el átomo emocional permanente
desaparece y la polarización se hace intuitiva; la unidad
mental también desaparece y la polarización llega a ser espiritual.
El hombre se convierte en Maestro de Sabiduría, teniendo la
edad simbólica de los cuarenta y dos años, el punto de perfecta
madurez en el sistema solar.
Viene
después un período posterior que corresponde a la edad entre
los cuarenta y dos y cuarenta y nueve años, cuando se puede
recibir la sexta y séptima iniciaciones; pero este período
no concierne a los lectores de estas cartas.
La gravedad específica y el contenido del cuerpo causal.
Este
tema, respecto al cuerpo causal, ofrece al pensador mucho
material para reflexionar. No se pueden dar cifras literales
ni líneas dimensionales, pues forman parte de los secretos
de la iniciación, pero sí sugerir ciertas ideas para someterlas
a la consideración de los interesados.
¿Qué
se quiere dar a entender cuando se habla del cuerpo causal?
No digan superficialmente el cuerpo de las causas, porque
las palabras así expresadas son a menudo confusas y ambiguas.
Vamos a considerar al cuerpo causal y averiguar cuáles son
sus partes componentes.
En
el sendero involutivo tenemos lo que se denomina Alma Grupal,
competentemente descrita (hasta donde lo permiten las palabras)
como un conjunto de triadas, encerradas en una triple envoltura
de esencia monádica. En el sendero evolutivo tenemos análogos
grupos de cuerpos causales compuestos similarmente, que involucran
tres factores.
El cuerpo causal es una colección de átomos permanentes, tres
en total, encerrados en una envoltura de esencia mental...
¿Qué ocurre en el momento en que el hombre-animal se convierte
en una entidad pensante, un ser humano? Se produce el acercamiento
entre el Yo y el no yo por medio de la mente, porque el hombre
es "el ser en quien el espíritu más elevado y la materia
más inferior están unidos por la inteligencia". ¿Qué
significa esta frase? Simplemente lo siguiente: que cuando
el hombre-animal llegó al punto adecuado, cuando su cuerpo
físico estuvo suficientemente coordinado y la naturaleza emocional
o de deseos fue bastante fuerte como para formar la base de
la existencia, guiándola por medio del instinto, y cuando
el germen de la mente fue debidamente implantado para otorgar
la memoria instintiva y la correlación de ideas, tal como
se puede observar en el animal doméstico común, entonces el
Espíritu descendente (que había tomado para sí un átomo en
el plano mental) juzgó que el momento era oportuno para tomar
posesión de los vehículos inferiores. Fueron exhortados los
Señores de la Llama, y transfirieron la polarización desde
el átomo inferior de la Tríada al átomo inferior de la Personalidad.
Pero la Llama interna no pudo descender más abajo del tercer
subplano del plano mental. Allí se unieron ambos y se convirtieron
en uno, formando el cuerpo causal. En la naturaleza todo es
interdependiente, y el Pensador interno no puede regir los
tres mundos inferiores sin la ayuda del yo inferior. La vida
del primer Logos debe estar fusionada con la del segundo Logos
y basada en la actividad del tercer Logos.
Por
lo tanto, en el momento de la individualización (término empleado
para expresar este momento de contacto) tenemos, en el tercer
subplano del plano mental, un punto de luz que encierra tres
átomos y, a su vez, el mismo punto está contenido en una envoltura
de materia mental. Por consiguiente la tarea a realizar consiste
en procurar que:
1.
El punto de luz se convierta en llama, aventando constantemente
la chispa y nutriendo el fuego.
2. El cuerpo causal crezca y se expanda desde un ovoide incoloro
(que retiene al Ego como lo está la yema dentro de la cáscara
del huevo), en algo de rara belleza, conteniendo en sí todos
los colores del arco iris.
Ésta
es una realidad ocultista. A su debido tiempo, el cuerpo causal
palpitará, irradiando internamente una fulgurante llama interna,
que gradualmente se abrirá camino del centro a la periferia.
Luego horadará esa periferia, utilizando el cuerpo (el producto
de millares de vidas de dolor y esfuerzo) como combustible
para sus llamas. Consumirá todo; ascenderá hasta la Tríada
y (convirtiéndose en uno con Ella) la llama será reabsorbida
en la conciencia espiritual -y llevará con ella- empleando
el calor como símbolo -una intensidad de calor, cualidad de
color o vibración que antes no poseía.
Por
lo tanto, el trabajo de la Personalidad -pues hemos de mirar
todo desde este ángulo, hasta alcanzar la visión egoica- consiste,
primero, en construir, embellecer y expandir el cuerpo causal;
segundo, encerrar la vida de la Personalidad dentro de éste,
absorbiendo lo bueno de la vida personal y acumulándolo en
el cuerpo del Ego. Podemos denominarlo Vampirismo Divino,
porque el mal es siempre el reverso del bien. Después de realizar
esto, la llama se aplica al cuerpo causal, apartándonos gozosamente
mientras prosigue el trabajo de destrucción, y la llama -el
hombre interno viviente y el espíritu de vida divina- se libera
y asciende hasta su fuente de origen.
La
gravedad específica del cuerpo causal fija el instante de
la emancipación y marca el momento en que se completa el trabajo
de construcción y de embellecimiento, cuando es erigido el
Templo de Salomón y el peso (ocultamente entendido) del cuerpo
causal está de acuerdo con la cualidad que desea la Jerarquía.
Entonces sobreviene el trabajo de destrucción y la liberación
se acerca. Ha experimentado el estado primaveral, seguido
del pleno verdor del estío; ahora se hará sentir la fuerza
desintegradora del otoño -aunque esta vez se sienta y aunque
en el plano mental y no en el físico. El hacha es aplicada
a las raíces del árbol, pero la esencia de la vida se recoge
en el depósito divino.
El contenido del cuerpo causal es la acumulación lenta y gradual
de todo lo bueno en cada vida. La construcción avanza despacio
al principio; pero al acercarse el término de la encarnación
–en el sendero de probación y en el de iniciación- el trabajo
avanza rápidamente. La estructura ha sido erigida y cada piedra
fue extraída de la cantera de la vida personal. En el Sendero,
en cada una de sus dos etapas, la tarea de completar y embellecer
el Templo prosigue con mayor rapidez...
La
medida y la circunferencia del cuerpo causal.
En
resumen y como conclusión diré que la circunferencia del cuerpo
causal varia de acuerda al tipo y al rayo. Ciertos cuerpos
egoicos son de forma más circular que otros, algunos más ovoides
y otro de forma más alargada. Lo que tiene importancia es
el contenido y la flexibilidad de esa materia, y sobre todo
la permeabilidad oculta del huevo áurico inferior, que le
permite hacer contacto con otros Egos y sin embargo retener
la propia identidad; fusionarse con sus similares, no obstante
conservar su individualidad, y, absorbiendo todo lo deseable,
conservar su propia forma.
16
de junio de 1920
4.
Condición del cuerpo causal.
El
cuarto factor, que influye en la selección del método de meditación,
será nuestro tema de hoy. Trata de la condición del cuerpo
causal.
Hemos
tratado el cuerpo causal en relación con la Personalidad o
yo inferior y demostrado la interacción e interdependencia
de ambos. Hemos visto que mediante la práctica constante de
la meditación ocultista y el aquietamiento gradual de la mente
inferior, mediante la concentración y la inteligente práctica
de la meditación sobre el rayo egoico, equilibrado con la
meditación sobre el rayo de la Personalidad, la relación del
cuerpo causal con la Personalidad se hace cada vez más íntima
y el canal que los une más preciso y adecuado. Vimos oportunamente
que esto dio por resultado el traslado de la polarización
de lo inferior a lo superior y más tarde -emancipado totalmente
de ambos- se centralizó en la conciencia espiritual. El tema
fue considerado desde el punto de vista inferior, viéndolo
desde el ángulo del hombre en los tres mundos.
Hoy
trataremos el tema desde el punto de vista del Yo superior,
el nivel egoico; consideraremos la relación de ese Yo con
la Jerarquía, con los Egos que lo circundan y con el Espíritu.
Será difícil dar algo más que algunas indicaciones, pues gran
parte de lo que podría decir sería poco comprendido, y muy
esotérico y peligroso para ser comunicado en forma general.
Tres
cosas pueden impartirse que, si se medita sobre ellas inteligentemente,
podrán conducir a la iluminación:
El
Ego en su propio plano comprende conscientemente su relación
con el Maestro, y trata de trasmitir esa conciencia a la Personalidad.
El Yo superior en su propio plano, no está entorpecido por
el factor tiempo y espacio, y (como conoce el futuro, lo mismo
que el pasado) trata de lograr el fin deseado y convertirlo
rápidamente en una realidad.
El Yo superior o Ego en su propio plano, está en relación
directa con Egos que se hallan en el mismo rayo, abstracto
o concreto, y -comprendiendo que el progreso se alcanza en
forma grupal- actúa en ese plano ayudando a los de su especie.
Estos hechos son parcialmente comprendidos por los estudiantes,
pero voy a comentar algo más a fin de esclarecerlos.
La
relación del Ego con la Jerarquía.
La
relación del Ego con algún Maestro, en la actual etapa, es
emprendida conscientemente, pero en sí misma constituye un
desenvolvimiento evolutivo. Según se ha dicho, existen en
la jerarquía humana en evolución sesenta mil millones de unidades
conscientes o espíritus. Éstos se encuentran en los niveles
causales, aunque el número se ha reducido algo hoy, porque
algunos han recibido la cuarta iniciación. Estos Egos, de
diferentes grados de desenvolvimiento, están vinculados con
su Monada, Espíritu o Padre en el Cielo, como análogamente
(aunque en materia más sutil) el Ego lo está a la Personalidad.
Como
bien saben, las Mónadas están controladas o más bien forman
parte de la conciencia de uno de los Espíritus planetarios.
En los niveles egoicos los Egos se encuentran en condición
similar. Un Adepto del mismo rayo supervisa su evolución general,
ocupándose de ellos en grupos, formados de acuerdo con:
a.
el subrayo del Rayo egoico,
b. el período de individualización o de entrada en el reino
humano y
c. el grado de realización.
El
Adepto del mismo rayo ejerce la supervisión general, pero
supeditado a Él trabajan los Maestros, cada uno en Su propio
rayo y con Sus respectivos grupos individuales, que están
afiliados a Ellos según el período, el karma y el grado de
vibración. Regidos por los Maestros trabajan los discípulos
que han alcanzado la conciencia del Yo superior; por lo tanto,
pueden actuar en los niveles causales y ayudar al desenvolvimiento
de esos Egos cuyos cuerpos causales están menos desarrollados
que el propio.
Todo está bellamente sujeto a la ley, y como la tarea del
desarrollo del cuerpo egoico depende del progreso alcanzado
en la triple personalidad, el Ego es ayudado en los niveles
inferiores por dos discípulos; uno actúa en los niveles emocionales,
informando a otro que actúa en el cuerpo mental. Éste a su
vez informa al discípulo que posee conciencia causal, el cual
informa al Maestro. Todo esto, como pueden ver, es realizado
con la colaboración de la conciencia interna que reside en
el cuerpo causal, e implica cinco factores, concernientes
a la ayuda del Ego en su desenvolvimiento evolutivo:
1.
El Adepto de su rayo.
2. El Maestro de su grupo.
3. Un discípulo con conciencia causal.
4. Un discípulo en el plano mental.
5. Un auxiliar en el plano emocional.
Durante
el transcurso de un sinnúmero de vidas, el Ego es prácticamente
inconsciente de la Personalidad. Existe el vínculo magnético
y nada más, hasta que llega el momento en que la vida de la
personalidad alcanza un punto donde debe agregar algo al contenido
del cuerpo causal, que al principio es un cuerpo pequeño,
incoloro e insignificante. Pero llega el instante en que las
piedras son extraídas de la cantera de la vida personal, perfectamente
labradas, y el hombre, constructor y artista, les aplica los
primeros colores. Entonces el Ego empieza a prestar atención,
rara vez al principio, pero con creciente frecuencia después,
hasta que en determinadas vidas el Ego se dedica a subyugar
al yo inferior, a ensanchar el canal de comunicación, y a
trasmitir a la conciencia del cerebro físico la realidad de
su existencia y la meta de su ser. Una vez que se ha alcanzado
esto y que el fuego interno circula más libremente, se dedican
muchas vidas a estabilizar esa impresión y a convertir esa
conciencia interna en parte de la vida consciente. La llama
irradia cada vez más hacia abajo, hasta que gradualmente los
diferentes vehículos se van correlacionando y el hombre entra
en el sendero de probación. Ignora lo que le espera, y sólo
es consciente de una incontrolada y ansiosa aspiración Y de
innatos anhelos divinos. Ansía avanzar y saber, y sueña Siempre
con algo o alguien superior a él. Todo ello se apoya en la
profunda convicción de que la meta ansiada será alcanzada
por el Servicio prestado a la humanidad, la visión será una
realidad y el anhelo se convertirá en satisfacción y la aspiración
en visión.
La
Jerarquía empieza ya a actuar y la instrucción del aspirante
se lleva a cabo tal como lo he mencionado... Hasta ahora los
Instructores sólo han observado y guiado, sin ocuparse definidamente
del hombre; se ha dejado al Ego y a la vida divina desarrollar
el plan, y la atención de los Maestros ha sido dirigida al
Ego en su propio plano, el cual hace todo el esfuerzo posible
para acelerar la vibración y obligar a los vehículos inferiores,
a menudo rebeldes, a responder y adaptarse a la fuerza que
rápidamente se acrecienta. Es principalmente cuestión de intensificar
el fuego o calor y, en consecuencia, la capacidad vibratoria.
El fuego egoico aumenta cada vez más, hasta que el trabajo
está realizado y el fuego purificador se convierte en la Luz
que ilumina. Reflexionen sobre esta frase. Como arriba es
abajo; el proceso se repite en cada peldaño de la escala.
En la tercera iniciación la Mónada es consciente del Ego.
El trabajo se realiza con mayor rapidez, debido al refinamiento
de lo material y a que la resistencia es un factor que existe
únicamente en los tres mundos.
He
aquí por qué un Maestro no sufre dolor, mejor dicho, dolor
como lo conocemos en la tierra, que es en gran parte dolor
en la materia. El dolor que se halla oculto en la comprensión,
no en la resistencia, se siente en los niveles más elevados
y llega hasta el Logos mismo. Pero esto está fuera del tema
y es casi incomprensible para ustedes, que todavía están trabados
por la materia.
La
relación del Ego con su propio desenvolvimiento.
El
Ego trata de alcanzar el fin deseado de tres maneras:
1. Por un trabajo definido en niveles abstractos. Aspira a
hacer contacto con el átomo permanente y a encerrarlo; éste
es su primer acercamiento directo a la Tríada.
2. Por un trabajo definido con el color y el sonido, con miras
a la estimulación y vivificación, actuando en grupos y bajo
la guía de un Maestro.
3. Por frecuentes intentos para controlar definitivamente
al yo inferior, cosa que desagrada al Ego, cuya tendencia
consiste en contentarse con obtener conciencia y aspiración
en su propio plano.
Recuerden
que el Ego también tiene algo contra qué luchar. La negativa
a encarnar no se manifiesta únicamente en los niveles espirituales
sino también en el Yo superior. El Ego tiende a lograr además,
ciertos desenvolvimientos incidentales a los factores tiempo
y espacio según se entiende en los tres mundos tal como la
dilatación del cuerpo causal, por el estudio de la telepatía
divina, la sicología del sistema y el conocimiento de las
leyes del fuego.

Relación
del Ego con otros egos.
Referente
a esta relación, debemos recordar ciertas cosas:
El
factor periodicidad. Los egos encarnados y los no encarnados
son diferentes, pudiendo realizar distinto trabajo. Los egos
cuyos reflejos están encarnados, tienen más limitaciones que
los que no lo están; es algo así como si el Yo superior estuviera
orientado hacia abajo o circunscribiéndose voluntariamente
a una existencia tridimensional, mientras que los egos no
encarnados no están limitados de esa manera y actúan en otra
dirección o dimensión. La diferencia estriba en el enfoque
de la atención, durante la vida en el plano físico. El tema
es muy difícil de comprender ¿no es verdad? Casi no sé cómo
expresar esta diferencia con mayor claridad. Es como si los
egos encarnados fueran más positivos y los no encarnados más
negativos.
El
factor actividad. Esto en gran parte es una cuestión de rayo
y afecta íntimamente la relación entre los egos. Los que se
hallan en rayos similares se unen y vibran con mayor facilidad
que los que están en rayos distintos. Sólo es posible la síntesis,
una vez que se ha desarrollado el segundo aspecto o sabiduría.
En
el tercer subplano del plano mental, los egos están separados
en grupos -no existe separación individual; sólo se siente
la separación grupal incidental al rayo y grado de evolución.
En
el segundo subplano los grupos se fusionan y mezclan, y de
cuarenta y nueve grupos se convierten, mediante la fusión,
en cuarenta y dos. El proceso de síntesis se puede clasificar
como:
Primer
subplano 35 grupos, 7 x 5
Plano mental Segundo subplano 42 grupos, 7 x 6
Tercer subplano 49 grupos, 7 x 7
Tercer
subplano 28 grupos, 7 x 4
Plano budico Primer subplano 21 grupos, 7 x 3
Plano átmico Subplano atómico 14 grupos, 7 x 2
Plano monádico 7 grandes grupos
He
dado aquí pocas indicaciones, pocas si las comparamos con
lo que sabrán más adelante, cuando aquellos que ahora estudian,
expandan aún más la conciencia; pero es todo lo que por ahora
puedo impartir, y esto ha sido hecho sólo con la intención
de demostrar cuántas cosas se han de considerar cuando las
fórmulas de meditación son debidamente establecidas por un
Maestro, el cual tiene que tratar sabiamente el rayo egoico
y la condición del cuerpo causal en su relación con el yo
inferior y con la Jerarquía.
Se ha de conocer el estado del cuerpo y su contenido; su relación
con otros egos debe ser debidamente considerada, porque todo
se halla en formación grupal.
Por lo tanto la meditación debe estar
de acuerdo con el grupo asignado al Ego, porque cuando el
individuo medita, sólo se pone en contacto con su propio Ego,
sino también con su grupo egoico, y por mediación de ese grupo,
con el Maestro con quien está vinculado, aunque la eficacia
de la meditación depende de que el trabajo se realice en forma
ocultista y concorde a la ley.
El
significado de la meditación grupal es poco comprendido todavía;
pero recomendamos que estudien inteligentemente las ideas
que anteceden.

17 de junio de 1920
5. La necesidad inmediata de la época y la disponibilidad
del individuo.
Vamos
a considerar el quinto factor que incide en la decisión de
los métodos de meditación y a tratar la necesidad de esta
época particular y la adaptabilidad del individuo para llenar
esa necesidad.
Ante
todo haremos una breve recapitulación, pues el valor de la
repetición es muy grande. Hemos tratado brevemente el factor
rayo egoico, según lo considera el instructor, al asignar
una meditación; hemos visto cómo cada rayo persigue la misma
meta, pero por distinto camino, y que cada rayo necesita un
tipo diferente de meditación; hemos tocado la cuestión de
las modificaciones que demanda la meditación, al tener en
cuenta el rayo de la personalidad. Después se trató el factor
tiempo, tal como se demuestra en el cuerpo causal, su punto
de desarrollo y la relación de ese cuerpo con sus tres expresiones
inferiores, terminando ayer con algunas breves indicaciones
respecto al cuerpo causal en su propio nivel y su amplitud
de conciencia. Todo ello los habrá hecho ver cuán sabio debe
ser el instructor que intente asignar una meditación. Debo
intercalar aquí una observación: El instructor que no haya
hecho contacto ni obtenido conciencia causal, no puede asignar
adecuadamente una meditación verdaderamente ocultista. Cuando
el instructor conoce la nota, el grado de vibración y el color,
puede asignar inteligentemente la meditación, no antes. Hasta
entonces, sólo puede hacerlo en forma general y asignar una
meditación que pueda acercarse a la necesidad y, al mismo
tiempo, que no ofrezca peligro.
Ahora
entra otro factor -factor que varía de acuerdo a la necesidad
de la época. No todos los ciclos tienen la misma importancia
fundamental.
Los períodos de verdadera importancia
en un ciclo son los terminales y aquellos en que ocurre la
superposición y la fusión.
Éstos se manifiestan en el plano físico en grandes revoluciones,
gigantescos cataclismos y trastornos fundamentales en los
tres sectores de la Jerarquía -el del Instructor del Mundo,
del guía de la raza raíz y del Regente de la civilización
o de la fuerza. En los puntos de fusión de un ciclo se producen
corrientes encontradas y todo el sistema parece estar en condición
caótica. En la mitad de un ciclo, donde la vibración entrante
se halla estabilizada y la anterior ha desaparecido, llega
un período de calma y aparente equilibrio.
En
ningún otro período de la historia de la raza lo antedicho
ha sido tan evidente como en la mitad del siglo actual.
El sexto Rayo de Devoción va desapareciendo, y está entrando
el Rayo de Ley Ceremonial, destacándose con ello preeminentemente
las características y facultades del sector fuerza y actividad;
recuerden que es la síntesis de los cuatro rayos menores.
Por lo tanto, tenemos la lucha por ideales, y la devota adhesión
a una causa, como lo manifiesta el rayo del Maestro Jesús;
de allí que se produzcan choques en todos los campos de esfuerzo
de los idealistas (correctos o equivocados) y la violenta
lucha entre ellos.
La guerra mundial ¿no fue acaso la culminación de la lucha
en el plano físico, entre dos ideales opuestos? Constituyó
un ejemplo de la fuerza de sexto rayo. A medida que este rayo
vaya desapareciendo cesarán gradualmente los choques y predominará
la organización, la reglamentación y el orden, debido al empuje
de la fuerza entrante, la del rayo del Maestro R. De la presente
turbulencia surgirá la forma ordenada y organizada del nuevo
mundo.
El nuevo ritmo se impondrá gradualmente sobre las comunidades
desorganizadas de los hombres, y en vez del caos social actual
se tendrán orden social y regla social; en vez de las diferencias
religiosas y de las innumerables sectas de las llamadas religiones,
se dará forma a la expresión religiosa, y todo estará regido
por la ley; en vez de tensión y tirantez económica y política,
habrá una actuación armónica del sistema de acuerdo a ciertas
fórmulas fundamentales; en todo predominará el ceremonial
y los resultados internos que persigue la Jerarquía irán tomando
forma gradualmente. Recuerden que en la apoteosis de la ley
y el orden y sus resultantes formas y limitaciones, se producirá
cerca del fin (elijo las palabras deliberadamente), un nuevo
período de caos y la liberación de la vida aprisionada aún
por tales limitaciones, llevando consigo los dones impartidos
y la esencia del desenvolvimiento perseguido por el Logos
del séptimo rayo.
Ésta
es la situación que se presenta esporádicamente en el transcurso
de las épocas-
Cada
rayo asume el poder trayendo consigo sus propios espíritus
encarnantes, para quienes el período constituye comparativamente
un punto de mínima resistencia; ellos hacen contacto en los
mundos con otros seis tipos de fuerza y seis grupos de seres,
que deben ser impresionados por esa fuerza y llevados adelante
en su carrera hacia la meta universal.
Tal
es la situación especial de la época en que viven ustedes;
un período donde el séptimo Logos de La Ley y Orden Ceremonial
trata de Ordenar el caos momentáneo y aspira a evitar, hasta
cierto punto, la vida se evada de las antiguas y caducas formas.
Ahora se necesitan otras nuevas y adecuadas. Sólo después
del periodo intermedio de un nuevo ciclo, se hará sentir nuevamente
la limitación y se iniciará un nuevo intento de evasión.
Por
lo tanto, el instructor inteligente debe tener en cuenta,
en esta época, la situación y valorar el efecto que produce
el rayo entrante sobre los espíritus en encarnación. En consecuencia,
tenemos el tercer rayo, cuya influencia se ha de considerar
al asignar la meditación. ¿Consideran la tarea compleja y
difícil? Afortunadamente el Aula de la Sabiduría equipa a
sus egresados para desempeñar la tarea.
En
este período particular se desarrollará mucho el aspecto forma
en la meditación (ya sea que la meditación esté basada principalmente
en el rayo del Ego o en el de la Personalidad). Es de esperar
que la construcción de formas bien definidas y asignadas tanto
a los individuos como a los grupos, dará por resultado el
incremento de la magia blanca, y la consiguiente ley y orden
en el plano físico. El futuro período de reconstrucción avanza
de acuerdo al rayo, y su éxito y realización finales es más
factible de lo que se cree. El Supremo Señor se acerca en
concordancia con la ley y nada puede detener Su acercamiento.
En
estos momentos es de gran necesidad hallar a quienes comprenden
la ley y son capaces de actuar con ella. También es el momento
oportuno para desarrollar este principio y entrenar a la gente
para ayudar al mundo.
Los
Rayos menores de Armonía y de Ciencia responden rápidamente
a esta séptima influencia, lo cual significa que las mónadas
que pertenecen a dichos rayos son fácilmente orientadas en
tal sentido.
A las mónadas que pertenecen al sexto Rayo de Devoción les
es más difícil adaptarse, hasta acercarse al punto de síntesis.
Las
mónadas de primero y segundo rayos, hallan en aquel rayo un
campo de expresión. Las mónadas de primer rayo tienen un vinculo
directo con este rayo y tratan de aplicar la ley mediante
el poder; mientras que las de segundo rayo, siendo de tipo
sintético, guían y rigen por medio del amor.
Creo
que les he dado hoy bastante tema para reflexionar sobre el
quinto factor Es todo lo que trato de hacer. La luz guiadora
de la intuición esclarecerá lo demás, y lo que esta guía interna
revele, tendrá más valor para el individuo que todo lo impartido
exotéricamente. En consecuencia, cavilen y reflexionen.
18
de junio de 1920.

Algunas
palabras de aliento.
Sólo
a medida que el discípulo esté dispuesto a abandonarlo todo
para servir a los grandes Seres, sin reserva alguna, alcanza
la liberación, y el cuerpo de deseos se trasmuta en el de
la intuición superior. Servir perfectamente cada día, sin
pensar ni calcular para el futuro, lleva al hombre al estado
del perfecto Servidor. ¿Puedo sugerir una cosa? Toda preocupación
y ansiedad tiene por base principal un móvil egoísta. Temen
sufrir más, se acobardan al pensar que tendrán otras experiencias
penosas. La meta no se alcanza de esta manera, sino que se
llega por el sendero de la renunciación. Quizás signifique
renunciar a los placeres, a la buena reputación, a los amigos,
o a todo a lo que el corazón se aferra. Digo quizás, no que
sea así. Sólo trato de indicarles que si ese es el camino,
por el cual tienen que llegar a la meta, entonces es el camino
perfecto para ustedes. Todo lo que lleve rápidamente a Su
Presencia, a Sus Pies de Loto, debe ser deseado por ustedes
y ansiosamente bienvenido.
Por
lo tanto, cultiven diariamente el supremo deseo de buscar
sólo la aprobación de su Guía e Instructor interno y la respuesta
del alma a la buena acción, desapasionadamente ejecutada.
Si
la aflicción los abruma, sonrían ante ella; terminará en una
fecunda recompensa y recuperarán todo lo perdido. Si son objeto
de burla y desprecio sonrían también, sólo deben esperar la
aprobación del Maestro. Si las lenguas embusteras se desatan,
no teman, sigan adelante. La mentira es una cosa de la tierra
y puede ser trascendida como algo demasiado vil para ocuparse
de ella. La meta del discípulo es alcanzar visión, deseo puro,
propósito consagrado y oídos sordos a todos los ruidos de
la tierra. Nada más diré; sólo quisiera que no disiparan inútilmente
la fuerza en infructuosas imaginaciones, en febriles especulaciones
y en ansiosas expectativas.
6.
Los grupos internos y externos, a los cuales el discípulo
esta afiliado.
El
punto que vamos a ver hoy es de interés práctico. Trata del
grupo a que pertenece el hombre. Ya consideramos, en cierta
medida, la relación con el Maestro, y ahora continuaré la
instrucción respecto a la conexión con los grupos.
Ayer
vimos la importancia que tiene la meditación, en conexión
con el grupo al cual el hombre está vinculado en los niveles
egoicos. Hoy nos ocuparemos del grupo con el cuál está vinculado
en la tierra. Dicho grupo no será exactamente un reflejo del
que se halla en niveles egoicos, como podrían suponer, porque
sólo algunas unidades de un grupo egoico, estarán encarnadas
en un momento determinado. Consideraremos la Ley de Causa
y Efecto, según se manifiesta en los grupos, nacional, religioso
y familiar.
Cuatro grupos relacionados con el discípulo.
El hombre encarnado debe considerar que su grupo está compuesto
por cuatro tipos de personas:
1.
El gran grupo nacional al que pertenece,
cuyo karma (debido al gran número de personas que lo forma)
es tan fuerte, que no puede evadirse de él aunque quiera.
Posee
ciertas características raciales y tendencias temperamentales,
porque están ocultas en el cuerpo físico racial, y, durante
su vida en la tierra, tal será su constitución y las tendencias
inherentes a ese particular tipo de cuerpo.
El
cuerpo proporciona las experiencias necesarias o (a medida
que prosigue la evolución) provee el mejor tipo de cuerpo
para llevar a cabo el trabajo que ha de realizar.
Un
cuerpo de tipo oriental posee una serie de cualidades buenas,
y un cuerpo occidental otras también buenas, si así puedo
expresarlo.
Trato
de aclarar este punto, porque el occidental tiende a imitar
al oriental y a forzar sus vibraciones al mismo ritmo de éste.
A veces esto preocupa a los Instructores internos y, ocasionalmente,
produce trastornos en los vehículos.
Se ha generalizado mucho la creencia de que la meta de todos
es llegar a ser oriental. Recuerden que no todos los Grandes
Seres son orientales y los Maestros que poseen cuerpos europeos
han hecho las mismas cosas que los adeptos orientales más
conocidos. Reflexionen sobre esto.
Debe
ser analizado inteligentemente, de allí mi insistencia al
respecto. Cuando se tenga más conocimiento sobre estas cosas
y se hayan establecido escuelas de meditación, dirigidas sobre
líneas verdaderamente ocultistas, con Instructores idóneos,
se planearán fórmulas de meditación adaptadas a las distintas
nacionalidades y a los diferentes temperamentos nacionales.
Cada
nación posee sus virtudes y defectos propios; por lo tanto,
la función del Instructor que los dirija será asignar meditaciones
que intensifiquen las virtudes y remedien los defectos. El
campo que abren estas ideas es tan vasto que no puedo ocuparme
de él. Más adelante personas especializadas se ocuparán del
problema, y llegará el momento en que Oriente y Occidente
tendrán sus respectivas escuelas, sujetas a las mismas reglas
básicas y bajo la supervisión de los mismos Instructores internos,
pero difiriendo sabiamente sobre ciertos puntos y aunque persiguiendo
el mismo objetivo, seguirán diferentes rutas.
Estas
escuelas se establecerán después en todas las naciones. No
será fácil ingresar a ellas, porque cada solicitante tendrá
que someterse a un rígido examen. Cada escuela diferirá en
ciertas cosas, no en los fundamentos sino en los métodos de
aplicación, debido a la inteligente discriminación del Rector
de la Escuela, el cual siendo de la misma nacionalidad de
los estudiantes y teniendo las facultades del cuerpo causal
plenamente desarrolladas, aplicará el método a la necesidad
inmediata.
Más
adelante quizás me extienda sobre el porvenir de las escuelas
de meditación, a fin de instruirlos, pero por ahora trato
únicamente de generalizar.
2. El segundo grupo importante en la
vida del discípulo es el grupo familiar, que comprende la
herencia y las características especiales de la familia.
Todo
individuo que ha alcanzado cierta etapa en su evolución, donde
es deseable y posible practicar la meditación ocultista, ha
entrado en determinada familia por elección propia a fin,
de
a.
agotar karma, lo más rápidamente posible mediante el vehículo
físico que le proporciona.
Por
lo tanto, fácilmente observarán que al asignar la meditación
ocultista que se debe practicar en el plano y vehículo físicos,
es necesario que el Instructor conozca algo de la genealogía
y de las características innatas del discípulo, para hallar
la línea de menor resistencia y saber qué debe ser superado.
(Algunos de los que meditan, tienden a alcanzar la conciencia
intuitiva o se preocupan tanto por ello, que olvidan el tan
necesario vehículo físico).
El cerebro físico y la conformación de la cabeza juegan una
parte importante en el proceso y, en el futuro, no deberán
ser pasados por alto como sucede actualmente. Esto ocurre
por la escasez de instructores especializados en cuerpos físicos,
insuperable hoy.
Por
consiguiente, el grupo familiar constituye el segundo que
se ha de considerar en orden de importancia, y la cuestión
es más trascendental de lo que creen.
En
las futuras escuelas de meditación se llevarán registros de
los antepasados del discípulo, la historia de la familia,
lo realizado en su juventud y en la vida y su historial médico.
Este
registro deberá ser exacto en sus menores detalles, y por
ello mucho se aprenderá. La vida será controlada y la purificación
científica del cuerpo físico será una de las primeras cosas
que se intentará. Incidentalmente (al hablar de dichas escuelas)
no vayan a imaginar que estarán situadas en algún lugar aislado.
Lo ideal sería que estuvieran en el mundo, sin pertenecer
al mundo, y sólo en las etapas avanzadas e inmediatamente
antes de recibir la iniciación, se permitiría al discípulo
tener períodos de retiro. Lo que tiene valor es el despego
interno y la habilidad de disociar al yo del medio ambiente,
y no el aislamiento en el plano físico.
3.
El tercer grupo que el hombre debe tener en cuenta es el particular
grupo de servidores, al cual pueda estar afiliado.
Todo individuo que esté preparado para practicar la meditación
ocultista debe haber demostrado, primeramente, durante muchas
vidas su inteligente disposición a servir y trabajar entre
los hijos de los hombres.
El
servicio altruista constituye la roca fundamental de la vida
del ocultista; cuando ello no existe, acecha el peligro, y
la meditación ocultista constituye una amenaza. De allí que
el individuo debe ser un trabajador activo, en algún sector
del campo mundial, y, análogamente, desempeñar su parte en
los planos internos. En tales condiciones el Instructor deberá
tener en cuenta varias cosas:
a.
El trabajo grupal que está realizando y su preparación para
servir mejor en ese grupo.
b. El tipo de trabajo que realiza, y la relación en este trabajo
con sus asociados -factor oculto muy importante- serán cuidadosamente
valorados antes de asignar una meditación, y ciertas fórmulas
de meditación (quizás preferidas por él) no serán dadas pues
no son apropiadas al trabajo que realiza, porque tienden a
desarrollar ciertas cualidades que pueden entorpecer al servidor
en su trabajo. Se darán meditaciones que aumenten la capacidad
para servir. Después de todo, el propósito mayor siempre incluye
al menor.
4.
El cuarto grupo que entra en los cálculos del Instructor,
es eso al cual pertenece el hombre en el plano interno, el
grupo de auxiliares al que ha sido designado o, si es un discípulo,
el grupo de estudiantes del que forma parte. Se tendrá
en cuenta su tipo particular de trabajo grupal; se fomentará
la capacidad del estudiante para progresar a la par de sus
condiscípulos y acrecentará su capacidad para ocupar el puesto
designado.
En
estas ultimas instrucciones sólo he insinuado muchas cosas
que han de considerarse al asignar una meditación. Se han
de tener en cuenta tres rayos, el grado de evolución del cuerpo
causal y su interrelación en su propio plano, con su grupo,
con la Jerarquía y con su reflejo, la Personalidad. Además
está el factor karma, la necesidad de la época y del hombre
y la relación de éste con cuatro grupos diferentes.
Todo
esto puede realizarse y algún día será reconocido, pero no
ha terminado aún el período de establecer las bases y se prolongará
durante mucho tiempo. En la actualidad el objetivo de la meditación
es dominar la mente, y éste debe ser siempre el paso preliminar.
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