Segunda
Iniciación. El Bautismo en el Jordán. Sexto Rayo.
La Energía del Idealismo y de la Devoción.
Durante
el proceso iniciático, entre la primera iniciación del Nacimiento
de Cristo y el comienzo del consciente desenvolvimiento
de percepción y vida crísticas, la vida del iniciado ha
tenido una pronunciada reorientación.
Ahora es capaz de adherirse en forma igualmente pronunciada
y a menudo fanática, al programa de aspiración y dedicación
al bien (tal como lo ve en esta etapa).
Está
simbolizado en el relato sobre Jesús, donde a los doce años
era tan consciente de que "debía ocuparse de los asuntos
de su Padre", que desafió y causó angustia a Sus progenitores,
asombró a quienes eran mayores que Él, por Su aplomo y conocimiento
espirituales, lo cual contrarrestó yendo a Galilea y "subordinándose"
a Sus progenitores.
Una
actitud tan similar (sin tener la desarrollada e incluyente
comprensión manifestada por Cristo) puede observarse en
el discípulo durante e! período en que tiene lugar la nueva
orientación; el discípulo está aprendiendo a disciplinar
su naturaleza inferior y a lograr cierto dominio sobre sus
tendencias físicas; de esta manera, libera energía física
y ordena su vida.
Esto lleva mucho tiempo y puede abarcar un ciclo de muchas
encarnaciones. Lucha constantemente contra su naturaleza
inferior y las exigencias de su alma (según las interpreta,
con cierta ignorancia), estando en constante oposición con
la naturaleza animal y acrecentadamente en relación con
la naturaleza emocional.
Sobre
todo, se hace consciente de una relación secundaria, que
involucra un problema muy difícil, agravando la lucha e
intensificando su problema. Descubre que su naturaleza emocional,
sus facultades psíquicas inferiores, su desenvolvimiento
astral y la potencia del espejismo, están ahora en contra
suyo.
La
reorientación que hoy enfrenta debe lograrla principalmente
en el plano astral, porque ése ha sido, durante incontables
eones, el nivel de su principal polarización y fue dominado
por la esfera de actividad y el estado de conciencia.
El
cuerpo físico no es un principio; el cuerpo etérico, desde
los días atlantes, ha sido el agente de su energía astral
porque la naturaleza mental no está aún desarrollada y por
lo tanto no puede controlar adecuadamente.
Descubre que vive en un caos de reacciones emocionales y
de espejismos condicionantes. Comienza a comprender lentamente
que para recibir la segunda iniciación debe demostrar control
emocional; comprende también que debe poseer algún conocimiento
de esas energías espirituales que disiparán el espejismo,
más una comprensión de la técnica por la cual la iluminación
proveniente de la mente -como agente transmisor de la luz
del alma- puede disipar estos espejismos y, de esta manera,
"purificar" la atmósfera", en un sentido
técnico.
Podría
acentuarse que ningún iniciado hasta ahora ha manifestado
un control completo durante el período intermedio entre
determinada iniciación y la siguiente; el período intermedio
es considerado como "un ciclo de perfeccionamiento".
Lo
que queda atrás y está subordinado a la comprensión superior
va siendo dominado lentamente por las energías que se han
de liberar en la conciencia del iniciado, en esa iniciación
para la cual se está preparando. Este período intermedio
es siempre de gran dificultad.
Las
energías que van siendo registradas, activadas y finalmente
empleadas, aumentan constantemente en número y potencia
en cada iniciación; dichos impactos sobre los rayos del
alma y de la personalidad del iniciado, los vehículos subsidiarios,
por medio de los cuales trabaja en los tres mundos, y sus
rayos condicionantes individuales, producen al principio
tremendas dificultades, que el iniciado debe dominarlas
y solucionar los problemas involucrados.
Así se convierte en un Maestro, y
al avanzar el proceso, cada iniciación llega a ser (después
de la tercera iniciación, la Transfiguración) menos ardua
y penosa; por esta razón es acrecentadamente el amo de su
propia situación individual. Sin
embargo, está ocultamente implicado en las dificultades
y en los problemas del grupo, y de ese conjunto de grupos
que llamamos humanidad.
El
proceso iniciático entre la primera y la segunda iniciación
es, para una gran mayoría, el peor momento de aflicción,
dificultad comprensión de los problemas y el esfuerzo constante
por "absolverse a sí mismo" (como se dice esotéricamente),
a lo cual el discípulo está sujeto en cualquier momento.
La frase que dice: el objetivo del iniciado es "absolverse
así mismo" es quizás la más atrayente e iluminadora
de todas las definiciones posibles, de la tarea a emprender.
La tormenta ocasionada por su naturaleza
emocional, las oscuras nubes y nieblas en las cuales deambula
constantemente, y que ha creado durante todos los ciclos
de vida han de ser despejadas para que el iniciado pueda
decir que el plano astral ya no existe para él, y todo lo
que resta de ese antiguo y poderoso aspecto de su ser, es
la aspiración, respuesta sensible a todas las formas de
vida divina y una forma por la cual el aspecto inferior
del amor divino, la buena voluntad, puede afluir sin impedimento.
Desde
un punto de vista más amplio, esta lucha por purificar la
atmósfera del mundo, la enfrentará la humanidad después
de la primera iniciación, que hoy se halla muy cercana.
Por lo tanto verán por qué Cristo debe reaparecer en estos
momentos, por qué Él preside la primera y segunda iniciaciones,
y Su llegada indicará que la humanidad ha recibido la primera,
lo cual confirmará y consolidará el trabajo realizado e
inaugurará el ciclo y el período mundiales donde tendrá
lugar la tarea de reorganizar la vida emocional y psíquica
de la humanidad; este período liberará la energía de la
buena voluntad y creará así, automáticamente, rectas relaciones
humanas.
En
lo que respecta a toda la humanidad, polarizada como lo
está en la naturaleza emocional, el efecto de este sexto
rayo es en extremo potente. Su energía ha estado actuando
siempre sobre los hombres, desde que vino a la encarnación,
y los últimos 150 años vieron que esa potencia llegó a ser
extremadamente efectiva. Dos factores han destacado este
efecto:
1.
El sexto Rayo de Idealismo o Devoción, es el rayo que normalmente
rige el plano astral, controlando sus fenómenos y matizando
su espejismo.
2. La corriente de energía que viene a nuestra vida planetaria,
desde la constelación de Piscis, ha condicionado durante
dos mil años la experiencia humana y está particularmente
adaptada para fusionarse con la energía de sexto rayo y
complementarla, y producir la situación que justamente ahora
rige los asuntos mundiales.
La
actividad conjunta de esas dos grandes corrientes de energía
cósmica, actuando sobre el tercer centro planetario, la
Humanidad, y a través de él, ha creado esa excepcional condición
en la cual "la raza de los hombres" puede permanecer
ante el Iniciador planetario, el Cristo, y bajo el estímulo
concentrado de la Jerarquía, recibir la apropiada iniciación.
Debemos
recordar aquí que las masas pueden recibir y recibirán la
primera iniciación, pero que un grupo muy grande de aspirantes
(mucho más de lo que se cree) pasará por la experiencia
de la segunda iniciación, la del Bautismo purificador.
Son esas personas que expresan las cualidades esenciales
del reconocimiento ideológico, la adhesión consagrada a
la verdad tal como la presienten, la reacción profunda a
las disciplinas físicas (impuestas desde que participaron
en la primera iniciación, en muchas vidas anteriores) y
la creciente respuesta al aspecto aspiracional del cuerpo
astral, aspiración que trata de establecer contacto con
el principio mental y expresarlo. Este
grupo particular de la familia humana, son iniciados regidos
por el deseo-mente, así como los que reciben la primera
iniciación son iniciados en los planos físico-etéricos.
La
actividad de este sexto rayo ha traído a la luz del día
las crecientes tendencias ideológicas del género humano.
Estas ideologías mundiales (de las cuales existen muchas
en la actualidad), son creadas por una triple reacción a
las dos corrientes de energía ya mencionadas:
1.
El desenvolvimiento del principio mental en la humanidad
durante esta era aria, ha obligado al deseo adoptar la forma
de grandes conceptos masivos, que en conjunto rige la tendencia
de la masa hacia el desenvolvimiento mental.
2.
La constante y creciente influencia del alma, actuando como
levadura en el plano astral, ha sacado el deseo de su enfoque
estrictamente autocentrado y lo ha llevado a una nueva y
hasta ahora inexpresada conciencia emocional grupal; esto
hace que la naturaleza emocional fusionada de los hombres
se exprese masivamente en grandes ideologías, aunque egoístamente
expresada e impulsada por excesos emocionales, indican nuevas
y mejores metas. Estas metas asumirán contornos más claros
y deseables cuando el aspirante mundial reciba la segunda
iniciación.
3.
La influencia generada por la energía de Shamballa, que
por primera vez ha hecho contacto directo con la Humanidad,
está produciendo un vórtice emocional donde los antiguos
ideales e instituciones se están divorciando de los espejismos
que hasta ahora los controlaban, permitiendo así emerger
en la conciencia de la raza, nuevas y mejores ideologías.
Todos
estos factores son responsables de la situación mundial
actual; grandes ideologías, poderosas agrupaciones de trabajadores
y pensadores, dedicados a cambiar el antiguo orden, y los
esfuerzos masivos para poner fin a la separatividad, están
simultáneamente presentes.
La esencial unidad etérica mundial (de la cual el teléfono,
la radio y el avión son la expresión tangible) está llevando
a vastos grupos humanos, de todas partes, a una actividad
emocional unida, imponiendo así esas pruebas preliminares
que preceden siempre a la iniciación, por cuyo medio pasan
actualmente quienes son capaces de recibir la segunda iniciación.
No
puedo extenderme aquí sobre las variadas ideologías que
van apareciendo en el mundo de los hombres -impulsadas por
la Jerarquía, precipitadas en la conciencia humana desde
el plano mental por el nuevo grupo de servidores del mundo,
complementadas por la energía de sexto rayo, por la predominante
energía pisceana y por la energía organizadora del entrante
séptimo rayo, a las cuales responden emocionalmente las
masas humanas enfocadas en el plano astral.
Esta
situación ideológica es clara para todos los observadores
inteligentes, etapa necesaria y preliminar para la creación
del nuevo orden mundial; proporciona un punto de crisis
y el necesario punto de tensión que permitirá hoy a los
aspirantes ya preparados, que suman miles, pasar la experiencia
de la segunda iniciación y sufrir la purificación de la
fluida naturaleza emocional en la Iniciación del Bautismo.
Por
medio de esta experiencia, el aspirante regido por el deseo
y la mente, estará en una condición positiva y espiritual
para producir (en el plano astral) esos cambios, reordenamientos
y reajustes fundamentales, que pondrá a ese nivel de conciencia
planetaria en línea con el propósito divino inmediato: la
manifestación del reino de Dios.
La
actuación de la energía de sexto rayo, resultado del largo
ciclo de energía pisceana, y el impacto de la energía acuariana
entrante, traerá una enorme transformación en el "reino
acuoso" del plano astral.
El
agua ha sido siempre el símbolo de ese plano -fluido, tormentoso,
que refleja todas las impresiones, fuente de nieblas y brumas
y, sin embargo, esencial para la vida humana. La era pisceana,
ahora en proceso de desaparecer, está también estrechamente
relacionada con este plano y con el símbolo del agua; fijó
en la conciencia humana la comprensión de que "los
hombres, como los peces, están sumergidos en el mar de las
emociones".
Acuario
es conocido además por el símbolo del agua, pues es el "portador
de agua". El sexto rayo reunirá todas estas energías
en tiempo y espacio: energía de rayo, energía pisceana,
energía acuariana y energía del plano astral mismo, lo cual
también produce un vórtice de fuerza invocador de energía
mental;
este factor controlador ha sumergido a la humanidad a un
tumultuoso conocimiento de ideologías contradictorias, que
ha precipitado un vórtice reflejado en la guerra mundial,
siendo responsable de la crisis y del punto de tensión actuales.
Este punto crítico de tensión permitirá a los grupos de
aspirantes -que hayan pasado la primera iniciación- recibir
la experiencia del Bautismo, palabra que se identifica también
con el agua. Simultáneamente, grandes masas humanas recibirán
la primera iniciación y "en la casa del pan" permanecerán
ante el Iniciador.
Por
lo tanto, el esperado Cristo iniciará en un futuro inmediato
y en preparación para Su venida, dos grupos de aspirantes;
este estrecho acercamiento a la humanidad, del Cristo y
de la Jerarquía de Maestros, es el complemento de las energías
iniciáticas que cristalizan las ideologías en la conciencia
humana y fomenta -si puedo expresarlo así- la energía latente
del reino de Dios.
En
lo que se refiere al iniciado individual que debe recibir
la iniciación del Bautismo, el efecto que produce la energía
de sexto rayo sobre su naturaleza, es fácilmente observable
debido a la extrema potencia del segundo aspecto de la personalidad
en los tres mundos, o sea, su cuerpo o naturaleza astral.
En
las primeras etapas del impacto de la energía de sexto rayo,
sobre su naturaleza emocional, se genera un perfecto vórtice
de fuerza, entonces sus reacciones emocionales se tornan
violentas e impulsivas; sus espejismos se intensifican y
ejercen control, y su aspiración asciende constantemente,
pero al mismo tiempo se ve limitada y obstaculizada por
la fuerza de su devoción a alguna ideología presentida.
Más
tarde, bajo la influencia de un creciente contacto con el
alma (en sí misma, el segundo aspecto de su divinidad esencial),
su naturaleza emocional, de deseos y aspiraciones, se tranquiliza
y va siendo cada vez más controlada por la mente; su alineamiento
se convierte en astral-mental-alma.
Cuando
se ha logrado este estado de conciencia y las "aguas"
del cuerpo astral están tranquilas, y reflejan lo bello
y lo verdadero, y cuando sus emociones se han purificado
por el intenso autoesfuerzo, entonces el discípulo puede
entrar en las aguas bautismales, es sometido a intensa
experiencia purificadora que, hablando esotéricamente,
le permite "salir para siempre de las aguas, sin estar
en peligro de ahogarse o sumergirse"; puede ahora "andar
sobre la superficie del mar y seguir sin peligro adelante
hacia su meta".
El
efecto de la actividad de sexto rayo sobre la naturaleza
mental es, como podrán imaginarse, la tendencia ante todo
-a la cristalización del pensamiento,
la reacción a las ideologías aprisionantes y la mental y
fanática adhesión a los ideales de la masa, sin comprender
su relación con la necesidad del momento o sus asignados
aspectos creadores. Más adelante, cuando el discípulo se
prepara para la segunda iniciación, estas tendencias son
trasformadas en devoción espiritual hacia el bienestar humano
y en adhesión unilateral al Plan de la Jerarquía; entonces
toda reacción emocional a la Jerarquía de Maestros se desvanece
y el discípulo puede trabajar ahora sin ser obstaculizado
por constantes disturbios astrales.
El
efecto de la energía de sexto rayo sobre la personalidad
integrada del discípulo, podría decirse que produce una
condición, donde su naturaleza es definidamente astral-búdica;
el esfuerzo emocional unilateral que realiza para orientarse
hacia el alma, lo convierte gradualmente en "un punto
de tensa aspiración, inconsciente de la crisis, firmemente
arraigado en el amor que surge del alma".
Resumiré
lo dicho sobre el efecto de la energía de sexto rayo:
1. La energía de sexto rayo trae dos grandes resultados:
a. Una comprensión embrionaria de
la naturaleza de la voluntad, que determina la vida
del iniciado.
b. Un conflicto pronunciado entre
el yo inferior y el yo superior, lo cual revela al iniciado
el antiguo conflicto entre la naturaleza emocional y la
verdadera comprensión.
Esto produce una reorientación básica de la vida del iniciado
y de toda la humanidad.
2.
En relación con la humanidad, los efectos del sexto rayo
son:
a. El desarrollo de la tendencia a purificar la atmósfera
mundial, liberando así la energía de la buena voluntad.
b. El establecimiento de una condición donde la "raza
de los hombres" pueda recibir la primera o la segunda
iniciación.
c. El repentino y poderoso surgimiento de las ideologías
mundiales.
d. La transformación básica en el plano astral, la cual
está produciendo puntos de crisis y un punto de tensión.
3.
En relación con el iniciado individual, el sexto rayo produce:
a. Una aguda situación donde se genera un vórtice de fuerza.
b. En este vórtice se intensifican todas las reacciones
emocionales e ideológicas del aspirante.
c. Más tarde, cuando éstas se apaciguan, el alineamiento
del iniciado se convierte en astral-mental-alma.
d. Tiene lugar, en conexión con su vehículo mental, la cristalización
de todo pensamiento y la adhesión
fanática al idealismo de la masa.
e. Tales tendencias se trasforman después en devoción espiritual
hacia el bienestar humano.
f. La naturaleza y expresión de la personalidad se hace
definitivamente astral-búdica.
Por
lo tanto verán cuán inmediata e importante es la oportunidad
que enfrenta la humanidad. Un sin número de hombres darán
el primer paso hacia el desarrollo de la conciencia crística
y pasarán así por la primera iniciación.
A
menudo (podría muy bien decir generalmente) esto tiene lugar
sin la comprensión consciente del cerebro físico.
Esta
primera iniciación es, y siempre ha sido, una iniciación
masiva, aunque sea individualmente registrada y anotada.
Millares
de aspirantes en cada país (como resultado de un esfuerzo
consciente por comprender) se hallarán ante el iniciador
y recibirán la Iniciación del Bautismo.
El pan y el agua son los símbolos de estas dos primeras
iniciaciones; ambas son esencialidades básicas para la vida
en el sentido físico, y también espiritualmente fundamentales
en sus implicaciones, y esto el iniciado lo sabe. Ambas
iniciaciones son las únicas dos de importancia significativa
en la actualidad, dada su proximidad relativa.
El
retorno de Cristo trajo a la superficie estas tendencias
espirituales subjetivas del género humano y ha hecho posible
ambas iniciaciones; la actividad de séptimo Rayo de Orden
y de sexto Rayo de Idealismo ha generado en la humanidad
la tendencia a la magia blanca de las rectas relaciones
humanas.
Han
fomentado también la tendencia al control ideológico de
la conciencia humana.
La desaparición de la era pisceana con su tipo de energía,
y la entrada al poder de la era acuariana (con sus potentes
energías purificadoras y su cualidad de síntesis y universalidad)
harán posible el nuevo orden mundial. Por lo tanto, es evidente
que la oportunidad que se le presenta a la humanidad nunca
fue tan promisoria, y la relación y fusión conjunta de todas
estas energías hacen que la manifestación de los Hijos de
Dios y la aparición del reino de Dios, sea un acontecimiento
inevitable en nuestra vida planetaria.
Poco
podremos decir en relación con la humanidad cuando estudiemos
las otras energías de rayo y sus efectos iniciáticos.
Sólo
las dos primeras iniciaciones, que son complementadas por
Cristo y están "bajo la aprobación supervisora de la
Jerarquía espiritual", podrá recibir la humanidad.
La iniciación de la Transfiguración
no es todavía para la masa humana.
Sin
embargo, podemos estudiar los efectos de estos rayos en
lo que concierne al discípulo individual, porque las posteriores
iniciaciones -desde la tercera en adelante- son administradas
por el Señor del Mundo desde Su lugar elevado en Shamballa;
en el período mundial actual estas iniciaciones se administran
y registran individualmente y se reciben conscientemente
y en plena conciencia vigílica.
Por
lo expuesto se darán cuenta que necesariamente tengo algo
más que decir sobre las primeras tres iniciaciones y sobre
los efectos que producen los rayos en el iniciado y en la
humanidad, que sobre las iniciaciones superiores cuando
entremos a considerarlas.
El
efecto de los impactos de rayo en las tres primeras iniciaciones
llegan por medio del alma y -durante este período- el iniciado
es un aspirante esforzado, inspirado y estimulado por la
Jerarquía, de la cual va siendo acrecentadamente consciente.
Después de la tercera iniciación, que como bien se sabe
es en realidad la primer iniciación mayor, la energía de
rayo es aplicada (si puedo emplea palabra tan inadecuada)
por intermedio de la Tríada espiritual utilizando el antakarana.
Después
de la cuarta iniciación, los efectos se sienten predominantemente
en el grupo del iniciado y en su campo de servicio allí
él constituye un punto de tensión y precipita grandes punto
de crisis. Sus propios puntos de crisis y de tensión existen,
pero misteriosamente, sólo en relación con la conciencia
que tiene de grupo, en el cual desempeña una parte acrecentadamente
potente.
Los
grupos afectados por el progresivo proceso iniciático, al
cual el discípulo está siendo sometido, son tres, y los
efectos producidos diferencian y condicionan su servicio
grupal, de acuerdo con la iniciación que está pasando; desde
este ángulo debemos estudiar la iniciación, los efectos
de rayo y los resultados producidos dentro de los tres grupos,
y son:
1.
El grupo en el cual el iniciado está trabajando en el plano
físico y que es la exteriorización (existente en los planos
mental y astral) de una fase del trabajo fomentado por el
nuevo grupo de servidores del mundo. Los discípulos e iniciados
en manifestación física son actualmente miembros de ese
grupo, punto focal del esfuerzo actual que realiza la Jerarquía.
Por intermedio de ese grupo afluye energía espiritual desde
cinco de los ashramas, y son:
a.
El ashrama del Maestro K.H., especialmente relacionado con
el trabajo de educación.
b. El ashrama del Maestro
D.K. (yo), especialmente relacionado con los aspirantes
para la iniciación.
|
c. El ashrama del Maestro R., especialmente relacionado
con la reorganización y reconstrucción de Europa, desde
el punto de vista de la economía.
d. El ashrama del Maestro Morya, cuando trata de descubrir,
influir y dirigir las actividades de los trabajadores en
el campo político de todo el planeta.
e. El ashrama del Maestro Hilarión, cuando supervisa los
descubrimientos (y su aplicación) en el movimiento científico
del mundo actual.
Notarán,
por lo tanto, el profundo y difundido interés de este campo
de energía, donde la energía de rayo está ahora activa.
2.
El grupo que puede considerarse a sí mismo conscientemente
como el propio grupo del iniciado, en el sentido de que
va influyendo lentamente a quienes lo circundan, reuniendo
el personal y formando el núcleo del ashrama mediante el
cual algún día servirá al mundo.
Quienes reciben la iniciación no crean necesariamente sus
propios ashramas, aunque un gran número lo hace.
El trabajo de estos iniciados, que no forman un ashrama,
es extremadamente misterioso, desde el punto de vista de
la humanidad aspirante, y poco puedo decir sobre el tema.
Estos iniciados trabajan en conexión con los planes que
emanan de Shamballa, de los cuales la humanidad nada puede
saber; trabajan con los tres reinos subhumanos de la naturaleza,
y cada uno tiene su propio grupo peculiar y específico de
iniciados-trabajadores.
Si no lo hacen, son transferidos a ciertos grupos de trabajadores
dedicados a actividades vinculadas con la evolución dévica
o angélica, o en relación con la manifestación de energías
sobre las que nada puedo divulgar. Trataremos sólo la expansión
de conciencia y la experiencia de esos iniciados que permanecen
-en sus actividades y metas- relacionados con la humanidad
y con la Jerarquía. Aquí puede señalarse que:
a.
El trabajo de la evolución dévica está regido por la energía
de rayo del tercer Buda de Actividad.
b. El trabajo de la humanidad está influido por la energía
de rayo del segundo Buda de Actividad, que personifica,
en un sentido muy peculiar, la energía condicionante de
la Jerarquía.
c. El trabajo con los reinos subhumanos de la naturaleza
está regido por el estímulo de energía del primer Buda de
Actividad.
Cada
una de estas grandes Vidas energetizadoras trabaja por intermedio
de ciertos Maestros e iniciados de la sexta iniciación;
dichos Maestros trabajan plenamente conscientes en el plano
átmico, el plano de la voluntad espiritual; desde ese nivel
elevado actúan como agentes transmisores de la energía de
uno de los tres Budas de Actividad.
Los
tres Budas son los Agentes creadores del Logos planetario
y los Manipuladores de la Ley de Evolución.
3.
El grupo ashrámico del que forma parte el iniciado y dentro
del cual su influencia o radiación espiritual, es acrecentadamente
sentida.
La
percepción del iniciado y su capacidad para trabajar conscientemente
dentro de esta triplicidad de grupos, se convierte en el
principal objetivo de todos sus esfuerzos, una vez que ha
quedado atrás la tercera iniciación.
Su radiación magnética y la expresión de sus energías controladoras
-previamente a esta etapa de desenvolvimiento- son las del
alma, actuando por intermedio de la personalidad. Después
de la tercera iniciación esta radiación y la energía expresada
se hacen acrecentadamente monádicas y están sujetas a tres
etapas:
1.
La etapa en la cual el aspecto inferior de la Tríada espiritual
(la mente abstracta) llega a ser poderosa como portadora
de ideas, que son transformadas por el iniciado en ideales
para servir a la humanidad.
2.
La etapa en que la razón pura, más la voluntad espiritual,
hacen de él un servidor efectivo del Plan y un transmisor,
en forma progresiva, del Propósito subyacente en el Plan.
3.
La etapa en que la energía monádica pura fluye a través
de él, enfocando la voluntad al bien, tal como es registrada
por la Jerarquía, y el sentido de universalidad (no como
una vaga frase, sino como una potencia específica) en el
plano físico.
Un
cuidadoso estudio de esta serie de actividades en desarrollo
y de expansión de conciencia indicará por qué y cómo nuestra
vida planetaria es una inmensa síntesis de actividad ordenada.
Las
energías de rayo, al emplear el mundo creado de la forma
y el "mundo de formas amorfas" (es decir, los
niveles etérico cósmicos de actividad), constituyen la aplicación
de un gran proceso de actividad iniciática, que rige, controla
y condiciona, cada expresión de la vida divina en todos
los reinos de la naturaleza -subhumano, humano y superhumano.
El
iniciado penetra en este mundo de energías activas
en movimiento y en él debe desempeñar conscientemente
su parte. |
Como
es bien sabido, actualmente el trabajo del aspirante consiste
en llegar a ser un trabajador consciente, autocontrolado
y espiritual, que emplea la energía dentro del "círculo
no se pasa" de los tres mundos y -como frecuentemente
he señalado- actúa primero, controlando su instrumento físico,
demostrándolo en la primera iniciación y durante los procesos
iniciáticos sucesivos; segundo, controlando su naturaleza
emocional sensoria, demostrando ese control en la segunda
iniciación; luego, en la tercera iniciación, debe llevar
a la actividad visible el elemento mental, funcionando así
en los tres mundos como personalidad fusionada con el alma,
empleando la mente iluminada como factor fusionador y sintetizador.
Realizadas estas cosas, puede -también en plena conciencia-
empezar a ser activo, como un "radiante punto de crisis
y productor de la tensión necesaria".
Estos
tres grupos constituyen esencialmente puntos de tensión
planetaria y producen crisis en la vida de los individuos
que han sido influidos, y también en la Jerarquía y en la
vida planetaria. Así son creadas las condiciones que hacen
posible la evolución.
Algún día la historia del proceso evolutivo será escrita
por un iniciado de la gran Logia Blanca, desde el ángulo
de sus puntos de crisis y los subsiguientes puntos de tensión.
Esto permite a las formas vivientes, sometidas a este impacto
dual, introducirse en mayores zonas de conciencia. Cada
reino de la naturaleza puede ser considerado un punto de
tensión dentro de la esfera del Ser del Logos planetario,
y cada uno -en tiempo y espacio- está en proceso de generar
esos puntos de crisis que producirán un potente (y a menudo
repentino) progreso en el Sendero de Evolución.
Actualmente la humanidad, en su situación actual, constituye
un punto de crisis planetaria, generando un punto de tensión
tal, que permitirá en breve avanzar en la dispensación de
la cultura y civilización de la nueva era. El estudio del
aspirante individual va paralelamente.
Estos
pensamientos e ideas deberán tenerse en cuenta cuando estudiemos
las restantes tres iniciaciones mayores que enfrenta la humanidad
común.
|